¡Feliz cumpleaños,
cyranabergerac!
Te traigo un cachito de cosa que me da hasta vergüenza publicar por aquí. Pero espero que te haga un poco de ilusión ^^
Fandom: Supernatural
Pairing: Sam/Dean
Rating: NC-17
Notas: Insultantemente corto (no llega a 500 palabras), insultantemente pornográfico, insultantemente falto de argumento y de cosas en general. Spoilers insinuados hasta la primera parte de la cuarta temporada.
Follan como animales desesperados, a todas horas, en todas partes. Follan por necesidad, por instinto, por esa puta adicción que los corroe y no les deja pensar con claridad si no están enredados en el cuerpo del otro, mezclados por la piel, la sangre y la saliva. Follan porque ya no saben mirarse a los ojos y no acabar comiéndose las bocas, y por las imágenes que los persiguen y atormentan cuando no dejan la mente en blanco. Follan, y ya no saben vivir sin follar.
(Tal vez habría sido distinto si hubiera vuelto hace unos meses o hace unos años, si hubiera sido unos días después. Tal vez aún no habría perdido la habilidad para entender a su propio hermano, y ahora no estarían como están. Pero esto ya no es aquello, y posiblemente no vuelva a serlo, y no es culpa de nadie.)
Animales, piensa Dean obsesivamente mientras embiste, una y otra vez, arañándole las caderas y mordiéndole el hombro y gritándole sin palabras que pare, que lo deje en paz, que todo vuelva a ser como antes, cuando Sam era sólo su hermano y no el bastardo que puede chuparle la polla así, moviendo toda la cabeza, haciendo guarradas con la lengua y mirándole entre el pelo revuelto como desafiándole a alejarse y dejarlo a medias.
(Lo ha querido hacer, muchas veces. Tirarle del pelo, lanzarlo al suelo y salir de la habitación de motel, correr tan rápido que nadie pueda alcanzarlo y calmar su sed y sus ganas arrancándole la cabeza a una tribu entera de vampiros. Pero no puede, y cuando le enreda las manos entre las greñas de pelo es sólo para guiarle y acercarle más y avisarle cuando se va a correr, con un “Sammy” que no está del todo seguro de estar susurrando, gritando o llorando.)
No entiende cómo Sam no le oye cuando grita en silencio, si sólo grita déjame, déjame en paz, Sammy, si es lo único que se oye en su mente por mucho que tenga la boca llena de su hermano pequeño, por mucho que su cuerpo le controle y le mueva los labios para decir date la vuelta, Sammy, no sabe, no quiere, no va a bájate los pantalones, Sammy, no puede hacerlo otra vez, qué estrecho estás, Sammy.
No puede.
(Al parecer, Sam ya no le entiende cuando se miran a los ojos. No como solían entenderse, antes de todo eso. Nunca necesitaron palabras para comunicarse, en aquella otra vida en que un chiste o una mirada a través del retrovisor podían significarlo todo. Ahora se siente perdido y tan solo como cuando Alastair se alejaba riéndose a carcajadas y Dean deseaba que no lo hiciera, porque incluso su presencia cruel era mejor que aquel silencio húmedo y pegajoso que le calaba los huesos.)
No puede no correrse en la boca de Sam, no puede salir y no puede escapar, y no puede seguir y se va a morir de frustración porque le cuesta respirar.
Pero sólo cuando Sam no le está inyectando aire, directamente a los pulmones.
PD. ¡Anónimo! ¿Tú qué quieres por tu cumpleaños?
PD(2). CRI-CRI TE DEBO UNA ENTRADA Y LO SABES.