[fic] #12 Mentir | Edward/Winry | Fullmetal Alchemist

Nov 14, 2008 23:54

Fandom: Fullmetal Alchemist.
Pareja: Edward/Winry.
Tabla: Vicios.
Prompt: #12 Mentir.
Palabras: 777.
Advertencias: post-manga. Sin spoilers



Había sido un error. Un grave error.

Cuando Alphonse y él descubrieron que, oh bendita casualidad, los dos le habían comprado una gargantilla a Winry para su vigésimo cumpleaños, Edward tendría que haber aceptado la propuesta de su hermano. Éste, apenado, le había dicho que él no tenía inconveniente en cambiar el collar, porque no quedaba bien regalarle lo mismo que él. Edward había lanzado un suspiro y, con una mezcla de sentimientos, respondió que no era necesario. Las dos cadenas de plata no se parecían en nada, y Winry no era de la clase de personas que se fijan en esos detalles.

El día del cumpleaños llegó y tanto Ed como Al le entregaron sus respectivos regalos, expectantes y emocionados. Edward, de hecho, había puesto mucho cuidado en cuál elegir: la ganadora fue una gargantilla entrelazada, quizás algo gruesa; pero Elric no creía que eso fuese un problema. La de Alphonse, en cambio, parecía hilo plateado de tan finita que era. Además, un colgante en forma de lágrima adornaba la gargantilla. Edward no contuvo una pequeña sonrisa cuando vio el regalo de su hermano; sin duda, la suya era mucho más elaborada, y no podía esperar a que Winry saltase entusiasmada al ver su presente.

Ese momento nunca llegó, pero la joven los abrazó a los dos y les agradeció el regalo como siempre hacía. El resto de la noche transcurrió con normalidad y Edward no sospechaba lo que se avecinaba en las próximas semanas.

Los días siguientes, Edward se fijó en el cuello de Winry más de lo normal. Cuando iba a trabajar no solía llevar joyas; tenía que esperar hasta después de cada ducha por la tarde para ver qué collar se había impuesto sobre el del contrario.

Día tras día, Edward contemplaba con rostro enjuto y cierto desprecio la delicada cadena que Alphonse le había regalado. Le quedaba muy bien, eso no podía negarlo; pero la misma pregunta le rondaba la cabeza: ¿por qué no llevaba la suya? La opción de que no le gustase no tenía cabida en su mente, así que optó por el camino más fácil, sin que sirviese de precedente: preguntarle a Winry directamente.

La primera vez, tras hacerse la sorda por dos minutos, comentó apurada que lo había guardado en el joyero la noche anterior y no había tenido tiempo de rebuscar. La excusa le sonó más o menos convincente, aunque al día siguiente volvió a ver la misma cadena adornando el cuello de Winry. Edward, con el ceño fruncido, se dirigió a ella de nuevo.

“No quería estropearla”, confesó. En cierto modo, Edward se sintió aliviado por esa respuesta… hasta que recapacitó lo suficiente como para comprender que la risilla incómoda de Winry la delataba como una mentirosa bastante mala.

Ofendido, esa tarde la abordó cuando Winry terminó de darse la religiosa ducha.

―Tú ―la señaló con el dedo―. Hoy tampoco llevas el collar, así que sospecho que no te gustó. ¿Me equivoco?

En la mente de Ed, todo estaba planeado: ella le contestaría que no era por eso y confesaría humildemente. Porque Edward tenía la certeza de que Winry lo había perdido, cosa nada improbable si uno veía el caos descomunal de su habitación.

La respuesta de Winry le dejó frío y el plan detallado se fue al garete.

―No. No me gusta nada ―se sinceró, al fin, con carita de pena―. Lo siento mucho, Ed. No quise decírtelo porque fue tu regalo, pero… era un collar horrible. Pesa demasiado y es muy basto; parece más de chico, si me apuras.

Edward notó un repentino vacío en su interior. Como si le hubieran despojado de sus órganos, de su alma, de todo. Lo único que quedaba allí eran las palabras de Winry, que retumbaban una y otra vez en sus oídos. Winry debió percatarse y colocó una mano en el hombro.

―Vamos, Ed, no te lo tomes así. Sabemos que tienes un gusto pésimo; pero yo aprecio el regalo ―se acercó hasta él y le dio un suave beso sobre los labios; cuando se apartó, añadió―: para la próxima, deja que sea Al quien elija, sólo eso.

Edward iba a callarse. Cuando Winry le besó, decidió que tampoco era tan importante y que, joder, se sentía estúpidamente feliz cuando Winry hacía eso y podría perdonarle todo. Por una milésima de segundo, estuvo a punto de dejar pasar el rechazo a su regalo.

Hasta que dijo eso último y todo el vacío interior que había sentido se llenó de furia incontrolable.

―¡QUE OS DEN A LOS DOS! ―bramó mientras retrocedía, airado; no sin antes hacer una pequeña aclaración―. ¡Y mi gusto no es pésimo!

Crossposteado en 30vicios y fma_esp.

= fandom: fullmetal alchemist, ! fanfic, @ tabla: vicios, p: fma: edward/winry

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