Nuevo miembro de 30 vicios
Fandom: Harry Potter
Personaje/Pareja/Trío: Sirius/Snape
Tema: #1 - Inicio
Cuando en sexto curso se habla de Sirius Black, ese nombre lleva implícito muchas cosas: rebeldía, orgullo, quebrantamiento de las normas, y, sobre todo, una gran aureola que lo señala como "oveja negra de los Black". Mucha gente cree que esto último fue siempre así, que desde pequeño, antes de ir a Howgarts ya se enfrentaba a sus padres por los ideales que tenían sobre los "sangre limpia". No fue así.
Sirius siempre fue un rebelde, un alérgico a las normas. Pero antes de asistira Howgarts ss padres lo miraban con orgullo. Era un verdadero Black no se sometía a nadie y rebosaba talento. No podía tener opinión sobre la pureza de sangre sencillamente porque a toda la gente que conocía era "sangre limpia". Nunca había conocido a ningún muggle ni a ningún mestizo. Aceptaba lo que decían sus padres sobe que eran seres inferiores, nunca se le había ocurrido planteárselo y nunca había escuchado una opinión diferente.
Pero entonces llegó un 1 de septiembre y todo cambió.
---- --- --- -- -- -- -- -- -
El andén del expreso de Howgarts estaba lleno de gente nueva para Sirius. Montones de estudiantes correteando de un lado para otro, despidiéndose de sus padres, reencontrándose con viejos amigos… y él estaba solo.
No había querido que sus pares lo acompañasen al otro lado del andén (era un Black, era Sirius, se bastaba él solito) , pero ahora, mientras arrastraba lentamente el baúl se preguntaba si no habría sido una mala idea. Es que pesaba tanto…
¡¡PUMBA!!
Sirius se había distraído un momento y acababa de chocar con otro muchacho.
-¡Podrías mirar por donde vas! -le gritó Sirius.
El otro muchacho (con nariz aguileña y un pelo negro bastante grasoso) abrió la boca para contestar, pero pareció pensárselo mejor, porque la cerró y continuó su camino sin decir nada.
Y esto molestó a Sirius más que cualquier otra cosa que le pudiese haber dicho. No estaba acostumbrado a que lo ignorasen. Resentido, continuó hacia el tren, donde tardó un buen rato en conseguir subir el baúl, ya que no quiso recibir ninguna ayuda.
Para gran desgracia de Sirius, el único compartimiento donde quedaba algo de espacio estaba ocupado por el chico de pelo grasiento. Todavía enfurruñado porque le hubiese ignorado antes, decidió no hablarle ahora él. Así pues, estuvo sentado y aburrido hasta que unos ruidos en el pasillo llamaron su atención.
Curioso, salió a echar un vistazo: dos chicos (probablemente de primer curso como él) se estaban peleando con otro bastante mayor.
-Se van a meter en líos. No pueden pelearse en el pasillo del tren -dijo el chico de pelo grasiento, quien también había salido a ojear.
-No seas quejita -le dijo Sirius.
Y, nunca supo muy bien porqué, salió a ayudar a los dos muchachos de su edad quizás porque el otro dijo “no se puede” (tres palabras que juntas era sumamente atrayentes), o quizás porque tan sólo quería fastidiarlo (es que el chico de la nariz aguileña era sumamente irritante). El caso, es que aquel 1 de septiembre Sirius acabó castigado por un prefecto junto a los otros dos muchachos (que decían llamarse James Potter y Remus Lupin).
-¿Y por qué os estabais peleando con aquel muchacho? -preguntaba Sirius, con un ojo morado mientras aguardaban a la Selección.
-Se metió con una chica pelirroja por ser hija de muggles…
-Criticó mi túnica porque está un poco remendada.
Y antes de que Sirius pudiese decir nada, el Sombrero Seleccionador dijo su nombre. Sirius se acercó al taburete donde estaba colocado y lentamente se lo puso en la cabeza.
-¡¡GRYFFINDOR!!
Y quizás, ese fue el inicio de todo.
Personaje/Pareja/Trío: Sirius/Snape
Tema: #1 - Inicio
Cuando en sexto curso se habla de Sirius Black, ese nombre lleva implícito muchas cosas: rebeldía, orgullo, quebrantamiento de las normas, y, sobre todo, una gran aureola que lo señala como "oveja negra de los Black". Mucha gente cree que esto último fue siempre así, que desde pequeño, antes de ir a Howgarts ya se enfrentaba a sus padres por los ideales que tenían sobre los "sangre limpia". No fue así.
Sirius siempre fue un rebelde, un alérgico a las normas. Pero antes de asistira Howgarts ss padres lo miraban con orgullo. Era un verdadero Black no se sometía a nadie y rebosaba talento. No podía tener opinión sobre la pureza de sangre sencillamente porque a toda la gente que conocía era "sangre limpia". Nunca había conocido a ningún muggle ni a ningún mestizo. Aceptaba lo que decían sus padres sobe que eran seres inferiores, nunca se le había ocurrido planteárselo y nunca había escuchado una opinión diferente.
Pero entonces llegó un 1 de septiembre y todo cambió.
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El andén del expreso de Howgarts estaba lleno de gente nueva para Sirius. Montones de estudiantes correteando de un lado para otro, despidiéndose de sus padres, reencontrándose con viejos amigos… y él estaba solo.
No había querido que sus pares lo acompañasen al otro lado del andén (era un Black, era Sirius, se bastaba él solito) , pero ahora, mientras arrastraba lentamente el baúl se preguntaba si no habría sido una mala idea. Es que pesaba tanto…
¡¡PUMBA!!
Sirius se había distraído un momento y acababa de chocar con otro muchacho.
-¡Podrías mirar por donde vas! -le gritó Sirius.
El otro muchacho (con nariz aguileña y un pelo negro bastante grasoso) abrió la boca para contestar, pero pareció pensárselo mejor, porque la cerró y continuó su camino sin decir nada.
Y esto molestó a Sirius más que cualquier otra cosa que le pudiese haber dicho. No estaba acostumbrado a que lo ignorasen. Resentido, continuó hacia el tren, donde tardó un buen rato en conseguir subir el baúl, ya que no quiso recibir ninguna ayuda.
Para gran desgracia de Sirius, el único compartimiento donde quedaba algo de espacio estaba ocupado por el chico de pelo grasiento. Todavía enfurruñado porque le hubiese ignorado antes, decidió no hablarle ahora él. Así pues, estuvo sentado y aburrido hasta que unos ruidos en el pasillo llamaron su atención.
Curioso, salió a echar un vistazo: dos chicos (probablemente de primer curso como él) se estaban peleando con otro bastante mayor.
-Se van a meter en líos. No pueden pelearse en el pasillo del tren -dijo el chico de pelo grasiento, quien también había salido a ojear.
-No seas quejita -le dijo Sirius.
Y, nunca supo muy bien porqué, salió a ayudar a los dos muchachos de su edad quizás porque el otro dijo “no se puede” (tres palabras que juntas era sumamente atrayentes), o quizás porque tan sólo quería fastidiarlo (es que el chico de la nariz aguileña era sumamente irritante). El caso, es que aquel 1 de septiembre Sirius acabó castigado por un prefecto junto a los otros dos muchachos (que decían llamarse James Potter y Remus Lupin).
-¿Y por qué os estabais peleando con aquel muchacho? -preguntaba Sirius, con un ojo morado mientras aguardaban a la Selección.
-Se metió con una chica pelirroja por ser hija de muggles…
-Criticó mi túnica porque está un poco remendada.
Y antes de que Sirius pudiese decir nada, el Sombrero Seleccionador dijo su nombre. Sirius se acercó al taburete donde estaba colocado y lentamente se lo puso en la cabeza.
-¡¡GRYFFINDOR!!
Y quizás, ese fue el inicio de todo.