Parte 9b

Nov 06, 2004 20:08



Temprano en la mañana, o tarde en la noche, Sirius encuentra sus dedos en el viejo diario.



***

"Bueno," dice Sirius felizmente, frotándose las manos, "creo que eso salió muy bien."

Peter huele el aire inseguro. "¿Estás seguro? No sentí nada."

"No tienes que sentir nada," explica James, "sólo lo-- haces. Supongo. Eso es lo que dice aquí." Toca el libro a su lado. "Que no lo sentirás, pero que sabrás cómo llamar al animal a que aparezca."

"No estoy seguro--" comienza Peter pero Sirius le pone una mano sobre la boca.

"Peter," dice. "Concéntrate. Ve lo que pasa."

Se concentran.

Por medio minuto.

Y luego algo en la nuca de Sirius hace putt.

"¿Qué están haciendo?" pregunta, abruptamente extremadamente curioso. "¿Qué hacen, ah? ¿Qué están haciendo? ¿La están pasando bien? ¿Puedo ayudar? ¿Estás dormido? ¿Qué está pasando? Oye, Peter, oye, mi favorito, Peter!" Se tira hacia Peter, al bueno y maravilloso Peter a quien sólo quiere porque es Peter y es genial! Peter!

"GNAUGH!" grita Peter y da vuelta una mesa y se esconde bajo ella.

Sirius lo ve por un instante y luego se da la vuelta, aburrido, y ve: oh, su mejor amigo. Su mejor amigo en todo el mundo. La mejor persona en la historia. La mejor persona jamás. James. James James Jamesy James James.

"James!" grita finalmente y se lanza hacia su mejor amigo en todo todo el mundo que es tan genial y Sirius sólo quiere lamerlo por todas partes y tirarlo de espalda al piso, lo que hace. "Oye, James, oye, James, oye! ¿Adivina qué, James? ¿Adivina? Peter está debajo de la mesa y puedo olerlo. ¿Adivina? ¿Adivina qué tomaste de desayuno? Puedo decirte porque puedo olerlo. Huevos! Comiste huevos! Eres mi mejor amigo, oye, James, vamos a divertirnos! ¿La estás pasando bien? Yo la estoy pasando bien pero podríamos pasarla mejor!"

"Depredadores!" sale la pequeña y sospechosa voz de Peter, desde la oscuridad. "Depredadores por todas partes."

James pestañea, los ojos enfocados y desenfocados en confusión. Sirius respira fuerte en su cara, boca, nariz, hasta que James estornuda y sacude la cabeza y lo aleja con la mejilla. "Está funcionando," dice James en una voz profunda, seria, calmada. "Eso o nos hemos vuelto locos. ¿Qué estoy haciendo? Se siente bien." Sacude la cabeza de nuevo, pateando el piso con una mano. Sirius se levanta, se estira, riéndose, con la mano abierta poco atractivamente y la lengua colgando.

"¿Oye cómo hacemos para parar? No sé que está pasando! ¿James? ¿Jamesy James? ¿Cómo es eso? ¿Cómo es eso, ah? ¿Qué es eso? Soy yo, claro, pero no soy yo. ¿Cómo entiendes eso? Tu también, y Peter y yo, somos todos como --y eso no es-- y ¿qué es eso, ah? ¿Qué es eso?" Los ojos de Peter, entrecerrados, ven a Sirius mientras pasa de esquina a esquina persiguiendo polillas, sus propias manos y lengua saltando alegremente con cada salto y vuelta.

James toca el libro, usando el lado de su mano en movimientos largos para llegar a la página correcta. Las palabras brillan y se baten frente a él. Apenas puede reconocerlas como un lenguaje que entiende sobre el olor musgoso de todo, la ligereza extraña y distraída de su cabeza.

Efectos deberían desvanecerse en tres o cuatro horas.

La voz de un muchacho le llega, haciéndolo voltear, sorprendido, y golpea el piso, hasta que se da cuenta de que viene de adentro.

Maldición, piensa James.

***

"James", dice Remus, la voz distorsionada, mojada, algo temblorosa. "James, ¿qué le está haciendo Sirius a mi cara?"

"Tu-- eres -- mi -- mejor amigo!" ladra Sirius entusiastamente entre lamidos, y tira la cabeza contra la barbilla de Remus. Remus le da palmaditas en la cabeza distraídamente, y Sirius hace un sonido estático. "Rasca mis orejas, eh? ¿Rasca mis orejas? ¿Podrías podrás podrías? Eres el mejor. Frótame el estómago. ¿Qué está pasando? James ayuda James ayuda James me vuelvo loco!"

"Su mente tiene un perro," explica James. Aún está más lento en su cuerpo que su mente, como un viento rápido que sólo cambia los árboles. "Nosotros... hicimos un hechizo. Un experimento."

"Su mente tiene un perro," repite Remus, un poco histérico. "¿Quieres decir algo así como 'oh, no te comas esa sopa, tiene una mosca?' ¿Eso es lo que dices?"

"No," dice James. Su voz es cuidadosa y profunda, recordándole a Remus un río en cámara lenta. "No exactamente." Pausa por un momento para componerse.

"James", dice Remus sin certeza.

"¿Qué está haciendo que está haciendo quién quiere alimentarme? Oye, Remus, ¿sabes lo que deberíamos hacer? Deberías tirar algo y yo debería saltar y buscarlo y traerlo de vuelta! Y después podrías tirar algo más y yo podría saltar y buscarlo y traerlo de vuelta! O podrías tirar la misma cosas y yo podría ir a buscarlo de nuevo! Nunca dejaría de ser divertido! ¿Qué está haciendo? Tengo hambre."

"Hmmm," dice James, todavía pensando. Sacude la cabeza para recordarse qué es importante.

"Has estado sentado ahí por cinco minutos," dice Remus. "Voy a entrar en pánico muy luego. Creo que deberías saber eso. ¿Dónde está Peter?"

Hay una risa sepulcral desde abajo de la cama. "Nunca me encontrarán!"

"Bueno," dice Remus. Siente que es un ser supremamente razonable, considerando las circunstancias. "Nunca encontraremos a Peter y Sirius tiene un perro en su mente. Esto está muy bien, James. Definitivamente estamos llegando a alguna parte. No puedes juntar más de tres palabras en un minuto, pero esto está bien, James. Es un comienzo. ¿Qué te parece si yo comienzo las frases y tu las terminas?"

"Bueno," dice James. Sirius le salta encima, le lame la cara y luego salta de vuelta donde Remus, sentándose a sus pies y saltando arriba y abajo. Remus lo mira fijamente.

"¿Puedo lamerte de nuevo puedo puedo puedo? Una lamidita una chica como un-- no, te voy a lamer toda la cara, toda la cara, puedo lamerte puedo lamerte ahora puedo por favor?"

"Abajo," dice Remus.

"No le hemos... enseñado a... poner atención, todavía," advierte James.

Sirius se lanza hacia la cara de Remus. Luchan. "Abajo!" grita Remus. "Abajo! Abajo, Sirius! Bueno -- sólo--- ohhgg-- James-- termina esto-- ¿tu y Sirius y Peter estaban?"

"Viendo... un libro," dice James.

"Con el propósito de ---uffff-- ¿hacer qué?"

"Transformación," dice James. "Animagos."

"Hambre hambre hambre," canta Sirius. "Sabes lo que quiero quiero quiero carne. Quiero carne. Quiero carne cruda sólo unos pedazos de carne cruda. Vacuno. Mmmm vacuno. Me gusta el vacuno. Todo rico y jugoso y tengo hambre." Lame la mejilla de Remus y se acomoda, aún vibrando, tirado sobre el regazo de Remus. Es un gran chico. Remus intenta pensar sobre el sonido de la locura. "Qué dices eh Remus qué dices de eso vamos deberíamos ir deberíamos ir ahora y buscar algo de carne."

"Entonces," dice Remus. "Sirius sería-- un perro, no?"

"Sí", contesta James. "Sí... así es."

"Y Peter es un roedor chico," deduce Remus, "quizás un ratón o una ardilla o una rata?"

"Rata," dice James.

"Y tu, aparentemente, estás sufriendo por la edad avanzada y vas a estornudar y morir?" adivina Remus.

"Venado," murmura James. Luego dice, dulcemente. Ven-a-do.

"Aha," Remus dice. "Y qué, si puedo preguntar, los inspiró?"

"Tu lo hiciste eso es tu porque pensamos que no deberías estar solo, por qué debería Remus estar solo pensamos y fue idea de James sabes, con el libro y los animales y la transformación asi que lo hicimos en secreto y no tenías idea y qué dices Remus no somos brillantes no no no?"

"Tengo tu saliva en la nariz," murmura Remus. "Más que eso no tengo idea de qué decir."

"Di Gran Trabajo!" respira Sirius, mirándolo lastimosamente. "Porque trabajamos mucho y estuvimos muy tranquilos y no mastiqué nada importante hoy. ¿Podemos tirar algo? Oye, vamos a buscar algo para comer! Vacuno. ¿Eh?" Abandona su lugar en la rodilla de Remus y se lanza hacia su cama, donde da tres vueltas y cae acurrucado y duerme, dejando salir más de un ronquido.

"Están todos locos," dice Remus. Se da vuelta, ojos bien abiertos hacia James, quién, Remus ha decidido, es probablemente la mejor persona con quien discutir esto, a pesar de la lentitud y el aire de calma majestuosa. Mete la cabeza bajo la cama para poner a prueba esta teoría. Peter, como predijo, le muestra los dientes e intenta esconderse más contra la muralla, murmurando "animales grandes animales grandes nunca me atraparán depredadores! Je je je je."

"Intentábamos ayudarte," dice James con una serenidad insoportable. "Lo habríamos hecho mejor si nos hubieses ayudado. No podíamos preguntarte, claro."

"¿Porque los haría entrar en razón?" Remus pasa su mano por el pelo, intentando ignorar los murmullos constantes de Peter y los sonidos que llegan desde abajo de la cama. Sirius suspira, se da vuelta hacia su espalda y mueve los brazos en el aire, pateando convulsivamente con una pata.

"No tienes que preocuparte," dice James, después de unos minutos. "Es normal."

"Oh, sí," dice Remus. "Completamente normal! Están todos locos! Especialmente Sirius, ja ja ja, oh Dios. ¿Y si alguien los descubre? ¿Cómo vamos a hacer que los demás no se den cuenta?"

"Todos saben que Sirius está loco," responde James, muy razonablemente. "No es sorpresa. Se pasará. Dice el libro. Cuatro horas. Casi," considera. "Y después tendremos las mentes."

La puerta se abre fuertemente. Sirius salta de estómago, viendo con alerta hacia todas las direcciones. "¿Quién? ¿Qué? Perro guardián! Rrrrrrr."

Lily Evans aparece en el umbral, mirando furiosamente, su cabello mojado está en una cola y sus brazos están cruzados. "Bueno. Suficiente. ¿Quién de ustedes transfiguró mi toalla mientras estaba en el baño? Pueden responder con honestidad, los voy a matar de todas formas."

"Oh Dios," susurra Remus. "Lily, ehhh. De verdad no deberías estar-- eeh--- aquí ahora."

"¿Quién fue, Remus?" Lily se dirige a él, el pelo le vuela alrededor de la cara, golpeándole los hombros. "¿Bueno? Tu sabes quién fue. Dime, para hacer justicia."

"Ehh" dice Remus. De verdad no sabe. No le creerá que no sabe, pero no sabe. "¿No sé?"

"Claro que sabes. Y me vas a decir." Se acerca a él con los ojos calientes, las mejillas rojas. Sirius se mueve detrás de ella, oliendo peligrosamente. James hace un círculo por el otro lado, golpeando una mano contra el piso con insistencia rítmica, haciendo ruidos profundos en su garganta. Peter está escondido. Remus se siente loco --o, mejor dicho, como la única persona sana entre estos locos criminales. "¿Bueno? ¿Bueno? Dime y morirás rápidamente y--" Se detiene. Se pone tiesa. Sus ojos verdes gigantes en shock, pánico, incredulidad. Su espalda está rígida, las manos congeladas en su lugar, la boca semiabierta. "Dios Mío."

"Sí," dice Remus. "Sí, esa es la nariz de Sirius entre tus piernas." Lily abre la boca. La cierra. Suspira hondo, volviéndose fantásticamente morada.

"Me gusta!" dice Sirius alegremente. "Se puede quedar. ¿Quieres jugar conmigo? Oye, ¿quieres tirar algo? ¿Me quieres rascar las orejas? Oye, oye, hola!"

"¿Qué. Diablos. Está haciendo James?" logra decir Lily.

Remus apenas se atreve a mirar a James sobre su hombro, pero la curiosidad, mórbida y fatal, le gana. James, en cuatro patas, está mirando a Lily con tal intensidad que Remus está sorprendido de que su ropa no haya estallado en llamas. Mientras los dos observan, James levanta la cabeza, la mueve, golpea una mano y baja la cabeza de nuevo, luego repite la secuencia con dedicación. "Tú," dice James, en una voz profunda, sin aliento, sabia. "Yo. Tuuuuuu. Yooooooo."

"Corre por tu vida," dice Remus. "Por favor. Sálvate."

Lily, nunca una chica que necesite que le repitan las cosas, se va.

"Jaroooouuun," dice James, en tonos que pueden llamarse amorosos y la sigue. Remus, pensando rápido, se lanza contra la puerta y grita "Lumos!" Luz explota, amarilla y redonda, desde su varita. James se congela.

"Oye," dice Sirius, "¿dónde se fue? Íbamos a jugar. Olía bien. ¿Qué hace James? No se está moviendo. ¿James? ¿James? ¿James? ¿James? ¿James? ¿James? ¿James?"

James no se mueve. Sus ojos se mueven con pánico de lado a lado.

"Cuatro horas," murmura Remus.

"Cuatro horas de diversión!" grita Sirius, dando vueltas. "diversión diversión diversión y nada más que diversión! ¿James? ¿James? Jamesjamesjamesjames. Haz que se mueva! Oye, Remus! Haz que se mueva! Quiero que juegue. Oye, Remus, juguemos. Voy a correr y oler cosas! ¿Adivina cuántas cosas podemos oler? Podemos oler árboles y rocas y pedazos de pasto y murallas y gatos y palos y bichos y--"

"No," dice Remus, firme. James tiembla y Remus pone la luz frente a él, ganando confianza. "Perro malo."

"Perro--" Sirius se pone pálido, como si todo el aire hubiese salido de su cuerpo, como si Remus lo hubiese apuñalado. "¿P-- perro malo?"

"Sí," dice Remus. Se siente cruel pero no del todo culpable. "Perro Malo. Acuéstate." Sirius lo hace inmediatamente, mirándolo con ojos llenos de reproche y tristeza muy profunda. "Bueno." Remus piensa furiosamente. "Eh. Nosotros--- vamos a jugar. Sí. Eso es lo que vamos a hacer. Vamos a jugar."

"¿Jugar?" Sirius dice esperanzadoramente, dando vueltas en sus codos. "¿Algo divertido?"

"Algo tranquilo," dice Remus. Se frota las sienes, intentando controlarse. "Un juego llamado Ve A Dormir Por Cuatro Horas. ¿No suena divertido?"

"No," dice Sirius dudosamente. "Pero si tu lo dices!" Se da vuelta una, dos veces, probando el piso y se duerme.

"Bueno," dice Remus otra vez, poniendo atención a James. "¿Terminaste?" La esquina del ojo izquierdo de James tirita. "Bueno. Eso sería todo." Remus se da vuelta, cierra la puerta con llave, cierra todas las ventanas y asegura el resto del área con atención extrema al detalle. Para cuando ha terminado, casi olvida que le duele la cabeza.

"No puedo-- moverme," dice James a través de sus dientes.

Bueno, casi.

Al menos, Remus piensa, mientras intenta no pensar en su propio rol en esta locura, Sirius no ha puesto su nariz en ninguna otra parte más que en la boca de Remus, e ignora tajantemente la voz que le dice que el día aún está claro. "Oh, cállate," le dice Remus a nadie en particular.

"No puedo moverme," repite James.

"Excelente," dice Remus, y pone pedazos de papel en sus orejas. "Fantástico."

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