El día nº19, nos levantamos muy pronto, demasiado para ser sábado en una ciudad. Todo está muerto, además hacía un frío impresionante.
Habíamos quedado con unas amigas que nunca había visto, solo las conocía del Livejournal: Dominique
medamayaki de Oakland, con la que hacía por lo menos 6 años que me carteaba y hablabamos y Shannon
shanzig con la que hablaba también mucho y además vino a vernos desde Portland expresamente!
Estuvimos buscando la fábrica de galletas de la suerte chinas, que está escondida en un callejón. Cuando la encontramos, entramos e inmediatamente una mama china nos atacó tlai cuki tlai cuki. cuki gud, tlai cuki y al decirle que sí, que estaban muy buenas jau meni bags, how mani, anoder cuki? tlai cuki . Total, que le acabamos comprando una bolsa de galletas de la suerte y no vimos la fábrica.
Fuimos a ver de nuevo Lombard Street, esta vez desde arriba, paseamos por el barrio chino, por el barrio ruso, por el barrio pijo,... hasta que el frío se volvió insportable y nos metimos en un Starbucks - juramos que es lo único que había - a calentarnos.
Como empezaba a ser media mañana, volvimos caminando hacia el centro por si llamaba Domi.
En efecto, llamó, nos encontramos y tomamos el autobús para ir a JapanTown.
No es superlovely?
Al poco rato llegó Shanie y nos fuimos los 4 a husmear el centro.
Y nos llevaron a un kaiten-zushi, donde el sushi va dando vueltas en platitos de diferentes colores según el precio. El sushi estaba muy rico la verdad, el más parecido a Japón que he probado.
Y fuimos completamente absorvidos por la sala de purikura del centro japonés, donde nos tiramos.. qué? 2? 3 horas? Fue increible.
De postre nos comimos un dongo de una paradita que había en el centro.
Paseamos y fuimos a unas cuantas tiendas y supermercados y a picar algo de cena. Domi se pidió un bol de ramen enorme en el que se podría haber bañado y Pep unos takoyaki que me recordaron también mucho a los de Osaka, que rico que rico que rico
Era ya tarde así que cogimos todos el autobús al centro, Domi se despidió porque estaba muy cansada y tenía que ir a trabajar pronto y nos quedamos con Shanie y un amigo suyo, Evan, que nos invitó a tomar algo en un bar de por allí.
La verdad es que me encantó conocerlas y me da un poco de morriña pensar que igual no las veo nunca más, pero las amé un buen rato <3<3<3