Mitad de Septiembre. 1975. Comienza con una nota perfectamente inocente --como todas las notas son perfectamente inocentes, en todo caso-- y se sale de control. Sin tener que explicar, es más de una semana de diversión.
De James Potter a Sirius Black; encontrada en el Libro Historia de la Magia de Sirius Black
De Sirius Black a James Potter; lanzada a su cabeza durante Historia de la Magia.
De Sirius Black a James Potter; metida en la punta de su escoba.
De James Potter a Sirius Black; escondida en su calcetines sucios.
De James Potter a Remus Lupin; sobre su plato & lleno de mermelada en la mesa de desayuno.
De Remus Lupin a James Potter; en la cajita de sus lentes la que nunca usa, de todas formas.
De Sirius Black a Remus Lupin; cayendo de su ropa interior en la mañana.
De Remus Lupin a Sirius Black; encontrada en las cedras de su olvidada peineta.
De Sirius Black a Remus Lupin; enrrollada y metida en cilantro en la cena.
De Remus Lupin a Sirius Black; al lado de su tristemente también olvidado cepillo de dientes.
De Peter Pettigrew a James Potter; pasada no muy discretamente durante Transformaciones y casi resultando en un degollamiento masivo por parte de McGonagall.
De Sirius Black a James Potter; grasosamente dentro de su tarro de gel
De James Potter a Sirius Black; en su escritorio sobre un tubo de anti-pulgas
De Peter Pettigrew a James Potter; pasada de nuevo no muy discretamente durante Historia de la Magia y notado por todos excepto el Profesor.
De Sirius Black a James Potter; en su velador al lado de una copia de RELLENAS Y MALEFICAS, número de Septiembre
De James Potter a Sirius Black; metido en su nariz mientras dormía.
De Peter Pettigrew a James Potter; nuevamente sin mucha discresión durante Encantos.
De James Potter a Peter Pettigrew; levitado en su dirección y durante mucho rato haciéndole cosquillas en la nariz.
De Peter Pettigrew a James Potter; más incompetente y públicamente.
De Sirius Black a James Potter; pegado al sostén beige de Lily Evans
De Lily Evans a James Potter; entregado fríamente a James durante el almuerzo.
De James Potter a Sirius Black; en su pastel al desayuno; casi causando un accidente fatal.
De Sirius Black a James Potter; pegado al pilar al pie de su cama para que sea lo primero que vea cuando despierte.
De Peter Pettigrew a James Potter; durante Herbología, en referencia a una rara forma de hiedra venenosa, que le valió detención por no sutileza general.
De Sirius Black a Peter Pettigrew: tirado a su cabeza durante la cena.
De James Potter a Sirius Black; completamente sólo en su cajón de ropa interior.
De Sirius Black a todos; colgado en la puerta del domitorio como una advertencia general a todos.
De James Potter a Sirius Black; en el cuello de su camisa para usarla como corbata de repuesto.
***
La siguiente nota de Sirius Black a Remus Lupin es pasada con mucho cuidado durante Historia de la Magia, junto a la siguiente colección de notas.
Sin recibir respuesta además de una repentina rigidez en la espalda de Moony frente a él, Sirius Black se ve forzado a escribir las siguientes dos notas. Las pasa también, para mantener la primera nota y la evidencia en compañía a la pregunta.
Después de largo rato mirando la espalda inmóvil y rígida de Moony, y moviéndose en su asiento, Sirius ve los hombros de Remus bajar y la punta de su pluma moviéndose justo sobre su hombro derecho. La respuesta de Remus se desliza por el piso, casi escapando el bloque puesto por los dedos de los pies de Sirius.
La letras de Sirius se torna borrosamente impasionada; o, mejor dicho, impasionadamente borrosa
Antes de que Remus escriba la respuesta se atreve a mirar atrás. Sirius está tirado en su asiento, su cara muestra una tormenta amenazadora. Remus tiene suerte de que Sirius no está envolviendo las notas en piedras y lanzándolas a todos lados.
Remus respira hondo e intenta mantener su cabeza quieta para escribir. Sostiene la nota ante él, mano abajo, dedos helados.
Habiendo roto su pluma, Sirius escribe con un bolígrafo encontrado en el piso de la sala. Escribe su respuesta rápidamente y lanza el papel arrugado hacia adelante. La falta de puntería es clara y la nota llega al cuello de Remus, desde donde rueda bajo su espalda y Remus pasa los siguentes cinco minutos intentando sacarla de sus pantalones.
El esfuerzo valiente de Remus para permanecer tranquilo no es notado.
Era de esperarse.
Los esfuerzos menos valientes de Sirius para no ponerse morado pasan sin notarse.
James se acerca y le pregunta si la vena en su frente ya va a explotar o qué.
A Sirius no le causa gracia.
A Peter sí.
Nunca antes Remus ha soportado tanta impertinencia en clases. Sus apuntes van mal. Nunca sabrá sobre los muy importantes años de formación de paz entre los goblins después de su guerra número ochocientos dos.
Escribe su nota a Sirius con dedicación, aunque su ojo izquierdo tirita.
Mientras Sirius está escribiendo su próxima nota el Profesor le pregunta amablemente a Remus si se siente bien. Es el turno de Remus de ponerse morado. Sirius usa la distracción para inclinarse hacia adelante y poner la nota en el escritorio de Remus.
Remus no está complacido.
Sirius abusa el uso de signos de interrogación sin duda sobre su bienestar.
Remus reprime las ganas de comentar sobre la puntuación de Sirius.
A Sirius se le está acabando el papel.
Los dobleces de Remus se están desordenando y sus frases son tiesas. Es un signo de advertencia grave, de verdad está molesto. Sirius está demasiado ocupado intentado sacar las manchas de tinta que su pluma rota le ha dejado en la nariz como para darse cuenta. (Es más desafortunado estás cómicamente enojado)
James nuevamente le pregunta a Sirius si la vena debería ser revisada por Madam Pomfrey y a Sirius nuevamente no le causa gracia.
A Peter sí, sin embargo, y James casi se cae de su silla intentando no reír.
Las frases de Remus se acortan. El peligro está cerca.
Remus está tentado nuevamente de comentar el rasonamiento cuestionable detrás de usar tanto signos de exclamación como signos de interrogación al final de la misma oración.
Hay casi una gran tragedia en la siguiente nota, ya que un estornudo la tira fuera de curso, hacia el regazo de un inocente testigo. Pensamiento rápido por parte de Sirius casi impala su estómago a su escritorio, pero rescata la nota de tal desastre.
La lección continúa mientras el segundo round sobre las conversaciones de paz entre los goblins y más goblins y goblins enojados y goblins que babean demasiado.
Más signos de exclamación y letras mayúsculas. Remus piensa en una carrera en edición.
Sirius se pregunta si levantarse ahora mismo y pegarle en la nariz a Severus Snape lo llevaría a la expulsión, y cuánto valdría la pena esa poca sabia decisión.
Teorías de Conspiración se desenredan en los interiores de Sirius.
Finalmente, la maldita palabra rídiculo entra en el juego. James sí se cae de su silla esta vez, inclinándose hacia adeltante para leer la formidable colección de notas junto al codo derecho de Sirius.
Sirius supone que es un trabajo duro, pero alguien tiene que hacerlo: la temida Reunión Después De Clases es sugerida.
Las mesas se dan vuelta. La perdición llega. Remus descansa.
Pero dice sí de todas formas
La clases se llena de ruido.
Y los Goblins tienen 17 conversaciones de paz más antes de ir a la guerra de nuevo.
***
Sirius está esperando cuando él sale de clases, poniendo su peso de pie en pie con una expresión de sufrimiento noble y traición terrible en su cara. Esto va a ser duro para Remus. Todos saben que no puede enfrentarse en la cara de una confrontación, menos sus amigos más que nada. Hay una arruga en el centro de su ceño.
"Bueno," dice Sirius enojado, cruzando los brazos en el pecho. "El punto es que debiste decirnos si tenías que estudiar con él."
La cara de Remus se tensa, el auto castigo no legible en sus rasgos. "Bueno," concuerda. "Está bien."
"Bueno, por qué no--" comienza Sirius, y luego parpadea. "Cómo?"
"Bueno." Remus levanta sus manos, presionando sus libros contra su pecho con los codos. "Dije que está bien. Debí decirles que tenía que estudiar con él, para que tú y James pudiesen interrumpir cada dos minutos, y yo pudiese haber volado el calabozo completo." Una leve señal de travesura reemplaza las líneas preocupadas de sus cicatrices contra el puente de su nariz y el ángulo de su barbilla.
"Sí!" dice Sirius, con gran vehemencia que parece mal puesta de alguna forma. "Sí, debiste decirnos." Alguna parte de él sospecha que ha sido engañado, y no lo aprecia.
Remus lo está mirando, inocencia dañada pasa por su largos rasgos.
"Y-- y no debiste-- lanzar esa última nota tan fuerte!" añade, sintiéndose más estúpido con cada minuto que pasa.
"Pensé que te veías bastante bien, casi sacándola de tu nariz así." Remus pausa, lamiéndose los labios. Alivio se muestra en sus ojos, oscuros, del color de la madera. "Al menos tu y James no son los únicos con buena puntería, sabes."
Sirius mira pero sin sentimiento real. "Debiste ser un Bateador."
"No seas tonto." Remus arregla su cuello, se rasca la nuca y acomoda los hombros, todo mientras mantiene un número impresionante de libros en su lugar. "No me gustó sacar la primera de mi ropa interior tampoco. Digamos que estamos a mano."
"Bueno," dice Sirius, desinflándose. "Tengo hambre de todas formas."
Remus cierra los ojos, los dedos se sueltan contra los libros, relajándose contra las páginas. "Entonces vamos a comer. Si," añade, "Peter ha dejado algo para nosotros."
"Lo dudo," dice Sirius con una risa ladradora. Pasa un brazo alrededor de los hombros de Remus-- y se congela. "Espera, no estamos peleando?"
Maldición.
Remus casi lo dice. Sus hombros definitivamente lo dicen.
Maldición.
"Ya no?" dice. "Estamos siendo muy maduros. Hemos resuelto el problema."
"Sí!" dice Sirius, inmensamente aliviado. "La madurez es nuestro segundo nombre. Nuestro segundo nombre colectivo. Sirius y Remus Madurez Black-Lupin. Me pregunto qué hay de almuerzo?"
"Las sobras de Peter," contesta Remus, y casi empapa de alivio el pasillo.
***
De Lily Evans a Todos; envuelto en la capa invisible de James Potter.