Impuntual
AU; Romance
Hyunseung/Junhyung; PG
Llevaba dos horas de viaje y más de dos horas y un cuarto preguntándose ¿cómo es posible que un hombre en traje le produjera tan contrariados sentimientos?
¿Estaba loco?
Me deprimí.
Hubiese largado quejoso hacia su mejor amigo, pero Junhyung no estaba ahí para consolarlo. Aunque Hyunseung tenía una pequeña duda acorralada en un rincón oscuro de su cabeza, esa duda le hacía presentir que su amigo más que reconfortarlo seguramente lo miraría de mala gana.
Suspiró, ¿por qué tenía que viajar y el colectivo tardarse tanto? Odió su vida por unos leves minutos… odió la música que zumbaba en sus oídos, se odió a sí mismo. Odió, con un odio que sienten los niños caprichosos, a aquel hombre de traje gris oscuro.
¿Por qué?
Hyunseung quedó en blanco cuando la pregunta asaltó su mente. ¿Por qué sentía esa pesadez en su pecho? ¿Por qué sentía añoranza, una melancolía extraña que le oprimía y oprimía y oprimía?
El dolor que llegó con fuerza a su cabeza le hizo tomar su celular y marcar con rapidez un número más que conocido.
“¿Pasó algo?”
La “o” aguda un leve indicio que Junhyung no esperaba para nada el llamado repentino. Hyunseung frunció los labios, sus dientes clavándose en la piel con crudeza.
“Ahora me llamas para no hablarme. ¿Alguna vez te dijeron que sos raro?”
A pesar de la tensión que cargaban sus hombros-todo su cuerpo en realidad- sonrió y dejó escapar una risita aliviada.
“Jun, me deprimí”
Esas palabras que había jurado no decir, dejaron tras de sí un camino humeante como burlándose de su patetismo, porque Hyunseung no se sentía de otra manera sino patético.
“¿Por qué? ¿No estás en camino? Hace más de una hora que te estoy esperando”
Un silencio estrepitoso le secó el alma. No era su culpa, era culpa de quien manejaba ese enorme vehículo… y culpa de ese hombre de traje que le estrujó lo más interno de su alma. Sí, toda la culpa la tenía ese hombre. ¿Por qué portaba tan horroroso traje y sin importarle en lo más mínimo sonreía como si la felicidad no fuera a escapársele? Hyunseung cerró los ojos con fuerza.
“Siempre dando vueltas vos...”
“Jun…”
El suspiro se escuchó pesado, como una piedra que cae en lo más hondo de un río. A Hyunseung le dieron terribles ganas de apretar el pequeño botón y largarse a llorar en medio del transporte público, con gente que no lo conocía y ni le interesaba hacerlo. Las ganas de llorar se le intensificaron.
“Hyunseung, ¿por qué te deprimiste?”
“No sé… quizá porque el día tiene aires melancólicos”
Junhyung echó una risotada que le paró los vellos del brazo. Un fuerte sentimiento de indignación reemplazó su profunda tristeza.
“¿Por qué te reís?”
“Es que esa frase simplemente no te va Hyun”
Tenía que admitir que lo poético no era su rubro, su especialización poco y nada tenía que ver con el mundo de las palabras y las metáforas. Esa sopa de significaciones que jamás comprendería ni en un millón de años.
“Tampoco fue tan profunda”
“Exacto”
“¿Por qué sos tan cruel? ¡Te cuento que estoy deprimido y me tratás así!”
Junhyung sonrió con fuerza. El cartel que se acercaba cada vez más y más alertó a Hyunseung.
“Aghhh”
Un brinco, un golpe en su rodilla derecha, un pequeño tropezón, una mano ligera, anticiparon el final de un largo y tedioso recorrido.
“Nunca más viajo en esta mierda”
“Hyun, ¿Hyun? ¿Qué pasó? ¡Contestame hijo de puta!”
Una diminuta voz lejana zumbó y zumbó.
Mierda
En su ensimismamiento había olvidado que su amigo seguía conectado al otro lado de la línea. Tomó su Samsung Galaxy a punto de contestar pero una idea fugaz, que lo golpeó como un guante de box a la cara de un adversario, le cosquilleó el cuerpo. Caminó seguro unos pasos, el lugar lo conocía como la palma de su mano.
“¡Mierda Hyunseung!”
Escuchó a lo lejos. Junhyung corría como loco en dirección adversa.
“Perdón Jun…”
La verdad era que no tenía ni el más mínimo remordimiento, porque si había algo que a Jang Hyunseung le gustaba era llamar la atención de la gente circundante. Sobre todo la de su mejor amigo, Junhyung.
“Pensé que te había pasado algo”
“Sólo me golpeé la rodilla pero estoy vivo”
Con una sonrisa tímida Hyunseung se acercó, un pie soportando el peso de su cuerpo luego el otro. Junhyung levantó una ceja.
“¿Qué?”
“Estabas deprimido… ¿por qué?”
Ambos caminaron, par a par, por el estrecho caminito-la gente que iba y venía no les dejaba otra opción. La ciudad se llenaba de cuerpos fugaces los fines de semana.
“La verdad, sinceramente, no sé. Ya no me acuerdo”
Junhyung rió golpeando a su amigo en el hombro. Hyunseung no cambiaría nunca. Siempre buscaba algo de qué quejarse. Si no era lo uno era lo otro, pero su mente tenía que estar ocupada de pensamientos innecesarios. Completamente innecesarios.