El hombre miró, como ya cada día desde hace un mes, hacia arriba,apenas salió por la puerta de su casa. La sombra de un pie caía alargada sobre varios metros de su parcela, dejando una huella recortada en el verde. Corría ya el mes de Julio avanzado, y aquel año hacía un inusitado calor por aquellos parajes cercanos a Fermoselle; tan extraño que
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