Incluso guardé la revista guarra que escondía debajo del colchón

Oct 03, 2005 22:14


He tardado en comentar el primer episodio de la segunda temporada de Mujeres desesperadas, pero es algo que hay que hacer, y no voy a permitir que pase el tiempo y la tarea pendiente pase al olvido. Con la más firme de las resoluciones de Bree Van de Camp, voy a hablar a gusto, y con spoilers, de este primer episodio.



Como no podía ser de otra manera, el espíritu que domina la introducción de este post, igual que el texto del cut, son de la perfecta Bree, y es que es ella (con permiso de Lynette) la que demuestra en este episodio quién parte el bacalao. ¡Y cómo lo parte! Primero, organizando el funeral de Rex, encuentra una organista de sustitución en la nueva vecina, al tiempo que le da la bienvenida con cestita de regalos incluida, como debe ser. Después lidia con su suegra, impidiendo que se hable sólo de la infancia del finado en su funeral, y limpiando el buen nombre de su matrimonio. Si hay que impedir a la suegra la asistencia al funeral de su propio hijo, se hace. (Aunque tras la intercesión de los hijos y unas palabras, todo se arregle). Y si en el último momento, la corbata con que van a enterrar a Rex no es la apropiada, ahí está la señora Van de Camp para impedirlo, echando mano de la primera corbata (apropiada, of course) que engancha: La de Tom.

Además de Bree, Lynette me encanta en este episodio. Da igual que antes de la entrevista le adviertan que su vida familiar no puede interferir en la laboral. Si en el último momento tiene que llevarse al bebé a la misma entrevista, se lo lleva. Y si el primer empleado que pilla por banda para endosarle el cuidado momentáneo de su retoño es un desastre descuidado que lo deja en peligro, no duda en dejar al entrevistador con la palabra en la boca para recoger a su hijo y cambiarle los pañales, en el mismo despacho de la entrevista. La empresa se habría perdido su enorme talento como publicista si después de todo esto no la hubiera contratado.

Gabrielle tiene puntazos como el de pedir impresos para pruebas de paternidad advirtiendo que sólo lo quiere para retocarlo ella, con el Photoshop que tiene en casa y que compró por Navidad. Y Susan no pasa por su mejor momento, después de descubrir que Zach, el único adolescente con el que no podría convivir, es el hijo de Mike Delfino.

Todo esto en un episodio que empieza a mostrar el nuevo misterio de la temporada, que llega con esos nuevos vecinos, madre e hijo (o al menos eso dicen que son), que tienen secuestrado a alguien en el sótano y que mienten diciendo que el padre murió (cuando tal vez sea el personaje que tienen escondido). De nuevo las calles de Wisteria Lane ocultan secretos oscuros de puertas para adentro. Y de nuevo la voz de Mary Alice irá narrando lo que probablemente ella ya conozca.
Previous post Next post
Up