Helados - Chispas de colores (semanas)
Fandom: QaF
Personajes: Brian, Debbie
Prompt: #027 Chispas de colores
Tabla de helados
Pote: Cucurucho
Con cuchara: Post 513
Servilleta: El segundo por hoy, si esta madrugada la conexión no me ha dejado tirada, más.
No tarda ni un segundo en entrar una vez que le abre la puerta de Britin, mirando a ambos lados del recibidor.
- ¿Dónde está esa preciosidad que tengo por nieto? - Debbie entra en una ráfaga de colores y bolsas llenas de comida, apartando a Brian con un ligero pellizco en la mejilla, como un perro olfateando ya a su presa, sin dejarse distraer por nada más.
- Hola, Debbie, sí gracias, yo estoy hecho una mierda, ¿qué tal has dormido tú? ¡Oh! No has tenido que levantarte cada hora a acunarlo, bañarlo, alimentarlo, o sabe dios qué más. - Eso consigue una carcajada de Debbie, que, plantada en medio del pasillo, se gira a sacudirle el dedo en la cara.
- ¡Brian Kinney, cuida tu lenguaje! Esa preciosidad, ¿dónde está?
- Durmiendo. El muy desagradecido nos ha tenido toda la madrugada despiertos, y cuando ha sonado el despertador se ha quedado frito.
La sigue a la cocina, sin molestarse en quejarse por la cantidad de comida que les ha traído y está guardándoles en la despensa, sirviéndose una taza de café, preguntándole con una sacudida de cabeza si quiere.
- No, gracias cariño. Ya he desayunado.
- Bien por ti. - Entre darse de cabezazos con la mesa o colocarse a cafeína, opta por lo segundo, y Debbie frena en seco cuando le mira de verdad por primera vez desde que ha llegado.
- Santo dios, Brian, ¡estás hecho un asco! - Le arquea una ceja ¿en serio, Deb? sin molestarse en responder.
Gruñendo una respuesta tras gemir de placer gracias al café.
- No. Hemos. Dormido.
- Recuerdo qué es eso. Michael tuvo cólicos de bebé, qué noches me daba, berreaba tanto que los vecinos creían que lo estaba matando.
- JD no está enfermo. Sólo es un sádico que disfruta torturándonos.
Debbie tiene la indecencia de reírse, palmeándole la mejilla con cariño.
- Lo superaréis. ¿Dónde está Sunshine?
Le murmura algo, y cree ver una expresión de envidia en su mirada, así que se inclina sobre él, haciéndole retroceder por lo mucho que brilla su ropa.
- Tu capacidad de combinar los colores es fascinante, ¿Karl sale contigo a la calle? ¡Ay!
La colleja resuena en la cocina, y Brian se acaricia la nuca, levantándose al ver la hora que es.
- Digo. Queelmuycapulloestádurmiendo. Tengo una presentación para Brown Athletics en una hora, y Justin está ko en la cama con el otro bello durmiente. Hay que joderse. Me largo, nos vemos luego.
Ocupada en preparar un zumo para Justin, le sonríe, a punto de preguntarle qué sucede cuando Brian se queda un momento en el umbral, observándola. Le ve negar con la cabeza, una media sonrisa en los labios, y es casi como volver atrás en el tiempo, cuando ese chico llamado Brian Kinney pasaba más tiempo con los Novotny que en su propia casa.
Brian le guiña un ojo, pensando en lo mismo que ella, dejando a Debbie a cargo de la casa y los Taylor por unas horas.
Personajes: Brian, Debbie
Prompt: #027 Chispas de colores
Tabla de helados
Pote: Cucurucho
Con cuchara: Post 513
Servilleta: El segundo por hoy, si esta madrugada la conexión no me ha dejado tirada, más.
No tarda ni un segundo en entrar una vez que le abre la puerta de Britin, mirando a ambos lados del recibidor.
- ¿Dónde está esa preciosidad que tengo por nieto? - Debbie entra en una ráfaga de colores y bolsas llenas de comida, apartando a Brian con un ligero pellizco en la mejilla, como un perro olfateando ya a su presa, sin dejarse distraer por nada más.
- Hola, Debbie, sí gracias, yo estoy hecho una mierda, ¿qué tal has dormido tú? ¡Oh! No has tenido que levantarte cada hora a acunarlo, bañarlo, alimentarlo, o sabe dios qué más. - Eso consigue una carcajada de Debbie, que, plantada en medio del pasillo, se gira a sacudirle el dedo en la cara.
- ¡Brian Kinney, cuida tu lenguaje! Esa preciosidad, ¿dónde está?
- Durmiendo. El muy desagradecido nos ha tenido toda la madrugada despiertos, y cuando ha sonado el despertador se ha quedado frito.
La sigue a la cocina, sin molestarse en quejarse por la cantidad de comida que les ha traído y está guardándoles en la despensa, sirviéndose una taza de café, preguntándole con una sacudida de cabeza si quiere.
- No, gracias cariño. Ya he desayunado.
- Bien por ti. - Entre darse de cabezazos con la mesa o colocarse a cafeína, opta por lo segundo, y Debbie frena en seco cuando le mira de verdad por primera vez desde que ha llegado.
- Santo dios, Brian, ¡estás hecho un asco! - Le arquea una ceja ¿en serio, Deb? sin molestarse en responder.
Gruñendo una respuesta tras gemir de placer gracias al café.
- No. Hemos. Dormido.
- Recuerdo qué es eso. Michael tuvo cólicos de bebé, qué noches me daba, berreaba tanto que los vecinos creían que lo estaba matando.
- JD no está enfermo. Sólo es un sádico que disfruta torturándonos.
Debbie tiene la indecencia de reírse, palmeándole la mejilla con cariño.
- Lo superaréis. ¿Dónde está Sunshine?
Le murmura algo, y cree ver una expresión de envidia en su mirada, así que se inclina sobre él, haciéndole retroceder por lo mucho que brilla su ropa.
- Tu capacidad de combinar los colores es fascinante, ¿Karl sale contigo a la calle? ¡Ay!
La colleja resuena en la cocina, y Brian se acaricia la nuca, levantándose al ver la hora que es.
- Digo. Queelmuycapulloestádurmiendo. Tengo una presentación para Brown Athletics en una hora, y Justin está ko en la cama con el otro bello durmiente. Hay que joderse. Me largo, nos vemos luego.
Ocupada en preparar un zumo para Justin, le sonríe, a punto de preguntarle qué sucede cuando Brian se queda un momento en el umbral, observándola. Le ve negar con la cabeza, una media sonrisa en los labios, y es casi como volver atrás en el tiempo, cuando ese chico llamado Brian Kinney pasaba más tiempo con los Novotny que en su propia casa.
Brian le guiña un ojo, pensando en lo mismo que ella, dejando a Debbie a cargo de la casa y los Taylor por unas horas.