Blablabla, me aburro, blablabla, y tengo que pasar aquí todo lo que anda perdido en mis otros blogs, así que aquí viene mi primera entrada del año. Triste, sí, pero es que la vida es triste.
¿Por qué el mar es azul?
Recuerdo tu voz susurrante al oído preguntándome incoherencias que me hacían sonreír mientras tus ojos reflejaban mi mirada. Abrazados, frente la inmensidad azul del mar que luchaba por mojarnos los dedos de los pies.
-Sabes, amada mía, el mar puede ser del color que deseemos. ¿Qué color quieres para tu mar?
-Rojo. Quiero que mi mar sea rojo.
Caminé casi arrastrando mis pasos y me senté frente al él, sintiendo la humedad de la arena en mí. Me quite los zapatos y enterré los pies en ella. Como siempre hacía, me encanta sentir ese frío que se cuela entre los dedos de los pies y hace que se me erice hasta la nuca. Me hace sentir vivo y eso es bueno. Esta atardeciendo y todo se tiñe de rojo mientras mi mente se tiñe de ti.
Escribir frente al mar es maravilloso, sobre todo si hace frío y tengo un cuerpo cerca que me abraza y me reconforta mientras dejo que mis palabras salgan de entre mis dedos para plasmarse en el papel. Pero hoy no estás tú. Hoy un mar rojo fuego me salpica los sueños. Y hoy hace más frío solo por eso. Hoy no puedo ni llenar mis libretas de ti, de nosotros, de nuestros sueños. Hoy los cuadros de mi vida me sonríen insultándome por no saber que poner en ellos. Siempre escribo en libretas de cuadros. Odio los folios en blanco. No hay donde orientarse, me hacen torcerme y odio torcerme. La línea recta es más rápida y no me gustan los rodeos. Yo siempre voy al grano. A por todas. Sin pensar mucho en ello. Sólo veo lo que quiero y lucho por tenerlo hasta que lo obtengo.
La paciencia no es una de mis virtudes. Sólo hay que mirar el desorden que es mi vida para darse cuenta de ello. Todo anda patas arriba siempre, pero ahora más. Desde que te fuiste todo anda mal. Como desmontado. Como si alguien hubiera abierto un cajón para buscar algo con muchas ganas y jamás lo hubiera encontrado. Lo ha dejado todo revuelto y duele verlo así, porque esta lleno, pero esta vacío.
Entre tanto desorden no sé que se ha llevado. ¿Y sí era algo importante? ¿Y si me robó lo que más necesitaba y por eso me siento así? ¿Fuiste tú? ¿Eso se llevo? ¿A ti?
Siento que me faltas y esa ausencia duele demasiado para escribir, porque sé que voy a escribir. Voy a escribir sobre soledad, sobre dolor, sobre vacíos inmensos apoderándose de mí, dejándome sin nada más que tristeza por la ausencia que me aleja de ti. No quiero escribir. Hoy no. Escribir es como desnudar el alma y hoy mi alma esta demasiado frágil como para mostrarla al mundo así. Puede que si lo hago se rompa, que se convierta en fina arena que se escurre entre mis dedos y que no puedo contener. Y entonces sé que pasará, llegará el viento, soplará y se la llevará. Dejando solo un surco de fino polvo blanco que la gente pisará sin saber que es mi alma marchita.
No, no puedo escribir sobre eso. Mi vida es muy compleja. Mejor escribir sobre trivialidades que no hagan pensar en ella y en si mi dolor es real o esto es sólo un cuento más.