Amarga despedida | RPG (Canela & Menta | Magic Words)
Título: Amarga despedida.
Fandom: RPG (Canela & Menta | Magic Words, inspirado en el mundo de Harry Potter)
Personajes: Elio Argentum y Lowell Hogarth
Raiting | Advertencia: K | Ninguna, por el momento.
Amarga Despedida
(Interludio)
- ¿Estás seguro? - Pregunto Lowell, su voz le sonó demasiado dura y rasposa. Seguramente estaba muy enfadado con él.
- Ya te lo he dicho, estoy completamente seguro.- Afirmo de espaldas a su amigo.
Sus dedos acariciaron la daga que llevaba en manos, mientras una sonrisa amarga se dibujo en su rostro. Todo iba a estar bien; y si no, ya nada le importaría, no habría nada que hacer. Enfundo la daga en el forro de cuero negro, ajustándola en su cinto, en la base de la espalda. Se coloco la cazadora negra, asegurándose que tanto el arma, así como su varita quedaran bien escondidas. Suspiro, aun podía sentir la gélida mirada de Lowell en su nuca.
- Estaré bien - Dijo cansinamente, encarando a su amigo. - Lo prometo.- Aseguro, ante el ceño fruncido del chico.
- ¿Y Selene? ¿No piensas contarle nada? - Inquirió. No estaba dispuesto a dejar que Elio se marchara así por así. Menos cuando se iba en búsqueda de su propia muerte, todo por una maldita venganza.
- Si le cuento algo, así valla solo a despedirme, ella me odiara.- Se encogió de hombros - Y eso es algo que no puedo permitirme.-
- Sabes que igualmente te odiara, cuando descubras que te has ido. Ella te necesita, Elio.-
- No, no me necesita. - Volvió a afirmar el chico.
Apoyándose de la pared, saco un cigarrillo de uno de sus bolsillos y se lo llevo a la boca sin encenderlo. Del mismo bolsillo extrajo un encendedor de plata, estaba a punto de utilizarlo, cuando quedo hipnotizado por la serpiente grabada en la superficie metalizada del mismo. Tan solo fueron unos segundos antes de que encendiera su cigarrillo, pero Lowell no había perdido detalle de nada.
- No dejes que le pase nada, por favor. Cuídala.-
Las palabras habían brotado de los labios de Elio con un matiz de indiferencia, pero Lowell lo conocía tan bien que supo diferenciar la suplica implícita en esas palabras. Sus labios se curvaron en una sonrisa seca, sin ningún rastro de alegría. Él haría cualquier cosa por ellos, por Elio y Selene, hasta su vida si era posible. No tenía que pedirle nada, él lo haría.
- Ella estará bien, yo me encargare de ello.- Dijo, en una muda promesa.
Él asintió. Ya no tenía más nada que decir, aunque… Miro por última vez el encendedor antes de volverlo a guardar en uno de los bolsillos de la cazadora, le dio una larga calada a su cigarrillo y exhalo el humo ante sus ojos. Su mente en algún lugar lejos de ahí, junto a ella. Al verlo, Lowell supo lo que iba a decir antes de que las primeras palabras se formaran en el fondo de su garganta; ya se lo esperaba.
- No dejes que Lucius se meta en más problemas, ya tiene suficientes. Vigílala por mí.-
Lowell asintió. Todo estaba dicho, ya no quedaba nada más por concretar. Elio apago el cigarrillo dispuesto a marcharse de una vez por toda, pero cuando alzo la mirada se encontró con los oscuros ojos de Lowell, quien lo miraban con cierta dureza.
- No lo hagas.- Se limito a decir, erguido en todo su largo, manteniendo las manos en los bolsillos.- Selene te necesita, eres lo único que le queda. Y Lucius… No creo que sea capaz de evitar que se meta en problemas, tú eres el único que puede.- Señaló, encogiéndose de hombros.
Elio sonrió. Una sonrisa de medio lado, arrogante y carente de calidez.
- Cuídalas a ambas. Son lo único que tengo.- Declaró, siendo completamente sincero.
- Lo haré, lo juró.- Sentencio el moreno.
Elio cruzo la habitación hasta la puerta, sin dirigirle ni una mirada a su amigo. Ya todo estaba dicho. No obstante, la voz de Lowell lo detuvo antes de que su mano alcanzara si quiera el pomo de la puerta.
- ¿La amas? - Pregunto, seguro de que Elio sabía a lo que se refería.
- Si.- Fue lo único que dijo antes de cruzar el umbral de la puerta, perdiéndose en la oscuridad que consumía aquel lugar. Lowell suspiro. Cuidaría a Selene por ser como su hermana y a Lucius por ser la mujer que su amigo amaba. Las cuidaría porque si no, seguramente, Elio lo mataría.
- Amigo, siento que te odio.- Bromeo, sabiendo que ya no había nadie en esa habitación que lo escuchara. A partir de ahora, nada sería fácil. El momento de la venganza, había comenzado.
Viñeta que participa en quinesob
:)
Fandom: RPG (Canela & Menta | Magic Words, inspirado en el mundo de Harry Potter)
Personajes: Elio Argentum y Lowell Hogarth
Raiting | Advertencia: K | Ninguna, por el momento.
Amarga Despedida
(Interludio)
- ¿Estás seguro? - Pregunto Lowell, su voz le sonó demasiado dura y rasposa. Seguramente estaba muy enfadado con él.
- Ya te lo he dicho, estoy completamente seguro.- Afirmo de espaldas a su amigo.
Sus dedos acariciaron la daga que llevaba en manos, mientras una sonrisa amarga se dibujo en su rostro. Todo iba a estar bien; y si no, ya nada le importaría, no habría nada que hacer. Enfundo la daga en el forro de cuero negro, ajustándola en su cinto, en la base de la espalda. Se coloco la cazadora negra, asegurándose que tanto el arma, así como su varita quedaran bien escondidas. Suspiro, aun podía sentir la gélida mirada de Lowell en su nuca.
- Estaré bien - Dijo cansinamente, encarando a su amigo. - Lo prometo.- Aseguro, ante el ceño fruncido del chico.
- ¿Y Selene? ¿No piensas contarle nada? - Inquirió. No estaba dispuesto a dejar que Elio se marchara así por así. Menos cuando se iba en búsqueda de su propia muerte, todo por una maldita venganza.
- Si le cuento algo, así valla solo a despedirme, ella me odiara.- Se encogió de hombros - Y eso es algo que no puedo permitirme.-
- Sabes que igualmente te odiara, cuando descubras que te has ido. Ella te necesita, Elio.-
- No, no me necesita. - Volvió a afirmar el chico.
Apoyándose de la pared, saco un cigarrillo de uno de sus bolsillos y se lo llevo a la boca sin encenderlo. Del mismo bolsillo extrajo un encendedor de plata, estaba a punto de utilizarlo, cuando quedo hipnotizado por la serpiente grabada en la superficie metalizada del mismo. Tan solo fueron unos segundos antes de que encendiera su cigarrillo, pero Lowell no había perdido detalle de nada.
- No dejes que le pase nada, por favor. Cuídala.-
Las palabras habían brotado de los labios de Elio con un matiz de indiferencia, pero Lowell lo conocía tan bien que supo diferenciar la suplica implícita en esas palabras. Sus labios se curvaron en una sonrisa seca, sin ningún rastro de alegría. Él haría cualquier cosa por ellos, por Elio y Selene, hasta su vida si era posible. No tenía que pedirle nada, él lo haría.
- Ella estará bien, yo me encargare de ello.- Dijo, en una muda promesa.
Él asintió. Ya no tenía más nada que decir, aunque… Miro por última vez el encendedor antes de volverlo a guardar en uno de los bolsillos de la cazadora, le dio una larga calada a su cigarrillo y exhalo el humo ante sus ojos. Su mente en algún lugar lejos de ahí, junto a ella. Al verlo, Lowell supo lo que iba a decir antes de que las primeras palabras se formaran en el fondo de su garganta; ya se lo esperaba.
- No dejes que Lucius se meta en más problemas, ya tiene suficientes. Vigílala por mí.-
Lowell asintió. Todo estaba dicho, ya no quedaba nada más por concretar. Elio apago el cigarrillo dispuesto a marcharse de una vez por toda, pero cuando alzo la mirada se encontró con los oscuros ojos de Lowell, quien lo miraban con cierta dureza.
- No lo hagas.- Se limito a decir, erguido en todo su largo, manteniendo las manos en los bolsillos.- Selene te necesita, eres lo único que le queda. Y Lucius… No creo que sea capaz de evitar que se meta en problemas, tú eres el único que puede.- Señaló, encogiéndose de hombros.
Elio sonrió. Una sonrisa de medio lado, arrogante y carente de calidez.
- Cuídalas a ambas. Son lo único que tengo.- Declaró, siendo completamente sincero.
- Lo haré, lo juró.- Sentencio el moreno.
Elio cruzo la habitación hasta la puerta, sin dirigirle ni una mirada a su amigo. Ya todo estaba dicho. No obstante, la voz de Lowell lo detuvo antes de que su mano alcanzara si quiera el pomo de la puerta.
- ¿La amas? - Pregunto, seguro de que Elio sabía a lo que se refería.
- Si.- Fue lo único que dijo antes de cruzar el umbral de la puerta, perdiéndose en la oscuridad que consumía aquel lugar. Lowell suspiro. Cuidaría a Selene por ser como su hermana y a Lucius por ser la mujer que su amigo amaba. Las cuidaría porque si no, seguramente, Elio lo mataría.
- Amigo, siento que te odio.- Bromeo, sabiendo que ya no había nadie en esa habitación que lo escuchara. A partir de ahora, nada sería fácil. El momento de la venganza, había comenzado.
Viñeta que participa en quinesob
:)