Cuando eramos niños, todos hemos soñado alguna vez con atrapar las nubes. Allí arriba, tan inalcanzables, parecían burlarse de nosotros con sus formas extrañas, realmente moldeadas por nuestra vasta imaginación. Cuando anochecía, y no había nubes, era la luna la que estaba demasiado lejos para tocarla. Aún así, la luna es tangible, y pergreñábamos
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Comments 2
Me parece que siempre se mezcla lo biológico que es nuestra base comun con los animales, y lo espiritual, es la confrontación freudiana entre el superyo, el yo y el ello. Lo biológico quiere acaparar poder, aunque sea tan etereo como las ideas, mientras que nuestra parte exclusiva idealiza como un remanente del proceso mental dedicado a la supervivencia, como apuntaba Maslow, una vez satisfechos los niveles de necesidad el cerebro, sin uso, debe trascender, de ahí viene la espiritualidad en cualquier sentido. No hay que enfadarse porque nuestra parte de mono arrebate con codicia lo intangible, solo hay que arrearle con un periódico intelectual enrollado.
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De todas formas no sé yo si Maslow decía lo correcto. Mira la vida ascética y el uso de las abstinencias como método de trascendencia. Para llegar a resolver el conflicto entre lo espiritual y lo biológico, trataban de eliminar los elementos de entrada biológicos en el sujeto espiritual. Pero ese es otro asunto...
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