Fandom: The vampire diaries
Claim: Damon
Tabla:
AquíTema: #21 Violencia // #24 Control
Notas: situados respectivamente, en los capítulos de la conversión y muerte de Vicki (primera temporada).
Violencia
No se puede negar que le pone empeño. Stefan está tratando de enseñar a Vicki, a pesar de que ella muestra un desigual interés en sus lecciones.
- Tienes que escucharme, Vicki. Para sobrevivir...
- Lucha - le interrumpo. - Si quieres sobrevivir, esa es la única palabra mágica que deberás recordar.
- Hay otras formas - me contradice. - Si tienes problemas con un humano, siempre existen maneras de... convencerlos...
Mi hermano parece cansando. Como si hubiera malgastado demasiada energía en lidiar con una hija rebelde.
- Oooohh, claro... ya sé. Hablas de eso del control mental, ¿no? - interviene ella.
Impresionante. Ha pillado una.
- Sí - confirmo. - Excepto si han tomado verbena, o si ya saben qué eres y vienen a matarte. Que por cierto... no son condiciones excluyentes...
- ¿Y entonces qué hago? - se interesa.
- Romperles el cuello - zanjo.
- Nada de romper cuellos...
- … por no hablar del inconveniente de encontrarte con otros vampiros poco amistosos -continúo sin prestar mucha atención a la línea de la conversación.
- ¿Y para qué iba yo a querer enfrentarme a otros vampiros? Bastaría con evitarles...
- Gracias - se alegra Stefan agotado. - A eso me refiero...
- Supón que van a por tu hermano. Que lo eligen como tentempié, o que es su cebo para atraparte...
- Eso es muy poco probable...
- ¿En serio, hermanito? ¿En Mystic Falls? Deja de contarle chorradas. Tarde o temprano tendrá problemas. Tú lo sabes. Yo lo sé. Y ahora ella también. Es la cruda realidad de nuestra vida. O lo aprende, o ya puedes matarla.
Control
Le he quitado algunos recuerdos. Es mi manera de arreglar un poco el desastre de Vicki. Una especie de ofrenda de paz.
Y ella la ha aceptado.
Es curioso. No dejo de percibir cierto tono de hipocresía y cinismo. Se ensalza el noble estilo de vida de mi hermano cuestionando el mío. Olvidando que me ciño a las normas naturales de mi condición, mientras que él no.
A nadie le gusta cómo soy. Me miran con recelo y desconfianza. Prefieren a Stefan. Y sin embargo, si bien tachan de equivocada mi forma se sobrevivir, a nadie parece importarle beneficiarse de las ventajas.
No sé si es muy justo.
Reza el dicho: “quien quiera peces, que se moje el culo”. Pero aquí sólo me lo mojo yo.