30VICIOS. #20 BELLA/ROSIER.
Algo desinspirada con SDY, sigo con una viñeta para mi tercera tabla de 30vicios, y entra también dentro del quinesob de este julio.
Fandom: Harry Potter
Claim: Bella/Rosier
Tema: XX.
MACABRO
XX. Alardea
Si vale la pena hacerlo, vale la pena exagerarlo.
Rosier vació el vaso de whisky de fuego de un trago, dejando la copa con un golpe más fuerte de lo debido sobre la mesa.
-Creo que voy a pedir otro -dijo, echándose hacia atrás en la silla y volviéndose para llamar a la camarera. Esbozó una sonrisa, algo más pronunciada de lo que hubiera sido de haber estado sobrio-. Es una suerte que invites tú, ¿verdad?
Rodolphus enarcó las cejas, preguntándose qué hacía allí. Rabastan le había insistido con la fiesta de despedida de soltero, pero después de ver semejante espectáculo no sabía exactamente por qué seguía allí sentado, escuchando al loco de Evan.
-No sé si admirar tu suerte o compadecerte, Lestrange -siguió Rosier, riendo con suavidad-. Bellatrix es...
-¿Sí? -preguntó secamente, y los hielos sin derretir tintinearon al chocar contra el cristal cuando depositó el vaso vacío.
-Bueno, fogosa. -Rosier se lamió los labios con rapidez, inclinándose hacia delante, gesticulando con la mano-. Está bien para un polvo o dos, pero no sé si la aguantaría todos los días, ya me entiendes.
-Ya -masculló, y después de unos segundos en silencio añadió-: Parece que la conoces bien.
Evan bebía y no pudo contestar inmediatamente. Lestrange le observó atentamente, considerando hasta qué punto estaba borracho. No se dio cuenta de que Rosier hacia otro tanto de lo mismo, mirándole a través del culo del vaso cuando apuró el último trago. Él se preguntaba hasta dónde podría llegar. Siempre había tenido curiosidad por saber el límite del imperturbable Lestrange.
-No queríamos airearlo, compréndelo, con todo eso de que estuvieras con ella -explicó Rosier, paseando su mirada de pupilas dilatadas por el bar-. Hubiera sido algo... conflictivo si alguien llega a enterarse.
-¿Por qué me lo cuentas? -preguntó, entrecerrando los ojos, receloso. ¿Le mentía? Intentó entrar en su mente, pero Rosier la tenía bien protegida-. Mañana me caso con ella. No soy precisamente el más indicado para esta confesión, ¿no crees?
-¡Pues por eso mismo, mañana os casáis! -exclamó Evan, poniendo cara de condescendencia-. Es imprescindible que los matrimonios no empiecen con secretos. Además fue una tontería, apenas... un mes, tal vez dos. Pero vamos, que como mucho, como mucho, tres. Nada importante, así que podemos olvidarlo todo y...
Rosier escondió una sonrisa. Diana. Lestrange no parecía ni deseoso ni capaz de dejarlo pasar tan fácilmente.
-Así que, como te decía, Bellatrix es algo impaciente. En la cama es muy buena, estoy seguro de que ya lo sabes, sobre todo cuando hace esa cosa de los mordiscos en el cuello... hmff, sin duda, inmejorable. Pero de ahí a soportarla en mi propia casa, creo que no podría.
Rosier levantó el vaso vacío a la salud de su compañero, que si llega a ser otra persona, Evan tiene cierta certeza en que tendría el rostro contorsionado por la rabia. Rodolphus en cambio parecía exudar el odio.
-De verdad, Lestrange, me tengo que quitar el sombrero. Metafóricamente hablando, claro, porque ahora mismo no sé dónde lo he dejado... -Echó un vistazo alrededor, pero en seguida volvió a concentrarse en su brindis. Una sonrisa salvaje cruzó su cara-. Si fuera mi mujer creo que acabaría matándola.
Fandom: Harry Potter
Claim: Bella/Rosier
Tema: XX.
MACABRO
XX. Alardea
Si vale la pena hacerlo, vale la pena exagerarlo.
Rosier vació el vaso de whisky de fuego de un trago, dejando la copa con un golpe más fuerte de lo debido sobre la mesa.
-Creo que voy a pedir otro -dijo, echándose hacia atrás en la silla y volviéndose para llamar a la camarera. Esbozó una sonrisa, algo más pronunciada de lo que hubiera sido de haber estado sobrio-. Es una suerte que invites tú, ¿verdad?
Rodolphus enarcó las cejas, preguntándose qué hacía allí. Rabastan le había insistido con la fiesta de despedida de soltero, pero después de ver semejante espectáculo no sabía exactamente por qué seguía allí sentado, escuchando al loco de Evan.
-No sé si admirar tu suerte o compadecerte, Lestrange -siguió Rosier, riendo con suavidad-. Bellatrix es...
-¿Sí? -preguntó secamente, y los hielos sin derretir tintinearon al chocar contra el cristal cuando depositó el vaso vacío.
-Bueno, fogosa. -Rosier se lamió los labios con rapidez, inclinándose hacia delante, gesticulando con la mano-. Está bien para un polvo o dos, pero no sé si la aguantaría todos los días, ya me entiendes.
-Ya -masculló, y después de unos segundos en silencio añadió-: Parece que la conoces bien.
Evan bebía y no pudo contestar inmediatamente. Lestrange le observó atentamente, considerando hasta qué punto estaba borracho. No se dio cuenta de que Rosier hacia otro tanto de lo mismo, mirándole a través del culo del vaso cuando apuró el último trago. Él se preguntaba hasta dónde podría llegar. Siempre había tenido curiosidad por saber el límite del imperturbable Lestrange.
-No queríamos airearlo, compréndelo, con todo eso de que estuvieras con ella -explicó Rosier, paseando su mirada de pupilas dilatadas por el bar-. Hubiera sido algo... conflictivo si alguien llega a enterarse.
-¿Por qué me lo cuentas? -preguntó, entrecerrando los ojos, receloso. ¿Le mentía? Intentó entrar en su mente, pero Rosier la tenía bien protegida-. Mañana me caso con ella. No soy precisamente el más indicado para esta confesión, ¿no crees?
-¡Pues por eso mismo, mañana os casáis! -exclamó Evan, poniendo cara de condescendencia-. Es imprescindible que los matrimonios no empiecen con secretos. Además fue una tontería, apenas... un mes, tal vez dos. Pero vamos, que como mucho, como mucho, tres. Nada importante, así que podemos olvidarlo todo y...
Rosier escondió una sonrisa. Diana. Lestrange no parecía ni deseoso ni capaz de dejarlo pasar tan fácilmente.
-Así que, como te decía, Bellatrix es algo impaciente. En la cama es muy buena, estoy seguro de que ya lo sabes, sobre todo cuando hace esa cosa de los mordiscos en el cuello... hmff, sin duda, inmejorable. Pero de ahí a soportarla en mi propia casa, creo que no podría.
Rosier levantó el vaso vacío a la salud de su compañero, que si llega a ser otra persona, Evan tiene cierta certeza en que tendría el rostro contorsionado por la rabia. Rodolphus en cambio parecía exudar el odio.
-De verdad, Lestrange, me tengo que quitar el sombrero. Metafóricamente hablando, claro, porque ahora mismo no sé dónde lo he dejado... -Echó un vistazo alrededor, pero en seguida volvió a concentrarse en su brindis. Una sonrisa salvaje cruzó su cara-. Si fuera mi mujer creo que acabaría matándola.