Fandom: Ficción original
Personajes: Anna, Lucas
Rating: General
Palabras: 442
Autora:
liz_104 Prompt: #003
Tabla imágenesNotas: Anna y Lucas se conocen en el apartamento de él, que ha intentado suicidarse sin éxito.
Forma parte de mi intención de escribir un relato sobre una ángel de la guarda y su protegido.
Disfrutad!
La ve mirar por la ventana, con expresión ausente, casi como si ya fuera a desaparecer de su vida, como si esta fuera la última vez que aparece en su piso para salvarle de sí mismo.
Así que le abre el cristal, dejando que el viento les salpique de gotas de agua, sonriendo cuando convierte su aspecto abatido en carcajadas.
- Esto es lo que más echo de menos de estar viva. La lluvia, las tormentas, caminar por la calle oyendo cómo repiquetean las gotas en el paraguas.
- ¿No preferirías estar en la playa, tomando el sol?
Anna se gira hacia él, secándose la humedad del pelo con las manos, poniendo los ojos en blanco.
- ¿Y tú, qué echarías de menos si murieras?
- ¡Eh! Has dicho que eras mi ángel de la guarda, no la muerte. - Bromea, porque no quiere pensar en respuestas que no van a gustarle. Por eso ha llegado hasta donde está, por eso tiene a esa preciosa pero loca chica en su casa proclamando que está allí para salvarle.
La historia del ángel de la guarda es divertida, eso se lo concede, y puede seguirle la corriente un poco más, siempre le quedará tiempo para suicidarse.
- No me crees. Mierda, ya he vuelto a cagarla.
- ¿Te permiten esa clase de vocabulario allá arriba? - Chasquea la lengua, alejándose de ella, manteniendo las distancias, sentándose en su sofá, fingiendo que la televisión es lo más interesante en estos momentos.
- No bromees con estas cosas, nunca se sabe quién puede estar mirando. Y te lo he dicho un montón de veces, soy un ángel de la guarda en prácticas. Si tuviera más experiencia jamás habrías sentido mi presencia. Ni siquiera deberías poder verme.
Lucas sacude la cabeza de repente, algo le hace sentarse más erguido cuando la escucha, como si esas palabras despertaran algo en él que ha olvidado hace mucho tiempo. Qué absurdo, hasta antes de ayer pensaba que su vida había llegado al final, que estaba tan destrozado que no quedaba más que despedirse y a otra cosa, y ahora tiene en el apartamento a Anna, una jovencita de veintipocos con expresión entre despistada y risueña y una mata de pelo rizado que se le acababa de encrespar con la humedad.
- Ves a secarte ese pelo, me pondrás perdido el suelo.
- Ibas a matarte, ¿qué más te da la limpieza? - Pero le hace caso, perdiéndose en el pasillo que lleva al cuarto de baño, murmurando por lo bajo, es incapaz de descifrar sus palabras.
Lucas sacude la cabeza, apretándose el puente de la nariz.
- Esto sólo me pasa a mí.