Necesito centrarme en algo, y como es la sensación del momento toca chapa sobre Los Juegos del Hambre, mi opinión sobre ella, lo que me ha gustado y lo que no y todas esas cosas. Obviamente, hay spoilers a punta pala, así que si no has leído la saga y no quieres destrozártela, no entres.
(Opinión sobre los libros individuales:
Los Juegos del Hambre -
En llamas -
Sinsajo)
Hacía ya un tiempo que tenía ganas de leerme esta saga, pero entre unas cosas y otras no la había cogido hasta ahora. Salía la película, y si quería verla tenía que leerme antes los libros sí o sí. Y eso he hecho.
Para ser sincera, a pesar de todas las cosas buenas que había oído sobre ella la cogí con bajas expectativas. Me habían hablado bastante de la saga, y por lo poco que había leído por ahí temía encontrarme una repetición del romance de Crepúsculo (o de Memorias de Idhún, que para el caso es lo mismo) mezclado con un reality show, y más viendo la cantidad de fans que tenía. Suelo coger con cuidado esta clase de cosas (best sellers y explosiones de amor repentinas por algo en concreto), porque si algo me ha enseñado seguir fandoms es que no porque una obra tenga muchos fans significa que sea una buena obra, y mucho menos que me vaya a gustar. Así que a pesar de todo lo bueno que había oído de Los juegos del hambre, abrí el primer libro preparada para salir huyendo a la mínima.
En cuanto vi que estaba narrado en primera persona, di el primer paso. Katniss en aquellos primeros momentos me recordaba demasiado a Bella Swann, hablando sobre ella misma y sobre lo mal que lo había pasado en los últimos años. Afortunadamente, la historia me atrapó lo suficiente como para darle una oportunidad y acabar descubriendo que, gracias al cielo, Katniss y Bella se parecen en que ambas son un poco cenutrias, pero ahí se acaban las semejanzas. Bueno, y que las dos no saben elegir entre dos chicos al amor de su vida, pero a eso ya llegaremos.
(Al menos Katniss no sale oliéndose el pelo cuando un desconocido la mira mal. Duh.)
Katniss Everdeen, siento un amor-odio raro por ella. No es ni de lejos mi personaje favorito de la saga, pero tampoco he deseado en ningún momento que se muriera. (Que sólo esto debería ya decir bastante.) Hay algo en su personaje que no me termina de encajar, tal vez debería releerme los libros una segunda vez para poder captar los pequeños detalles que se me hayan podido pasar por alto, o para poder entenderla mejor sabiendo lo que le va a ocurrir en el futuro. De primera impresión me cayó mal, hablaba como si fuera una especie de mártir (su padre murió en una explosión en la mina y ella tuvo que ocuparse de poner la comida en la mesa porque su madre se volvió inútil total, y su hermanita era muy pequeña y ooooh, pobre) y a la vez se veía que era un personaje valiente, fuerte y terco. Personajes así de contradictorios me dan dolor de cabeza, porque me dan la sensación de que no se ponen de acuerdo consigo mismos. Si encima es el narrador, apaga y vámonos.
Con ella, durante los tres libros ha sido un "pienso así, hago lo contrario". Me cae mal Haymitch, pero me río con él (y no de él, que es una diferencia importante), y, lo que es peor, me fío de él, a pesar de saber que no es un personaje confiable, pero no hago nada al respecto para poder asegurarme de que él no me vaya a fallar. WTF? No puedo con ella.
Pero tiene dos pares de ovarios y la carga de ser la cara de la rebelión en una guerra que desde el principio tenía bajas expectativas de salir vencedores, y a pesar de que se cae y se rompe, se vuelve a levantar a luchar, y eso es digno de admiración. Primero: porque no mucha gente podría hacer eso; segundo: porque no hay muchas mujeres así en la ficción; y tercero: porque, cuando cae, lo hace de una forma bastante creíble, y cuando se levanta, más de lo mismo. Eso no es algo fácil de conseguir. Y se va superando, y tal vez yo no esté de acuerdo con ella en muchas de las cosas que ha hecho, dicho y pensado, pero de todas maneras es admirable. Y lo que es más importante: es un personaje que crece. No es estático. Hay una Katniss antes de los Juegos, y hay una Katniss después, y una Katniss antes de la guerra y una Katniss después. Evoluciona.
Lo que sí no le soportaré, ni mucho menos perdonaré, es la forma que tiene de tratar a sus dos chicos. Y sí, utilizo el posesivo porque a veces me los imaginaba más en plan perros falderos que personajes independientes. Peeta y Gale. Gale y Peeta.
Si hubieran sido un solo personaje y no dos, seguro que la historia hubiera terminado igual, con un poco menos de drama romántico, y a lo mejor con alguna anécdota interesante más, pero básicamente lo mismo. Y lo digo completamente en serio.
Gale es el estereotipo de héroe: alto, guapo, fuerte, inteligente, protector, seguro de sí mismo, centrado y acostumbrado a sobrevivir. Un líder. Ya de entrada, en cuanto se conoce un poco a Katniss es más que obvio que no terminarían juntos por mucho que quisieran. O ella descubriría que él no era la clase de hombre que necesitaba o él se sacrificaría por el bien de ella.
Ocurren las dos cosas.
Hay algo entre ellos que no termina de cuajar. Ella al principio lo ve sólo como su mejor amigo, y más tarde lo único que consigue es hacerse un lío al intentar comparar sus sentimientos por Peeta con sus sentimientos por Gale (que no entiendo yo muy bien por qué ni con qué propósito, pero bueno) y confundirlos. Él se calla y no dice nada sobre lo que siente hasta que le pueden los celos y la rabia, y los termina metiendo en problemas. No digo que el Gale/Katniss fuera imposible, pero si hubieran terminado juntos me hubiera pasado como me pasa con la pareja Ron/Hermione, por ejemplo, que sí, vale, se acepta, pero… pero no. Si ella fuera un poco más dependiente, y lo demostrara, o menos cerrada de mente, o él pudiera enfocar un poco más su mirada en ella y no estar tan inmerso en la guerra y en su plan de venganza… Lo ocurrido con Prim al margen, no creo que hubieran durado demasiado tiempo juntos, la verdad. Creo que para que pudieran aguantarse el uno al otro deberían estar continuamente cazando, como al principio de la saga, mejores amigos, se conocen del derecho y del revés… Pero los personajes cambian. Y lo que al principio es un puede que sí, llega un momento en el que es un no rotundo.
De hecho, lo que más me duele de su relación es cómo termina. Él trabajando lejos, ella encerrada en su mundo, cada uno en un Distrito distinto. Me pregunto si volvieron a verse en algún momento después de la guerra o perdieron totalmente el contacto. Lo de Prim fue muy duro, pero si de verdad habían sido unos amigos tan unidos no puedo creerme que no fueran capaces de hablar el uno con el otro en algún momento, al menos para saber cómo les iba.
Con Peeta ocurre lo contrario, desde el principio hay algo entre ellos que sí, que encaja. Es raro, porque son muy, muy diferentes, pero Peeta es esa clase de personaje que acepta lo que le echen y sigue adelante. Por eso me duele tanto el comportamiento que tuvo Katniss con él desde que le conoce. Le utiliza (termina utilizando a ambos, en realidad) para poder salir viva de los Juegos, y si tiene que actuar como si estuviera enamorada de él, lo hace sin pensarlo dos veces, y lo que es peor, sin advertirle. Y luego repite, y aunque él ya lo sabe lo acepta, y es tan, tan cruel. Pero Peeta le da una estabilidad a Katniss que Gale no puede.
Y donde Katniss es la cara de la rebelión, Peeta definitivamente es el alma. No exactamente el alma de la rebelión, pero sí el alma de los valores por los que valía la pena rebelarse. Porque no duda ni un solo momento en proteger a Katniss, y no alardea de ello, ni se hace el héroe. No duda en sacrificarse al final de los primeros Juegos junto con Katniss. Porque a pesar de saber que Katniss no le quiere de verdad, él sigue interpretando el papel de enamorado, hasta el punto de inventar un bebé para intentar protegerla (¿lo del bebé? Creo que ése fue el momento en el que terminé de enamorarme de Peeta. Menudo cazurro). Porque aguanta la tortura del Capitolio y cuando vuelve se esfuerza por recordar y volver a enamorarse de Katniss. (¿Real o no?) Porque no duda ir al campo de batalla y está dispuesto a lo que sea. Porque hace glaseados y pinta. Porque es la contraposición de la soldado y cazadora Everdeen, y aún así encajan.
Porque llega al Distrito 12 tras la guerra y lo único que se le ocurre es ir a buscar primroses para plantarlas en la casa de Katniss. El panadero.
Y tengo que mencionarlo: me encanta la relación que tienen Peeta y Gale. O la no-relación, mejor dicho. No es lo típico en esta clase de situaciones, no son amigos, pero tampoco enemigos. Se toleran, se respetan, se ponen de acuerdo en cuanto a la protección de Katniss se refiere… Y no salen ni una sola vez discutiendo. Se ponen celosos, sí, pero no pasan de ahí. Es algo nuevo, normalmente en estos casos se tiran a la yugular el uno al otro.
(Es una de las cosas que más me chirrían de toda la saga, que Peeta y Gale están, básicamente, para protegerle las espaldas a Katniss. Se mueven, sobre todo Peeta, alrededor de esa misión, que Katniss sobreviva a los Juegos, a la guerra, a todo. Ugh. Por eso me gusta Gale, porque además mantiene a la familia de Katniss cuando ésta no está (aunque sea una forma de cuidar de su amiga) y termina ayudando en la rebelión con sus trampas y su instinto de cazador. Peeta en cambio no hace nada así, sólo pelea.)
Podría seguir hablando de Cinna, que es la figura paternal, el guía en los inicios de Katniss, que a pesar de ser un estilista del Capitolio es un personaje normal, con una apariencia (relativamente) normal, lo que demuestra que en aquella colmena de personajes estrafalarios puede salir algo decente; o de Haymitch, con su pasado trágico que le ha llevado a desarrollar una profunda relación con el alcohol, pero aún así mantiene la mente lo suficientemente despierta como para ayudar a su tributo favorita, porque es un borracho, un irresponsable, un traidor y un soberano borde, pero también inteligente y astuto, y conecta con Katniss y se entienden a pesar de que no se soportan; o de Snow, de quien me trago pocas cosas de lo que dijo Finnick sobre él, pero no deja de ser un personaje mezquino e interesante, que apenas sale en un par de escenas en toda la trilogía pero aún así dan escalofríos con sólo verlo nombrado porque se sabe que algo está tramando; o de la madre de Katniss, que me parece la más irresponsable de todos; o…
Pero la verdadera razón por la que me ha gustado la saga ha sido por el mundo de Panem. No sólo el leer que tienen por costumbre poner a un grupo de chicos en un estadio cazándose entre ellos, que también, sino por toda la crítica social que hay detrás. Porque estos libros no tratan sólo sobre unos juegos sanguinarios anuales patrocinados por un gobierno tiránico, sino sobre toda esa sociedad en la que se cimienta la historia. Porque estoy segura de que, si la sociedad fuera distinta (más empática, más solidaria), un entretenimiento de ese estilo no sólo no se produciría, sino que estaría prohibido. ¿En qué país medianamente civilizado está permitido asesinar, y ya no sólo asesinar, sino masacrar para entretener a las masas? No creo que haya muchos ejemplos desde la Antigua Roma.
Pero no, Panem es un país del futuro dividido en doce Distritos, y dividido en clases sociales (lo que ha ocurrido siempre desde que el hombre se separó del mono). Hay un gran contraste entre la gente del Capitolio, derrochadores, superficiales, ricos; la clase media, los Distritos 1, 2 y 4, favorecidos por el Capitolio aún estando bajo su tiranía; y la clase baja, el resto de Distritos, sobreviviendo a pesar de la falta de comida y de higiene, a pesar de las leyes tan estrictas que no les permiten ni buscar alimentos fuera del Distrito cuando se están muriendo de hambre.
Esto es lo que más me gusta de los libros. Que afirman que, a pesar de los años transcurridos, las guerras, los desastres, los seres humanos no avanzamos hacia el bien, sino que tenemos una naturaleza tan retorcida que nos hace recaer una y otra vez en la maldad (que es, básicamente, mi pensamiento sobre la humanidad). El Capitolio arrancando a unos chicos de sus familias para demostrar su superioridad, obligando a ver los Juegos a todo Panem bajo amenaza, y que haya gente que disfrute del programa, o que tengan la mente tan manipulada que vean el participar como un honor, y no como el castigo, la venganza, que es por algo que ellos no cometieron.
Creo que eso es lo peor, que lo ven como algo normal.
Esa crueldad es la subtrama de los libros. La crueldad humana que se esconde tras las caras excesivamente maquilladas y operadas de la gente del Capitolio, tras la máscara de los agentes de la paz, tras la rosa del presidente de Panem (las rosas llegan a dar verdadero mal rollo), y hasta la que hay tras los rebeldes. Porque los rebeldes no son los héroes, ni siquiera los buenos de la historia. Y la presidenta Coin está a la cabeza en cuanto a mezquindad se refiere, junto con Snow. Al fin y al cabo, los dirigentes de un bando o de otro no son tan distintos.
Durante la lectura, he tenido la sensación (no siempre, sólo en algunas ocasiones) de que la gente del Capitolio y los Juegos del Hambre son comparables con los extranjeros y la tauromaquia. No defiendo al Capitolio, porque cualquier persona con dos dedos de frente es capaz de entender lo que está viendo, pero no puedo más que pensar que, por la forma que tienen de comportarse, no sólo es a causa de una profunda crueldad, sino por desconocimiento, o incluso inocencia. Creo que mucha de esa gente se pensaba que los Juegos del Hambre no era más que un programa de televisión, un programa ficticio, en donde nada de lo que ocurría era verdad. Como pasa con la tauromaquia, muchos extranjeros que ven corridas de toros se piensan que es todo una mentira, que el toro no muere al final, que es un muñeco y está todo pactado (luego llegan a una plaza de toros, ven la verdad, y se llevan las manos a la cabeza y reniegan del festejo). Con la gente del Capitolio igual. Son gente que está muy protegida, acostumbrados a tener todos los lujos a su alcance, a interesarse más en tintarse la piel y ponerse unos bigotes para ir a la moda que en cuestionarse su mundo, en saber de dónde viene los alimentos que comen, la tecnología que utilizan, las ropas que visten.
Son gente mimada que no piensa por sí misma. Y son crueles precisamente por eso, porque son incapaces de sentir empatía por unos chavales inocentes que mueren año tras año a docenas en sus pantallas de televisión. Lo ven como un entretenimiento anual, están acostumbrados a eso, a fijarse en sus ropas y joyas en las entrevistas previas, a adorar a los ganadores tras los juegos. No piensan en el dolor y en el sufrimiento que hay detrás, en esos adolescentes, en sus familias. No son siquiera capaces de plantearse cómo se sentirían ellos de tener que escoger a dos chavales de entre sus vecinos para morir para su diversión.
Y a la vez son capaces de sentir tristeza, su corazón se rompe, cuando descubren a los amantes trágicos del Distrito 12. Es curioso que, después de todo, Katniss y Peeta sobrevivieran a los Juegos precisamente por la gente del Capitolio, porque si hubieran muerto la gente no hubiera podido volver a ver los Juegos de la misma manera. Porque esa gente se puso enseguida de su parte en cuanto Peeta dijo que estaba enamorado de Katniss, y mucho más cuando dijo que ella estaba embarazada. Porque pudieron mirar todo el tema de una manera distinta a la habitual, ya no sólo estaba la vida de un par de chicos en juego, sino una familia. Y eso al gobierno no le interesaba, ni le gustaba, lo más mínimo.
Y aún así, Katniss hace algo que a mí, personalmente, me sorprendió, y es que acepta a su equipo de estilismo sin problemas, aún odiando al Capitolio. Les coge cariño porque ve en ellos exactamente lo que son, unos "cabezas huecas" sin una maldad recalcitrante, porque están acostumbrados a una vida muy distinta a la suya y son incapaces de ver más allá, y los protege en medio de la guerra, y de la misma manera ellos le cogen aprecio y lloran por ella cuando se despiden. Me gustó que se incluyera ese punto de vista, porque de entre toda la superficialidad del Capitolio, seguro que había alguna persona que, con los datos de la mano, hubiera aprendido a pensar por sí misma y a renegar de su gobierno, a ser una persona diferente. Aunque es algo que nunca sabremos.
Y prefiero no hablar sobre el uso que le daba Snow a los vencedores de los Juegos porque me pone la piel de gallina. Pensar que después de sobrevivir a ese horror, deben soportar la humillación cuando se supone que deberían vivir a gusto y sin preocupaciones…
Por no hablar de la injusticia cometida con Haymitch. ¿No se supone que no hay reglas durante los Juegos salvo la inicial de los 60 segundos en la plataforma? Si Haymitch aprendió a usar la arena en su beneficio y sobrevivió debería haber valido. Pero Snow se vengó, porque Snow es Dios y Dios no comete errores. Creo que por eso Haymitch no fue un buen mentor para los tributos de su Distrito hasta que no vio a la pareja con la que pudo identificarse, Peeta enamorado y Katniss borde, grosera y capaz de desafiar al Capitolio y hacer lo que fuera para sobrevivir.
Otra de las cosas que me gustó también mucho es el tema de la información, o más bien la manera en que, tanto el Capitolio como los rebeldes la manipulan para poner los hechos a su favor.
Me refiero a, por ejemplo, cuando el Capitolio recicla las imágenes del Distrito 13 tras la guerra de los Días Oscuros, incluyendo después a un periodista informando de que el distrito sigue siendo inhabitable para mantener a toda la población de Panem dentro de sus respectivas casas. O cómo manejan todo el tema de los Juegos para darle un cariz de entretenimiento para sus propios ciudadanos, y a la vez demostrar a todos que siguen manteniendo el control del país y que la rebeldía es una mala idea.
O, por el otro lado, la publicidad descarada que hacen los rebeldes con Katniss. Cómo estaban dispuestos (que, de hecho, ése era su plan en mente) a falsificar escenas de lucha en vez de buscar las verdaderas para que todo fuera fiable, a editar los vídeos para poner la mejor luz posible a su causa. Es algo que se hace todos los días en las televisiones de todo el mundo. Es muy realista.
Que eso me lleva a todo el tema de la guerra. No sé muy bien qué pensar de ella, por una parte sí me ha parecido relativamente bien su desarrollo, pero por otro lado hay algo que no me termina de convencer, y no sé qué es. Tal vez es que no estoy acostumbrada a que el héroe (o heroína, en este caso) se quede tan al margen como ha ocurrido. Es cierto que Katniss se inventa una misión para poder atrapar a Snow, pero no llega a completarla. Se quedan tantos aliados por el camino que es frustrante que no lo consiga, que ni siquiera se acerque al presidente. Y a la vez es algo tan creíble, algo que podría pasar en la realidad… Y al final son otras unidades rebeldes las que consiguen dar el golpe de gracia y atrapar al presidente mientras Katniss está en la calle, preocupándose por Peeta, que no sabe dónde está, y por Gale, al que acaban de atrapar.
Por no hablar de la ironía que hay tras la muerte de Prim, que después de todo lo que Katniss hizo por ella muriera al final de la guerra, intentando ayudar a quienes, supuestamente, eran sus enemigos, con una trampa ideada por Gale y lanzada por la misma líder de los rebeldes. Es… es tan cruel, y tan propio de una guerra… Esas muertes injustificadas, esas ganas de venganza incluso después de vencer, esas ganas de regodearse por la victoria y hacer sufrir de manera gratuita no sólo a los vencidos, sino a los inocentes (¡los niños!) que no tenían nada que ver y que de pronto se vieron sacados de sus hogares y con bombas explotando a su alrededor. (Básicamente, una repetición de lo ocurrido en los Distritos.) Cuando, después de todo lo que ha pasado, después de 75 Juegos de Hambre, los rebeldes, la gente que despreciaba el acontecimiento, por el que, supuestamente, estaban peleando para que no volviera a ocurrir, lo apoyan una última vez para castigar al Capitolio con sus propios niños, como si las bombas no hubieran sido suficiente. Que tantos personajes estuvieran de acuerdo con la idea, que Katniss aceptara por venganza por Prim, que Haymitch le siguiera… y que Peeta, que al fin y al cabo es el que más ha sufrido a manos del Capitolio, se negara a la idea. Ay, Peeta.
Pero lo que más me gustó del final fue que Katniss diera muerte no a quien había estado amenazándola desde el principio, sino a quien supuestamente estaba de su mismo bando. No me sorprendió leer que la flecha se clavara en Coin en vez de en Snow. Katniss en ese momento demostró que no apoyaba a ningún bando, a pesar de todo su recorrido por los tres libros, por todas las propos que le habían obligado a hacer, sino que renegaba de las formas de actuar de los líderes, sean quienes sean. Mató a Coin y dejó que Snow muriera desangrado y envenenado, sin darle la muerte para evitarle el sufrimiento. Y de esa manera, también obtuvo su venganza, aunque estoy más que segura de que para ella eso no era suficiente. Por eso se intentó suicidar después, y por eso se quedó tan sorprendida cuando la dejaron marchar, porque no fue culpada por sus crímenes.
Katniss no se siente a gusto en ningún sitio salvo en el lago de su distrito, cazando, y eso queda muy bien reflejado en los libros. Se supone que debería estar cómoda en su casa de ricos, pero prefiere su casa en La Veta. Se supone que debería estar protegida en el Distrito 13, pero sabe que allí está siendo tan vigilada como lo estaría en pleno Capitolio, y lo único que intenta es huir. Se supone que debería descansar tras la guerra, después de despertar de la última batalla, pero no lo hace hasta que no confirma lo que le dice Snow (irónico que quien le abra los ojos sea su enemigo declarado), lanza la flecha y vuelve a su Distrito. No se queda a gusto hasta que vuelve al bosque. Sin Gale, sin su madre, sin Prim. Es bastante triste y bastante acorde con el resto del libro.
Por preferir, hubiera preferido un final feliz. Soy una persona de finales felices, que hagan sufrir a los personajes todo lo que se quiera, pero que todo ese sufrimiento merezca la pena y sea recompensado con un futuro libre de grandes preocupaciones. Y el epílogo señala precisamente eso, que no ocurrieron más Juegos del Hambre, que hubo una temporada de paz, que Katniss fue capaz de volver a ser feliz, con una familia (cosa que para ella era inimaginable). Pero la forma en que se lleva a cabo, relatado todo de pasada en el epílogo, me dejó bastante fría, como si fuera poco creíble. Así que, a pesar de todo, me ha dejado un sentimiento raro en el cuerpo, como de no estar del todo convencida.
Pero bueno, en resumen, la saga me ha gustado. Teniendo en cuenta las expectativas, ha sido una sorpresa. Sé que me dejo cosas en el tintero, cosas que comentar que me parecieron bien, o mal, o con las que no estoy de acuerdo (Katniss, Katniss, Katniss), pero en general me ha dejado buen sabor de boca.
Ahora toca ver la película. Lo malo es que soy hipercrítica con las adaptaciones, y no paro de leer que está muy bien adaptada y blablablá, así que basta que espere ver una muy buena película para que luego no me parezca para tanto y me ponga de mal humor. Por lo pronto, las escenas que he visto salteadas (tengo descargada la película, pero con una calidad de vídeo tirando a mala, y la quiero ver cuando esté en muy buena calidad) me han parecido bastante decentes, así que no sé… Pero bueno, ya veremos.