10. Sin tinta
El trayecto hacia la compañía fue silencioso. Ambos acabamos poniéndonos los cascos de música, aunque yo preferí no escuchar nada.
Sabíamos donde teníamos que ir, así que tan solo caminamos por los pasillos de la Cube, saludando a quienes nos encontrábamos.
Quería hablar con él, aunque no fuera de nada importante, pero oír su voz
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