(no subject)
Autor: xlasse, digo, narcicistliz.
Claim: Heinrich Schlegel
Para: deleite de krissi_krys, yep. Porque sé que a jandred no le gusta D:
Fandom: uh... ¿Digamos que todos? XD
Advertencias: owo ¿Slash? XD Bah.
Notas: acabaré escribiendo pr0n con estos dos, me lo veo venir.
Heinrich sabe del cierlo que si tuviese que escoger una sola fragancia, ésa sería el dulce aliento de su hermano. Le gusta aspirarlo lentamente mientras se miran a los ojos, con los rostros a dos centímetros, escudriñándose mutuamente como si cada uno no supiese con exactitud la anatomía del otro. Le gusta también sentir cómo le invade cuando sus bocas se encuentran, ansiosas y anhelantes, regalándose besos eléctricos lejos de los momentos dulces que nunca compartieron, buscando la forma más placentera de disfrutarse. Realmente, cada mordisco no duele, convirtiéndose en una caricia lujuriosa para él. Cada golpe es una invitación a seguir, cada mirada apremiante una razón para continuar su juego morboso.
Deseo, dolor, odio y amor ¿acaso no es eso, al fin y al cabo, lo mismo? Él puede verlo en Reinhard. La forma en que su mirada le traspasa cuando le besa se lo indica. Puede reconocer, en los instantes previos a que el éxtasis domine sus sentidos y ofusque su mente, todos los sentimientos que su hermano guarda en su interior, latiendo a flor de piel, mientras explora su cuerpo con deleite.
Y todo le pertenece.
Claim: Heinrich Schlegel
Para: deleite de krissi_krys, yep. Porque sé que a jandred no le gusta D:
Fandom: uh... ¿Digamos que todos? XD
Advertencias: owo ¿Slash? XD Bah.
Notas: acabaré escribiendo pr0n con estos dos, me lo veo venir.
Heinrich sabe del cierlo que si tuviese que escoger una sola fragancia, ésa sería el dulce aliento de su hermano. Le gusta aspirarlo lentamente mientras se miran a los ojos, con los rostros a dos centímetros, escudriñándose mutuamente como si cada uno no supiese con exactitud la anatomía del otro. Le gusta también sentir cómo le invade cuando sus bocas se encuentran, ansiosas y anhelantes, regalándose besos eléctricos lejos de los momentos dulces que nunca compartieron, buscando la forma más placentera de disfrutarse. Realmente, cada mordisco no duele, convirtiéndose en una caricia lujuriosa para él. Cada golpe es una invitación a seguir, cada mirada apremiante una razón para continuar su juego morboso.
Deseo, dolor, odio y amor ¿acaso no es eso, al fin y al cabo, lo mismo? Él puede verlo en Reinhard. La forma en que su mirada le traspasa cuando le besa se lo indica. Puede reconocer, en los instantes previos a que el éxtasis domine sus sentidos y ofusque su mente, todos los sentimientos que su hermano guarda en su interior, latiendo a flor de piel, mientras explora su cuerpo con deleite.
Y todo le pertenece.