Jan 28, 2008 17:59
Aquí traigo mi primer fic para la tabla de retos a la carta! Sé que no pasaron ni diez minutos desde que publiqué la tabla, pero es que éste lo escribí ayer.
Sentido: de la Moda.
Me desperté esa mañana y tuve que ahogar el grito al ver en la mecedora de siempre a Alice y no a Edward.
-¿Dónde esta Edward? - Pregunté preocupada - ¿Le ha ocurrido algo?
Alice sonrió iluminando su rostro con el pequeño gesto.
-Bella, no estaría sentada aquí tan tranquila si algo hubiese ocurrido - comentó ella sonriendo pícaramente.
-¿Y por que no está? - pregunté.
-Porque yo le he dicho que se marche, hoy tengo planes para nosotras - respondió ella dando un saltito, digno de una bailarina, para ponerse de pie - espero que no hayas tenido nada planeado, ya hablé con Charlie.
-¿Nosotras? - pregunté recelosa. Si respondía lo que suponía que diría - y no necesitaba tener ningún poder sobrenatural para saberlo - tendríamos una de esas tardes donde las dos chicas, Rosalie y Alice, pensaban en mí, como si se tratara de una muñeca Barbie.
-Rose, por su puesto - sentenció la pálida chica, con una sonrisa que dejaba entrever todos sus dientes. - espera en el auto.
Me puse de rodillas sobre la cama y miré hacia el exterior.
El descapotable rojo estaba aparcado junto a mi monovolumen, opacándolo y haciendo que pareciera un trasto, más que de costumbre.
-¿Y cual es el plan? - pregunté sin intentar esconder mi falta de entusiasmo.
-Hay unas ofertas increíbles en Seattle, queremos comprar ropa - pude lograr captar el intento de esconder algo. De seguro el comprar era un “comprarte ropa compulsivamente”.
Miré mi ropero abierto, la cantidad de ropa había aumentado considerablemente desde mi llegada a Forks. Cada vez que Alice dejaba la ciudad, por cualquiera fuese el motivo, encontraba alguna prenda nueva para mi.
-¿No vas a vestirte? ¿Prefieres ir en pijama? - me preguntó con expresión confundida.
Tomé los vaqueros de siempre y un suéter para el frío viento, mientras me iba a la ducha.
Veinte minutos después estaba sentada en la parte trasera del ostentoso auto de Rosalie.
Había una inauguración de una tienda de ropa formal en la ciudad, donde las chicas se amontonaban por entrar.
Alice y Rosalie me tomaron de los brazos y sin mucho esfuerzo entramos a la abarrotada tienda.
Después de cuatro horas de completo martirio, donde me probaron sin parar un vestido tras otro, luego zapatos que hicieran juego, de preferencia de tacones que podrían darte vértigo por solo subirte en ellos, o al menos a mi me daba y los accesorios suficientes como para parecer un árbol de navidad, me llevaron directo a la mansión, donde pude ver a Edward asomarse desde su cuarto.
-¡Ni lo sueñes! - gritaron ambas chicas antes de que él pudiera dar un paso hacia mi rescate.
Dos horas más se sumaron al fatídico trabajo de arreglarme.
-¿Es por alguna razón especial que deban arreglarme tanto hoy? - preguntaba, pero ninguna me respondía, ni si quiera parecían escucharme, aunque estaba segura de que si lo hacían.
-Debes sorprender a Edward de vez en cuando, si la eternidad los espera, la rutina no puede vencerlos, y es difícil luchar contra ella incluso en una vida mortal - murmuró Rosalie luego de la quinta vez que pregunté. Me quedé en silencio, nunca había pensado en eso, y el hecho de que ya hablara de una eternidad para Edward y para mi, me sorprendía.
Unos momentos después, se alejaron unos pasos de mí y me miraron como si fuera su propia obra de arte.
-Esto es tener sentido de la moda y del estilo - murmuró Alice satisfecha, mientras Rose asentía en silencio con una sonrisa que deslumbraría a cualquier humano en la tierra - Puedes mirarte ya - agregó la rubia.
Solté un suspiro y me giré al espejo que esperaba a mis espaldas.
Me quedé con la boca y los ojos tan abiertos como platos. La chica que me devolvía la mirada desde el reflejo no se parecía en nada a mí. ¿O sí?
Tenía puesto un vestido azul eléctrico que resaltaba lo blanco de mi piel, era simple pero tenía unos pequeños brillos en los delgados tirantes, era una prenda simplemente hermosa. Me habían alisado completamente el cabello, tomándolo en una media cola y dejando un pequeño mechón - estratégico, había dicho Rose - sobre mi rostro.
El maquillaje era suave pero en juego y resaltaba mis ojos al igual que el brillo rojo en mis labios…
Me ruboricé al preguntarme qué opinaría Edward.
-Apuesto a que la invita a cenar - dijo Alice de pronto.
-Por su puesto que no apostaré contra ti - murmuró Rosalie cruzándose de hombros, mientras comenzaba a murmurar cosas que no lograba entender.
-¿Qué hacen? - pregunté confundida.
-Pensamos en cosas distintas, para que Edward no pueda verte - murmuró Alice apuntadose la frente con la mirada perdida - Bueno, es hora de ir a la escalera, camina con cuidado, no caerás.
Asentí, agradecida por lo mucho que se preocupaban por mi, ¡incluso Rose!
Caminé lentamente hacia la escalera y me detuve en silencio ahí.
-Edward - susurré, pero estaba segura de que él lo escucharía en cualquier lugar de la casa. En un segundo estuvo al pie de las escaleras, pero solo llegó hasta ahí. Se quedó congelado, con la boca entreabierta… mirándome.
-Bella… - musitó, abrió la boca un par de veces, mientras pude ver como sus ojos destellaban con la vista fija en mi - estas… ehh… preciosa.
¡Estaba tartamudeando! ¿Podía existir algo más bello y encantador que eso? Lo dudaba mucho. Sentí como la sangre se agolpaba en mis mejillas, incluso en mi frente.
De pronto Edward estaba sosteniéndome por la cintura, acercándome hacia él, con una de esas miradas tan arrebatadoras que olvidé lo que estaba pensando.
-Realmente hermosa - finalizó antes de mirarme una vez más, estudiándome completamente. - Recuérdame de agradecerle a Rose y Alice cuando las vea.
-Descuida, te lo recordaremos - dijeron ambas asomándose desde la habitación. - Yo recomiendo que la lleves a un lujoso lugar a cenar, Edward - agregó Alice.
-¿Dónde están esos modales? - preguntó Rosalie divertida.
Edward me miró, con ojos curiosos, intentando averiguar si aceptaría. Solo sonreí y luego había desaparecido si siquiera hacer ruido.
-Tienes que aprender a sacarte partido, Bella - dijo Rosalie que de pronto estaba junto a mi.
-Eres hermosa y tienes que resaltar tu belleza natural - sonrió Alice, ahora también a mi lado.
Abrí la boca para decir algo, pero ellas se adelantaron.
-Bella, nosotros sólo utilizamos nuestro exquisito sentido de la moda para acentuar tus atributos naturales - dijo Rosalie.
Yo asentí, mientras me ruborizaba otra vez.
De pronto estuve sola y un minuto después, Edward bajaba completamente cambiado, y verlo me dejó sin aliento. Era simplemente, demasiado perfecto para ser verdad.
Aunque me disgustaran las tardes de embellecimiento que me daban Alice y Rose sin siquiera preguntarme, cada vez que lo hacían, ocurría algo tan esplendido como la hermosa velada que pasé junta Edward esa noche.
Al parecer, los vampiros tenían todos los sentidos muchísimo más desarrollados… incluso el sentido por la moda y el buen vestir.
:D
Bueno, si alguien lo lee... se agradece algun comentario :)
tabla: sentidos,
fic: crepúsculo,
claim: cullen/bella,
c: retos_a_lacarta,
-rominitap_moon