Más Drabbles

May 18, 2009 10:17

Titulo: Sucesos extraños
Fandom: La Premonición.
Claim: Luke Brown- Adrian Nightingale- Anne Foster
Tema: #21 - Desconcierto
Palabras: 1630 palabras
Advertencias: algunas palabras mal sonantes. Nada de otro mundo.

Luke aún no podía creer lo que le habían pedido que hiciera. Y eso, que le habían tocado hacer muchas cosas extrañas en su vida. Pero esto… esto era otra cosa.

Ir a la tierra y hacer de Recolector no era una de las cosas que más le agradase hacer. Tampoco lo había hecho antes, cabía mencionar. Él era uno de los Encargados de la Limpieza, o sea, una de las poquísimas personas que se encargaban de deshacerse del trabajo de los Recolectores. Y ahora a él le tocaba hacer el asqueroso trabajo de uno de ellos.
Solo con pensarlo le provocaba escalofríos. Mucho más si tomamos en cuenta el hecho de que él odiaba profundamente a los terranos y todo lo que estuviese relacionado con ellos.

Pero bueno, no podía negarse a hacer su trabajo ya que esa había sido una orden directa del Rey. Y decirle que no a ese hombre era igual de peligroso que meterse en una jaula llena de leones hambrientos envuelto en tocino.

Pero de todo eso, lo que a Luke más le molestaba no era ir a la tierra y atrapar a un humano y hacer lo que sea que hiciesen los Recolectores. No. Lo que a el le molestaba en realidad era tener que hacerlo con Adrian al lado. ¡Por Dios, como detestaba a ese tipo!

Adrian Nightingale, Príncipe del Hellaven, era la persona más insufrible, pedante, orgullosa y creída que él hubiese conocido en toda su vida. Era un niño mimado que, solo porque ostentaba el maravilloso titulo de Príncipe, creía que era el dueño del mundo. Creía que todo el mundo debía rendirle pleitesía y besarle los pies. O peor aún, considerar como un lugar santo lo que él tocaba o pisaba. Pobre idiota.

Y ahora, le tocaba estar con él, sabría Dios por cuanto tiempo, en un mundo que detestaba más que al tipo que tenía al lado. Genial. Simplemente genial. Su día no podía ser peor.

Cuando ambos cruzaron la puerta que conectaba los dos mundos y llegaron al otro lado, Luke fue inmediatamente azotado por las altas temperaturas de la Tierra. Bien, ese lugar se ganaba un punto solo por eso. Él realmente odiaba el frío del Hellaven, y salir de ese lugar y entrar a este calido mundo, era realmente una bendición.

El lugar en el que se habían aparecido era un bosque, oscuro y tan tenebroso como el Bosque de los Lamentos de su propio mundo. No había farolas que alumbrasen los alrededores y la luz de la luna a penas se filtraba por las altas y frondosas copas de los árboles, creando horripilantes formas en el suelo.

Quería decirle a su compañero de viajes un par de insultos por haberlo llevado a ese desolado lugar, con la excusa de que ninguna persona con dos dedos de frente y en pleno usos de sus facultades mentales, estaría rondando ese sitio a esa hora. Pero, para su mala suerte, un terrano apareció. El dulce aroma de su piel lo delataba a pesar de estar en su mundo. Bien, ya tendría oportunidad de insultarlo en otro momento.

El terrano recién llegado era una chica, de baja estatura y cabello muy corto y en punta. Estaba vestida completamente de negro, con una falda extremadamente corta y deshilachada, medias que le llegaban un poco mas arriba de las rodillas, zapatos planos y una camiseta negra sin ningún diseño. Desde donde estaban no podían ver exactamente sus rasgos ya que la luz en aquel lugar era muy pobre, pero no había que ser un genio ni estar a dos pasos de ella para saber que la chica era bastante extraña… mucho mas extraña que ellos dos juntos, y eso ya era mucho que decir.

Luke iba a preguntarle a Adrian si esta era la chica a la que habían ido a “cazar” pero ni siquiera llegó a abrir la boca cuando su compañero negó lentamente con la cabeza. Como odiaba cuando hacia eso. Sus pensamientos eran privados, por algo no los compartiría con él. Pero, al parecer, a Adrian le encantaba la idea de fisgonear dentro de su cabeza. Maldito bastardo.

La joven, mirando hacia todos lados como si hubiese perdido algo y lo estuviese buscando, se fue acercando lentamente a ellos. Ambos hombres quedaron con la boca abierta al ver que su extraña acompañante no era mas que Anne, la chica que había pasado más de un año en el Hellaven y a la cual, supuestamente, Adrian había matado… dos veces.

Luke giró la cabeza lentamente y lo miró con una clara expresión de desconcierto en el rostro, esperando que su compañero volviese a leerle la mente y le diese una buena respuesta. Pero su sorpresa fue aún mayor al darse cuenta de que el maravilloso y perfecto Príncipe, estaba igual de desconcertado y sorprendido que él.

Esa estrambótica jovencita, de ojos y labios maquillados de negro, con un desastre por cabello y llena de abalorios plateados, era la hermosa y dulce chica de la cual ambos se habían enamorado. Pero eso no era lo peor de toda esa extraña situación. Lo más desconcertante era el hecho de que estaba viva… muy diferente de la Anne que conocieron una vez, pero viva al fin.

¿Cómo demonios era eso posible?

Definitivamente, esa chica tenía mucha suerte… o Adrian era un completo inútil. Luke quería pensar que eran ambas cosas a la vez.

Trató de acercarse a la joven y tocarla pero se llevó un chasco al darse cuenta de que su mano la atravesó como si ella fuese un espectro.

¿Qué demonios…?

- ¿Puedes hacerme el grandísimo favor de explicarme que coño está pasando aquí?

Luke se dio la vuelta y le preguntó a Adrian con tono rudo, mientras le dirigía una mirada mordaz. El Príncipe no le dijo absolutamente nada. Seguía mirando a Anne como si fuese una aparición mientras murmuraba “ella está muerta, ella está muerta” una y otra vez.

Perfecto, lo que le faltaba, que el único que podía llevarlo de vuelta a su mundo se hubiese vuelto loco.

Se acercó al hombre y, a regañadientes, colocó las manos en sus hombros para zarandearlo y hacerlo volver en sí. Si eso no funcionaba, tendría que golpearlo. Lastima por Adrian, ya que Luke estaba seguro de que saldría bastante magullado de ahí si no volvía al lado de los cuerdos en esos momentos.

Adrian sacudió un poco la cabeza y le dirigió una mirada total y completamente desconcertada.

-Ahora que tengo toda tu atención, Principito, quiero que me digas qué demonios hace Anne aquí.

- ¿Debería saberlo?-fue su escueta respuesta.

-No, claro que no deberías saberlo. - le dijo con sarcasmo- Porque, según tu, Anne estaba muerta, ¿no? Pero déjame decirte algo, los muertos no caminan. Y esta chica se ha librado de la muerte dos veces. ¿Tiene eso algo de lógica para ti? ¿Tienes algo decir respecto a eso?

Adrian quitó las manos de Luke de sus hombros con un movimiento brusco y se arregló su abrigo.

-Por el tono con el que me dices eso, debo suponer que dudas de que en verdad haya hecho mi trabajo. -Luke bufó, enormemente contrariado- Créeme, hice lo que tenia que hacer… en ambas ocasiones. Pero, al parecer, alguien o algo no quiere que esta chica muera. En ese caso, yo no puedo hacer nada.

Si Adrian, que era bastante viejo y sabio a pesar de tener la apariencia de un chico de veinte años, decía eso, algo de lógica debía tener ese asunto. Aunque Luke seguía dudando.

- ¿Y qué hacemos ahora? No podemos tocarla y ella, tampoco puede vernos…- le preguntó mientras le dirigía una mirada a la chica, que seguía buscando entre los árboles.

-No vinimos por ella, ya te lo dije- musitó, serio.

-Pero…

-Sin peros, chico. No hay nada que podamos hacer. Olvida a la chica y haz tu trabajo. A menos que quieras tener problemas con el Rey.

Haciendo acopio de toda su fuerza de voluntad para no patearle el trasero por ser aun más idiota e insoportable de lo que era siempre, Luke se dispuso a pasar por el lado de Anne y salir del bosque. Y aunque le costase admitirlo, Adrian tenia razón. Ellos habían ido a ese lugar a cumplir una misión y no a pasear ni a tratar de resolver otro tipo de problemas.

En el mismo instante en el Luke cruzaba por el lado de Anne, ella movió su mano y lo tocó. No fue un gesto premeditado ni nada que significase que ella sabía que él estaba ahí, pero, de todas formas, su calida mano tocó su piel sin siquiera traspasarla. Ella miró el lugar en el que él estaba con los ojos bien abiertos, completamente perpleja por haber sentido algo sólido en donde no había nada, pero a los pocos segundos movió la cabeza de un lado a otro, restándole importancia al asunto.

Ella se había vuelto loca hacia mucho tiempo, por eso creía ver cosas donde no había absolutamente nada. Por eso recordaba cosas que en realidad, nunca pasaron.

Como si nada hubiese pasado, siguió caminando, adentrándose más en el bosque, mientras Luke y Adrian se dirigían en dirección contraria.

“Eso fue raro”, pensó Luke mientras caminaba, con un muy silencioso Adrian al lado. Definitivamente, esa era una de las experiencias más extrañas de su vida. Olvida lo de los Recolectores y todo el trauma que eso podría acarrearle. Esto era algo mucho más grande, más profundo e importante. Él hecho de que Anne estuviese viva y pareciese bastante ajena a su mundo y a lo que había vivido, era un misterio que el, definitivamente, iba a resolver. Y cuando lo hiciera, iba a llevarse a Anne de vuelta al lugar en el que debía estar. Eso era seguro.

Titulo: Recordar es doloroso.
Fandom: La Premonición.
Claim: Anne Foster
Tema: # 3- Suspiro
Palabras: 324
Advertencias: Ninguna.
Notas: No me gustó, es lo primero que voy a decir. Lo segundo es que este drabble narra un poquito lo que sentía Anne los primeros días que estuvo en el Hellaven. No es para nada esclarecedor (hoy no me salen las cosas profundas y eso xD) pero es lo que hay. Participa en el quinesob.

Amar, para Anne, siempre fue la cosa más importante en el mundo. El sentir algo por otra persona, el quererlo siempre cerca de ella rodeando su cuerpo con sus grandes y fuertes brazos, eran algunas de las pocas cosas que la hacían siempre feliz.

Y siempre dio gracias por haber encontrado a alguien a quien darle todo el amor que anidaba en su corazón. Alguien bueno, gracioso, cariñoso y que, por suerte, sentía lo mismo que ella sentía por él. Con la misma intensidad, con la misma cadencia.

Anne fue feliz al lado de Solomon. Mucho. Cada beso, cada respiro, cada suspiro de placer que compartió con él fue un regalo del cielo para ella. Solomon era su todo. Era la persona más importante para ella. Era su razón de ser y de vivir.

Pero lo había perdido. Una noche, la que se suponía iba a ser la mejor noche de su vida, la noche que definiría su posición en el mundo, se vio cruelmente arrancada de sus brazos para jamás volver a verlo. Y había llorado por horas al enterarse de que posiblemente el la olvidaría pronto, cuando ella estaba en ese lugar sufriendo por él. Al saber que su corazón no dejaría de dolerle por más que se esforzase. Al saber que una parte de ella se había quedado con él y que no lograría recuperarla nunca.

Porque sabía que, aunque lograse regresar a casa otra vez, las cosas jamás volverían a ser como antes con él. Ella, para él y todo el que la conocía, estaba muerta y enterrada. Y aunque apareciese frente a ellos una vez mas, no volverían a verla ni a tratarla igual.

Con un resignado suspiro, se secó las lágrimas del rostro y se alejó de la ventana. Nada conseguiría llorando por él y por lo que había perdido. Ahora tenia muchas cosas en las que preocuparse. Su dolor, en esos momentos, era total y absolutamente irrelevante.
Titulo: Amante de la noche
Fandom: La Premonición.
Claim: Adrian Nightingale
Tema: # 9- Estrella
Palabras: 171 palabras
Advertencias: Ninguna.

Adrian, aunque dijese lo contrario muchas veces, adoraba la permanente oscuridad de su mundo. Adoraba el hecho de que la luna era el astro reinante en ese oscuro cielo y las estrellas sus hermosas doncellas que brillaban gentilmente para alegrarle el día (o la noche, en este caso), como lo hacían las bailarinas en un cabaret. Exuberantes, incitantes, prometiéndote miles de cosas si solo te quedabas a contemplarlas.

Y siempre quiso encontrar a alguien que sintiese lo mismo que él. Alguien que pudiese apreciar la belleza de esa noche eterna sin pensar en el doloroso futuro del Hellaven. Alguien que solo se recostase a su lado y buscase formas entre las estrellas. Alguien que amase su mundo tal cual era, con sus enormes diferencias de la Tierra.

Pero él no podía darse el lujo de tener alguien así a su lado. Aunque debía ser franco, dudaba que existiese en el mundo otra persona como él. O peor aún, dudaba que si esa persona existiese, quisiese compartir ese maravilloso momento con él.

Titulo: Hacia el final.
Fandom: La Premonición.
Claim: AnnexLuke
Tema: # 13- Camino
Palabras: 628 palabras
Advertencias: spoiler.

-Anne, no lo hagas.

Le había suplicado Luke al ver lo que ella planeaba hacer. Anne se dio la vuelta y vio la desesperación y el miedo que él sentía pintados en sus hermosos ojos grises. Su estomago se retorció de dolor por un instante y unas enormes ganas de darse la vuelta y refugiarse en el calor de sus brazos se apoderó de ella. Pero echó esa sensación a un lado al pensar en lo que tendría que sacrificar si hacia eso. No, ella debía seguir adelante. Debía rescatar a Edna aunque fuese lo último que hiciese en la vida. Aunque eso significase perder a Luke.

-Anne… -volvió a llamarla. Con un deje de histeria en la voz- Demonios, tú ni siquiera podrás con ellos.

Esas eran crueles palabras, pero muy ciertas. Ella no era rival para los Guardias del reino. Ella era solo una simple terrana que había llegado a ese mundo para arruinarle la vida a todo el que se hubiese relacionado con ella. Edna, quien había sido la primera en tenderle la mano y curarle las heridas, estaba en esos momentos pagando por haberlo hecho.

Anne vio a Luke acercarse a ella y con un movimiento de su mano se lo impidió. Estaba segura de que si él la tocaba, la poca seguridad que sentía en esos momentos iba a caer en picado. Ella no podía permitir que eso sucediera. Edna la necesitaba, quizá de la misma forma en la que ella necesitaba estar entre los brazos de Luke.

-Luke, entiéndelo, tengo que salvarla. Y no es por que piense que soy poderosa ni mucho menos. Tú más que nadie sabes que yo no tengo la fuerza para luchar con ellos… ni con nadie. Pero se da el caso de que yo soy la única que puede sacarla del agujero en el que está. -Luke volvió a dar un paso y ella lo detuvo con un movimiento de su mano.

-Y se da el caso de que tienes que tirar tu vida y todos nuestros esfuerzos por protegerle, a la basura. Anne, tu no puedes hacer nada para salvarla.

- ¡Por mi culpa ella está ahí, Luke! -Le gritó, con la voz rota por el inminente llanto- No puedo quedarme sentada sabiendo que ella está sufriendo por mi culpa… que sigue ahí dentro cuando yo puedo hacer algo para salvarla.

- ¿Crees que ella se sentirá feliz al saber que está libre a costa de tu vida, Anne? Ella ha estado protegiéndote desde que apareciste en este lugar. Ha hecho hasta lo imposible por mantenerse a salvo; no eches por la borda todo su trabajo.

Ella lo miró a los ojos con una expresión ceñuda. No podía creer que él, precisamente él, le estuviese diciendo esas cosas. ¡Estaban hablando de Edna, la mujer que lo había criado, la que había sido como su madre para él desde que el Oráculo le ordenó que lo buscase! Él no podía preferirla a ella antes que a Edna. Eso era imposible.

Y aunque la sola idea de significar tanto para él le provocaba una enorme satisfacción y una felicidad tan grande que le provocaban ganas de gritar, el recuerdo de Edna siendo torturada en una de las celdas del castillo por haber mantenido oculto a un terrano vivo, le removía todo por dentro y la hacían descender rápidamente de su nube de felicidad.

-Tú no entiendes lo que es ser agradecido, Luke. Yo, a esa mujer, le debo mi vida. Lo menos que puedo hacer en estos momentos, es devolverle el favor. Aunque eso signifique sacrificar mi vida.

Y sin esperar una respuesta por su parte, se dirigió rápidamente hacia el castillo por un camino angosto y rodeado de árboles. Un camino que la llevaría derecho a la muerte.

tabla: lunasytinta, pairing: annexluke, claim: anne foster, drabble: la premonicion, claim: adrian nightingale, claim: luke brown

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