Divagando...
Cambios. Cambios y más cambios.
La gente se encamina, parece que se dirige hacia sus objetivos.
Y yo me siento estática, inmóvil, quieta. Igual.
Victorias ajenas que me hacen pensar en mis derrotas.
No me resulta sencillo asumirlas, sus victorias, mis derrotas.
Mejor que me acueste pronto esta noche...
La gente se encamina, parece que se dirige hacia sus objetivos.
Y yo me siento estática, inmóvil, quieta. Igual.
Victorias ajenas que me hacen pensar en mis derrotas.
No me resulta sencillo asumirlas, sus victorias, mis derrotas.
Mejor que me acueste pronto esta noche...
Comments 3
Pero cada cierto tiempo también es necesario que el movimiento se reduzca hasta llegar a esa sensación de haber echado el ancla. ¿Para qué? Yo pienso que nunca nos paramos de repente, que es un proceso de involución que lleva su tiempo. Y cuando este momento llega será porque ya no tienes claro hacia donde moverte y qué mejor que parar, tomar aliento, mirar hacia el horizonte y reordenar viejas ideas y descubrir nuevas motivaciones que te hagan ponerte en marcha otra vez.
Mis motores ya están empezando a armar jaleo de nuevo, creo que ya saben a dónde quieren ir. Pero hay que estar muy atento y receptivo para poder escuchar tu propio motor sin que se vea silenciado por otros que van y vienen. ¿Y qué es lo que dejan sus victorias al conseguir permanecer en aparente movimiento? Ruido. Solamente ruido.
Un besote y a afinar el oído ;D
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De cuerpo presente...
Gracias por echarme de menos.
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