Melodías; Mary/Adrien [Original]
Título: Melodías
Fandom: Prohibido (Original)
Comunidad: fandom_insano
Tabla: Imágenes | Prompt: #11.
Claim: Adrien/Mary | Personajes: Adrien Hall, Mary Thayer.
Rating: PG | Advertencias: Spoilers.
Melodías
Aguanta la respiración, apoyada contra la puerta, con una mano sobre la boca, para acallar sus jadeos y asegurarse de que el corazón no se le salga por la boca. Siente sus latidos frenéticos en el pecho, y nota que está conteniendo la respiración. Sabe que no debería estar ahí y sabe también que no se va a ir por nada del mundo.
Comenzó por unas notas torpes, pero luego fue agarrando soltura. Ahora la música se escurre por cada esquina de la habitación y Mary mira el suelo con los ojos empañados porque es lo más bonito que ha escuchado jamás. Su mano baja hasta su pecho y aprieta, extrañada de sentir el calor más agradable que ha sentido alguna vez. Sonríe sin darse cuenta, apoyando la nuca contra la puerta, relajándose, concentrándose sólo en escuchar la melodía.
Las notas se quiebran, se ríen, hablan y gritan. Mary las escucha todas y cada una y se siente fuera de lugar cuando la música acaba demasiado pronto. O eso le parece a ella, porque podría haberse quedado escuchando una eternidad. O dos. Suelta un jadeo ahogado y se levanta antes de poder pensarlo. Hecha un vistazo por entre la puerta entreabierta; su siguiente movimiento es un impulso.
Empuja la puerta, y se queda de pie en el umbral. Totalmente fuera de lugar.
El chico de ojos grises la mira, sorprendido, turbado y avergonzado. Mary lo mira casi acusadoramente, esperando que siga tocando y al mismo tiempo preguntándose por qué paró antes de llegar al final.
El aire se vuelve eléctrico mientras se miran, esperando que alguno de los dos de algún movimiento, desencadenando una batalla silenciosa que siempre estuvo ahí.
-¿Me estabas espiando? -Masculla Adrien, observándola atentamente, esperando un sólo traspié para saltar sobre su presa.
Mary se ruboriza y con un movimiento experimentado, su cabello rojo como el fuego cae sobre su rostro de manera sutil. No deberías, no deberías, repite esa voz de siempre en su cabeza, pero en vez dar disculpas torpes como siempre, Mary lo mira casi desafiantemente y hace un movimiento titubeante con su mano izquierda, como si quisiera tocar algo que no existe. O sí, pero que está prohibido.
Se cruza ambas manos tras la espalda y parpadea inocentemente; ni siquiera sabe que está haciendo ahí.
-No, yo sólo... Yo, yo escuché por... casualidad -Tartamudea. No va a irse corriendo, pero tampoco puede hablar con tanta naturalidad como le gustaría porque ése chico la intimida.
Él la mira de arriba abajo, como analizándola y decidiendo si es digna de... ¿de qué? Mary aprieta los labios y hace lo posible por no avanzar, insultarlo y luego pedirle que siga tocando. No tiene ética, razón, explicación ni motivo.
Al final no necesita seguir luchando consigo misma ni nada porque el avanza los pasos que los separan y la mira fijamente; a Mary le da la impresión de que está escarbándole dentro, decidiendo si puede confiar en ella. Nunca se entera de lo que decide porque de todos modos él la empuja contra la pared, y le masculla algunas palabras feroces al oído que ella no alcanza a escuchar, no entiende. Sólo siente su cuerpo presionado contra el de ella, un olor dulzón que no alcanza a distinguir y sus manos apretando sus muñecas. Mary opina que su voz es cien veces mejor que la canción del piano.
Apenas y puede respirar.
Fandom: Prohibido (Original)
Comunidad: fandom_insano
Tabla: Imágenes | Prompt: #11.
Claim: Adrien/Mary | Personajes: Adrien Hall, Mary Thayer.
Rating: PG | Advertencias: Spoilers.
Melodías
Aguanta la respiración, apoyada contra la puerta, con una mano sobre la boca, para acallar sus jadeos y asegurarse de que el corazón no se le salga por la boca. Siente sus latidos frenéticos en el pecho, y nota que está conteniendo la respiración. Sabe que no debería estar ahí y sabe también que no se va a ir por nada del mundo.
Comenzó por unas notas torpes, pero luego fue agarrando soltura. Ahora la música se escurre por cada esquina de la habitación y Mary mira el suelo con los ojos empañados porque es lo más bonito que ha escuchado jamás. Su mano baja hasta su pecho y aprieta, extrañada de sentir el calor más agradable que ha sentido alguna vez. Sonríe sin darse cuenta, apoyando la nuca contra la puerta, relajándose, concentrándose sólo en escuchar la melodía.
Las notas se quiebran, se ríen, hablan y gritan. Mary las escucha todas y cada una y se siente fuera de lugar cuando la música acaba demasiado pronto. O eso le parece a ella, porque podría haberse quedado escuchando una eternidad. O dos. Suelta un jadeo ahogado y se levanta antes de poder pensarlo. Hecha un vistazo por entre la puerta entreabierta; su siguiente movimiento es un impulso.
Empuja la puerta, y se queda de pie en el umbral. Totalmente fuera de lugar.
El chico de ojos grises la mira, sorprendido, turbado y avergonzado. Mary lo mira casi acusadoramente, esperando que siga tocando y al mismo tiempo preguntándose por qué paró antes de llegar al final.
El aire se vuelve eléctrico mientras se miran, esperando que alguno de los dos de algún movimiento, desencadenando una batalla silenciosa que siempre estuvo ahí.
-¿Me estabas espiando? -Masculla Adrien, observándola atentamente, esperando un sólo traspié para saltar sobre su presa.
Mary se ruboriza y con un movimiento experimentado, su cabello rojo como el fuego cae sobre su rostro de manera sutil. No deberías, no deberías, repite esa voz de siempre en su cabeza, pero en vez dar disculpas torpes como siempre, Mary lo mira casi desafiantemente y hace un movimiento titubeante con su mano izquierda, como si quisiera tocar algo que no existe. O sí, pero que está prohibido.
Se cruza ambas manos tras la espalda y parpadea inocentemente; ni siquiera sabe que está haciendo ahí.
-No, yo sólo... Yo, yo escuché por... casualidad -Tartamudea. No va a irse corriendo, pero tampoco puede hablar con tanta naturalidad como le gustaría porque ése chico la intimida.
Él la mira de arriba abajo, como analizándola y decidiendo si es digna de... ¿de qué? Mary aprieta los labios y hace lo posible por no avanzar, insultarlo y luego pedirle que siga tocando. No tiene ética, razón, explicación ni motivo.
Al final no necesita seguir luchando consigo misma ni nada porque el avanza los pasos que los separan y la mira fijamente; a Mary le da la impresión de que está escarbándole dentro, decidiendo si puede confiar en ella. Nunca se entera de lo que decide porque de todos modos él la empuja contra la pared, y le masculla algunas palabras feroces al oído que ella no alcanza a escuchar, no entiende. Sólo siente su cuerpo presionado contra el de ella, un olor dulzón que no alcanza a distinguir y sus manos apretando sus muñecas. Mary opina que su voz es cien veces mejor que la canción del piano.
Apenas y puede respirar.