Blues of the broken dreamer
¿A dónde ir?
El cielo luce demasiado alto ya, el cielo que una vez contuve en mi pecho.
Y las cosas que quise, aún las tengo.
sin embargo, no dejo de hablar de las cosas perdidas.
Lo que podría perder, aún así
es más pequeño que una mano
(la mano se quedará conmigo, me alimentará en las noches frías y tocará mi cabeza cuando el hielo alcance mis pies)
es más pequeño que una posibilidad
pero la posibilidad es el mundo
y en el catalejo de mi mente
sólo veo el vacío.
El vacío es la posibilidad.
El mundo está vacío mientras no lo vea con mis propios ojos.
Mas no quiero una aventura, no.
Quiero el deseo.
¿De qué serviría recorrer todos esos planos con un corazón seco? ¿De qué serviría?
Y mi pecho está algo árido, sí. Grietas en todas partes.
Pero mi corazón es un río profundo
(sin alegorías intencionales, sólo un río y nada más)
y su cauce, su cauce golpeado, es sólo un
momento.
Y en este momento roto
el río podría explotar.
El cielo luce demasiado alto, demasiado azul.
Y este chorro de agua que apunta al infinito
no sólo es azul, no. Es un diamante.
Se ha roto el cauce, y se ha roto el suelo.
Lo he roto yo.
Reclamo mi voluntad, y mi palabra frente a las cosas rotas.
Las cosas perdidas.
Y durante un breve instante,
(soñador roto, corazón impulsivo de cristal)
el derecho a brillar más que el firmamento.
(El deseo.
Yo lo deseo todo.)
El cielo luce demasiado alto ya, el cielo que una vez contuve en mi pecho.
Y las cosas que quise, aún las tengo.
sin embargo, no dejo de hablar de las cosas perdidas.
Lo que podría perder, aún así
es más pequeño que una mano
(la mano se quedará conmigo, me alimentará en las noches frías y tocará mi cabeza cuando el hielo alcance mis pies)
es más pequeño que una posibilidad
pero la posibilidad es el mundo
y en el catalejo de mi mente
sólo veo el vacío.
El vacío es la posibilidad.
El mundo está vacío mientras no lo vea con mis propios ojos.
Mas no quiero una aventura, no.
Quiero el deseo.
¿De qué serviría recorrer todos esos planos con un corazón seco? ¿De qué serviría?
Y mi pecho está algo árido, sí. Grietas en todas partes.
Pero mi corazón es un río profundo
(sin alegorías intencionales, sólo un río y nada más)
y su cauce, su cauce golpeado, es sólo un
momento.
Y en este momento roto
el río podría explotar.
El cielo luce demasiado alto, demasiado azul.
Y este chorro de agua que apunta al infinito
no sólo es azul, no. Es un diamante.
Se ha roto el cauce, y se ha roto el suelo.
Lo he roto yo.
Reclamo mi voluntad, y mi palabra frente a las cosas rotas.
Las cosas perdidas.
Y durante un breve instante,
(soñador roto, corazón impulsivo de cristal)
el derecho a brillar más que el firmamento.
(El deseo.
Yo lo deseo todo.)