Not what you expect, pt. 2

Jul 07, 2011 20:28

SHINee, onkey, twoshot, AU, romance.
a/n: madre de dios qué es esto :( notas al final!


si bien Jinki no era lo que había esperado del otro lado del hilo, se sentía mejor al pensar que pudo haberse encontrado a alguien peor. Peor en varios aspectos, tomando en cuenta que el chico no era precisamente encantador la primera vez que lo conocías. O tal vez, fue él quién lo espantó y lo hizo actuar como un tímido molusco.

De cualquier manera, Kibum no podía quejarse. No debía quejarse. Estaba agradecido con el destino, al menos su "alma gemela" no era una señora de cincuenta años sentada en una mecedora.

"Parece agradable." comentó Taemin antes de morder otra pieza a su sandwhich. Kibum suspiró, con la mente escondida tras una nube, quizás. Taemin continuó hablando sobre su clase de historia y lo molesto que era el profesor, antes de que alguien nerviosamente se acercara a su mesa. Kibum miró hacia arriba y se encontró con un par de ojos llenos de terror y angustia.
Era Jinki.
"Hey, Kibum." Para su sorpresa, Jonghyun caminaba detrás de él, y se había tomado la molestia de empujar al mayor hacia ellos. Jinki tragó saliva, y Jonghyun sonrió maliciosamente. Kibum solo rodó los ojos y Taemin saludó sin mucho interés.

"¿Conoces a mi amigo Jinki?"Jonghyun cuestionó, y Kibum inclinó un poco la cabeza, tratando de adivinar qué se traía el mayor entre manos al aventar a Jinki, quien parecía sofocarse, a lo que podría ser un acantilado. La cafetería comenzaba a llenarse más y más, y sin preguntar Jonghyun se sentó junto a Taemin, dejando a Jinki frente a la mesa, parado frente a ellos incómodamente; debatiéndose entre huir o esconderse tras un arbusto.

"Sí. ¿Por?" Él respondió, la sonrisa de Jonghyun se amplió más, y Taemin lo miró confundido, preguntando algo como: ¿qué te traes ésta vez?
"Jinki, toma asiento." el mayor asintió y tan rápido como pudo se dejó caer sobre el banquillo blanco. "Él está estudiando música, como yo. Está un semestre por delante, claro." y Jonghyun continuó hablando y hablando, mientras que Kibum únicamente se dedicó a observar cómo Jinki hacía lo posible por encontrar oxígeno.
Observaba como se quitaba el cabello de sus ojos, veía como humedecía sus labios paseando su lengua sobre ellos, veía como sonreía tímidamente cuando Jonghyun hacía un comentario fuera de lugar. Esa mañana Kibum llegó a la conclusión de que de hecho, su alma gemela, era bastante apuesto.

"Um, Kibum." Escuchó a alguien llamar su nombre, y miró hacia enfrente de inmediato. Estaba sentado en una de las bancas del campo, mientras Taemin terminaba con sus actividades extracurriculares. Solía caminar a casa con el menor, y mientras esperaba había comenzado a leer un libro que pareció interesante a primera vista. Cincuenta páginas después se dio cuenta de que no era interesante, pero tenía la necesidad de terminar de leerlo- y averiguar qué hacía la estúpida protagonista. Siempre sucedía así.
Sus ojos se expandieron tanto como sus párpados lo permitían, mientras que la luz del sol tras una nube se colaba por sus pupilas y las dilataba. Jinki estaba frente a él, sonriendo de oreja a oreja, los nervios resbalándose en su piel.

Algo dentro de Kibum dio vueltas, pero logró mantener la postura e indicó a Jinki que se sentara junto a él. El mayor accedió y continuó hablando. "El otro día, hablabas de un hilo, ¿no?" Kibum sólo asintió, notablemente apenado mientras recordaba cuadro tras cuadro la escena que había tomado lugar frente a la puerta de la institución. Jinki sonrió complacido.
"¿Hablabas de éste?" preguntó, levantando la mano izquierda, mostrando su meñique tímidamente al aire. Kibum se quedó sin palabras.

Miró hacia el suelo, donde su hilo rojo había quedado enroscado, y finalmente se dio cuenta de que subía por la pierna del mayor y se sostenía en su dedo, con un moño pequeño y disimulado en el costado de éste. Jinki sonrió. "Así que eras tú."

----

"¿Cuándo fue la primera vez que lo viste?" Preguntó curiosamente Jinki cuando salieron de la cafetería cerca del campus de la universidad. Kibum sonrió, internamente tranquilo debido a que el mayor había finalmente brincado la gigantesca pared de timidez y formalidad con él. Normalmente, Kibum nunca permitía que alguien se sintiera incómodo hablando con él-, sí, quizá sí era un poco intimidante. Decía lo que pensaba sin miedo a críticas y a veces, solo a veces, era un poco más honesto de lo necesario.
Estaba acostumbrado a que la gente diera un paso atrás cuando hablaban con él.

"Pero ésta cosa nos une. No debería ser así.", él se decía mentalmente. Esperó unos segundos antes de responder, mezclando su chocolate caliente un poco.

"Durante las vacaciones pasadas." respondió, sonriendo cuando el recuerdo se hizo presente en su mente, tan vívido como había sido. Recordó cómo estaba desconcertado, aturdido, y se rehusaba a creer en aquello. Era extraño; cómo había pasado de ser escéptico a buscar a alguien por toda la ciudad, a alguien con el que el destino te había hecho el favor de unir a ti. "Casi me tropiezo con él." añadió, riéndose en voz alta. La sonrisa de Jinki se amplió; y él se preguntó si era real. Se preguntó si Jinki sonreía con los labios o con el corazón, se preguntó si había algo que lo hiciera irradiar tanta armonía, se preguntó quién era Jinki en realidad.

"Yo me tropecé con él esta mañana." él comentó, y ambos se echaron a reir, ignorando a las señoras paradas en la esquina, las que les estaban aventando miradas ponzoñosas. Kibum se limitó a rodar los ojos y sonreírles burlonamente.
Se preguntó si ellas podían ver los hilos del destino, y apostó a que estarían celosas.

"Al principio yo no creía en éstas cosas." Dijo Jinki, mirando a un grupo de nubes bailando sobre ellos, acariciando edificios. "Creía que eran historias que la gente mayor se inventaba para hacernos creer en algo- en lo que fuera posible." Kibum asintió, esperando a que continuara. Jinki suspiró, y escondió las manos en los bolsillos de su pantalón. "Creí que sólo era para facilitarnos algo de fe."

"Yo pensé que estaba alucinando." Kibum admitió apenado, sonriendo con la mirada trazando líneas en el suelo; líneas sobre las líneas en el asfalto, a donde el tiempo se había parado muy fuerte, dejando marcas atrás. Miró a Jinki de reojo, y éste lo estaba mirando fijamente, con una sonrisa encantadora postrada en sus labios; rosas y llamativos, como un caramelo.

"Es bueno saber que no estamos locos, ¿no es así?"
Kibum asintió. No estaba loco, no aún. Caminaron, hablando y mirando al cielo, riéndose y escuchando atentamente, hasta que Kibum notó que habían perdido el destino de la acera y habían llegado a un lugar donde había más silencio; donde los edificios únicamente se dedicaban a escuchar. Estaban cerca de una estación de trenes, por lo que Kibum decidió despedirse antes. Podía tomar el autobús de igual manera, y tendría que caminar menos, pero la estación se veía convenientemente vacía.

"Tomaré un tren a casa." y a pesar de haber platicado cómodamente por más de una hora, la despedida fue un poco turbulenta- Jinki tartamudeó y extendió su mano, esperando a que Kibum la agitara como esos empresarios de compañías importantes en una reunión. Emitió los comentarios, por supuesto, aunque falló en suprimir la sonrisa divertida colgando en sus labios.

Las vías parecían seguir un ritmo bizarro mientras el tren corría sobre ellas, y Kibum comenzaba a arrepentirse ligeramente de haber escogido el vagón más desierto y silencioso, silencioso hasta ensordecer. Trató de ignorar el sonido del metal embistiéndose bruscamente.

Y comenzó a pensar en Jinki. Comenzó a pensar en la forma en la que sus ojos se cerraban y se hacían pequeños y tímidos, completamente opacados por su sonrisa, en la forma en la que se quitaba el fleco de los ojos agitando la cabeza como un niño pequeño y obstinado, en su forma de caminar; inseguro y curioso, haciéndolo ver unos años más joven a lo que realmente era.
Miró a su meñique, casi por inercia. Había encontrado a su alma gemela. Ahora solo necesitaba enamorarse o algo así.

Pasaron tres días más en la universidad, con ensayos e investigaciones que se trepaban a sus hombros y le hacían sentir el peso entero de un carro sobre la espalda, además de que los exámenes se estaban avecinando y comenzaban a picar las costillas de Kibum cada que algún profesor los mencionaba. Pero aún así, durante los periodos libres que gracias a cualquier ser divino Kibum podía tener durante clases, Jinki lo buscaba. O se encontraban por error, Kibum no estaba seguro. Quizás era una broma del destino, ya no sabía qué creer.

"Te ves algo cansado." comentó Jinki, cuando notó las ojeras grisáceas bajo los ojos del menor, disimuladas y apenas formándose, pero aún así advirtiendo su presencia cada que Kibum bostezaba.

"El semestre se me está echando encima, es todo. ¿Qué hay de ti?" atinó a preguntar, antes de morder a su croissant semi caliente, que había comprado en la cafetería.
"Preparando algunas cosas, composiciones y ensayos. Mi carrera no es tan… complicada, ahora que lo pienso." Y Kibum sonrió al ver a Jinki contemplar cosas en su cabeza; mirando hacia arriba, frunciendo el ceño levemente. Para la tremenda suerte de Kibum, Jonghyun apareció en uno de los pasillos rodeados con pilares, sonriendo estúpidamente cuando los vio caminando juntos. Casi instantáneamente la expresión de Kibum se transformó a una que parecía lanzar veneno.

"Hey, tórtolos."
tan típico., se quejó Kibum mentalmente, rodando los ojos al escuchar esa voz.
"¿Qué quieres, Kim?" disparó Kibum antes de que Jinki pudiese separar los labios y saludar. Mientras Jonghyun buscaba la compostura que por algún lado había extraviado, intentaba recordar las razones por las cuales aún se molestaba en tolerar al chico que le provocaba rabietas dos veces por semana.
Recordó cuando eran mejores amigos, discutían y se burlaban y hacían comentarios innecesarios y cortantes y era divertido, realmente. Y quizá, Kibum lo consideraba una persona maravillosa y un gran amigo pero Jonghyun realmente era un idiota. Insufriblemente idiota.

"Suena tan fuera de lugar cuando me llamas así." exclamó, mientras continuaba su camino por el pasillo, perdiéndose tras una puerta de color oscuro.

Pensó que Jonghyun era la clase de amigo con el que debes de mantener una distancia si deseas conservar esa amistad.

"¿Le dijiste sobre el hilo?" Kibum no pudo evitar la curiosidad que masticaba sus órganos dolorosamente, mientras la voz de Jonghyun giraba en su cabeza, llamándoles tórtolos. Él no sabía por qué, pero sentía como si lo estuvieran acusando de algo. No sabía si le gustaba mucho esa sensación.

"No, no le dije nada sobre él." Entonces fue cuando Kibum se dio cuenta. Jonghyun era insufriblemente idiota y perceptible. Lo conocía demasiado, supuso él.

"Extraño. Pareciera que sabe algo." y dejó que el tema se resbalara en una brisa, olvidándole por un momento mientras hablaban de sus proyectos futuros y datos pequeños pero interesantes sobre sus vidas.

Jinki no era nada fuera de lo común. Le gustaba leer y adoraba la música clásica, así como el rock que su papá ponía en el carro que tenían cuando salían de viaje. Le gustaba componer y estaba aprendiendo a tocar el piano, sabía tocar la guitarra y el violín, por que su mamá había insistido en no desperdiciar las tardes de su infancia pateando balones de piel a las casas de los vecinos. Jinki era tímido pero, según le habían dicho, era un buen amigo. Confiable y estable, divertido y a veces, solo a veces, introvertido. Estaba estudiando música por que era lo más importante en su vida. No salía muy seguido, pero le gustaba visitar lugares nuevos. Además de la música, se le facilitaban las matemáticas; pero decidió estudiar música por que estaba harto de tantos números.

Kibum se dio cuenta de que eran polos opuestos. Ridículamente opuestos. Kibum era extrovertido, para empezar, le costaba trabajo mantener la boca cerrada y tenía montones de enemigos por su honestidad punzocortante, pero estaba seguro de que se había ganado los mejores amigos que alguien podía encontrar con ella. Le gustaba la música pop, la más actual, música que reventaba tímpanos y te hacía perderte en las ondas del sonido. Amaba la moda, le gustaba verse bien, (Jinki comentó que se ponía cualquier cosa que saliera del armario, casi por azar.), se preocupaba mucho por su apariencia y las opiniones de los demás. Su madre lo había mimado demasiado, él tardó en admitirlo, pero así era. Aprendía idiomas por gusto y le gustaba ir a fiestas y reuniones cuando podía. Kibum por su parte, había decidido estudiar diseño de modas por que sentía que era lo indicado para él, además de que había materias extra que él deseaba tomar, también.

Fue en ese instante cuando se preguntó en qué estaba pensando el destino al ponerlos juntos.

No fue hasta semanas después cuando Jinki puso el tema sobre la mesa. Las tardes eventualmente habían ido tornándose más y más frías, pero aún tolerables al aire libre. Las nubes se arremolinaban irremediablemente, como si esperaran a que Jinki finalmente lograra controlar sus funciones locomotoras y pronunciar lo que trataba de decir.

"Es que… no sé cómo decirlo." admitió, luego de reirse nerviosamente por la cuarta vez a mitad de la oración. Kibum rodó los ojos y contuvo la risa, haciendo que Jinki guardara silencio, y se concentrara una vez más.
"Yo, bueno, hasta donde sabía yo… no soy gay."
Eso lo golpeó en la cara como un ladrillo lleno de barro. No fue lindo. Se quedó sin palabras, como si las hubieran arrancado de su lengua violentamente, dejándole en blanco.
"No tiene nada de malo ser así, así um, gay. Pero… " y nuevamente, Jinki quedó en silencio por unos segundos. Kibum frunció el ceño, no sabiendo qué decir por su cuenta. Así que decidió esperar, a que Jinki finalmente encontrara las palabras correctas, o bien, las palabras que arruinarían su relación por completo. No era algo muy complejo, de todas formas.

Esperó, mientras Jinki tragaba saliva y removía cabellos de su frente. Esperó por lo que parecieron horas hasta que el mayor habló nuevamente.

"Pero no quiero dejar las cosas así." por alguna razón Kibum ya no quería escuchar más. Deseaba con todas sus fuerzas que el mundo se detuviera y él encontrara el tiempo suficiente para correr y no oír las siguientes palabras de Jinki, por que estaba asustado. Aterrorizado, a decir verdad.

Aunque nunca lo pensó con mucha atención o bien, intención, sabía que Jinki no era como él. Una tarde de verano, cuando los niños del vecindario sacaban las mangueras del garaje y jugaban a guerritas de agua en los patios de enfrente, Kibum se dio cuenta de algo. Tenía doce años y su mamá al principio se rió un poco apenada, cuando su hijo entró a la cocina y comentó que le gustaba el niño que vivía enfrente como si fuera la cosa más natural del mundo. En cualquier caso, era la cosa más natural del mundo para él. Afortunadamente, a los catorce, su madre finalmente lo aceptó y le dijo a Kibum que lo apoyaría, sin importar las circunstancias o sus preferencias. Ahora, Jinki era bien portado, normal, no era atrevido, no era extrovertido. Había vivido por el mismo camino que todos los demás, en donde los niños de doce años se sentaban en la acera a ver a la niña más bonita caminar casualmente. Había vivido en el mismo camino donde si eras popular bien, si no lo eras no deberías ni siquiera intentar algo. Jinki había vivido de la manera que Kibum ignoró y evadió.

Entonces sí, Kibum pensó, había esa gran posibilidad de que Jinki no se sintiera atraído hacia los de su mismo sexo.

Estupefacto, Kibum tragó saliva y trató de limpiar un poco los escombros de su mente.
"¿Así cómo?"

"Me gustas." Abruptamente su corazón brincó un par de latidos. Fue como si todo su organismo se hubiera brincado un paso en el sistema de su cuerpo, dejándole como un títere sin hilos por unos segundos. Sin movimiento, sin latidos, sin parpadear. Kibum se desconectó del mundo real por unos segundos. Se desconectó y vio como una nube arrastraba a otra, privándola de curso libre, vio como un árbol se agitaba tranquilamente al compás de una brisa cariñosa, vio como el mundo se desenvolvía sin temor alguno ante sus ojos, sin miedo, sin pena, vivía cada segundo, respiraba cada momento, la gente que hablaba y sentía millones de cosas en un intervalo de segundos, tiempo reducido que se extendía en las profundidades de sus mentes, había niños que reían y jóvenes que gritaban y gente que se tomaba de las manos y todo iba bien, a la vez todo iba mal, nadie podía predecirlo. Todos ellos vivían.

Kibum quería vivir también.

"¿Kibum?"
"¿Ah?"
"…me gustas. no sé, es extraño, por que a decir verdad yo nunca he tenido una relación seria con alguien," y Jinki pausó un momento, aunque el menor no lo notó, por que sus palabras se seguían repitiendo. "mucho menos con un chico, yo… no sé. no lo sé, me gustas. sé que no es bueno experimentar con este tipo de cos-"
"no." Kibum habló, interrumpiendo el improvisado monólogo de Jinki. Dicho joven se quedó boquiabierto, sin saber a qué se debía la reacción de Kibum. Su voz estaba áspera, como si hubiera respirado pequeños hielos que se aferraban a su garganta. Áspera y fría.
"No te sientas obligado por esto." dijo Kibum, levantando la mano sin mirarlo de frente, como si él fuera el culpable de estar amarrados por algo que no conocían, algo que no debían conocer. Jinki trató de hablar pero antes de que terminara una palabra, Kibum soltó una risa algo culpable. "No significa mucho, ¿sabes?"

"No me siento obligado." Jinki dijo, como un comentario al aire, que se quedó flotando entre los dos, ya que ninguno realmente podía alcanzarlo. no podían alcanzarlo.

Kibum por que no quería, no se sentía con el poder de hacerlo, y Jinki por que no sabía como hacerlo. Así que las palabras se quedaron suspendidas sobre sus cabezas.

--

"Estás siendo dramático, Kibum. Enserio." Taemin llegó a esa conclusión, mientras Kibum se encogía bajo su escrutinio. Habían estado hablando por horas, cuando supuestamente Taemin estaba haciendo tarea y Kibum trataba de terminar unos bocetos que ni siquiera había tocado aún.

"No es eso. Si no hubiera hilo, si no hubiera algo que nos tuviera amarrados siento que…"

Antes de que tuviera tiempo de seguir cavando huecos con sus palabras, Taemin lo abrazó con suficiente fuerza como para hacer que cerrara la boca. Pasó los brazos por detrás de su cuello e inclinó la cabeza hacia un lado, permitiendo que Kibum recargara la frente en su hombro. "Hubiera pasado lo mismo."

Kibum solo asintió, y Taemin tuvo que contenerse antes de bufar, con el cansancio y estrés de la escuela taladrando en sus sienes.

"Vamos a comprar algo de tomar, ¿quieres?" El mayor asintió de nuevo. Tenía tiempo que no se sentía así, menor ante los delicados brazos de Taemin. Él era una de las pocas personas que lo veían derrumbarse en la seguridad de su cuarto, cuando se caían las fachadas de autoestima y arrogancia, era cuando Taemin era el único que podía levantar su peso.

"bubble tea." kibum básicamente suspiró.
"de acuerdo, bubble tea."

Luego de una semana de evitar a Jinki durante los continuos recesos que por la gracia de cualquier santo ambos parecían tener al mismo tiempo, Jonghyun finalmente tuvo que abrir la boca. No es como si Kibum no estuviera esperando que tarde o temprano el mayor lo hiciera. Siempre era así. Jonghyun lo conocía demasiado, le gustase o no.

"Jinki está preocupado por ti. ¿Qué hiciste esta vez?" Y el tono que usó hizo que Kibum pensara más de cuatro veces antes de hablar. Al final, no pudo decir algo realmente importante. Contestó un simple "Nada." Escaneando a la gente que caminaba como robots por los pasillos de la institución. Jonghyun rodó los ojos y rió amargamente.

"No es como si no te conociera desde que tienes 8 años o algo, ¿verdad, Kibum?"
Odiaba eso. Lo detestaba, era como si le tiraran una piedra a la cara, cuando Jonghyun tenía razón y la restregaba en su rostro. Kibum finalmente suspiró y dejó caer los hombros. Jonghyun se sentó junto a él en la gélida banca en la que había estado sentado por lo menos treinta minutos seguidos.

"Me dijo que le gusto." comentó Kibum, con la mirada fija en un punto que Jonghyun no logró localizar. Jonghyun suspiró.
"Realmente eres un idiota."

"¿Eso crees?" Guardaron silencio por un par de minutos, en los que Kibum consideró correr a su salón, correr hacía el departamento, o simplemente pretender que Jonghyun no existía y su irritante voz no era más que el cantar de un ave sin nada que hacer.
"Kibum, le gustas. Y él obviamente te gusta, ni siquiera intentes negarlo." comenzó Jonghyun, cómodamente colocando su mano sobre la suya. Kibum no se movió, y al contrario, se dejó disfrutar la calidez de su amigo envolviendo su mano, donde su piel estaba tan fría como la nieve que nunca caía al suelo. "Eres un chico agradable, apuesto, honesto- tiene todo el derecho de caer por ti, Kibum. Tiene toda la razón si ya lo hizo. ¿Por qué no lo ves?"

El menor solo encogió los hombros, mirada ausente y rostro escaso de expresión. Las palabras de Jonghyun desfilaban en su mente y comenzaban a grabarse ahí, sin permiso, sin vergüenza.

Finalmente Kibum se puso de pie, rígidamente como un robot recién cargado. "¿Por qué no te callas?" respondió burlón, sonriendo ampliamente a Jonghyun quien aún le miraba atónito. Luego él sonrió, complacido, y le guiñó el ojo.
"¿Qué harías sin mí?"

--

Localizarlo había sido difícil, pero no le tomó mucho tiempo distinguir a Jinki, con sus cabellos largos y desordenados entre una multitud de gente. Caminó a zancadas, por lo que parecían ser kilómetros bajo sus pies, esquivando gente e ignorando disculpas mientras veía a Jinki abandonar la institución justo después del sonido del timbre.

Finalmente se acercó lo suficiente y lo detuvo por el hombro, una escena un tanto dramática desde su punto de vista; hasta que Jinki volteó, con la mirada desorbitada y la mente colgando del techo, fue cuando Kibum retiró la mano y su determinación se fue drenando poco a poco. Jinki sonrió, lo cual no ayudó en lo absoluto pero al menos lo hizo regresar a sus andenes.

"¿Qué harías sin esto?" preguntó, con la voz áspera, como si internamente hubiese gritado por horas por una respuesta. Claramente no había sido así. El pasillo seguía llenándose de gente, las puertas se mantenían abiertas mientras todos cruzaban como cualquier otro día. Kibum deseó que su día pudiera ser así. Había algo que le comía por dentro, y solamente lo podía etiquetar como miedo. Miedo a algo que le dolería, a algo que lo haría sentirse apenado, miedo a cualquier cosa que saliera de la boca de Jinki y pudiera lastimarlo.

"¿Huh?"
Esperaba esa respuesta. Aunque esta vez, no rodó los ojos, no suspiró en exasperación y no reprendió al mayor por su lenta capacidad de procesar las cosas. Su estómago dio un giro gracioso, algo no placentero pero extraño; algo forastero.

"¿Qué harías si no estuviéramos ligados por esto?" Insistió, tragándose el miedo y la ansiedad, haciendo una cara de disgusto cuando bajaban por su garganta. Levantó la mano, presumiendo el cordón rojo adornando su meñique. Jinki frunció el ceño, pero pareció entender. "¿Alguna vez me habrías hablado?, ¿Te habrías sentido atraído por mí?" Kibum continuó, mientras el mayor solamente parpadeaba.

"Oh, yo… sí. Te habría hablado, y sí, aún así me gustarías." Jinki respondió sin poner mucho esfuerzo, su mirada ocasionalmente desviándose hacia arriba. Un hábito que le rompía los nervios, pensó Kibum. "¿Por qué lo preguntas? ¿No me crees?"

"¿Por qué?" Era una pregunta simple. No había detalles, no había más palabras. Jinki solamente sonrió.

"Eres lo que necesito, ¿sabes? Me sacas de la rutina, me haces olvidar que soy una persona común y corriente…" Jinki pausó, segundos, Kibum prácticamente los estaba contando. Jinki cerró los puños, cambiando su peso de un pie al otro pie, pero su sonrisa no se disolvió. "Eres como el antiderrapante del suelo en el que camino."

Kibum se quedó en silencio, contemplando palabras, mientras frente a sus ojos Jinki se mantenía erguido y sonriente, con la luz del mediodía rebotando en su cabello que parecía de cobre, iluminando su sonrisa hasta cegar.

"Me acabas de decir que soy antide- "
"Me resbalaría sin ti."

Kibum parpadeó, y no logró evitar que sus labios se curvaran hasta formar una sonrisa. El mayor sonrió hasta que sus ojos formaban dos pequeñas líneas, el pasillo en el que estaban se quedó en silencio.
¿Qué más podía esperar?

❍ aslkdjfo´w;rñd;ñalsd /headdesk. 
❍ ni siquiera me acuerdo cómo iba el final, esto salió de no sé dónde. 
❍ espero y sea suficiente sangtae en Onew? El final fue muy él, creo que en eso sí me puedo aplaudir. HE WOULD!!1. 
❍ no estoy contenta con esto, pero para estar en español y un poquito forzado, está bien. 
❍ l0l onew está inspirado en alguien, JS JS. /side eyes

género: fluff, lenght: chaptered, género: AU, rating: g, fandom: shinee, pairing: onew/key, género: romance

Previous post Next post
Up