Por fin volvemos con
drabbles_30minReto #50: En la época de Tom Riddle, ¿Slughorn haría también esas fiestas? ¿Quién iba? Escoged a un personaje, el que queráis, acorde a la época, y meterle con alguna razón en alguna.
Personajes: Lestrange Sr./OFC
Rating: K+
Nota: Curioso ver a un Lestrange enamorado XD No me gusta demasiado, psche... aunque me gusta lo de relacionar a los Rosier con los Lestrange jiji, da mucho juego.
Título:
FAVOR POR LEALTAD
Se paseó entre las mesas. Cogió un canapé y se lo llevó a la boca, pero apenas pudo tragarlo. Miraba a su alrededor, observando con cautela a todo el mundo. Se reían y conversaban, divirtiéndose. Pudo ver a Tom al fondo de la sala, y en cuanto posó sus ojos sobre él, el joven mago se giró y le saludó. Lestrange respondió con un movimiento de cabeza, incapaz de dar ninguna muestra más de reconocimiento. Un escalofrío le recorrió, sintiéndose, a pesar de no haber hecho nada, como si hubiera estado espiando a Riddle y él lo hubiera descubierto.
No había sido demasiado difícil entrar en el Club Slug. Había entregado el último trabajo que Slughorn le pidió, y los siguientes los había hecho bien y a tiempo. Eso, unido a su buena familia y la posición de su padre en el Ministerio, le había servido para ser admitido en esas fiestas.
Y obviamente tenía sus razones.
Ella estaba allí. Alanna Rosier. Fingiendo escuchar a una amiga. Movía levemente ese cuello pálido (que le hubiera gustado morder) asintiendo, mientras sus ojos vagaban por la multitud. Se fijaron en Riddle un segundo, y Tom se volvió. Con esa seguridad que le caracterizaba, se acerco hacia ella.
Lestrange no podía moverse. Alanna parecía completamente seducida por el aura que desprendía el heredero de Slytherin, y, mientras, sus entrañas parecían consumirse por los celos. Podía ver como los labios de Tom rozaban su pelo rubio y rizado, ese en el que le hubiera gustado hundir sus manos para perderse en él.
Dio un paso adelante, incapaz de quedarse más tiempo quieto. Diría algo a Riddle, le diría algo a ella. No sabía qué, pero no podía permitir... Era suya. Tenía que serlo.
Las mejillas de Alanna se tiñeron de rubor entonces, y se rió con suavidad, esbozando una leve sonrisa. Tom le había dicho algo, y Lestrange necesitaba saber el qué. Pero sus piernas se detuvieron cuando de pronto ambos lo miraron -a él, seguro, no había nadie más en esa esquina-. No sabía qué mirada le paralizaba más, si la de ella o la de él. De nuevo se sintió como si le hubiera estado espiando, y temió irracionalmente un castigo que sabía que no vendría.
Tom se alejó después de dirigirle una sonrisa confiada, que Lestrange sabía perfectamente qué significaba. Sabía lo que él esperaba después de ese favor.
Volvió a fijarse en Alanna. Seguía allí, quieta y ruborizada, como esperando a que él fuese a buscarla.
EDIT: ¡¡Segundo reto de esta sesión especial smut!!
Reto #52: Lemon sádico. Te gusta hacerle sufrir, traerlo hasta el límite sólo para dejarlo colgado rugiendo por más. ¿Victima o victimario?
Pareja: Bellatrix/Rosier
Rating: R
Nota: pobre rody, que siempre le pongo los cuernos xD no se puede decir que sea sádico. La verdad que empecé haciendo el reto 51, pero la pobre bella sufría tanto que cambié de parecer *muere de amor* ¡Rosier es cojonudo!
Título:
EL DESAYUNO
-Le quedaban bien -dijo Rosier, interrumpiendo la conversación-. El rosa especialmente.
-Mejor que no te escuche. -Bellatrix le hizo hueco en el banco, y el Slytherin se sentó a su lado. Como siempre, llegaba tarde a desayunar. Los Lestrange, enfrente suyo, casi habían terminado, y Rodolphus estaba enfrascado en las noticias de El Profeta-. Nunca había visto a Lucius así.
-En parte tenemos que comprenderlo, con el tiempo que pasa peinándose por las mañanas -dijo con sorna, ayudándose con el cuchillo a quitar los bordes de la tostada-, que vengan esos idiotas y le llenen el pelo de lazos. Um... y delante de todo el Comedor.
Después de un breve segundo, se echó a reír, y algunos Slytherins lo corearon. Al margen de lo mucho que odiaban a los Merodeadores, había que reconocerles el ingenio.
-Yo le habría dado un toque más duradero, en cualquier caso.
Bellatrix lo miró, enarcando las cejas, cínica, y Rosier se quedó mirándola divertido.
-Eres terriblemente cruel -se burló, llevándose una cucharada de cereales a la boca.
No llegó a tragarla. Se atragantó en cuanto sintió los dedos de Evan rozar el límite de su falda, bajo el mantel.
-No sabes cuánto -respondió con tranquilidad, ante los ojos abiertos de Bellatrix, que era incapaz de dejar de toser.
Lestrange apartó la vista del periódico, y se les quedó mirando fijamente durante un momento, antes de volver a la noticia que le interesaba. Poco podía imaginarse que la joven se veía invadida; de que las manos de Rosier escalaban por sus muslos esbeltos y de piel pálida hasta su sexo.
-El Ministerio está organizando medidas. Unos folletos de protección con normas básicas -resumió Rodolphus.
-Qué bien -consiguió balbucear Bellatrix, sus ojos brillantes, pero no precisamente por hablar del Señor Oscuro. Se mordió el labio, tragando saliva, y alargó el brazo para coger el vaso de zumo de calabaza. El pulso le temblaba.
Rosier se reía de los folletos, en su otra mano la servilleta enrollada, fingiendo que golpeaba mortífagos con un folleto. Pero Bellatrix sospechaba que sus dedos tenían vida propia, porque la acariciaban, se hundían dentro de ella, y jugaban como si hiciera malabarismos. Enrojecía, abrasaba, y notaba la mirada de Rodolphus escrutándola como nunca la había sentido.
-¿Black?
-¿Sí? -Si se mantuvo seria fue por estar mordiéndose la lengua hasta el punto de sangrar. Sus piernas se relajaron, se abrieron inconscientemente. Rosier entró más en ella, tres dedos ahora, y quería pararle pero, dios, no podía.
-¿Me pasas otra tostada? -pidió Rosier, interrumpiendo. Rabastan se le pasó. Él abandonó las piernas de Bellatrix sin explicación, sin ninguna razón. Como si ella se lo hubiera imaginado todo. Sólo que tenía que esconder sus jadeos, y sus mejillas ardían.
Se bebió el vaso de zumo de golpe, levantándose después de echar una mirada asesina a Rosier, que puso cara de incomprensión. La Slytherin se alejó de la mesa con grandes zancadas, su falda revoloteando algo arrugada en torno a sus muslos.
-Desde luego, mira que te buscas tías raras, Lestrange -masculló Evan, empezando a extender la mermelada por la tostada.