Fandom: Fullmetal Alchemist.
Pareja: Edward/Winry.
Tabla:
Vicios.
Prompt: #26 Amor.
Palabras: 372.
Advertencias: post-manga.
Nota: es el último prompt de la tabla, que tenía escrito hace mucho pero quería dejarlo para el final. Se acabó. La he terminado /o/ *llora de felicidad*.
Alphonse pasaba gran parte del día durmiendo, debido al cansancio que su cuerpo débil apenas soportaba. Podía dormir veinte horas seguidas; pero lo que ni Edward ni Winry sabían es que, en ese preciso momento, Alphonse estaba bien despierto. Y bastante pendiente de lo que sucedía.
Su hermano y Winry vivían prácticamente en el hospital desde que Alphonse había ingresado, tras haber recuperado un cuerpo escuálido y desnutrido que apenas se mantenía con vida. Ed pasaba noches enteras allí, siempre junto a la cama; Winry lo acompañaba a menudo. Aquel día no fue diferente del resto, excepto por el significativo hecho de que Al estaba despierto y, aunque mantenía los párpados cerrados, sentía lo que sucedía a escasos metros.
Tenía miedo de abrir los ojos y ser descubierto, de interrumpirles; pero la creciente emoción y curiosidad pudieron con su férrea voluntad. Levantó la vista poco a poco; apenas vislumbraba las siluetas y sombras negras entre la densa penumbra. La única fuente de luz procedía del cielo nocturno, de los pálidos rayos de luna que invadían la habitación a través de las rendijas de la persiana.
Estaban allí, muy juntos. Él sentado en el sillón que hacía las veces de cama durante las largas veladas en el hospital. Ella enfrente, inclinada sobre su boca. La mano izquierda de Edward sujetaba el rostro de Winry, acariciándolo. Sus narices chocaban y una especie de rumor sobresalía en el silencio.
Se distanciaron unos pocos milímetros, y Edward musitó algo al oído de Winry. Alphonse no podía verla, pero tenía la certeza de que ella había sonreído y su gesto era ahora de alivio. Después, los brazos de uno rodearon al otro, y permanecieron abrazados. Al cerró los ojos; ya había visto suficiente.
El sueño no tardó en alcanzarle, aunque antes de que sucediese, pudo reflexionar y pensar. Pero la única palabra que acudía a su mente, sumida en el duermevela, era amor. Y había algo, un extraño calor que le recorría todo el cuerpo. Felicidad, supuso. ¿Por qué?
Porque las cosas al fin eran tal y como debían ser.
Porque no podían ser de otra forma.
Porque eran Edward y Winry, y Alphonse siempre lo había sabido. Incluso antes que ellos.
-fin-
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30vicios y
fma_esp.