*Un pueblecito nuevo al que abordar con todos los artilugios robados últimamente, o no tan últimamente pero que no consiguen ser vendidos. Carol y Troy pasean por las calles de Worcester buscando una casa, una tienda, lo que sea, abandonado. Ellos lo van a adaptar a su medida, y cuando deje de serles de utilidad -o la policía les pise los talones-, se van a ir.
Carol lleva una maleta y arrastra una pequeña cajeta con algunas cosas. Se adentra a todas las casas que ve que no hay luz, aunque en algunas se ha encontrado con gente que la ha asustado. Ahora ve una casa, y ya por la pinta que tiene por fuera, está casi segura de que no vive nadie. Mira a Troy y suelta una risita, dejando las cosas en la puerta. La empuja, y efectivamente, cede con un fuerte crujido, entra de puntillas y da una vuelta, sin casi ver nada. Es un espacio grande, es lo único que ve. Aunque no hay mueblos de ningun tipo.
Saca la cabeza fuera y mira a su hermano.* ¿Qué te parece? A Carol le gustaaa...
*Entra tras ella y mira aquí y allá. No está nada mal. Pero que nada nada mal. Je.* A Carol le gusta... *Repite, y la mira, alzando las cejas a la oscuridad.* ¿Y a ti? *Sonríe un poco pero no espera a que responda.* Y por el módico precio de nada, perfecto. *Deja caer el par de cajas que traía apiladas.* Pero necesitamos muebles...
*Niega con la cabeza, divertida.* ¿Muebles? ¿Muebles? ¿Quién necesita muebles? Con cuatro cajas apiladas aquí. *da dos saltos y se coloca al centro de la estancia, ahora que los ojos se han acostumbrado a la luz ya ve mejor.* son una estantería, dos cajas allí, otra. Y para dormir... *Le mira y chasquea la lengua.*
Para dormir... *Se rasca la cabeza.* Nos hacemos amigos de alguien de la posada y que nos pasen colchones por la ventana. *Resopla.* Quizá podríamos acercarnos a una tienda de muebles, ya sabes, numerito... Sacas al dueño fuera y yo saco algunas cosas...
*La tienda ha aparecido de la nada en cuestión de dos días. Además, con esa pinta tan... Pintoresca. Así que lo que se dice llamar la atención, la llama pero bien.
Jake pasa por delante, y se queda curioseando el escaparate, cuando ve dentro a la chica rubia y rarita que hablaba en tercera persona.
Espuja la puerta y chista para atraer su atención.*
*Se gira y ve al chico de la fiesta. Era simpático, así que sonríe y chasquea la lengua, pensativa.* Sí, sí que está. *Vuelve a sonreír y sigue colocando cajas, mirándole.*
*Se acerca, con esas pintas que lleva, la camisa a medio meter por el pantalón y el cuello mal doblado, y sonríe. Mira alrededor. Libros, una bicileta, utensilios de cocina.* ¿Hay algo que no tengáis?
*Le señala con el dedo indice, entrecerrando los ojos.* Contratado para hacer la publicidad, gracias. *Ríe y vuelve a mirar las cajas, mientras saca una aguja de gramófono de una caja y la coloca por ahí. Levanta la vista y se lo queda mirando.* Bonito reloj.
*Va con el cesto del pan, repartiéndolo por las casas. Va silbando y mirando las tiendas, cuando pasa ante la tienda nueva del pueblo. Retrocede y echa un vistazo por la ventana. Deja el pan en la puerta y entra, muy sonriente y con las manos a la espalda.*
*Levanta la vista de un libro de psicología que no le interesa para nada y se tirá hacia atrás para ver quien ha entrado. Se cae de culo en el suelo, porque estaba encima de una caja y después se levanta de golpe alzando las cejas.* Eieiei. *
*Frunce un poco el ceño y coge el libro, quitándoselo de las manos.* ¿Buscabas algo en especial? *y le mira, dando golpecitos en el libro con los dedos.*
*Leopold camina por el pueblo, con las manos en los bolsillos y silbando. Está un poco desanimado porque la gente aún lo trata muy raro, y Bea le ha recomendado que vaya a pasear un rato y a tomar el aire.
La verdad es que tiene razón. Le ha venido bien, y además ha visto cosas nuevas por el pueblo. Hay más flores y más pajarillos de esos que cantan.
Oh, y una tienda nueva. Así que entra para curiosear un poco.*
*La puerta suena y levanta la vista de su libro de psicología para ver quién ha entrado. Sonríe, pero sin moverse de su improvisado mostrador y alza una mano.* Buenos días. ¿Puedo ayudarle en algo? *y nota que William empieza a trepar por su pierna, así que se agacha y la busca por debajo la mesa.*
*Se levanta, con William en el hombro, y sale de detrás de las cajas para acercarse un poco más, sonriente.* Pues mire, nada en concreto y mucho de todo... *con un brazo señala a un lado.* Cortinas transparentes, relojes sin agujas, *señala a otro lado.* sombreros, una cubertería con las iniciales "P.S" que pertenecían a un rey que sólo governó durante dos semanas, y por eso nadie le conoce... *pone los ojos en blanco, como para dar a entender que tiene muchas más cosas y eso es sólo una muestra.* Lo que quiera, está aquí.
*Está en lo que Carol y él convirtieron y consideran trastienda, intentando arreglar el cierre de una caja de música de madera, que no hace más que abrirse cuando le da la gana y por las noches se pone puteona. Aunque la música no está mal.
Escucha la voz fuera. Una chica. Ya era hora, joder.
Sale, con la caja entre las manos, la barbilla baja y una sonrisa pequeña.*
*Sonríe, encogiéndose de hombros y alagargando el brazo para mostrar el dinero que tiene en la mano.* Necesito un regalo para mi madre, bonito y barato. *Y alza las cejas, sonriendo inocente.*
*Alza las cejas, mirando su mano. Luego coge un poco de aire y chasquea la lengua.* No estoy en venta, lo siento... *Se rasca la cabeza, mientras sujeta con la otra mano la caja del enganche defectuoso.* Tendrás que conformarte con algo barato a secas. *Se encoge de hombros. Luego la mira, y sonríe burlón.* Es broma. ¿En qué estás pensando? ¿O vienes sin idea?
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Carol lleva una maleta y arrastra una pequeña cajeta con algunas cosas. Se adentra a todas las casas que ve que no hay luz, aunque en algunas se ha encontrado con gente que la ha asustado. Ahora ve una casa, y ya por la pinta que tiene por fuera, está casi segura de que no vive nadie. Mira a Troy y suelta una risita, dejando las cosas en la puerta. La empuja, y efectivamente, cede con un fuerte crujido, entra de puntillas y da una vuelta, sin casi ver nada. Es un espacio grande, es lo único que ve. Aunque no hay mueblos de ningun tipo.
Saca la cabeza fuera y mira a su hermano.* ¿Qué te parece? A Carol le gustaaa...
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Jake pasa por delante, y se queda curioseando el escaparate, cuando ve dentro a la chica rubia y rarita que hablaba en tercera persona.
Espuja la puerta y chista para atraer su atención.*
Eh, ¿está Carol?
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Eieiei.
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La verdad es que tiene razón. Le ha venido bien, y además ha visto cosas nuevas por el pueblo. Hay más flores y más pajarillos de esos que cantan.
Oh, y una tienda nueva. Así que entra para curiosear un poco.*
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Estaba mirando sólo... *dice, mirando todos los cacharros que tiene por ahí.* ¿Qué es exactamente lo que venden, señorita?
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¡Hola! *Saluda, sin ver aún a nadie.*
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Escucha la voz fuera. Una chica. Ya era hora, joder.
Sale, con la caja entre las manos, la barbilla baja y una sonrisa pequeña.*
¿Puedo ayudarte?
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