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Feb 12, 2010 18:56

01.Venus y Marte.02.La piedad.03.Virgen.04.Juicio final.

Autor: yukiiiii
Fandom: Princess Tutu
Personajes/Parejas: Mytho, Rue, Fakir, Ahiru, Autor, Drosselmeyer
Nivel: 5
Tabla: 1
Advertencias: Quedaron algo, uh. Raros

01. Venus y Marte (Mytho, Fakir/Rue)

-Ustedes podrían bailar juntos.

Es Mytho, con la cabeza ladeada e inocencia artificial. No tiene idea de qué significa la nariz fruncida de Rue o la mano de Fakir en su frente, tapándose los ojos.

Asienten sin mediar palabra, no sin antes debatirse internamente y lanzarse miradas de odio. Pero asienten, porque ellos también son manipulables como cualquier figurita de vidrio que habite Kinkan. Se colocan en posición.

Mytho suele concentrarse en generalidades; en esta ocasión se permite detenerse en los detalles. Las manos de Fakir le parecen, repentinamente, más ásperas y grandes que nunca, en contraste con los blancos dedos gráciles de Rue. Los movimientos de ella parecen ligeramente acartonados aunque esté acostumbrada a ellos, mientras que los de él son energía pura que incluso se permiten descompasar a su compañera.

Giran de forma similar, eso sí, como si pudieran deshacerse en el aire a voluntad, la mirada de ambos fija en un punto invisible. Cuando Fakir la toma por la cintura, Rue se asegura de mantener el equilibrio. Se nota en la distancia fría que la confianza entre ellos es nula. El pas de deux recuerda más a la batalla entre opuestos que a una escena romántica.

Pero Mytho no nota nada de eso, y aplaude mecánicamente cuando finalizan.

02. La piedad (Autor)

Se esperaba, como era lógico, que lo repudiaran por traidor. La excesiva curiosidad siempre había sido su mejor virtud y su peor defecto; en consecuencia, los asombrosos descubrimientos que había hecho se entrelazaban con sentimientos fuera de lugar. La historia de su vida, podría decirse, y no esperaba que nadie la comprendiera o dejara de juzgarla.

Pero así no funcionaban las cosas para Ahiru o Fakir. Ellos sólo podían ver hacia adelante (Autor dudaba muy seriamente que tuvieran, como él, un cuaderno mohoso repleto de dibujos viejos) o, como mínimo, concentrarse en el presente. Aún así, el hueco en sus vidas era tangible, y a pesar de la reticencia de Fakir (y que Ahiru ya no pudiese expresar sus opiniones a viva voz), era obvio que lo invitaban a llenarlo. Uno porque necesitaba compañía humana aunque lo negase rotundamente, la otra porque no se sentía capaz de dejar a nadie fuera del final feliz que tanto les había costado.

Eran simples y complejos. Él comprendía ahora qué les había visto su antepasado para elegirlos como piezas centrales de su tragedia. Sólo que, teniéndolos tan cerca, se le antojaba imposible compartir el deseo de destruirlos. Estar vivo no traía un manual, y Autor se encontró, de pronto, muy dispuesto a encontrarle la vuelta de todas formas.

03. Virgen (Ahiru)

Muchas veces se ha preguntado qué tiene Mytho exactamente. Los libros no han sido de mucha ayuda: en ellos nunca se especifica de dónde proviene el amor que producen los príncipes, tan sólo llega un punto en que se asume que está ahí. Le ha dado vueltas al asunto en sus noches de insomnio, y su conclusión es siempre la misma: el vacío es aterrador. El vacío necesita desesperadamente que lo llenen. Nadie puede ser feliz en el vacío, donde la felicidad no es ni siquiera un concepto de por sí.

Y, al mismo tiempo, el vacío es único en su especie. Todas las personas tienen algo de oscuridad dentro, pero no Mytho. Tampoco tiene luz, claro, aunque la mayoría crea que sí; el punto es que Mytho ni siquiera parpadearía de saber que ella, un pato, ha osado enamorarse. Quizás incluso moriría por ella con la misma pasividad. A él puede protegerlo, en su blancura inmaculada, y sentirse útil por una vez en la vida. Destinada a grandes cosas y a la gloria, sin caer en el rol de la princesa que espera a un lado cepillándose los cabellos.

(Si lo mancha de nuevo con esos sentimientos es porque él así lo quiere).

04. Juicio final (Drosselmeyer)

Su hijo volvía de jugar en la plaza del pueblo cubierto de cortes, suciedad y moretones. A los niños no les caía bien en absoluto; era demasiado callado, prefería juguetear con la pelota sentado en un banco en vez de patearla. Demasiado pacífico para su edad, se lamentaba su madre, curando las heridas del pequeño y alcanzándole libros de la repisa.

-Padre, ¿crees que alguien como yo pueda escribir una historia tan maravillosa como ésta?-preguntó su hijo, mostrándole el libro de cuentos, en un día particularmente gris y monótono.

-Por supuesto. Te traeré una pluma.

El niño se avocó a la tarea de escribir. Su padre no notó la exorbitante cantidad de pájaros que comenzó a revolotear alrededor de su casa a diario, ni las jugosísimas manzanas que estaba dando el árbol de su jardín, el cual habían dado por muerto. Sí le extrañó un poco que su esposa le permitiera conservar a un perrito callejero como regalo para el niño, incluso si a ella no le gustaban demasiado los animales.

De lo que se percató a la perfección fueron los gritos desaforados de las mujeres en la plaza, mientras sus hijos vomitaban sangre y se desplomaban sobre la hierba con los ojos nublados y las pupilas inertes. Su hijo se mordía los labios, como si quisiera contener una sonrisa.

fandom: princess tutu, autor: yukiiiii, nivel: 5, tabla

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