fantasmas; bailes que se bailan en silencio; fuerza; los malos recuerdos

Mar 23, 2009 04:16

Brendon tiene esos ojos enormes y almendrados y a Ryan le gustan porque son bonitos y porque siempre están llenos de sonrisas, y tal vez -no, de ninguna manera- escribir canciones tan del estilo de los Beatles ha comenzado a hacer algo -mucho- de mella en él.

(Eso ha sido.)

Hoy sus enormes ojos brillan con frustración y el silencio tenso se apodera del pequeño rincón privado de pasillo que conecta sus habitaciones en el hotel.

Se acerca a Brendon, que está incómodamente tendido sobre el diván rojo forrado de terciopelo que decora el ya de por sí ostentoso pasillo y se sienta de piernas cruzadas en el suelo, a sus pies, mirándole con ardiente curiosidad.

-¿Qué pasa? ¿Tienes fantasmas en la habitación?

Brendon sólo frunce el ceño y remuga algo incomprensible, más gimiendo que remugando, y se hace un ovillo en el diván que es demasiado pequeño para él, y sobre el que sus extremidades colgaban ahsta que se ha aovillado hace apenas un segundo.

-Tengo miedo.

Ryan suelta una carcajada fresca.

-De la oscuridad, y no te rías.
-Pero en el autobús está oscuro -razona.
-Pero estoy con vosotros.

Ryan se levanta y Brendon gime de nuevo, notablemente enojado por la marcha de su compañero.

-Iré a dormir contigo.

Brendon se levanta del diván y se acerca a Ryan, le toma de la mano.

-Gracias.

Ryan -que sigue siendo impulsivo y probablemente se besará con todos los miembros de la banda antes de darse cuenta de que es impulsivo a veces- le da un apretón a la mano de Brendon que se agarra con la otra mano del brazo y apoya la cabeza en él, y Ryan le besa la frente cuando se paran ante la puerta.

-No hay nada malo en la oscuridad. Puedes hacer cosas muy divertidas a oscuras.

Y Brendon que no es un niño por más que nadie pueda pensar le mira con sus ojos grandes de avellana, o almendra o Ryan ya ni se acuerda qué fruto seco de color marrón y forma de ojos de Brendon-- su lucidez ya no es lo mismo cuando Brendon le besa con tanta gratitud.

(Es que nunca se acaba de acostumbrar a tenerle para él y poder tenerle sólo en la privacidad.)

Acaban de salir del baile y por qué no a Emily le parece un buen momento para todo. Así que pasean de la mano hasta los jardines del instituto, desde donde se puede oír aún la música proveniente del salón de baile y se ríe.

Naomi que sigue sin encontrar las palabras del todo se ríe un poquito.

-La hierba me hace cosquillas en los pies.

Se apoya en Emily para quitarse los zapatos y los lanza lejos a los arbustos y puede oír un quejido que suena misteriosamente a Cook -a quien no ha visto en días, Dios la guarde- y pasa los brazos alrededor del cuello de Emily.

Se esconde en su hombro y sonríe, y cuando la música termina alza la cabeza y la mira, agarrándola de ambas manos y meciéndolas como dos niñas pequeñas, acerca su rostro al de ella y la besa con delicadeza, sonriendo.

Sid a veces se acuerda de la vez que tuvo que hacer para Effy el trabajo de pintura.

No es que Effy tenga capacidad para dominar a la gente -en parte, y totalmente desbordante-, es que Sid sabe que es débil. Aunque Tony le quiera y Cassie le quiera y hasta Michelle le quiera.

Por eso, porque es débil, aunque le molesta, no es capaz de hacer nada cuando se encuentra con la boca de Effy pegada a su cuello y a su mandíbula, lamiendo aquí y allá, y eventualmente en su boca, mordiendo sus labios con salvajismo.

(Es lo que Effy hace para escapar. Sentir el poder.)

Sid entra al bar donde Cassie trabaja y se sienta en la mesa del fondo, junto a la ventana.

Lee la carta con distracción mientras espera a que Cassie de cuenta de su presencia, y una vez escucha el alegre taconeo y la risa socarrona dirigirse hacia su mesa, se gira para ver sus ondas pajizas recogidas en una coleta con una goma elástica de color verde intenso.

Cassie se inclina frente a la mesa y le mira sonriente.

-¿Qué vas a querer hoy?

Cassie se gira un momento con distracción murmurando ¿eh? y ve a su jefa haciéndole señas. Comprende, cuando su jefa sirve al cliente de la mesa junto a la puerta a quien le gusta que le sirva expresamente Cassie, que tiene el resto del día libre, y se quita el delantal. Se sienta frente a Sid y se dan las manos por encima de la mesa.

-Quiero que vuelvas conmigo a Bristol.

Cassie sonríe con indulgencia y Sid comprende que Cassie no quiere moverse de Nueva York. Se levanta, la besa en la frente y se sienta junto a ella, sujetándole la mano y abrazándola con fuerza contra sí.

-Todos nos echan en falta.
-Nueva York es preciosa -afirma Cassie, ajena a los intentos desesperados de Sid por llevarla de vuelta a donde pertenecen.

A donde Cassie ha enterrado tantos recuerdos dolorosos que no quiere volver a encontrar.

character: ryan ross, character: brendon urie, character: naomi campbell, fandom: rps: panic(!) at the disco, fandom: skins, character: effy stonem, character, character: sid jenkins, warning: femmeslash, cassie ainsworth, rating: pg-13, character: emily fitch

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