Fandom: Twilight
Título: Perlas
Comunidad:
musasenelclaro Pairing: Carlisle/Leah
Él sería capaz de cualquier cosa por ella. Ha sufrido tanto que le da rabia pensarlo. Ese magnífico carácter mancillado por un destino que él mismo ha forjado, cuando tantos años atrás decidió ese lugar para estar y firmó el dichoso tratado.
Al inicio ella lo miraba con odio. Un odio lacerante que le quemaba la piel y le llenaba las venas hace tanto tiempo muertas. Le costó tanto que lo dejara acercarse que cada movimiento que hace es tan cuidadoso como los que hace de cirujano cuando usa el bisturí.
Quisiera acercarse más a ella. No podría explicar bien por qué, se siente más en deuda con ella que con nadie más. Tal vez porque es la que más ha perdido y la que no ha ganado nada. Jacob tiene a Nessie, los otros lobos ganaron amores eternos y una fuerza inusitada. Ella perdió a los hombres que ha amado, el futuro que anhelaba y la personalidad que tenía.
Haría cualquier cosa por compensarla. La cubriría de diamantes, de perlas y de flores. Le daría lo que quisiera si ella fuera a aceptarlo.
Pero sabe bien que de acercarse recibiría desdén y rechazo.
De momento se conforma por verla de lejos, y notar su sonrisa de medio lado cuando nota que la está mirando.
Fandom: Twilight
Título: Isla Esme
Comunidad:
musasenelclaro Pairing: Carlisle/Leah
Ella estaba acostada sobre la hierba. Los ojos puestos en cualquier parte, siguiendo las nubes caprichosas que cubrían el sol, como suele suceder en la región de Forks. Parecía pensativa, algo melancólica, bastante amargada. Había algo en su mirada que transmitía nuevamente la sensación de que Leah Clearwater era mucho mayor de lo que su carné de identidad decía. Las heridas en su alma eran las de alguien que había vivido mucho. Las cicatrices que empezaban a formarse hablaban de una experiencia que no muchas personas tenían.
Se acercó a ella caminando lentamente, y bloqueó la débil luz que le llegaba del ennegrecido cielo. La chica desvió perezosa la vista hacia el recién llegado y gruñó. No hizo el menor movimiento para incorporarse, simplemente lo miró desde el suelo a los ojos.
-¿Qué quiere?
-Estaba dando un paseo.
-¿En su propio jardín? Debe ser realmente aburrido ser un frío.
Carlisle sonrió cortamente.
-Me he cansado ya. Pensaba hacerle compañía.
Leah se encoge de hombros y vuelve su vista al cielo.
-Es su casa, doctor.
Carlisle sonrió brevemente y se sentó en la hierba a su lado. Leah se preguntó cómo hacía para verse elegante incluso en una postura tan informal, con una pierna extendida a lo largo y la otra flexionada, mientras apoyaba el codo en la rodilla y miraba a lo lejos algo que a ella no le interesaba.
No quería ver hacia La Push. Quería ver hacia el cielo, y más allá.
-¿Qué haces acá? - preguntó Carlisle con interés. Ella bufó y lo miró de reojo.
-¿Quiere que me vaya?
-No he dicho nada remotamente parecido a eso. - replicó él con tranquilidad - ¿Estás esperando a Jacob?
Leah desvió la mirada y contestó con un tono de reproche que él no dejó de notar.
-Se supone que es mi deber como beta informarle sobre La Push. Tal vez no quiere ser informado hoy. Como si quisiera pasar el día acá esperando. Si no sale en unos minutos...
Carlisle asintió, aunque ella no lo estuviera viendo. Tampoco notó el brillo en sus ojos.
-No deberías estar acá.
Leah rió cortamente y se giró para verlo.
-Hay tantas cosas que podrían decirse poniendo por delante un “no debería”.
Él no respondió nada ni ella añadió a lo que había dicho más que un suspiro disimulado.
-Debí decir “parece que no quieres estar acá” - dijo al cabo de un rato el vampiro.
-No es mi lugar favorito en el mundo - admitió ella con una mueca.
-¿Dónde te gustaría estar?
Con un arranque de sinceridad exclamó con fastidio.
-Muy lejos de todos ustedes.
Él aceptó el golpe. Ella no sabía que incluirlo en el grupo lo lastimaba. No creía que hubiera dejado de hacerlo en caso de saberlo.
-Conozco un lugar.
-Debe conocer muchos, tiene siglos de existir. Lo contrario sería un desperdicio.
Él rió cortamente.
-De hecho. Pero hay uno que le gustaría. Es una isla pequeña, en las costas de ________. Es una isla tranquila, privada. El ambiente relajado, el sonido del mar… Creo que le gustaría.
Ella se giró de medio lado, apoyando la cabeza en una mano.
-¿Isla Esme?
Carlisle la miró genuinamente sorprendido y ella rió.
-Conocer al enemigo es algo fundamental. Jacob me contó sobre la luna de miel de sus suegros. Bueno, futuros suegros.
Rodó los ojos. Para ella eso era un eufemismo. Estaba imprimado hasta la médula.
-¿Aún nos considera sus enemigos?
Leah sonrió con amargura pero no contestó directamente.
-Desde que supe sobre la isla tengo una pregunta.
Carlisle la miró con interés. Ella se inclinó hacia él, y bajo el tono de la voz como si fuera algo muy importante lo que iba a decir. El doctor notó que sus hombros temblaban, como si estuviera tratando de contenerse.
-Si existe ese pequeño pedazo de paraíso en la Tierra... Si usted lo conoce, le gusta y le pertenece... Si es el lugar perfecto para vivir, amar y convivir... - ella hizo una pausa. Carlisle se había inclinado hacia ella sin ser conciente de ello. Lo fue cuando vio los ojos de la chica refulgir con furia frente a los suyos - ¿Por qué demonios no se quedó allá en lugar de venir a jodernos la vida a los quileutes?
Carlisle la miró sorprendido por la pregunta, y por el odio de la que estaba impregnada.
-No sabía que pensaba así. Nunca pretendí hacerles daño.
Ella rió con amargura.
-Claro que no, es demasiado bueno para eso, ¿no, doctor? Lamenta usted la muerte de los vampiros, pero, ¿qué hay de la vida de los quileutes? Si usted no hubiera elegido este pequeño lugar de entre los miles de posibles moradas que tiene en el mundo... ¿usted cree que estaría aquí tirada esperando que un líder imprimado saliera a hablar conmigo?
Se había incorporado mientras hablaba. Los cabellos cortos estaban revueltos y tenían hierbas entre ellos. Sus ojos refulgían y el tono de su voz se había elevado.
Carlisle se mantuvo firme. La miró a los ojos con sinceridad y dijo solo dos palabras.
-Lo siento.
Se sostuvieron la mirada unos segundos.
-No es suficiente. - masculló ella al final - Nada sería suficiente.
Él asintió. La amargura se había hecho presente en sus ojos también.
-Ni siquiera una Isla a su nombre, supongo.
Leah rió con amargura mientras se dejaba caer en la hierba de nuevo.
-No todas nos conformamos con tan poco, doctor.
-¿Poco?
-Una cursilada así para alguien con sus recursos no es nada.
Carlisle sonrió de medio lado.
-¿Qué sería algo, Leah?
Ella alzó los ojos hacia él.
-¿Le interesa?
-Me gustaría saberlo.
Ella desvió la mirada sonriendo con suficiencia.
-No creo que sea capaz de averiguarlo.
Carlisle se hizo entonces la secreta promesa de hacerlo.