Especial Deathly Hallows

Jul 19, 2007 21:23

Holas! Se que falta traducir un capitulo de Shoebox, pero no he tenido tiempo o ganas, ja. En realidad, se me habia olvidado. PERO, el libro nuevo sale en UN DIA y las muchachas han posteado algo entretenido y sin spoilers.





En su renovada cama de hospital, rodeado de muchos floreros con rosas rosadas enviadas por amigos y aduladores, Harry estaba acostado masticando feliz una dona azucarada. Sirius y Remus permanecian a su lado, clandestinamente tomados de la mano.

"Que bueno que nunca estuve muerto de verdad, sino que sólo pasé temporalmente a una dimensión alternativa donde los lollipops crecían en árboles y vivía con mi gigante Palacio del Helado feliz con mi mascota, el unicornio Fancypants, y mi harén de cocineras de dulces,” decía Sirius. Frunció el ceño. “Espera, eso era genial. Por qué…”

“Te trajimos de vuelta, estás contento por eso, no hagas preguntas,” dijo Remus con fuerza. “Mira allá! ¡un envoltorio de papel!”

“Qué lindo,” dijo Sirius hipnotizado.

“Me alegra que no estés muerto,” dijo Harry, con la boca llena de azúcar. “Porque la gente que se muere en este mundo de verdad se muere, para siempre. Leí eso en alguna parte.”

“Como Tonks,” dijo Remus con tristeza. “Pobre, pobre muerta Tonks”

Tuvieron un momento de silencio para la pobre, pobre muerta Tonks.

“¿Pero qué pasó?” preguntó Harry, de pronto confundido. “¿Cómo llegué a este hospital?”

“Es una larga historia,” dijo Sirius sabiamente, “y una que dejaremos para otra oportunidad. Más importante: alucinaste todas esas fotos.” Hizo un movimiento de vudú con sus dedos, moviéndolos.

Remus le dió un codazo en las costillas.

“¿Qué fotos?” dijo Harry, frunciendo el ceño.

“Nada! Las... nada, fotos. De nada,” dijo Sirius rápidamente.



"Sirius es mejor en el poker que yo"

“Deberías estar durmiendo, en todo caso,” dijo Remus. Los encantos de memoria pueden provocar un dolor de cabeza terrible.

Harry obedeció de inmediato. Desde que venció al Señor Oscuro Voldemort CON SU CEREBRO, estaba demasiado susceptible al poder de la sugestión.

“Deberíamos dibujarle cosas en la cara,” dijo Sirius, mirando con cariño a su ahijado, que babeaba un poquito.

“No puedo imaginar por qué Hagrid pensó que era una buena idea darle esa caja de zapatos,” dijo Remus. “Supongo que pensó que sería un recuerdo emocionante.”

“Bueno, es un recurdo de emociones,” dijo Sirius.

“¿Y qué le pasó al calamar gigante?” preguntó Remus, con curiosidad.

“Bueno, ya sabes,” respondió Sirius, “desde que nos salvó la vida a todos, como que desapareció.”

“Probablemente descansando con los thestrals, ahora,” concordó Remus.

“Lo que yo quiero saber es qué le pasó a Snape,” añadió Sirius.

“¿Lo metiste en un baño, recuerdas?” dijo Remus, suspirando profundamente.

“Sí, eso fue divertido,” dijo Sirius. “Pero lo que quiero decir es ¿era malo, o era bueno, o qué?”

“¿Quién lo sabe? El corazón del hombre está lleno de impulsos contradictorios,” dijo Remus pensativamente. “Es reduccionista categorizar a los seres humanos como ‘buenos’ o ‘malos’ cuando todos tenemos la capacidad de ser ambos, no crees? Como dijo el filósofo David Hume, ‘El cielo y el infierno suponen dos especies distintas de hombres, el bueno y el malo, pero la gran parte de la humanidad flota entre el vicio y la virtud.’” Se veía nauseativamente pensativo.

“Eres desagradable,” dijo Sirius.

“Mi pregunta es,” dijo Remus, ignorándolo, “¿quién murió? Escuché que dos personas morían. Personas importantes, no de los del montón como la pobre muerta Tonks. A quien quería mucho,” añadió rápidamente.

“Bueno, puedes preguntar, joven Lupin,” dijo Sirius solemnemente. “Fueron personas muy importantes y sus muertes han sacudido al mundo mágico en sus fundamentos. Pero la respuesta a esa pregunta deberá esperar otro día, por que esos son asuntos tristes, y ahora es tiempo de juegos celebratorios y beber aguamiel. También, para donas.”

”¿Crees que uno de sus amigos murió? ¿Cómo se llamaban? ¿Herbert? ¿Verónica? Sabes, es raro, cuando eres profesor, como que todos se parecen,” dijo Remus.

“Uno de ellos debió terminar muerto, no? O sea, cuáles son las probabilidades de que todos hayan sobrevivido el terrible peligro del que todos escapamos con tanta dificulad?”

“No son buenas probabilidades,” concluyó Sirius.

“Bzzznnghhhh," roncó Harry.

“Se parece a su padre,” dijo Sirius, amorosamente, destapando un lápiz.

Y de ese momento en adelante, Harry tuvo cinco cicatrices en su cara: una de verdad y cuatro hechas con marcador mágico permanente.



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