Autor: yoana_spiegel Título: Baile hacia la muerte Fandom: Shingeki no Kyojin Personaje: Levi Resumen: Realmente odiaba esos bailes que hacían los de arriba. Esos cerdos inmundos no tenían otra cosa que hacer que gastar sus fortunas en esas estúpidas celebraciones sin sentido, y eso molestaba en demasía a Levi. Él pudiese estar limpiando el castillo donde la legión estaba ubicada, mientras tomaba una buena copa de vino y ordenaba a cuanto pobre diablo que corría la desgracía de toparse con él. Advertencias: Ninguna. Disclaimer: Shingeki no Kyojin y todos sus personajes son propiedad de Hajime Isayama y de todos los demás que posean los drechos. Fanfic hecho sin ánimos de lucro. Notas: La persona no es alguien en específico, pueden escoger a quien quieran, menos a Erwin, él está bailando con Hanji.
Realmente odiaba esos bailes que hacían los de arriba. Esos cerdos inmundos no tenían otra cosa que hacer que gastar sus fortunas en esas estúpidas celebraciones sin sentido, y eso molestaba en demasía a Levi. Él pudiese estar limpiando el castillo donde la legión estaba ubicada, mientras tomaba una buena copa de vino y ordenaba a cuanto pobre diablo que corría la desgracía de toparse con él. Prefería mil veces eso a estar en esa estúpidamente grande mansión.
Lo peor del asunto no era eso, sino que Erwin lo obligaba a usar un traje de gala negro, peinarse el cabello hacia atrás y tenía terminantemente prohibido usar malas palabras. Pero como su vocabulario contenía más groserías que palabras, se abstuvo de hablar durante toda la noche.
Cuando bebió su sexta copa de vino, la idea más estúpida brilló dentro de su mente. Lo más lógico sería ignorarla, pero simplemente no pudo. Haló del brazo a la primera persona que se cruzó frente a él y la llevó a la bibliteca. Las grandes ventanas dejaban entrar a la luz lunar para iluminar el oscuro lugar.
-¿Qué sucede, Capitán Levi? -la voz inundó el ambiente.
-Me voy, tú le dirás a Erwin que estoy harto de esta estupidez y que me regreso al castillo de inmediato -Levi usó ese tono que aterraba a las personas a tal grado de que siempre lloraban y temblaban sin control. Pero aquella persona ni lloraba ni temblaba, eso era muy raro.
-No puede irse. El Comandante Smith ordenó que evitáramos a toda costa que usted se fuera. Nos dijo que le informáramos inmediatamente sobre cualquier actividad sospechosa de su parte.
Levi frunció el ceño. Con sus ciento sesenta centímetros de virilidad, disciplina, seriedad y fuerza, se acercó a la persona con pasos lentos, que sólo se limitó a cerrar los ojos con miedo y cubrirse el rostro con las manos.
-Dime, ¿quién te crees tú para decirme qué hacer con mi jodida vida? Vaya que los tienes bien puestos para aparentar tener el valor suficiente y retarme -se dio la vuelta, desconcertando a la persona-. Eres un idiota, no tengo tiempo para darte tu merecido.
Estuvo a punto de saltar por la ventana hacia la libertad y recuperar su amada rutina, cuando lo tomaron de la muñeca y lo halaron con fuerza. Realmente la persona quería morir al atreverse a tocarlo.
Una mano rodeó su cintura mientras la otra se colocó en su hombro izquierdo.
-¿Pero qué demonios crees que estás haciendo?
-Lo siento, señor. Órdenes son órdenes, así que mejor baile conmigo. La música aún se escucha desde aquí.
La osada persona empezó a moverse al compás de la música. Era una melodía calmada pero llena de alegría. Levi estaba tan confundido que se dejó llevar al ritmo del íntimo baile. No sabía si seguir bailando o matar a todos los involucrados en frustrar su huída.
Mientras giraban al ritmo del violín, Levi reconoció que al individuo no se le daba nada mal. Tal vez ya no escaparía, se dedicaría a disfrutar la velada mientras planeaba que parte del cuerpo del otro golpearía primero.