LUNÁTICO
Por: Erol
“¿Cuándo aceptaras que eres un hombre lobo?”
La pregunta tomo desprevenido a Remus no solo por ser Tonks quien preguntara, sino por los recuerdos que trajo a su mente, la alegría y la nostalgia de su pasado regreso rápidamente. James Potter le había formulado esa misma pregunta hacía ya tiempo, cuando él no era más que un jovenzuelo con miedo a ser descubierto, de que alguien descubriera que el chico tímido y retraído guardaba semejante secreto.
En un internado los secretos eran un resguardados y recelados, Remus no sabía si podía confiar en alguien en el castillo pues su único aliado era Dumbledore. Tenía apenas once años y ya había conocido la crueldad en manos de Greyback, el desprecio de los slytherin por ser “sangre sucia”, y aun sin intención la protegida infancia promovida por sus padres hacia que Lupin soñara únicamente con ser aceptado un día entre sus compañero, aunque sus maestros estuvieran decididos a colocarlo como una autoridad mas, un alumno ejemplar de los que recién habían ingresado. En fin era todo un ejemplo a seguir el alumno modelo.
Todo lo contrario de sus compañeros de cuarto James Potter, Sirius Black y el atolondrado Peter. A menudo James lo había invitado a formar parte de su grupo sin mucho éxito, Sirius lo creí un presumido y remilgado “prefecto de pacotilla” e incluso Peter lo miraba como alguien lejano ¿Cómo podría explicarles su ansiedad? El era un hombre lobo así tuviera once años, no podía interactuar con la facilidad de James, o levantar la mirada con Sirius sin temor a dejar entre ver algo e incluso esconderse tras las espaldas de otros como hacia Peter era bochornoso.
- ¡Remus!- había gritado ese día James al verlo entrar a la habitación.
- ¿Necesitas gritar James?
Remus después de otra supuesta indisposición de su madre regresaba exhausto solo para encontrarse con que sus compañeros de habitación parecían ansiosos con su presencia ¿Qué habría ocurrido?
- Tu oído debe ser muy bueno Remus, no le grites James- hablo Sirius dejando casi boquiabierto a Remus. Sirius nunca defendía a nadie y menos a un prefecto.
- ¡Lo siento Remus!- se apresuro a decir James.
- ¿Paso algo muchachos?- los rostros mozos de James, Sirius y Peter parecían avergonzados. Llevaban tres meses juntos y nunca los había visto de esa forma, ni si quiera con las chicas.
- Pues es que nosotros…- Peter se giro sin terminar la frase.
- Veras Remus- se acerco Sirius- Nos pareces un buen tipo con todo y que seas lame botas de los maestros, que nos hayas acusado ya dos veces, y bien lo que quiero decir es que nos caes bien, quiero aclarar que cuando digo “nos” me refiero a James y a Peter.
- Gracias…creo.
- ¿Cuándo aceptaras que eres un hombre lobo? - pregunto James.
Remus sintió que las piernas se le doblaban, ni si quiera sintió la mano de Sirius en su hombro por el torrente de pensamientos que lleno su cabeza. Por un momento se sintió dentro de la boca del lobo.
- ¿Cómo han descubierto?
- Siempre hemos vivido en el mundo mágico nos es fácil notar cuando alguien llega con tantos raspones después de luna llena.
- Ya veo entonces ¿Preparo mi maleta verdad?- los ojos de color caoba se humedecieron- Si me dan un poco de tiempo preparare mi baúl e iré a Dumbledore para poder marcharme.
- ¿Marcharte? Venga lunático no te pongas dramático- lo zarandeo Sirius- Si solo queríamos decirte que cuantas con nuestros apoyo, cuando digo “nuestro” me refiero a James, Peter y a mí.
- ¡Claro lunático!- se acerco James- Ya verás la que nos montamos los cuatro cada luna llena, incluso inventaremos la historia de una casa embrujada como hacen los muggle cuando no quieren que nadie se acerca algún lugar, no veas ya tenemos todo planeado.
- ¿Montárnosla?- ahora el asustado era Remus.
- ¡Mostradle camaradas a lo que me refiero!
Frente a sus ojos sus compañeros se convirtieron en un ciervo, un perro y una rata una vez que Remus pareció asimilarlo volvieron a su forma humana, James fue el primer en hablar y en extenderle una mano.
- Lo amigos confían sus secretos, somos animagos aunque no tenemos permiso ese es nuestro secreto más gordo ¿Podemos confiártelo?
- Soy un hombre lobo- Remus extendió su mano y tomo la de James- Puedes confiar en mi James Potter.
- ¿James Potter?- Sirius lo volvió a zarandear- Dile cornamenta, a mi me puedes llamar canuto y a Peter… como te venga en gana es igual porque somos amigos…lunático.
- ¡Lunático!- aprobó Peter y se acerco a darle una palmada en el hombro- Ahora eres parte Remus.
- ¿Parte de qué?
- Eres un merodeador- le aclaro James- ¡Enhorabuena!
Regresando al presente miro a Tonks y se rio dejándola desconcertada por la risa alegre, fuerte y escasamente escuchada en el.
- ¿Remus te ríes de mí?
- ¡Claro que sí!
- Lunático- murmuro Tonks antes de verse abrazada por Remus. Si ella supiera que hace mucho había aceptado ser hombre lobo, ser merodeador, y sobre todo haber aceptado que le gustaba sentirse querido por aquellos que lo aceptaban tal cual era.