Anoche tenía la entrada preparada, con todos los cuts y drabbles correspondientes, y se me colgó *lloro* Así que segundo intento, porque ya he acabado los retos pre Jamie (y a estas alturas puede que me odiéis por saturaros la f-list con helados, pero bleh, me estoy divirtiendo mucho con ellos)
Also, 4 más por escribir y la tabla habrá acabado, YAY! (quedan más para subir, tranquilas)
Fandom: QaF
Personajes: Brian/Justin, Gus, Lindsay
Prompts: #021 Café, #008 Fresas, #016 Tiramisú, #029 Bombones rellenos, #028 Almendras trituradas
Pote: Taza
Con cuchara: 3 años post 513
Servilleta: Los cinco van enlazados así que la cabecera sirve para todos, y aunque pueda no parecerlo, Lindsay me cae genial sólo que a veces está más guapa callada, tsk
Brian sabía que este momento llegaría, sólo que no estaba preparado para que lo hiciera tan temprano. Apenas ha tenido tiempo de servirse su primera taza de café del día cuando Justin se une a él en la cocina, murmurando algo con un tono que podría jurar que es indecisión.
Le gruñe algo como respuesta, un evasivo para ganar tiempo, bebiendo y saboreando el café, sorbo a sorbo, hasta que Justin se cansa de esperar y se marcha al estudio.
Es domingo, así que no puede refugiarse en Kinnetik. Se pasa el día en la piscina, haciendo largos, pensando. Analizando los pros y los contras. Haciendo planes, tomando decisiones, no demasiado sorprendido al descubrir que Justin está sentado en el borde, con las piernas en el agua, pataleando con suavidad para sentir el frescor.
En un par de brazadas está a su lado, sujetándose a sus rodillas, mirándole desde abajo.
- ¿Y bien? - Justin sigue nervioso, pero su mirada es firme.
- Si digo que no…
- Lo dejaré correr. Es algo que quiero que hagamos juntos, si no, no hay trato. Sin consecuencias, en serio. Ya tenemos un hijo, es sólo que nos perdimos sus primeros años. Quiero vivirlo todo, a tiempo completo.
- Podrías comprarte un perro. Os dejaría mear en el jardín.
Justin ríe, salpicándole agua a la cara, gritando cuando Brian tira de sus piernas y le sumerge, apartándole los mechones mojados de la frente.
El agua está fría a su alrededor, sus cuerpos calientes el uno contra el otro, besándose con pasión, lamiendo gotas que saben a cloro y a saliva. Brian le susurra algo al oído, besándole de camino a sus labios otra vez, ahogando su sonrisa en su boca, un beso raro porque ambos están sonriendo demasiado para prestar atención a sus lenguas.
Qué cojones. Hagámoslo.
Una mamada al despertar, una mamada al volver del trabajo, una mamada al acostarse.
- ¿Y cuándo follamos, Brian? Dame el boli. - Llevan casi un mes planeándolo, les está llevando incluso más que su compromiso (que consistió en una orgía de despedida, tres meses de espera, confirmación, y quema de condones masiva en la chimenea, luego otra orgía, sólo de dos)
Una mamada al despertar, polvo en la ducha, polvo en el despacho, mamada al volver de trabajar.
- ¿Y por las noches, Sunshine? - Se pasan el papel el uno al otro, apuntando cláusulas, quizás demasiado fumados pero a estas alturas a quién le importa.
- ¿Estás de guasa? Dice mi madre que por la noche estaremos tan agotados que querremos tirarnos por la ventana.
- Chorradas. La pobre mujer no tiene la culpa de que su hijo fuera un malcriado.
- ¡Eh!
- Apunta lo de follar por las noches. No voy a dejar de tener sexo y convertirme en un hetero sólo por tener un bebé en la casa. De ninguna manera.
- Brian. - Da una calada, sonriéndole con confianza. - No somos heteros, no vamos a cambiar de un día para otro. Si hacemos esto, lo hacemos a nuestra manera.
Asiente, pasándole el brazo por los hombros, metiéndose el porro en la boca como hace tantos años, se besan y exhalan el humo los dos, haciendo planes sobre su próximo paso hacia la paternidad.
Aprovechan la comida familiar, esta vez quieren ver las reacciones en persona, esperando a los postres para que Gus y Jenny estén ya con Hunter en el comedor, tendrán que hablar con Gus más tarde.
Brian se levanta, haciendo tintinear su copa, alzándola en un brindis.
- Por la familia. Sois como un grano en el culo pero os queremos igual. - Todos ríen por el absurdo brindis, bebiendo un sorbo. Menos Justin, que sabe que Brian está esperando al segundo justo.
Ese entre sorber y tragar.
- Oh, y por nuestro futuro hijo. Voy a preñar a Justin. - El aludido pone los ojos en blanco, Brian tiene un brillo en la mirada que indica que se está divirtiendo mucho, y el resto de la mesa estalla en un conjunto de toses atragantadas, sorbos de champán saliendo disparados, y ojos tan abiertos por la sorpresa que van a quedarse bizcos.
Un minuto. Es lo que dura la conmoción, hasta que estalla como una burbuja, llena de insultos, gritos y varios ¿qué te has metido, Brian?
- Muy graciosos, chicos. - Michael pone los ojos en blanco, empezando a levantarse, hasta que Justin se une a Brian en la cabecera de la mesa.
- Lo que Brian, a su manera tan especial - le da un codazo, se sonríen, y vuelven a tenerlos a todos conmocionados - es que Sophie, nuestra madre de alquiler, va a tener un bebé para nosotros. Dentro de cinco meses.
Brian alza la mano para hacerles callar, acabando por su marido.
- Esperamos tanto porque queríamos estar seguros de que el bebé estaba en camino. El padre biológico es Justin, yo lo adoptaré. Como hizo Melanie con Gus, sólo que yo no tendré que competir con nadie por los derec…
- Brian. - Justin le hace un gesto sutil de negación, y Brian se calla, asintiendo. No es el momento.
- Resumiendo, vamos a ser padres. ¡Salud!
Se acaba su copa de un trago, besando a Justin para pasarle parte del champán, celebrándolo. Sus amigos siguen alucinando, pero empiezan a oírse voces de felicitación, apuestas sobre el género del futuro bebé, y quejas por haberse callado hasta ahora (casi todas de Debbie, Jennifer lo supo en el tercer mes porque querían que fuera una sorpresa y Debbie no hubiera aguantado tanto)
En definitiva, lo que esperaban de su familia.
Se sientan en el jardín trasero, los demás siguen dentro felicitando a Justin, y Brian sabe que tiene que decírselo ahora, antes de que a las bolleras se les escape algún detalle.
- Tengo que hablar contigo, Sonny Boy.
- ¿He hecho algo malo? - Por lo general, cuando alguna de sus madres empieza diciendo eso, es que o Gus o Jenny necesitan un sermón sobre lo que sea que hayan hecho.
- Para nada. Es sobre Justin y yo, muy pronto vamos a tener otro hijo, tendrás un hermano o una hermana. - Directo al grano, porque no sabe cómo se le dan estas noticias a un hijo sobre el que has renunciado legalmente y que vive en otro país. Aterrado porque quiere a Gus más que a nada, pero quizás no sepa demostrarlo como debe.
- Pero mamá no va a tener ningún bebé. Ni momma.
- Eso es porque no serán las mamás, Gus. El bebé será hijo de Justin, como tú lo eres mío, y vivirá con nosotros en Britin. Tendrá dos papás.
- Oh.
Se queda callado unos minutos, pensando en todo lo que le acaba de decir su padre. Brian le promete que siempre le querrá, esperando a que Gus asienta antes de continuar.
- Eres el mayor, Sonny Boy. Ahora tendrás un hermano pequeño, así que seréis dos, ¿qué te parece?
- Papi, ya tengo una hermana. - Tono de a veces los mayores sois tontos, y Brian ríe, pasándole el brazo por los hombros.
- Pero Jenny tiene otro padre, tío Mikey. Así que es tu hermanita pero no es hija de Justin y mía, no como el futuro bebé y tú.
- Pops no es mi papá, ¿me quiere como tío Michael? Dejará de quererme cuando nazca su hijo de verdad.
Lo dice triste, mirando al suelo, a punto de llorar, y Brian sonríe, orgulloso porque de alguna manera Justin se ha metido tanto en la vida de los Kinney que les tiene a ambos.
- No, Sonny Boy. No es lo mismo. Justin te quiere tanto porque eres una parte de mí, y yo querré a su bebé porque es una parte de él. Tanto como si los dos fuéramos los padres, sin distinciones.
Ante eso Gus levanta la mirada, sonriendo como su padre, le brillan los ojos porque acaba de tener una idea.
- ¡Entonces yo le querré mucho más! - Se digna a explicarse cuando Brian alza una ceja, intrigado. - Será una parte de los dos, y sois mis papás. Seré su hermano mayor, guay.
- Guay.
Ríe, más relajado que nunca, abrazando a Gus, que hace planes sobre a qué jugará con el bebé cuando sea mayor, qué juguetes puede dejarle, qué habitación tendrá en Britin, millones de preguntas que Brian está más que encantado de poder responder.
A pesar de lo que cree Brian, Justin no sigue dentro, ha salido a fumarse un cigarro (tendrán que dejarlo cuando nazca el bebé, pero el día merece una indulgencia) dando un respingo cuando alguien se acerca, mirando a Lindsay de reojo.
Su amiga observa lo mismo que él, Brian y Gus hablando en el bordillo del jardín, dos cabezas castañas inclinadas, abrazados, parece ir bien.
- Justin… -- Su tono de voz, está convencido que fue así como empezó con Brian hace tres años, y su mano se cierra en un puño, respirando nicotina para no estallar.
- Eres la única que no nos ha felicitado aún, Brian se ha dado cuenta. - No ha sido difícil, en cuanto han dejado ir la bomba, Linds se ha excusado para esconderse con los niños, ignorando el ambiente festivo.
- Me alegro mucho por vosotros, de verdad. Pero Justin, apenas tienes veinticinco años, Nueva York estaba a tus pies, ¿y crees que estás preparado para ser padre? Es un trabajo completo.
- Estamos.
- ¿Qué? - Se gira para mirarla a la cara al responder, frunciendo el ceño.
- Estamos preparados. No estoy. Porque por si no lo has oído, Brian tendrá los derechos del bebé tanto como yo.
Lindsay tiene el valor de reír, como si se tratara de un chiste, y Justin no sabe si quiere estrangularla o marcharse a por Brian y no mirar atrás. Pero es la madre de Gus, su amiga, les ha ayudado mucho y le deben esto.
- Tengo dos hijos, Justin, y desde que nacieron creo que no he dormido una noche entera seguida. Están las reuniones de padres, los cumpleaños, los pañales, llantos, enfermedades… -- Suena muy sensata, un discurso coherente sobre cómo asustar a un padre novato, y Justin lanza la colilla al suelo, pisándola hasta que sólo quedan restos de tabaco en el suelo.
- Los cheques del padre, los sobornos para que ceda los derechos, los líos con mujeres, franceses, pintores, ¿me dejo alguien? Por no hablar de las separaciones, visitas reguladas, chantajear emocionalmente al padre para que os deje cambiaros de país, para que su novio se largue a otra ciudad, más cheques para establecerse, ¿me dejo algo?
- ¡Justin! ¡No seas tan crudo! Sabes que todo eso…
- ¿No es verdad? No me hagas reír, Lindsay. El papel de madre preocupada, de amiga artista, no te servirá más. Lo hiciste, vivís en Canadá, Brian sólo ve a Gus en verano y fiestas varias, y yo me hice famoso en Nueva York. Lástima que no contaras con el epílogo, ¿eh?
- Lo hice por vosotros, era lo mejor que os podía pasar, y Canadá es más seguro para criar a los niños.
Justin asiente, ve acercarse a Gus y a Brian por el rabillo del ojo.
- Si te lo crees, sigue repitiéndote esa versión de los hechos. Te queremos mucho, de verdad. Pero si vuelves a manipularnos así, que dios te ayude.
La amenaza es velada, pero consigue hacerla entender. Lindsay sonríe, no le llega a los ojos pero es un comienzo, asintiendo con suavidad, recibiendo el abrazo de su hijo cuando los chicos les alcanzan, besando a Brian en la mejilla.
- Felicidades, Peter.
Brian mira a Justin por encima de su hombro, con una mirada de reconocimiento. Formando las palabras con los labios, Justin los lee y asiente.
Gracias.