Serie: D.Gray-Man
Pareja: TikkyxLavi
Título: Aún después de la muerte
Resumen: Reflexiones de un Noah que ha perdido a un exorcista en batalla.
No. de palabras: 509
Aún recuerdo como me abrazabas cada vez que lográbamos escaparnos para vernos. Aún puedo sentir el calor que me transmitías en ese dulce gesto. Y sin poder evitarlo, las lágrimas se deslizan por mis mejillas. Ya no sé cuánto tiempo he estado sin ti. Ya no me importa saberlo.
Antes contaba los segundos que me tardaba apropósito al sostener tú mano para evitar que te fueras tan rápido. Contaba los minutos en los que te mantenía pegado a mi cuerpo antes de que el sol se colara por tú ventana, marcando así mi partida. Ahora miro mis manos para verlas frías y vacías. El calor que me compartías en aquellas noches heladas, se ha extinto de ellas porque me haces falta.
Vienen a mi puerta para tratar de sacarme del estado en que he caído. Pero no lo logran porque siento que ya no es necesario vivir. Prefiero estar encerrado en mi recámara para recordar las imágenes de tú rostro sonrojado cada vez que nos acostábamos en mi cama o en la tuya. Trato de ver tu dulce rostro a través de la oscuridad que ha comenzado a reinar junto a mí. Sin embargo, la oscuridad es tal que no me permite ver tú hermosa sonrisa. Ya no puedo ver el brillo que destellaban tus ojos al verme después de un día.
Cada vez me siento más sólo y no logró abrazar tú fantasma que me atormenta cada noche en mis pesadillas. No dejó de ver la sangre que manchó mis manos aquel día, en el que sostuve tú cabeza con delicadeza, antes de ver por última vez tus ojos abiertos llenos de lágrimas por dejarme atrás. Ese día me dijiste que no te importaba morir de esa manera tan cruel, lo que te dolía en el alma era de que me ibas a dejar llorando por ti. No querías verme triste por tú partida, pero no lo pude evitar. Lloré en ese momento y me siento como un estúpido por ser la causa de que te fueras preocupado por mí. Y aún después de eso, seguí llorando frente a tú ataúd, antes de que te cubrieran por completo esas llamas.
El Conde del Milenio ha venido varias veces a mi puerta, ofreciéndome el milagro de volver a tenerte entre mis brazos con tan sólo llamarte desde lo más profundo de mi corazón. Cada vez que llega, estoy tentado a pronunciar tú nombre. Pero he visto muchas veces a esos monstruos, tantas que la garganta se me seca al tratar de invocar tú alma.
No quiero que llores por mí. Ya mucho daño te hice al provocar varias veces nuestros encuentros inesperados. Al provocar que me miraras no como un Noah, sino, con un humano normal entre la multitud. Todos nuestros encuentros te fueron acercando cada vez más a tú muerte. No me percaté de eso porque no me importaba nada más que tenerte sólo para mí. No obstante, me di cuenta, aunque fue demasiado tarde.
Mi joven y querido exorcista, te seguiré amando aún después de la muerte...
Fin