Título: Stalemate -Punto muerto (1/?)
Fandom: Latin Hetalia
Pairing: Martín/Manuel (Argentina/Chile), futuro Inglaterra/Chile y otras menciones.
Rating: NC-17
Advertencias: consentimiento dudoso (dub-con), yaoi, temas sensibles (guerra de las Malvinas)
Resumen: No podía saber qué le ocurría a Martín en ese momento, así como no podía saber qué pasaría en dos días más, ni para qué decir en dos meses y medio*. Apretándose contra las sábanas manchadas, sólo podía esperar.
Beta:
kaiserin_t (mil gracias por toda la ayuda husbanda!!)
NdA: Sé que es un tema sensible para muchos argentinos, sólo buscar información era suficiente para dejarlo claro, y que varias se han dedicado a ahondar este tema, sin embargo no podía dejar de hacer mi propia versión de esto. Todo es desde la perspectiva de la participación chilena en la guerra. Con-crit, bienvenida! Pero flames porque el tema te disgusta, porfavorporfavorporfavor no. Gracias!
NdA2: respuesta al meme angst para
pauny y
selene_nekoi . Chicas! Esto sigue xD así que deberán presionarme para no detenerme.
-¿Qué pasa? -susurró Manuel, observando con grandes ojos la expresión eufórica de Martín, su mirada desenfocada y la sonrisa plasmada en sus labios mientras respiraba agitado, colocándose una mano sobre su pecho.
Habían pasado juntos todo el día anterior, tratando de alejarse de sus jefes y de la opresión y división que sentían dentro de ellos cada vez que se fijaban en los sentimientos de sus pueblos -y en el caso de Martín, tratando de pasar por alto las llamadas de Arthur sobre el buque que su jefe había enviado donde Victoria-, y como de costumbre, el argentino había insistido en quedarse a dormir, aunque sea en el sofá había replicado cuando le dijo que en su cama no se iba a meter. A pesar de eso, a la mitad de la madrugada -y quejándose por el frío- el rubio se había deslizado bajo las mantas, hasta tenerlo contra su pecho, pasando un brazo por su vientre sujetándolo con firmeza para evitar que lo pudiera botar de la estrecha cama. Así habían despertado ya pasada la mañana, con el argentino casi hiperventilando.
-Yo… no sé -jadeó Martín, observando a Manuel un instante antes de liberar una risita tonta.
-Weón, me estai asustando… ¿será algo en tu país? -agregó con más rudeza de la que deseaba, sentándose al borde del colchón e inclinándose a ver si no tenía fiebre.
-No creo… últimamente no ha habido nada que nos motive a sentirnos así -murmuró, cerrando los ojos y sonriendo mientras sentía los dedos de Manuel retirar su flequillo, hasta posar su palma cálida contra su frente.
-Deberías llamar a tu jefe -sugirió el chileno, levantándose e intentando vestirse rápidamente, sintiéndose sonrojar al notar la mirada fija de Martín sobre él-. Córtala, weón -siseó volteándose, dándole la espalda no muy seguro de que eso fuera lo mejor.
-Manuel -susurró Martín, parándose tras él, inclinándose hasta sujetarlo por las caderas y pegarlo contra su pecho-. Se mío, pibe -jadeó apretándolo contra su cuerpo, haciendo que el sonrojo del chileno se extendiera hasta su cuello mientras forcejeaba.
-Déjame weón -gruñó Manuel, intentando separarse del argentino, sintiendo las manos apretarlo más de lo normal, recordando por un momento a Iván susurrándole “Se uno conmigo, Chile” varios años atrás-. Martín, córtala con tus mariconadas -reclamó Manuel, escalofríos recorriendo su cuerpo al notar al rubio arrastrándolo hasta la cama, quitándole la camisa de las manos y tirándola al suelo.
-Chile -murmuró Argentina cuando lo dejó sobre las mantas, encaramándose sobre él, atrapando sus muslos bajo su peso. Sus ojos vidriosos hicieron estremecer a Manuel, deseando ser un poco más robusto para que Martín no pudiera sujetarlo con tanta facilidad, y sacarlo con un par de golpes de ese trance en el que estaba.
-Martín, weón, suéltame -se quejó, forcejeando contra las manos que lo sujetaban por los hombros, maldiciendo para sus adentros la debilidad que sentía gracias a la inestabilidad económica* por la que cursaba su país.
-Manu, serás mío -aclaró, llevando sus manos tras él hasta rozar los tobillos del moreno, deslizando las uñas lentamente, subiendo hasta sus rodillas, huesudas bajo sus dedos, aferrando con fuerza hasta sentir un jadeo ruidoso escapársele al chileno.
-Argentina -siseó enojado, sacudiendo las piernas en un intento por liberarse-. Contrólate, weón… hay que ver qué pasó en tu- -un hump lo interrumpió, notando al rubio inclinarse sobre él hasta besarlo, apretándolo contra la cama.
No le gustaba ceder ante el argentino, pero sentirlo así, tan eufórico, se le hacía casi contagioso, respondiendo al beso instintivamente, enredando sus manos en los mechones rubios.
Pero a pesar de todo, no podía evitar sentir una mala espina sobre la actitud de Martín, soltando un gemido bajo al notar un mordisco especialmente duro en su labio mientras una mano se aferraba a su pelvis, bajando hacia sus muslos.
-No, Martín -murmuró, cerrando los ojos cuando los hábiles dedos abrieron su cremallera, intentando sujetar su semi erección. Por la chucha que lo desesperaba el argentino cuando se ponía tan catete* pensó Manuel, sonrojándose al gemir ronco cuando los mismos dientes que otras veces le sonreían engreídamente se clavaban con fuerza en su cuello, combinándolo con un doloroso tirón sobre su polla.
-Venga Manu -jadeó Martín sobre su mandíbula, raspando con sus labios la ligera marca de barba mientras sujetaba ambas erecciones con una sola mano, apretándolas hasta oír un quejido de Manuel.
-No weón, de verdad que no -gimió volteando el rostro al notar el nuevo intento de acallarlo con un beso-. Hay que llamar a tu jefe… no estai’ actuando normal… algo debe haber pasado -reclamó empujando sus manos contra los hombros del rubio, comenzando a desesperarse al notar que el argentino realmente no lo oía.
-Cortala Manuel -siseó Martín, frotando con más fuerza de la apropiada la cabeza de la polla del moreno, gimiendo al oír el sollozo del otro país-. Dejate hacer -susurró lamiendo el cuello sudado, deslizando sus dientes, subiendo hasta morder ligeramente una de las orejas del chileno, disfrutando el gusto salado y picante de la piel entre sus labios.
-Mierda -gimoteó al notar la mano de Martín acelerar aún más, empuñando rudamente ambas erecciones, sintiendo el orgasmo juntarse en sus bolas, hormiguear desde sus piernas hacia arriba mientras su cuerpo se tensaba inevitablemente.
-Manu -respondió Argentina corriéndose sobre Chile, sin detener su mano hasta sentir a Manuel temblar bajo él, liberando un gemido silencioso contra su cuello.
Respirando agitadamente unos segundos, Martín se dio cuenta de que prácticamente había forzado a Manuel, a pesar de que ahora las manos que habían intentado alejarlo estaban aferradas a su cuello, evitando que dejara de aplastarlo bajo su peso.
-Martín -murmuró Manuel, notando el cambio en la actitud del rubio, los músculos tensos bajo sus manos, sabiendo que huiría, pero...
-Dejame -susurró el argentino, separándose del moreno, sintiendo aún esa euforia en su interior, aunque ensombrecida con lo recién hecho. Inhalando agitadamente, notó su palma llena de semen, sintiéndose indigno de un momento a otro, sin saber qué hacer ni decir. Cerrando los ojos y apretando los puños, evitó mirar al otro país sobre la cama-. Me voy a ver a mi jefe… no me llames, por favor -pidió, limpiándose las manos sobre las sábanas antes de vestirse rápidamente y salir de la habitación.
Recostado sobre la cama, Manuel no pudo evitar un sentimiento pesado clavarse en su estómago mientras oía el portazo de Martín al cerrar la puerta de su casa a lo lejos. Escondiéndose bajo las mantas y enrollándose en las sábanas sucias, suspiró deseando ser más fuerte para detener desde un comienzo al rubio. Ser más fuerte para evitar que se fuera así de su casa. Haber sido más rápido para lograr llamar al jefe del rubio y averiguar qué pasaba.
Sin comprender del todo lo que había ocurrido, y apretando las cobijas contra su nariz, decidió visitar a su jefe cuando se sintiera mejor… Ahora, no se creía capaz de salir de donde estaba, no con el aroma de Martín a su alrededor.
~tbc
Aclaraciones:
En los capítulos subsiguientes, se dará a entender la razón por la que Martín actuó así, y cualquier crítica constructiva será recibida feliz ;D
*dos meses y medio duró la guerra, a eso hace alusión.
*Referente a la crisis cambiaria chilena, que terminó mostrándose por completo en 1982, dada la ideología planteada por los Chicago boys link
http://www.memoriachilena.cl/temas/index.asp?id_ut=latransformacioneconomicachilenaentre1973-2003 *catete = insistente
*espina= intuición