Parte 6: Diciembre 1975

Oct 19, 2004 18:26



Parte Seis
Navidad 1975

"¿Qué estás haciendo, Sirius?"

Es Navidad, y la escuela está llena de ella: llena del olor verde de pino fresco en los pasillos y en el comedor, del brillo de las luces doradas en el jardín y las salas de clases, del eco de las notas en las grandes torres mientras esos estudiantes muy alegres para aguantarse, explotan espontáneamente en villancicos. Sirius no está menos afectado, y esto, en adición a la felicidad del final de semestre, lo tiene saltando por los pasillos con una rama de muérdago y un montón de campanitas, dejando una montonera de niñas mareadas y sonrojadas en su camino.

Remus se tropieza con él en medio de un particularmente apasionado interludio con una Ravenclaw de cuarto año llamada Tansy. Cuando Sirius lo ve sobre la cabeza dorada de su compañera, le da un movimiento final a sus campanas y se aleja, dejando a Tansy poco ceremonialmente a un lado. A ella se le sale un hipo algo mareado y eufórico y pasa una mano temblorosa por su cabello. Remus levanta una ceja.

"Oh, otra víctima," dice Sirius felizmente, caminando hacia él y levantando el muérdago con una sonrisa encantadora y un meneo invitador de sus campanas. "¿Por favor? ¿Un besito? Jesús querría que lo hicieras." jingle jingle jingle.

"Blergh," dice Remus y se agacha, fuera de alcance. "No dejaré que me tientes con tu depravación. Fuera."

"Sí, bueno," dice Sirius, aún entusiasmado, y Remus podría jurar que llega a saltar. Remus nunca había visto a Sirius saltar. Nunca ha visto a nadie en botas de combate saltar, pensándolo bien, y le impresiona vagamente la fuerza necesaria en las piernas para hacerlo.

No siendo alguien para arruinar la Navidad, Remus se dirige al Salón Principal, cansado de las trampas puestas en el camino. Para todos los demás, Navidad significa alegría en cada esquina. Para los estudiantes de Hogwarts, bajar la guardia significa una emboscada a manos de demasiadas hojas de muérdago en el castillo. Mirando nerviosamente sobre él, revisando los techos por alguna señal de la planta espinosa, Remus casi se cae tres veces en la escalera y dos veces más en el pasillo antes de llegar al Salón Principal.

La sala está llena de luz y risa, olor de pino y pasteles y galletas dulces. James y Peter están instalados en su esquina, y Remus se dirige a ellos, en vez de permitirse ver las capturas de Sirius --tres chicas presionadas contra la chimenea, luciendo como ciervos en la luz más que participantes entusiastas de las andanzas anuales de Sirius.

"Al menos lo está pasando bien," dice James al ver la expresión en la cara de Remus.

"Oh, sí. Tiene el espíritu Navideño en él," concuerda Peter.

"Sólo puede terminar en tragedia," apunta Remus, sentándose. "Por favor díganme que planean algo que no tiene que ver con rebeldías desnudas."

"Oh, no," dice Peter virtuosamente. "Hemos estado haciendo tareas."

Remus mira a James, quién tiene la mirada perdida en el espacio. Ha visto esa mirada antes, mil veces. Sólo puede significar una cosa. "¿Con lo que, sin duda, quieres decir 'espiando a Lily Evans?'"

Peter suspira. "La verdad, quiero decir 'viendo a la gente besarse y riéndome de ellos' pero sólo porque ella está arriba. Oops. No debí decir eso."

James se levanta rápidamente, expresión firme en su cara, y Remus y Peter automáticamente ponen sus manos en sus brazos y lo fuerzan a sentarse.

"¡Déjenme!" protesta James, luchando. "¿Dónde está tu espíritu Navideño?"

"No puedes forzar la magia de la Navidad, sabes," dice Remus, sin retroceder un centímetro. "Puede que ni haya muérdago allá arriba."

James pausa con eso, el cerebro buscando una solución rápida, luego exclama, "llevaré el de Padfoot!" y reanuda sus esfuerzos para escapar.

"Para!" dice Peter sin aliento. "No te lo prestará, está muy ocupado-- Remus, ayuda, está fuera de control!"

"Te hará pedazos," dice Remus lógicamente. Que tenga bien agarrado a James de la muñeca ayuda. "Te hará pedazos como siempre te hace pedazos, y con público."

"Pero es Navidad," se queja James. Se sienta, enojado, y se dedica a limpiar sus lentes. "Con estos amigos..."

"Es por tu propio bien, James," explica Peter. "De verdad. La última vez te golpeó en la cabeza y estuviste morado por semanas!"

"Lo recuerdo." La expresión de James es severa, oscura. "Ella es inexplicable. Todo lo que hace-- completamente inexplicable."

Si Remus conociera menos a su amigo se lanzaría para dar una explicación de lo sensible que es la Srta. Evans, dada la evidencia. Pero siendo sincero consigo mismo, le da a James una palmadita incómoda en la espalda. "Quién sabe," dice. "Es Navidad. Puede que se sienta caritativa. No, no, eso no salió bien. Lo que quiero decir es que hay muérdago en todos lados. Y si te atrapa bajo él-- y las posibilidades son buenas-- entonces, bueno, eso es suerte. Buena suerte." Aunque la expresión de James se ilumina considerablemente, Remus siente como si acabase de sentenciar a Lily Evans a la humillación pública.

"Y lo que la suerte no entrega," añade James.

"No puedes seguirla más," advierte Remus. "¿Recuerdas? Ya te conoce. No sé cómo lo ha descubierto-- podría ser un hechizo o algo. Pero lo sabrá, si la engañas."

"No la voy a engañar," responde James. Peter da vuelta los ojos tras la espalda de James. "Sólo voy a ayudar un poco a la suerte."

"Ay señor," dice Remus.

James se levanta, sacándose las manos de encima. "Voy al baño-- no quiero estar todo desordenado cuando la Dama Suerte venga a darme mi regalo."

"Ay señor," dice Remus otra vez y suspira, levantándose. "Voy contigo. Simplemente no se puede confiar en ti."

"Sí se puede!" dice James, bien ofendido, y luego, fuerte, "Oh no, por favor, Remus, ve antes que yo! La escalera no es lo suficientemente ancha para tres personas y odiaría adelantarme inconsideradamente."

Remus mira arriba. Este no puede ser James Potter hablando en serio. Tiene que haber una razón--ah. Lily Evans viene por la escalera hacia abajo, en bata y luciendo resignada. Le da a Remus La Mirada y da vuelta los ojos muy expresivamente, Remus lo siente desde el otro lado de la habitación. La cabeza de Remus le duele con el esfuerzo de no asentir con ganas.

James hace un movimiento obsequioso con su cabeza y pisa a Remus. "Ve," dice entredientes.

Remus suspira y se dirige a la escalera. Lily se aplasta contra la muralla para dejarlo pasar, ofreciéndole una sonrisa que dice Los Prefectos En Esto Todos Juntos, o al menos informándole que ella no lo culpa por las estupideces de sus amigos estúpidos. Remus logra sonreír agradecidamente hasta que la voz horrible y fuerte sobre sus cabezas grita "BUENO, SORPRESA, SORPRESA! ALGUIEN ESTÁ A PUNTO DE RECIBIR UN REGALO DE NAVIDAD GENIAL!"

"¿Qué?" dice Remus, sorprendido.

"¿Qué?" Evans habla, mirando con pánico a Remus.

"¿QUÉ?" grita James desde atrás, sonando más horrorizado que los dos juntos.

Remus nunca ha tenido que preguntarse cómo es el muérdago afuera del mundo mágico-- una rama alegre o dos de flora verde, colgando inocentemente de un umbral, una tradición simpática que nadie tiene que seguir. Eso no pasa con el muérdago en Hogwarts. Remus, parte Muggle y más acostumbrado al mundo Muggle incluso ahora, se pregunta si el muérdago escolar --con los dientes filudos y la voz cortante-- es uno de los inventos de Dumbledore, o simplemente una versión mágica de algo Muggle.

"Ay señor," dice Remus por tercera vez.

"ALÍSTENSE," grita el muérdago con alegría sadista. "DALE UNO BUENO A LA PELIRROJA POR MI O TE SACO LA NARIZ DE UN MORDISCO."

La cara de James se ha puesto de un lindo color tomate. Lily se ha sonrojado en una manera poco atractiva. Una pequeña multitud se ha reunido y Remus sólo puede distinguir la cabeza de Peter entre los curiosos, un nudo apretado en su ceño.

"Bueno, Remus." dice Lily. "¿No es afortunado?"

Remus ha dejado de mirar donde James, la expresión peor que el color, el que gradualmente se ha tornado fucsia. "Eh," dice Remus. Suena como "ek."

"¿QUÉ ESTÁS ESPERANDO?" demanda el muérdago. "DIEZ SEGUNDOS. NUEVE. OCHO. SEIS. DOS."

Remus tendrá suerte si bombas de caca son la única venganza que James use. Suspirando profundamente, sintiéndose algo más que nervioso en el centro de su estómago, cierra los ojos y se inclina hacia adelante. "Lo siento," murmura a través de sus labios apretados. "Yo nunca--"

"No te preocupes," susurra Lily, "Yo sí. Que sea bueno por James, ya, Remus?"

"MENOS CONVERSA!" grita la planta. "MÁS SALIVA! O SI NO!"

Remus se encoge de hombros sin caso, por James, por Lily, por la enorme tormenta que se forma sobre la frente de James.

"Shhh," dice Lily gentilmente. "Me gusta tu nariz; odiaría que la perdieras." Y se inclina, cuerpo pequeño cubierto de terracota y presiona su boca gentilmente contra la de él.

Remus le está poniendo demasiada atención a su propia presión sanguínea como para analizar de verdad qué clase de beso es, pero con todo, piensa, es probablemente uno bueno, mientras Lily hace pequeños sonidos placenteros y se mueve contra él, toda curvas y esencia, y Remus está bien seguro de que faltan unos diez segundos para morir acribillado. Se debe ver fantástico, al menos. Y Lily es atractiva, Remus lo ha pensado con frecuencia, pero clínicamente. Una de sus manos suaves de chica sube hasta su mejilla, quedándose en su cabello. Hay un grito ahogado desde detrás de ellos y una risa que definitivamente es de Sirius, y finalmente Lily se aleja, mirándolo con ojos verdes grandes e inocentes.

"Estuvo lindo," dice ella, con gran profundidad de sentimiento. "Gracias."

"Erk," dice Remus, se atora e intenta de nuevo. "Eh. No. Gracias a tí."

"Cuando quieras," susurra ella, agarrándole una mejilla y luego desaparece en la escalera.

Remus se arriesga a mirar a James, quién está de un violento color violeta: Sirius lo ha sostenido con una mano sobre su boca, y favorece a Remus con un guiño gigante y un modulado Bien Hecho.

"ESO," dice el muérdago. "NO ESTUVO TAN MAL, NO??"

"Claro," dice Remus. Traga, fuerte, y casi llena su garganta con su propia lengua. "Estas escaleras están definitivamente cerradas desde ahora."

***

"Tienes que dejarlo, amigo." Sirius se balancea con los pies sobre la mesa del té, muérdago colgando sobre un ojo. "Asustaste a Remus y se fue a alguna parte, no hay dónde encontrarlo para toda la diversión del muérdago--"

"Creo que ya tuvo suficiente 'diversión del muérdago'," dice James.

"Sí, sí, pero los celos son tan desagradables." Sirius mueve una mano. "Deja de verte tan mal. Tu cara se va a congelar así."

"O peor," añade Peter. "Los de Slytherin podrían verte."

"Snivellus podría verte." A Sirius le da un escalofrío. "Piensa en el estremecimiento, directo a sus entrañas, si te viera así como la plaga. No. No! No lo permitiré." Sirius parte el muérdago por la mitad, retorciéndose por su grito de incomodidad, y le ofrece la mitad más chica a James. "Inténtalo, ¿qué dices? Por una hora o dos. Excelente ejercicio para perseguir, excelente práctica para el futuro, y excelente diversión de todas formas. Y te digo algo, Peter," continúa, ofreciéndole la mitad más grande también, "puedes irte de fiesta y pasarla bien con la población femenina mientras yo me guardo para la próxima ronda esta noche, y cuando vuelva James no lucirá como si fuese la comida de anoche."

"Tienes lápiz labial en la nariz," dice James enojado.

Sirius frunce el ceño y se pone bizco buscando la evidencia en su cara. "¿Si? Cosas de la guerra, supongo. Vamos, los dos! Vayan a buscarse una Feliz Navidad y eso. Hacen que quiera vomitar!" Con un último guiño se va saltando de la sala, cantando "Que Vivan Los Gryffindors" en sonidos desagradablemente alegres.

"Lo odio," dice James, viendo cómo Sirius le planta un beso no solicitado en el tope de la cabeza a Frank Longbottom al irse. "Ojalá se quebrara un brazo, o algo. Arruina la Navidad para todos. Deberíamos encerrarlo para siempre."

"Alégrate," dice Peter, sintiéndose algo inútil. "Mira, ¿quieres salir de aquí? Podríamos ir abajo la capa y tirarle cosas a Rabastan Lestrange, eso siempre te hace sentir mejor."

"No sirve, Wormtail," dice James. Deja salir un suspiro enorme comunicando que todo el cansancio del mundo le ha caído en sus hombros de 16 años. "Soy un lisiado del amor!" Se tira contra su silla con una expresión borrosa que presumiblemente, en su cabeza, pasa por Románticamente Trágico. Peter se pregunta si el amor siempre tiene que verse así, como si te hubieran pegado en la cabeza con el libro de Historia de la Magia. Quizás no. "Y traicionado, también," añade James. "Lisiado y traicionado."

"Creo que deberíamos irnos-- James, deberíamos hacer algo. Lo que sea. No puedes sentarte ahí amurrado para siempre."

"Quiero morir, Petey. ¿Por qué no me puedes dejar morir?"

"Maldición," dice Peter. La situación se ha vuelto desesperada. "No es tan malo. Vamos!" En vez de aceptar las negativas, toma el brazo de James e intenta sacarlo de su silla. James se resiste con un quejido trágico. Peter lo tira --James tira-- cuando de pronto, como resultado de la pelea, sus puños de conectan, cada uno juntando una parte del muérdago.

"OH HO HO HO HO!"

Peter se congela. James entra en pánico.

"¿QUÉ TENEMOS AQUÍ?" preguntan ambas ramas al mismo tiempo.

"NOCHE DE PAZ, NOCHE DE AMOR," grita el de James. "FA LA LA LA LA, BESALO YA."

"ESTA ES LA ÉPOCA PARA SER FELIZ," continúa el de Peter. "TOMATE TU TIEMPO Y LE CONTAREMOS A TUS SUPERIORES."

"No tengo nada de suerte," dice James. "Nada de suerte."

"Terminemos con esto," susurra Peter. "Antes de que alguien más vea."

James mira a Peter de arriba a abajo. Es un chico bajito, pequeño, con pelo rubio y rasgos normales, casi con sobrepeso pero podría ser por los vestigios de la niñez que todavía no lo abandonan. James raramente lo mira bien del todo, sólo reconoce su presencia y lo acepta, como lo hace con todos sus amigos a veces --sabiendo que se dará vuelta y encontrará a alguno de ellos cerca, sabiendo que estarán ahí para comer siempre con él, sabiendo que puede mirar abajo desde el campo de Quidditch a través del viento y verá sus caritas apoyándolo, pero sin tener que mirarlos directo porque los conoce. Es reconfortante, sentirlos más que verlos. Es desorientador ver a Peter ahora, y preguntarse cómo cresta se besa a uno de tus amigos. Uno de tus amigos hombres.

"A la una, a las dos, a las tres," dice James. El beso es rápido y torpe y algo mojado.

"Asco," dice Peter, exagerando. "Grrg. Guácala."

James se seca los labios con la palma de la mano. "Ack," concuerda.

"FA LA LA LA LA LA," canta el muérdago. "LA LA JA JA."

***

Sirius baila por el pasillo con un saltito y medio, lleno de esa peculiar alegría Navideña: una combinación de canela y pino y luces y música con campanas y coros. Lo ama. A veces despierta en Octubre lleno de música pensando en ello. Los gritos del muérdago hacen eco en los pasillos --bueno, piensa Sirius, no hay suficiente amor en el mundo; la gente debería aguantarse y hacerlo. Besarse! ¿Cuán malo puede ser? Le hace un guiño a una chica de Hufflepuff de tercero, que se aprieta contra la pared. Dulce niña, cómo se llame.

La puerta de la cocina está semi abierta cuando llega a ella, un elfo doméstico algo rosado saliendo. Lo mira con ojos cansados. "¿El Sr. Black tiene hambre ahora?"

"El Sr. Black," Sirius le asegura, "siempre tiene hambre, Dinky. ¿Qué tienes de sobra?" Antes de que pueda contestar Sirius entra a la cocina, sobándose las manos con alegría mientras le llega el olor del lugar. Navidad! ¿Acaso no hay límite para su encanto?

La cocina --y la horde de pequeños guardianes-- no tienes alternativa contra él. Bien repuesto con pasteles, dulces, fruta y algo bajo la capa que, Sirius reconoce, puede haber sido demasiado, se dirige hacia el pasillo, murmurando villancicos en voz baja y viendo la nieve caer tras las enormes ventanas.

Salta una esquina y, cabeza completamente metida en el Espíritu Navideño, directamente sobre alguien, dice "uuf!" y se cae. El pavo clandestino da botes por el pasillo y Sirius lo lamenta por un momento antes de levantarse de nuevo, tomando las manos de su víctima y ayudándolo a ponerse de pie. "Lo lamento mucho," dice, aún contento, "no estaba mirando, ¿estás bien?" Hasta que sacude el pelo de la cara, se da cuenta de qué manos está sosteniendo y las deja caer con un sonido indignado, como si se hubiese quemado.

Severus Snape, quién ahora tiene mermelada por toda la nariz, tiene una expresión igualmente asqueada en la cara y ojos mortales. "Bueno," dice, "parece que la Navidad tiene un efecto de lo más interesante en tí, Black-- no sabía que podrías ser más absurdo." Sirius reconoce el mordaz tono purasangre en la voz de Snape, el guiño adinerado, la erudición egotística. Hace que el corazón le lata en los oídos y los puños se le cierran sin pensar.

"Quizás no pudiste ver por dónde ibas, Snivellus, con tu enorme nariz tapando tu visión, pero algunas personas tienen amigos con los que juntarse y no aprecian ser derribados."

"Qué respuesta más astuta." Snape pasa un pulgar largo y delgado sobre el puente de su nariz, sacando la mora pegajosa de ella. "Debes pasar horas dedicado a mi nariz, para tener tantas revelaciones a mano."

"Te mostraré lo que tengo a mano," dice Sirius, arremangándose la camisa, antebrazo musculoso, comida olvidada.

"Ah, sí, claro. Justo como un Gryffindor." El labio de Snape se tuerce, convirtiendo su cara en algo viejo y duro. Sirius lo mira por cualquier señal de miedo en su expresión pero no encuentra ninguna. Lo hace enojar.

"Sólo tu y yo, Snivellus," responde Sirius. "¿Tienes miedo?"

"¿De ti?" dice Snape.

"Quizás," respira Sirius con una pequeña sonrisa, dando vuelta la cabeza sobre los hombros para que su columna haga un sonido amenazador.

"Por favor," se burla Snape, ojos entrecerrados pasando insolentemente sobre él. "¿Asustado de un chico que se escapó de su propia madre? ¿Qué crees que soy?"

Demasiado rápido hasta para pensar, Sirius agarra a Snape del hombro de su capa, lo da vuelta y lo tira contra la pared. "No te atrevas-- no tienes idea--"

"Qué," dice Snape, desganado y burlón, "como si nadie importante no supiera lo que pasó en tu pobre y querida familia." Hasta huele a purasangre, todo viejo y maldito y barnizado con poder que ni siquiera tiene, y no hay nada que Sirius quiera más que hacerlo purosangrar por todo el piso.

Una barra de chocolate da bote ridículamente fuera de su capa y sobre el piso.

Moony lo dejaría ir.

"Eres patético," termina Sirius molesto. Empuja a Snape contra la pared de nuevo, porque sí, antes de soltarlo. "Anda a atracar con Lucius Malfoy, parece que eso te gusta. La idiotez, como sea." Le da la espalda a Snape, determinado a encontrar otro camino por el castillo.

"Claro," le llega la respuesta nasal, "y ya que estamos en el tema de atracar, te dejaré volver donde ese patético animal sangre sucia al que llamas amigo--" termina cuando Sirius se da vuelta y se lanza sobre él, puño arriba, tirándolos a los dos alrededor de una esquina con la fuerza del empujón.

Mientras Sirius levanta un puño alto, una voz demandante justo desde arriba de ellos grita, "NO PUEDEN CONTENERSE NI POR UN MINUTO, NO?! HONESTAMENTE! HORMONAS JUVENILES!"

"Oh Dios," susurra Sirius, sintiendo que se le escapa toda la sangre del cuerpo.

"Oh Dios," dice Snape, en un tono que advierte perdición. "Esto no puede estar pasando."

"No está pasando," dice Sirius muy tranquilo. "Esto no está pasando. Vuelve. Sólo aléjate, no le hagas saber que lo escuchaste hablar--"

"DEBES PENSAR QUE SOY ESTÚPIDO! MANOS DONDE PUEDA VERLAS O LES SACARÉ LOS OJOS!"

"Preferiría ser esterilizado," dice Snape. "Con una cuchara."

"Preferiría esterilizarte a tí," dice Sirius. "Sin la cuchara."

Levantan las cabezas, en sincronía cómica, dando vuelta los cuellos para ver el muérdago, escondido en la curva del umbral sobre ellos. Les sonríe mostrando los dientes. "¿QUÉ PASA, MUCHACHOS?" demanda. "¿PERDIERON EL APETITO?"

"Voy a vomitar," dice Snape. "Esto es impensable."

"Es insanitario, eso es." Sirius se balancea, todavía queriendo pegarle a Snape, todavía queriendo golpear su cabeza contra el piso, pero la rabia está lentamente siendo eclipsada por el gran y poderoso desagrado, llegando en pequeñas olas hacia su estómago. "No sé dónde mierda tus labios han estado, Snivellus, pero estoy seguro que tiene que ver con el ojo de un sapo y la cola de un renacuajo."

"Muy gracioso, Black." Snape intenta liberarse pero Sirius lo tira de vuelta contra el piso de piedra, duro, y lo mantiene ahí con las palmas de sus manos. "¿Pensé que el plan era escapar?"

"SIN ESCAPE, SIN ESCAPE!" grita el muérdago. "NO, NO! DIRECTOR! DIRECTOR!"

"No te voy a besar," dice Sirius. "No. Me niego."

"¿Tengo que estar decepcionado?" pregunta Snape.

"Cállate," grita Sirius. Unos elfos de la cocina, sorprendidos por el ruido, están espiándolos desde la esquina. Puede escuchar pasos que vienen de la escalera, demasiado rápidos para ser de Dumbledore, lo que quiere decir que gente con la que tiene que estar en clases va a ser testigo de esto. Sirius no odia la Navidad. Ni siquiera este lamentable incidente puede hacer que Sirius odie la Navidad. Pero odia el muérdago. Su odio es seguro como el amanecer.

"Quizás podamos engañarlo," dice, sintiendo la desesperación en su garganta. "Quizás te puedo pegar, claro, y tu puedes hacer sonidos-- no tiene ojos, no?"

"LO SÉ TODO!! FA LA LA LA LA! HAGAN LO QUE DIGO O LES CORTARÉ LAS PIERNAS!"

"No voy a hacer esto," dice Sirius, cerrando los ojos y rezando por un Milagro de Navidad. "Preferiría ser asesinado."

"Eso puede arreglarse," dice Snape. "si no haces algo!"

"Sí," dice una voz desde la pronta a ser multitud. Suena sospechosamente como Ted Tonks, un hombre al que Sirius había considerado como un amigo y un hermano, y ahora, lamentablemente, tendrá que asesinar, junto con todos los demás alumnos de Hogwarts. "Haz algo. ¿Sabes lo que digo, no?" La gente --¿de dónde salió esta gente? ¿No tienen clases? ¿No tienen vidas?-- se junta rápidamente. El odio de Sirius aún es seguro.

"Claro," dice Sirius, odiando un mundo que convierte en correcto tener que hablarle a Severus Snape con un susurro. "A las tres, ya, corremos. No nos puede agarrar a los dos, y tu eres más lento, pero puedes salvarte con una pierna. ¿Listo?"

"Bueno, bueno!" dice una voz alegre, brillante y llena de alegría como si fuese el mismo Santa. "¿Organizando reconciliaciones entre casas por las fiestas? Instintos maravillosos, chicos, muy maduro."

Sirius considera, no por primera vez, la opción de la muerte. Se da vuelta para ver sobre su hombro, para asegurarse de que no son los olores del cuerpo de Severus dándole alucinaciones. Sin suerte. Albus Dumbledore, brazos cruzados tras su espalda, ojos brillantes como siempre, está frente a ellos, dándole sombra al umbral donde Sirius y Snape están tirados.

"¿Pero qué hacen acostados? Es sólo un beso," continúa Dumbledore. Viejo loco y desagradable, piensa Sirius, con sus ojos brillantes y su voz chispeante, mirándolos, atrapándolos, y esperando que hagan Lo Correcto. Sirius quiere vomitar. Quiere vomitar sobre la cara de Severus Snape. "Me encanta el muérdago," le dice Dumbledore a los demás estudiantes, quienes prestan firme atención a la humilladora muestra. "una vieja costumbre, el origen es muy interesante-- pero creo que nos mantiene atentos, no?" El grupo contesta sí. "¿Bueno?" Dumbledore se dirige a ellos y les hace un gesto con una mano benevolente. "Un ejercicio de tolerancia, para que la escuela vea. Diez puntos para cada casa." Hace una pausa, tocándose un lado de la nariz y arreglándose los lentes. "¿Bueno, muchachos?"

"OH EL ARBUSTO Y LA HIEDRA," grita el muérdago.

Sirius se levanta, pesado desde su centro hacia abajo. Traga. Mira a Snape enderezarse, cara pálida lejos de su campo de visión, estirándose la capa. Sirius se toca la nuca. Esto es, Black, piensa. Ahora puedes correr. Ahora puedes agarrar tu baúl y tu moto y correr a las colinas. Podrías ser un fugitivo o un pirata o atender un pub o algo así, y nunca tendrás que besar a Snivellus excepto en las pesadillas que todavía tendrás.

"Vamos!" alguien grita, desde la multitud.

"¿James?" Sirius pestañea, incrédulo.

"Maldición." dice Severus.

Ni siquiera le da a Sirius el triunfo de la valentía. Ni siquiera le da a Sirius el menor fragmento de dignidad al iniciar el beso, la mortificación cúlmine. Toma la cara de Sirius con sus dedos arañezcos y lo acerca, labios con sabor a almuerzo, beso clínico en su intimidad, como una visita al médico.

La enorme audiencia explota en aplausos.

"Nnnngh", dice Sirius miserablemente, secándose la boca.

"Nunca más estaré limpio," dice Snape. Hay poco triunfo en su voz vacía y muerta.

Accidentalmente se miran a los ojos, acusatorios, odiosos, asqueados. Ambos se tuercen, escalofríos y miran a otro lado.

"Muy bien, muchachos, muy bien," dice Dumbledore y Sirius se deja contemplar la breve fantasía de estrangularlo con su propia barba. "Feliz Navidad a todos y a todos buenas noches! Ho ho ho!" El estómago bajo su capa se mueve como un plato lleno de maldad.

Sirius cierra los ojos y entra en un trance de pesadilla; cuando los abre de nuevo, Snape y Dumbledore se han ido, aunque permanecerán quemados en su memoria para siempre y siempre y siempre hasta que la muerte finalmente lo llame.

"Prongs," dice, "Encanto de Memoria. Por favor. Te pagaré bien. Por favor, por favor, haz que esto no haya pasado nunca."

"¿Cómo estuvo, eh, Padfoot?" dice James. "¿Te presionó los botones? ¿Fue grasoso?"

Sirius lo mira borrosamente.

"Y pensamos que el de nosotros estuvo mal," dice Peter. James le da un codazo, fuerte, en el estómago.

"¿Tu qué?" pregunta Remus, desde atrás de ellos.

"Nuestro nada," dice James.

"Nada," repite Peter, asintiendo enfáticamente. "Nuestro nada de nada."

"Oh Dios," Sirius se tira al piso. "¿Estoy muriendo? ¿Estoy muerto? Siento en mi boca como si estuviera muriendo. Moony --Moony, rápido-- tómame la temperatura. ¿Me envenenó? ¿Tengo fiebre? Qué pasa-- dónde estoy-- no puedo ver!"

"Sirius," dice Remus, "estás histérico." Se arrodilla junto a él de todas formas y le toca la frente con la mano. "Bueno" diagnostica, "creo que vivirás."

"Pero quién le llama a eso vida," Sirius se queja. "Abrázame."

"Levántate, Sirius," dice Remus. "Vamos. Arriba, arriba. Lo sobreviviremos. Hay Pastel de Navidad para la cena, sabes."

"Intentas distraerme," los ojos de Sirius se entrecierran. "Intentas sacarme de mi calabozo de dolor y de los gérmenes de Snivellus tentándome para hablar de comida que nunca más podré disfrutar porque sus labios están para siempre quemados en los míos."

"Hay Pastel de Navidad," repite Remus.

"Me gusta el Pastel de Navidad," admite Sirius.

"Así es," dice James, sintiéndose muy generoso con su consolación ahora que Sirius tuvo peor suerte de la que él jamás podrá tener. "Ya, ya."

"¿Cuánta gente había?" Sirius mira a uno y al otro, cabeza cayendo débilmente. "Maldición, hombres, sólo díganme la verdad."

"No puedes soportar la verdad," dice James con una honestidad que duele.

"¿Así de mal?" murmura Sirius.

"Así de mal," dice Remus y luego añade amablemente, "¿chocolate?"

***

"No sigue enojado conmigo," dice Remus, detrás de su libro, "¿verdad?" James no ha estado cerca en toda la noche, desde la cena, y estuvo tenso durante la comida. Por supuesto, la comida había sido espectacular y nadie había hablado mucho, eligiendo comer lo más posible, pero la paranoia aparece en la conciencia de Remus como el frío. Se toca la nariz sin pensar, buscando la distracción de Sirius como un signo de algo. "¿Sirius? ¿Hola? ¿Sirius?"

"¿Qué?" Sirius pestañea, saltando nerviosamente, y luego se relaja con un suspiro largo. "Fue en los labios, Moony," murmura. Tienes idea de lo desagradable-- oh. Hiciste una pregunta. Eh. ¿Qué fue?"

"No importa," dice Remus. "Da lo mismo."

"No, no, no hagas eso." Sirius frunce el ceño. "¿Dime?"

Es el turno de Remus de suspirar. "Sólo quería saber si James está muy enojado," dice tranquilamente. "Eso es todo."

"¿Qué? ¿James? Sobre-- oh. Sobre eso. No. Bueno, se le pasará. Él y Peter tomaron mi muérdago, sabes. Andan por ahí causando caos entre la masa, sin duda. Les dije que se lo podían quedar. Odio el muérdago."

"Mmmm", murmura Remus.

"Fue horrible," Sirius insiste. "Fue como-- no, fue peor-- fue peor que besar a una rata muerta, peor que besar a un pez muerto. Me tocó por todas partes, el imbécil sucio y hediondo. Todavía puedo sentir sus manos en mí, sabes. Supongo que eso es lo que dicen, ser tocado por la muerte."

"Suena terrible," dice Remus. Caminan en silencio por un minuto y después Sirius salta de nuevo, más violentamente esta vez, y mira hacia atrás. Remus salta también, pero por susto. Por un segundo largo y tembloroso Sirius se queda quieto, forzando a Remus a estar igual de quieto. Finalmente, se relaja. "Oh, Dios, Moony, pensé que lo escuché."

"¿Snape?"

"Dumbledore," dice Sirius. Le da un escalofrío, el ojo le tirita. "No entiendes, Moony, nunca podré mirar al hombre a los ojos de nuevo."

"Claro," dice Remus.

"Oh, aquí." Sirius, duro como siempre pero afectuoso y sincero. "Mira, no te preocupes. James, no está enojado. Celoso, sí. Te digo que el hombre está celoso. Pero no está enojado de verdad. No fue tu culpa-- Dios, no fue nuestra culpa." Se le ponen los ojos borrosos recordando de nuevo.

"Lo sé," dice Remus y suspira. "es sólo que me preocupo. De verdad le gusta, sabes. Y yo no dije exactamente que no."

"Siempre te preocupas," responde Sirius y pasa su brazo largo por los hombros de Remus, golpeando sus frentes gentilmente. "Igual te quiere. Simplemente te va a hacer muchas preguntas incómodas sobre sus labios y esas cosas, y vas a tener que inventar alguna forma para sacártelo de la cabeza."

"Urgh," dice Remus. "Me da escalofrío pensar en lo que hará con esa información."

"Sugiero que no pienses en eso," ofrece Sirius. "Tu y yo podemos hacerlo juntos. Podemos pasar el resto de nuestro tiempo no pensando en cosas." Su ojo izquierdo se tuerce de nuevo. Empieza a ser preocupante.

"No," interrumpe Remus rápidamente, "la la la, piensa en elefantes, canta una canción, Claudito clavó un clavito etcétera--"

"Eres un buen amigo, Moony, pero es demasiado tarde," dice Sirius. Su voz suena vacía en su garganta. "Igual, es un buen pensamiento. Pero una canción y Claudito no son suficientes. Ni los --qué era-- los perfumes de Arabia pueden limpiarme."

"Algo así, sí."

Van a dar vuelta en una esquina cuando Sirius tira una mano al pecho de Remus y Remus se tropieza hacia atrás, pisando su propia capa.

"Qu--" comienza. Sirius, sosteniéndolo por la manga, lentamente, silenciosamente, apunta arriba. Sobre ellos cuelga, con dientes brillando en la luz del pasillo. Remus ha tenido suficientes besos inesperados forzados para el día, para el mes incluso, y para un chico tan privado como intenta ser es muy invasivo. No sabe cómo Sirius lo hace. "Oh," dice. "Claro. No puede pasar de nuevo."

"Me está mirando," susurra Sirius. "¿Lo ves? Te apuesto que Dumbledore nos sigue a todos y sólo espera a bajarlo, como una araña o peor."

"Cálmate, Sirius," intenta Remus. "Sólo pasaremos de a uno. No puede atraparnos de esa manera."

"¿Estás seguro?" Sirius mira alrededor nerviosamente, a ambos lados del pasillo, viendo los techos. "Podría haber otros. Esperando."

"Entonces caminaremos separados el resto del camino," ofrece Remus. "¿Te parece? A salvo. Libre de muérdago."

"Nunca lo voy a superar, sabes." La cara de Sirius se tuerce con degradación. "Estoy arruinado. Estoy arruinado."

Remus le da una palmadita en el brazo. "Tu primero," dice.

"No, está bien, tu."

"Pero yo--"

"Hm." Remus se ríe, y comienza a avanzar-- justo cuando Sirius hace lo mismo.

Se detienen justo a tiempo y se tropiezan en los pies del otro. Sirius mira a Remus y se ríe, un ladrido corto y nervioso. Remus se aleja inmediatamente, sintiendo demasiado bien su propia incomodidad, entendiendo demasiado bien la postura firme y repentina de Sirius. Se miran fijamente.

"Hah-- perdón, Moony." Sirius se saca el pelo de los ojos y vuelve a mirar arriba, los ojos brillan en la oscuridad. El muérdago sigue arriba, maligno y esperando.

"No hay problema," dice Remus, muy incómodo en sí mismo. "Sólo-- yo iré primero, si?"

"Claro, jaja," dice Sirius, sonando algo descompuesto. "Yo, eh, iré tras de tí. No muy cerca. A una distancia segura."

"Claro." concuerda Remus. Tose en su mano y camina valientemente bajo el muérdago, barbilla arriba. Después de un período razonable de tiempo escucha los pasos de Sirius detrás de él. Quiere volverse, mirarlo y darle algo de apoyo, pero no lo hace.

"Esto es raro," dice Remus sobre su hombro, y después se siente estúpido.

Desde atrás la risa precisa de Sirius. También es incómoda. "¿Pero no te sientes más seguro?"

"Supongo," dice Remus. Pero no es cierto.

***









***

De Sirius Black a Remus Lupin, Vacaciones de Navidad

Holaaaaa Moony McMoonycito,

Feliz Navidad para tí! Bueno todavía no es Navidad pero falta poco. Te puedes imaginar, la torre es una prisión oscura sin los Merodeadores en ella pero tiene sus ventajas. Por ejemplo, en este momento estoy devorando una pechuga de pavo con mis propias manos, por eso las manchas en los bordes. BARBÁRICO Y DELICIOSO, la comida nunca sabe mejor cuando la cazas tu mismo. Abajo con la vajilla!!!

Como puedes ver lo estoy pasando BRILLANTE aquí, gracias, no necesito a NINGUNO de ustedes para ser feliz. He mapeado todos los pasadizos que conocemos en ese grande de James y he pasado mis días paseando y tocando las murallas para ver si puedo encontrar alguno nuevo. (Hasta ahora no he tenido suerte pero hay muchas murallas más, este es un maldito gigante CASTILLO después de todo!)

Esta es una carta corta porque ya se me acaba el papel. Envíame regalos buenos o te hechizaré a tí y a todos tus descendientes.

--Paddlebrains



De Remus Lupin a Sirius Black, Vacaciones de Navidad, Rápida Respuesta.

Padfoot, con los Elfos Domésticos.

Parece que te estás sosteniendo infatigablemente, lo que es bueno saber. Ojalá que no estés comiendo mucho Pastel de Navidad, y con mucho quiero decir que le dejes algo a Dumbledore o quién sabe, el muérdago te podría comer mientras duermes. (Sin duda él tiene un batallón de muérdago al alcance de sus dedos. Cuidado detrás de tí.) Tu carta olía mucho a grasa y esencias cuando llegó pero he intentado limpiarla con un hechizo así que se podrá guardar para la posteridad.

En todo caso, he escrito una lista de sugerencias y lugares para revisar & los he incluido con esta carta. Hay algunos caminos falsos en los calabozos, por si acaso, y un túnel que termina en tres pasadizos igual de oscuros y hediondos. Cuando tu investigación te lleve ahí, asegúrate de no tomar el derecho o el del medio porque, con el primero, te encontrarás en una sala enorme llena de ojos, mientras que con el segundo, te encontrarás cayendo a un pozo de lo que puedo asumir son ojos, ya que eran muy redondos y tenían harto moco, y ciertamente hacían squish cuando los apretabas un poco.

(Te preguntas cómo es que estoy tan familiarizado con los calabozos, y te recuerdo, Remedial de Pociones. De lo más desagradable, siendo un Moony de segundo año e intentando caminar por los calabozos solo.)

La Navidad está ocupada como siempre. Algunas de las tías de mi mamá vinieron y todas son muy desaprobadoras de, bueno, todo, hablando de los muebles y haciendo comentarios detrás de sus manos sobre el pequeño piso de arriba y papá se pasea luciendo enojado todo el tiempo así que de verdad me gustaría que la Navidad ya terminara y podamos volver a investigar.

De nuevo: deja de comer tanto Pastel de Navidad. Arruinará tu figura.

- Remus Lupin, con Ansias Fiesteras.



De Sirius Black a Remus Lupin, Vacaciones de Navidad, Respuesta Más Rápida.

Moooooooony, rodeado por tías abuelas:

Con razón eres un desastre, fuiste traumado cuando niño por pozos llenos de ojos de Slytherin!! Si sólo me hubieses advertido sobre El Pozo un día antes pero lástima ahora estamos unidos por el trauma. Pensé que eran ciruelas peladas. Si no hubiese tenido todo ese pastel en mí podría haberme comido varias. ASI QUE YA VES DE NUEVO FUI SALVADO POR EL PASTEL. No puedo evitarlo si me arruina la figura, me ha rescatado de los ojos.

Para cuando vuelvas estaré placenteramente rotundo, me puedes usar como globo o patearme por la sala común para tu entretenimiento retorcido. Casi no me puedo mirar en el espejo. Es trágico ver tanta belleza desvanecerse de verdad, con todo es probablemente algo bueno que nunca quiera besar a nadie nunca más y que nadie me besará ahora que estoy asquerosamente gordo.

Más que eso la lista ha sido muy útil. Le he estado preguntando a los retratos también, son terriblemente amables si los endulzas un poco y le hablarán a las estatuas por tí. Aparentemente hay un pasaje detrás de Gregory el Ceboso pero no me gusta como me mira así que no lo he explorado. He encontrado algunas habitaciones muy muy raras, son brillantes, nunca hubiese sabido que estaban aquí! Una de las que visité juro que era la Habitación de Moony, habían libros ahí y discos y chombas y cosas. No la he podido encontrar desde entonces. Y hay una que da miedo en el ala de los Hufflepuff, es toda negra y las murallas son PUNTIAGUDAS y cuando entras se empiezan a CERRAR. Esa es la Habitación de la Perdición y la he marcado con una X, casi perdí la vida. No puedo pensar qué buen uso se le puede dar a una habitación así, aunque por otra parte si hubiese sabido sobre la vez en que Snape Tu Sabes Que, entonces la podría haber usado muy bien.

Esas son las noticias desde Hogwarts. Lamento que tengas una Navidad tan ocupada, sé que te gusta la tranquilidad pero puedes poner la cabeza bajo las frazadas. Recuerdo a las tías de tu mamá en tercer año! Esa que me gritó, ¿Prudence o algo? Deberías darle un besote de mi parte.

La mamá de Prongs me envió tres cajas con pasteles y una toalla con mi nombre. ¿Qué voy a hacer con tanta opulencia?

-- Padfoot, rodeado de elfos-domésticos

De Remus Lupin a Sirius Black, Vacaciones de Navidad, El Mismo Día.

Padfoot, rodeado de opulencia--

Tanta riqueza. Con todos esos pasteles y el Pastel de Navidad regresaré a la escuela para encontrarte hinchado y grande como una ballena, tirado en un pasadizo secreto, perdido para siempre. Será una gran tragedia y escribiré una novela sobre eso, la que venderá millones, y vivirás para siempre en la literatura. Será una historia maravillosa. Puedo verlo ahora.

Y ahí lo encontraron, con los ojos abiertos, los labios aún con olor a brandy. Su amado Pastel de Navidad yacía medio terminado a su lado, tirado en el piso polvoriento. Tras él todo era negrura, y sus amigos, dejando caer su orgullo, su masculinidad, su respeto propio, dejaron caer grandes lágrimas por su camarada caído, atacado por Pastelería Navideña y Demasiada Alegría. Bajaron sus cabezas en silencio. Ni siquiera había abierto sus regalos antes de que sus arterias explotaron en su pecho.

¿Qué dices, Sirius? ¿Te gustaría ser inmortalizado en un libro de bolsillo para siempre? Serás un héroe épico. Es raro que se les cante a los héroes.

Especialmente si eres del tipo que muere por Pastel de Navidad.

Sabes, tu 'Habitación de Moony' como la llamas, me intriga. ¿Recuerdas dónde la encontraste? ¿Volviste y se había ido? Tuve la misma experiencia, digamos, una vez que me encontré acorralado --despierto toda la noche estudiando para Pociones y Filch de guardia mientras intentaba volver a Gryffindor-- y de repente, encontré una puerta, en un lugar donde sabía que no había puerta antes. Entré y había una habitación pequeña sin ventanas, casi como un closet olvidado, y una apertura en la puerta de la que sólo yo podía ver. Perfecto para esconderse. La investigué después y no había nada, hasta en el Plano de Hogwarts que encontré en la Sección Restringida. Deja de lucir escandalizado, pedí permiso.

Si te hubieses comido los ojos nunca te hubiese vuelto a hablar.

Las Tías están aquí y no puedo besarlas, ni siquiera por tí. Pídeme cualquier otra cosa.

Esta vez te mando algunos dulces, no es que los necesites con todo el banquete que te estás dando, y una foto de nuestro árbol, y si hay algo más que pueda darte que te pueda mantener alejado de la cocina.

Remus, rodeado de asesinos.

De Sirius Black a Remus Lupin, Vacaciones de Navidad, letra desordenada.

Moony, ahogado en relaciones--

¿CÓMO ME PUEDES DAR MÁS DULCES, NO TE IMPORTAN MIS ARTERIAS?! Honestamente creo que te importo menos que tu preciosa novela de tres tomos la que por si acaso es mucho más complicada de lo que sugieres, esa escena de verdad será una explosión más que un veraneo. Como sea si de verdad me amaras no escribirías una novela sobre mi muerte; no, sería un poema épico y tendrías que pasarlo sólo a través de palabras. Así falleció Sirius el del cabello desordenado, destructor de motocicletas. Sería el Aquiles de los glotones y todos llorarían por mí por generaciones.

Sabes honestamente no puedo recordar dónde estaba esa habitación? Iba caminando sin rumbo unos dos días después que ustedes se fueron, pensando cosas oscuras, y entonces ahí estaba esa puerta al final del pasillo. No andaba de muy bien humor porque Peeves me había pegado con una parra y no estaba prestando atención supongo. ¿Cómo crees que deberíamos mapear las habitaciones que desaparecen? No se mapearán solas. ¿Y de qué sirve una habitación llena de chombas? Estaba bien para mí ya que todo lo que quería era acurrucarme y no estar... no sé, como sea estaba bien para mí pero no puedo pensar en lo que la gente en general haría con una habitación así.

MOONY MOONY MOONY ESTOY SHOCKEADO. SHOCKEADO. Un Prefecto en la Sección Restringida. TE QUITARÁN TU PLACA JOVENCITO, mostrada en las calles como una advertencia a los prefectos rebeldes. No te robaste una copia de Jardín de las Delicias, no, porque ALGUIEN lo hizo, me metí para mis andanzas anuales y no estaba. Nadie tiene permiso para verlo así que tenemos ladrones y pervertidos entre nosotros o Madam Pince de verdad debe tener profundidades escondidas. Oh Dios no puedo creer que haya dicho eso y menos que lo haya pensado SAL DE MI CABEZA ARRGH.

Bueno debo comer más para olvidar. Lamento lo de tus tías. No hay muchas compras que hacer por aquí, la mayoría de las tiendas están cerradas ya que todos están en sus casas con sus familias, pero te compré algo igual. No es mucho pero no sabía si lo habías leído o si te gustaba ese tipo de cosa. ¿Te gusta Kipling? (No digas NO SE, NUNCA HE HECHO KIPPLED porque no es divertido. Ha ha ha ha.) Me gusta, habla mucho de bestias salvajes e ingleses locos. Como sea si no te gusta NO LO TIRES AL LAGO, ME DESCOMPLACERÁ. También hay chocolate, glotón.

- Sirius, ahogado en comida.



De Remus Lupin a Sirius Black, Vacaciones de Navidad, Escrito Escondido en el baño.

Padfoot, arruinado por las calorías --

Sólo pensé que te gustarían. Era todo lo que teníamos. Con esa gratitud. Intentas meter a un amigo a las festividades-- bueno, pesadillas de Navidad es mejor-- y qué hace? Te dice que es tu culpa que vaya a morir joven por una explosión del corazón después de todo el estrés que ha puesto, sin pensar en el futuro, sólo pensando en ahogar sus penas en postres desarmados. Nunca más habrá dulces para tí. Te echan a perder los dientes, como dice mi mamá, y constantemente porque descubrí dónde guarda el chocolate y lo sigo comiendo para no tener que escuchar a la Tía Prudence citar mal poesía y tener que quedarme callado mientras mamá me mira para que no la corrija. Es un tormento. Soy muy educado en todo caso. Al menos piensan que soy el retrato perfecto de un caballerito. Quiero morderlas, lo que es grosero y muy impropio.

Así se perdió nuestro gran héroe.
No con un disparo, sino que con descontento-
Pero también con un grito, sí, atreviéndose a comer
demasiado pasteles, y todo solo estaba él
en el día en que la mantequilla lo venció.

O quizás lo haré en versos rítmicos. El pentámetro iámbico te da una estructura épica excelente.

Pausó para tocar el pastel con los labios
(con todo ese pastel que le llegó a las caderas)

Y olía a brandy por todas partes,
mientras sus entrañas se sentían como pegamento.

Cuando volvimos de Vacaciones
Lo encontramos grande y ancho como Dover,

Pero ya tirado sobre el piso,
Su pastel Navideño había terminado.

En todo caso, como estoy destinado a convertirme en un poeta laureado en cualquier momento, déjame hablar de otras cosas, como esa habitación. Creo que he desarrollado una teoría, así que aguántame un momento: qué si, sólo qué si, la habitación está ahí sólo cuando la necesitas? Como una habitación de requerimientos, en cierto sentido. Esa clase de magia es casi imposible, no puedo entender cómo se puede hacer, pero ciertamente si tienes una habitación cuando andas amurrado y buscando cosas en donde hacer agujeros, y yo tuve una habitación cuando me perseguía esa pesada Sra. Norris (ya sabes cómo odio a los gatos), y ninguno de los dos la pudo encontrar de nuevo, entonces debe ser posible. Le preguntaría a Dumbledore, ves, pero las circunstancias son dudosas y no estoy muy seguro de cómo se vería en mi expediente.

Oh, deja de reírte, vuelve a tus pasteles.

Remus Lupin, EL POETA.

De Sirius Black a Remus Lupin, Vacaciones de Navidad, Navidad

M, vergonzosamente brillante compositor de épicas--

No tengo palabras para la literatura que has compuesto en honor a mi incipiente muerte, toda es majestuosa apenas me puedo mover de la impresión. Bueno, de la impresión o del pastel no puedo decir.

Tu teoría es interesante pero ridícula. Si TU hubieses encontrado una habitación llena de chombas entonces diría, bueno, seguramente es la Habitación de Cosas que Necesitas. Pero qué se supone que hago con una habitación así, sabes bien que cuando me pongo una chomba parezco calcetín. Bueno, no sé, no quise convertirlo en un problema sólo pensé que era divertido o algo. Si es la Habitación de Necesitar Cosas entonces ¿por qué nunca se ha mostrado llena de vegetales verdes o fruta cuando ando paseando? Juro que estoy a punto de ponerme anémico.

El Banquete de Navidad acaba de terminar, fue doloroso. Dumbledore me miraba constantemente y McGonagall se negó a devolverme mis miradas ardientes, y Hagrid se comió todas las manzanas confitadas y el único otro chico de sexto era Lionel Lovegood quien pasó todo el tiempo mirándome raro y diciéndome estadísticas raras en voz de oveja. El hombre es un terror y Dios sólo sabe qué va a hacer con su vida.

No puedo agradecerte lo suficiente por la poesía, honestamente, me ha hecho sentir mucho mejor sobre cómo estoy gordo y muriendo y solo.

Feliz Navidad de verdad!

Así habló Sirius de la cola larga, cuya muerte inminente fue catalogada como leyenda, antes de que falleciera en los pasillos de Hades.



De Remus Lupin a Sirius Black, Vacaciones de Navidad, Navidad.

Sirius --

Te escribo no como respuesta sino que esperando que esto te llegue en la mañana de Navidad. Feliz Mañana de Navidad! (y Feliz Tarde de Navidad y luego Feliz Noche de Navidad.)

Voy a regresar antes. Mi papá dijo que podía porque sólo uno de nosotros hombres necesita sacrificarse contra las Tías --quiero ser más amable, de verdad, pero me gustarían más si mi mamá las quisiera, si ellas fuesen amables con mi mamá, incluso, pero no lo son y me hace enojar cuando ignoran lo mucho que se está esforzando-- así que me dio permiso para empacar las cosas para mañana. Sólo le dijo a mi mamá sobre esto la anoche después de la cena. Ni siquiera hubo gritos. Ella parecía estar de acuerdo, sólo triste me dijo.

En todo caso, si logras morirte por el pastel antes de eso, entonces no hay nada que pueda hacer para ayudarte y eso es todo. Descansa en Paz, Padfoot.

Probablemente te veré mañana.

R

PD: ¿No supongo que te gustarían calcetines? Tengo millones de calcetines nuevos, son calientitos y lindos pero no me caben en el baúl.

De Sirius Black a Remus Lupin, Vacaciones de Navidad, Inmediatamente Después

R--

NO QUIERO CALCETINES. ¿DE VERDAD VIENE UN MOONY?! ARGGHH NO ME PUEDES MIRAR ESTOY AVERGONZADO. APÚRATE YA SON LAS ONCE ¿DÓNDE ESTÁS?!

--S

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