Fandom: Harry Potter
Título: La menor
Personajes: Teddy Lupin/Lily Potter
Notas mías: participa en el drablethon de
vrai_epilogues y con 400 palabras en el
quinesob ! Es un fic navideño en pleno julio, no tengo ni idea de donde salió la verdad XD
Teddy podía recordar cuando Lily era tan solo una niña. Con sus coletas rojas, corriendo por la casa, molesta si James le jalaba del pelo y siempre dispuesta a probar juegos nuevos. Con un genio vivaz, a pesar de ser la menor, era la reina de la casa de su padrino.
Nunca había sido demasiado cercano con ella. James y Albus habían sido como hermanos menores, pero Lily había nacido bastante cerca de su entrada a Hogwarts, por lo que la había visto sólo por las fiestas y en los veranos.
-Es una pesada - le solía decir James, aunque siempre estaba dispuesto a defenderla de los demás.
No lograba recordar cuándo había notado que la menor de los Potter había crecido. Probablemente esa vez en la fiesta de navidad, en la que al encontrarse con él bajo el muérdago le había dado un beso sin siquiera pedir permiso. Sólo un inocente roce de labios que había hecho que su cabello cambiara bruscamente a un color rojo, a juego con el de ella.
Lily se había reído y le había deseado “feliz navidad”, siguiendo su camino como si aquello no significara nada. Un roce de labios bajo un muérdago era lo más normal en la época, Teddy sabía que no debía hacer cábalas al respecto.
Aunque no lo lograba.
Habían tantas razones para no pensar en ello… Empezando por su padrino, para quien Lily era la niña de sus ojos. Ni qué decir de James Potter, uno de los hermanos más celosos que había conocido (aunque su madre siempre lo hubiera reprendido por ello). También estaba la esperanza de los Weasley de verlo como parte de su familia con alguna reconciliación con Victoire (a veces se preguntaba si era tan difícil aceptar que eran amigos).
Y por supuesto, estaba Lily. Joven y radiante, recién egresada de Hogwarts, lista para comerse el mundo. ¡Le quedaba tanto por vivir, demasiado que experimentar! Él no era un viejo, pero ya había dejado los veinte atrás, y ella apenas los empezaba.
Sin embargo, había ocasiones en las que no podía evitarlo. Cuando Lily lo miraba desde el otro lado de la sala y le sonreía con picardía. En esas ocasiones que bromeaba y sus ojos parecían tener un brillo especial cuando lo veían... Y esa Navidad, cuando le guiñó un ojo al llegar a la casa.
Estaba colgando un ramo de muérdago en el portal.