Título: The lucky ones.
Pairing: Baekyeol (Chanyeol/Baekhyun)
Palabras: 9730
Summary: Chanyeol es la persona más torpe del planeta (y seguramente tambien del universo entero), y Baekhyun posee la peor suerte que alguien pueda tener. Además, van a la misma universidad. La verdad es que parecían destinados a encontrarse, aunque juntar la peor suerte y la torpeza personificada puede que no sea la mejor combinación posible... o si?
Advertencias: Un Baekhyun muy, MUY precioso OuO y una historia muy de haberla escrito medio drogada~ (y puede que en la segunda parte haya lemon xD)
Comentarios: Pues bien, eso lo escribí en medio de mis finales, con todos los trabajos infernales que me pusieron más toda la gilipollez de mis compañeros de clase estresándome y cabreándome (?) necesitaba desahogarme y esto es lo que salió xD Consta de dos partes, esta es la primera (que está cortada en dos porque LJ es asi de guay :D) y está desde el punto de vista de Chanyeol. La segunda lo estará desde el de Baekhyun ♥
Y ah! está beteado por
Mika, a la que básicamente he cabreado mucho por ser tan inutil con la ortografía xD en fin, si este fic tiene algo de sentido y no duele a la vista leerlo, es todo gracias a ella u.ú
PD: lo escribí desde el móvil (celular) mientras caminaba por la calle y me escaqueaba de clase, así que bueno, si parece un poco raro, es por eso >.<
Parte 1
Chanyeol llegaba tarde a clase de percusión, otra vez, pero esa era distinta porque había examen y no podía permitirse suspenderlo. No de esa asignatura, que era una de las pocas en las que más o menos se las arreglaba para ir aprobando.
Corría por el campus, con mucho cuidado de no chocarse con nadie (por ensayo y error había acabado aprendiendo que su distancia prudencial era de al menos dos metros. Así, si se tropezaba, no habría peligro de arrollar a alguien por culpa de su altura) y llevando mucho, muchísimo cuidado con su café, que parecía empeñado en querer saltar del vaso y estrellarse contra su camiseta azul.
Al girar la esquina, que debía ser la del ala oeste del edifico de la facultad de música, su café intentó escaparse de nuevo y estrellarse contra el suelo o contra sus pantalones, cosa que obligó a que Chanyeol maniobrase con el vaso haciéndole olvidar momentáneamente que no debía olvidarse de mirar por donde iba, sobre todo cuando estaba girando una esquina.
De modo que, sin saber cómo, se llevó por delante a un chico que iba entero de blanco, como si fuese un pequeño (sobre todo pequeño, porque le llegaba por la barbilla) ángel. Y entre el café, su falta constante de equilibrio, la velocidad, el choque y todo en general, acabaron los dos en el suelo, vaso de café incluido. Aunque el café, en sí, poco suelo vio porque acabó casi todo en su camiseta. Casi, ya que el resto estaba formando un bonito estampado de topos marrones y desiguales en la camisa blanca del otro chico. Y hasta Chanyeol, que había perdido las gafas con el choque, con su mala vista y su torpeza, era capaz de deducir que aquello era muy malo, que había vuelto a meter la pata.
-Mierda, mierda. Lo siento, lo siento, lo siento -repitió Chanyeol a gran velocidad porque sabía perfectamente cómo se ponía normalmente la gente cuando alguien le echaba un café encima de la ropa blanca a primera hora de la mañana, no era la primera vez que le pasaba.
-No pasa nada, supongo que era inevitable que pasase esto -contestó el chico con una voz melodiosa y resignada que hizo que Chanyeol se congelase (ya que al fin y al cabo él era Park Chanyeol, la gente lo conocía por ser la persona más torpe del planeta, así que era inevitable no tirarle el café encima a alguien) y no viese que el otro le estaba tendiendo sus propias gafas.
-Yo... En serio, lo siento mucho. Debería haberme fijado más por donde iba. Siempre me pasa lo mismo, aunque no lo haga a posta...
El chico, al ver que Chanyeol no le hacía caso porque estaba demasiado ocupado tratando de excusarse, optó por ponerle las gafas él mismo y Chanyeol volvió a congelarse porque, dios mío, incluso manchado con café como iba, era precioso. Tenía el pelo castaño claro y la piel tan pálida que parecía brillar con el sol de finales de invierno. ¡Y sus rasgos! Eran tan delicados que se habría atrevido a decir que, si Luhan era la persona más bonita que había nacido en China, aquel chico debía ser su equivalente coreano.
-No tienes porqué disculparte, de verdad -dijo el chico, aprovechando que Chanyeol se había quedado embobado mirándolo -es mi culpa, te lo aseguro. Aunque hubieses ido con más cuidado, te habrías chocado conmigo por alguna casualidad rara del universo.
-Pero... Tu ropa... Ha quedado arruinada y apenas acaba de empezar el día...
-Mi ropa, ya. Al final ha sido demasiada osadía venir de blanco. Me imaginaba que pasaría algo así, pero no tan pronto. Esperaba que durase un par de horas sin manchas pero bueno, ya sabes, debería haberme acostumbrado a estas alturas a no tener ni una pizca de suerte... -murmuró el chico, sonriendo con tristeza.
De hecho, no, Chanyeol no lo sabía y quería saber de que hablaba, pero la señal de alarma que sonó en su cabeza ante la mención de lo pronto que era le recordó que llegaba tarde a su examen de percusión.
-¡Mi examen! -chilló mientras se levantaba de un salto, sobresaltando al otro chico.
Estaba a menos de veinte segundos se la puerta de la facultad de música y aún veía a gente entrar por ella, pero todos iban corriendo de modo que debían estar a punto de cerrar las puertas.
-¿Tienes un examen? -le preguntó el chico mientras se levantaba ayudado por la mano de Chanyeol -¿Qué haces aquí parado? ¡Va!
-Pero no puedo dejarte así -le contestó, señalando las manchas de café que destrozaban su camisa.
-No te preocupes por mí, ya te he dicho que estoy acostumbrado.
Pero Chanyeol no quería irse y dejarlo manchado para el resto del día. Y entonces recordó su sudadera, la cual llevaba anudada a su cintura porque, a pesar de ser finales de invierno y él ir en manga corta, no tenía frío. De modo que, después de asegurarse de que no tenía ninguna mancha, se la tendió al chico diciéndole a toda velocidad que se la prestaba y que lo sentía mucho, echando a correr poco después hacia la entrada del edificio, deseando haber podido hacer más por aquel chico que, de verdad, era precioso. Le habría gustado poder hacer algo más que salir corriendo para no suspender un estúpido examen de percusión.
Y de pronto estaba entrando por la puerta, llegando realmente justo de tiempo a un examen que no sabría ni que poner porque su cabeza no pararía de pensar en cierto chico de blanco con el pelo castaño y la cara de un ángel.
♦♦♦
-O sea, que le has estampado un café a un chico que, según tú, es precioso como un ángel y has salido corriendo ¿sin preguntarle su nombre siquiera?
Kyungsoo, uno de los pocos amigos que tenía en la universidad, además de su compañero de habitación en la residencia y casi la única persona que ya no se abrumaba con su constante torpeza porque se había acostumbrado a ella de tal manera que casi parecía adivinar el momento exacto en el cual Chanyeol se estamparía contra un cristal o se tropezaría en una superficie plana, caminaba a su lado hacia la cafetería. Le miraba como debatiéndose seriamente entre hacer un face palm en toda regla, llamarlo estúpido o darle algún consejo de manual básico para primeras relaciones, como por ejemplo haberle preguntado el nombre antes de salir corriendo.
-Tenía el examen de percusión, Soo. -protestó Chanyeol, sabiendo que aquella no era excusa porque realmente quería saber algo de aquel chico, lo que fuese, y había tenido su oportunidad y la había tirado por el suelo, como al chico, al salir corriendo de allí olvidando que no sabía nada de él (salvo que era precioso, pero tenía que parar de pensar en ello porque si no acabaría pensado que todo había sido una alucinación).
-¿Sabes Chanyeol? Creo que todo te iría mucho mejor si te relajases un poco y dejases de ser tan nervioso. Quizás si pusieses tus ideas en orden y no fueses siempre por la vida como si tuvieses un muelle en el culo las cosas serían mucho más fáciles para ti. -suspiró Kyungsoo, en respuesta.
De hecho aquella no era la primera vez que se lo decían. De pequeño más de una vez lo habían llevado al psicólogo para mirar a ver si el crío tenía hiperactividad o algo así, pero no le llegaron a sacar nada, y a medida que iba creciendo, su torpeza fue en aumento, y con ello, su nervio. Había intentado de todo con tal de relajarse pero ni la meditación, ni el yoga, ni cualquiera de los cursos anti estrés que había probado, le habían funcionado.
-Vaya Yeol, veo que hoy vas a la moda -los saludó Chen desde su mesa habitual en la cafetería nada más verlos entrar, con aquella estúpida sonrisa suya de gato que no prometía nada bueno -. Creo que ese estampado marrón pega mucho contigo. Es bastante más limpio que la mancha de grasa que llevabas ayer.
-¡Casi me atropelló un autobús, Chen, y tu lo viste! No hables como si hubiese cogido grasa y me hubiese untado en ella.
-Yo lo que vi es como no mirabas por donde ibas y como no escuchabas cuando te dije que te iban a atropellar. Si no hubiese sido por Junmyeon, no solo hubieses arrastrado una mancha de grasa de autobús durante todo el día, ¿sabes? Puede que hubieses arrastrado también una pierna o algo así...
Chanyeol optó por no hacer caso de lo que decía porque estaba seguro de que lo único que quería era burlarse de él, y pasó a la ofensiva.
-Hablando de Junmyeon, ¿cómo está tu Sugar Daddy? Esta noche has dormido con él, ¿no? -realmente Junmyeon no era tan mayor, apenas les sacaba unos cuatro años, pero a simple vista parecía tan adulto que lo habían comenzado a llamar “Sugar Daddy” para molestar a Chen, porque era divertido, y después, al conocerlo y ver que de serio tenía poco, habían continuado con la broma.
-Yeol, Yeol, parece que no vas a aprender nunca -dijo Chen, negando con la cabeza e infantilizando tanto su tono de voz que cualquiera diría que estaba hablando con un crío -, ¿tengo que recordarte que fui yo el que perfeccionó el salirse por la tangente hasta elevarlo al nivel de arte? No me cambies de tema. Se rumorea por ahí que tu pequeña aventura de esta mañana podría significar el fin del mundo, ¿sabes?
Chanyeol lo miró como si estuviese loco. Lo cierto es que solía perderle el hilo a Chen bastantes veces cuando hablaba, pero ese día no parecía soltar más que incoherencias.
-Por tu cara... ¿En serio no sabes ni a quien has tirado al suelo? Pero bueno Park Chanyeol, ¿cuándo dejará de sorprenderme tu torpeza?
-¿Quieres parar de decir tonterías, Jongdae?-le cortó Kyungsoo, que era casi la única persona que llamaba Jongdae a Chen y solo lo hacía como manera de demostrar que no pensaba caer en su juego-Di ya lo que sabes.
-Byun Baekhyun, queridos amigos y queridas familias. Park Chanyeol, el ser más torpe que ha pisado este planeta, ha arrollado y duchado con café a Byun Baekhyun, el pobre desgraciado con más mala suerte del universo. Ha debido de ser un encuentro casi apocalíptico, ojalá haya fancams de ello.
-¿Baekhyun? -preguntó Kyungsoo, sorprendido -¿Ese Baekhyun?
-Ajá. Va conmigo a canto y lleva toda la mañana dentro de esa enorme sudadera de Chanyeol, la negra, que parece que sea más un saco de patatas que otra cosa. Cuando le he preguntado me ha contado lo que le ha pasado y creo que por una vez su mala suerte no ha tenido nada que ver... ¿O sí?
Chen rió entre dientes pero Chanyeol ya no le escuchaba porque "Byun Baekhyun" era un nombre precioso y perfecto para alguien como el chico de aquella mañana. Por supuesto, había escuchado hablar de él, del pobre chico que no paraban de pasarle pequeñas desgracias cada día, como resbalones por culpa de un encerado meticuloso, llevarse toda la pintura en el culo de un banco al que el viento había volado el cartel de "recién pintado"... Decían las malas lenguas que, si Byun Baekhyun pasaba cerca de un cable lleno de pájaros, estos se alinearían para cagarse a la vez justo cuando el chico pasase por debajo.
Su problema era que normalmente estaba tan ocupado intentando no morir y no matar a nadie en alguno de sus pequeños desastres por ser torpe, que no le había podido poner cara a ese nombre. Hasta aquel momento.
-Hablando del rey de Roma... -murmuró Chen mirando hacia la puerta. Cuando Chanyeol se giró, vio entrar a la cafetería a un chico alto y moreno de piel. Era uno de esos chicos guapos que las chicas adoraban y llamaban "Rey del Sexo" cuando pensaban que no les oía. Pero lo que le llamó la atención no fue eso, sino más bien la pequeña figura que entró tras él, casi enterrado en la sudadera de Chanyeol, que le quedaba tan grande que era casi inadmisible.
Byun Baekhyun entraba a los sitios como si no tuviese ese derecho de entrar, como pidiendo perdón por estar allí y aquello a Chanyeol le dio mucha lástima, pero sobretodo ternura, de modo que se levantó (tirando la silla al suelo y armando un gran estrépito) y se acercó a él dando grandes zancadas (y puede que chocándose con alguien, tirando su bandeja al suelo...)
Cuando Baekhyun lo vio acercarse, Chanyeol estaba seguro de que su cara se iluminó, aunque no se movió del sitio, detrás del chico alto (pero no más que Chanyeol) y guapo.
-Uh... H-hola. Siento haberme marchado esta mañana tan precipitadamente -le saludó-. Me llamo Chanyeol.
Una suave sonrisa se formó en los labios del chico, ¿y el corazón de Chanyeol empezó a ir más rápido por ello? No, no podía ser...
-Baekhyun -contestó el chico, y levantó una mano que estaba dentro de una manga que, definitivamente, le iba enorme -. Gracias por dejarme la sudadera, Chanyeol. Mañana te la devolveré.
"Mañana"... Lo volvería a ver al día siguiente... Y si, definitivamente su corazón iba el doble de rápido de lo normal.
-Hola Baek, hola Kai -saludó Chen, que acababa de llegar-, veo que habéis conocido al patoso de mi amigo.
-Hola Chen. -respondió Baekhyun con cordialidad.
-¿Porque no venís a comer a nuestra mesa cuando cojáis la comida? -sugirió Chen con todo el morro del mundo, y Baekhyun abrió mucho los ojos, como si no estuviese acostumbrado a esa clase de invitaciones. Pero Kai, el “Rey del Sexo”, miró hacia la mesa que señalaba Chen, donde un Kyungsoo con los ojos como platos, los miraba sentado muy, muy tieso, y soltó una risita.
-Ahora vamos -dijo, con una media sonrisa perezosa, que seguro que había sido la culpable de la mayoría de su fama.
Y Chen sonrió satisfecho, como si fuese un maldito gato con una sardina en la boca, y se dio media vuelta agarrando a Chanyeol de la muñeca y arrastrándolo hasta su mesa. Kyungsoo seguía tieso, como un palo, pero esta vez estaba mirando a su plato de algo que se suponía que era comida comestible de la cafetería, pero que, como todo lo que vendían, parecía tóxico. El chico estaba mirando aquel plato como si fuese lo más interesante del lugar, y si aquello ya era raro, aún lo fue más cuando Kai llegó con dos bandejas de comida, la suya y la de Baek (porque Baekhyun no quería tener que pedir perdón a alguien por tirarle la bandeja encima, y total, Kai estaba acostumbrado a evitarle ese tipo de desastres), y a Soo empezaron a temblarle las manos como si tuviese parkinson o algo así. Y Chanyeol, a pesar de tener la mente embotada por tener a Baek en su mesa de siempre como si perteneciese a su grupo, pensó que era, como poco, interesante que el calmado y serio Kyungsoo tuviese un mini ataque de histeria por culpa de Kai.
Él prefirió callarse, pero Chen no fue tan buena persona (nunca lo era), y se tocó el labio escondiendo una de sus sonrisas de mala persona.
-Vaya, Soo, ¿tienes frío? -preguntó, con falsa preocupación.
Kyungsoo se limitó a mirarlo como si quisiese apuñalarle los ojos con el tenedor, o algo así, pero cuando Kai retiró la silla para sentarse a su lado, el chico metió tal bote que asustó a Chanyeol, que acabó tirando su propio vaso de agua de un manotazo y todo el contenido se desparramó por la mesa.
El intentar que el agua no le mojase la ropa distrajo lo suficiente a Chen como para que Soo respirase tranquilo y se levantase para limpiar el estropicio mientras Chanyeol intentaba ayudar a su manera sin saber cómo o qué hacer.
Kai soltó una carcajada, aún con las bandejas en la mano, y Baek fue a coger el vaso volcado, pero nada más rozarlo con las yemas de sus dedos, emitió un crujido y una grieta lo recorrió desde el borde hasta la base, partiéndose en dos partes perfectamente simétricas.
Todos los presentes se quedaron mirando el vaso, hasta que Chen se carcajeó en alto y aplaudió como una especie de foca imbécil.
-Vaya dos hemos juntado -rió, encantado.
♦♦♦
-Así que Soo y Yeol están enamorados. -concluyó Joonmyun aquella misma tarde, cuando las clases acabaron y Chen los arrastró para encontrarse con él.
-¿Qué? ¡No! -saltó Kyungsoo, con la cara totalmente roja -Jongdae, ¿se puede saber que le vas contando a la gente?
-La verdad, querido Soo, la verdad. Chanyeol ni siquiera se ha esforzado en negarlo, así que por algo será...
De hecho Chanyeol no había escuchado nada porque estaba ocupado mirando a Baekhyun, que cruzaba el campus por el otro lado, corriendo porque le perseguía ¿un cuervo?
-Porque Yeol ha estado todo el día, menos a mediodía, comiéndome la cabeza sobre lo precioso y lo bonito que es Baekhyun, así que no tiene sentido que niegue nada.
Chanyeol si que había escuchado eso, después de que Baekhyun se girase y le estampase una gruesa carpeta al cuervo.
-Bueno, por la tarde no es que me hayas escuchado demasiado. Estabas demasiado ocupado poniéndote rojo y botando en la silla súper nervioso solo porque Kai te ha sonreído al marcharse.
Y Chanyeol no es que hubiese estado mejor porque Baek, antes de decirle "hasta mañana" y de marcharse a su clase junto a Chen, se había reído con sus bromas estúpidas, y no lo había hecho una, si no tres veces. Chanyeol pensaba que tenía una risa encantadora, que alegraba el alma y arrancaba una sonrisa hasta a Kyungsoo, y quería seguir haciéndole reír hasta el final de los tiempos.
Aunque le había sorprendido del chico su reacción a lo del vaso. Baek le había restado importancia después de la sorpresa inicial y había intentado coger los trozos para tirarlos, pero tanto Chen como Kai se negaron a ello y además, Kai le recordó un episodio donde se le habían clavado cristales en las palmas de las manos porque algo se había chocado contra él mientras llevaba los restos de algún desafortunado objeto en las manos. Baek, al escuchar eso, murmuró un "tienes razón, perdona", y dejó que los demás limpiasen el agua del vaso de Chanyeol y recogiesen los trozos del vaso.
Más tarde, Kyungsoo, en un ataque de valentía en el cual se animó a hablar delante de Kai, le preguntó que cómo hacía para vivir con aquella especie de maldición.
-La verdad es que no es fácil. Siempre que quiero conseguir algo pasa cualquier cosa rara que hace que me cueste el doble o el triple conseguirlo. A veces ni siquiera lo consigo. Pero con el tiempo he acabado pensando que la suerte se tiene que trabajar para ganarla, y más yo. Si me limito a esperar que las cosas se solucionen por arte de magia o simplemente me deprimo y me doy por vencido, nunca me pasará nada bueno. Y, no sé, después de dieciocho años, uno se acaba acostumbrando a que le pasen cosas así cada día y, de alguna manera, los días acaban siendo más interesantes. A veces hasta llevan a cosas buenas.
-No entiendo cómo, sinceramente. -repuso Chen, confuso.
-Por ejemplo, conocí a Kai un día que la baranda de un puente, de un lago que había en un parque que estaba cerca de mi casa, se rompió y caí al agua. Él me ayudó a salir y se quedó conmigo hasta que me sequé, y ahora es mi mejor amigo. -Kai, que se mantuvo en silencio hasta ese momento, bufó y sonrió a la vez, en una extraña mezcla que, a juzgar por la cara de embeleso contenido de Kyungsoo, era cosa de reyes del sexo o algo.
Chanyeol pensó que aquella historia era muy parecida a como conoció a Kyungsoo, aquel día que se tropezó en el pasillo de su instituto cuando solo llevaba unos pocos días de curso, con los brazos cargados de libretas, fue a caer a los pies del chico. Entonces Kyungsoo le ayudó a recogerlas y lo acompañó hasta su clase, que resultó ser la misma que la suya, y al final acabaron siendo amigos y compartiendo piso en la residencia de estudiantes.
Ese mediodía se lo habían pasado tan bien que había sido inevitable que Soo y él hubiesen estado en una nube toda la tarde, con Chen riéndose de ellos y Kyungsoo extrañamente a la defensiva con el tema.
-Bueno, Kyungsoo, no es malo enamorarse de alguien. Tanto si eres correspondido como si no lo eres, acabas aprendiendo cosas importantes. -dijo Junmyeon, sacando a Chanyeol de sus pensamientos.
-Pero siempre es mejor si te corresponden. -suspiró Kyungsoo, apesadumbrado.
-Soo, así por curiosidad. ¿Cuánto tiempo llevas pillado de Kai? -Chen hizo la pregunta que Chanyeol no se había atrevido a hacer.
-Ya no lo sé.... ¿Cuánto hace? Puede que medio año o así. Y esta es la primera vez que hemos hablado y que me ha mirado. Coincidimos en una asignatura y yo he sabido quien era él todo el tiempo, pero dudo que ahora mismo recuerde mi nombre.
La frustración en su voz era más que evidente, y Junmyeon bufó al oírle.
-No es por nada, pero es bastante fácil saber quién es Kai incluso aunque no te guste. ¿Quién no conoce al mejor bailarín de toda la universidad? Está casi al nivel de un idol, y juraría que hasta tiene su propio club de fans.
-De hecho... lo tiene... -murmuró Kyungsoo agachando la cabeza, Chen fue a soltar una de las suyas pero Junmyeon lo calló con una mirada.
-Además Soo, esto no funciona igual para todos. El amor a primera vista es solo para algunos (como Chen o Chanyeol), pero el resto funcionamos diferente y somos más lentos.
-Que me lo digan a mi...-musitó Chen, ganándose otra mirada silenciadora de su pareja.
-Y ahora, gracias a una especie de milagro del universo, tenéis un nexo en común.
-Dos -lo interrumpió Chen, otra vez, señalándose a si mismo.
-Jongdae, cállate -le espetó Junmyeon mordazmente, cosa que hizo que una sonrisa triunfal iluminase la cara de Chen -pues eso, ahora tienes dos nexos en común, así que es inevitable que habléis. Ahí tienes tu oportunidad, se trata de que la sepas usar.
Kyungsoo asintió con la cabeza, con energías renovadas, y Junmyeon se giró a para mirar a Chanyeol.
-Resulta que Luhan conoce al hermano de Baekhyun, así que me han contado cosas de él y, de hecho, lo he visto y he estado con él varias veces. Por lo que sé, han habido muchos chicos detrás suyo solo por su cara bonita, pensando que podrían aguantar lo de su mala suerte el suficiente tiempo como para acostarse con él, pero todos acababan desapareciendo antes de conseguirlo. No ha habido ninguno que se haya acercado a él porque realmente le interesase, ni uno solo, así que puedes imaginar cómo está con ese tema -a Chanyeol se le quedó la boca abierta(,) y notó como un leve cabreo burbujeaba por sus venas por lo injusto que era aquello para Baekhyun -. No te voy a decir que no vayas a por él, porque tú también mereces tener algo con alguien de una vez y, sinceramente, no creía posible que precisamente tú te fijases en alguien. Pero si lo haces, debo pedirte que vayas en serio con él porque también se merece tener alguien que le quiera, ¿entiendes? Debes plantearte seriamente si serías capaz de querer a alguien con esa especie de maldición que Baekhyun lleva encima.
Chanyeol supo, por el tono de voz cansado de Junmyeon, que no le estaba amenazando. De hecho, podía imaginarse perfectamente a él y a Luhan, el compañero de carrera y de habitación de residencia de Junmyeon, intentando aconsejar al hermano de Baekhyun sobre el tema, de modo que no se sintió ofendido.
-Yo... A ver, lo he conocido esta mañana, así que no sé exactamente que siento o que puedo llegar a sentir -empezó a decir Chanyeol -, pero no soy una persona tan superficial. Me gusta Baekhyun y me gustaría tener alguna oportunidad de tener algo con él si me sigue gustando de este modo. Y si no, de todas maneras me gustaría ser su amigo.
Junmyeon sonrió, aparentemente satisfecho, y Soo y Chen le miraron como si fuese la primera vez que lo veían, como si no fuesen amigos y no fuesen al mismo curso desde el instituto. La verdad es que era normal, sabía que lo veían como el amigo torpe al que debían ayudar porque no daba para más, y no le molestaba eso, pero nunca se había llegado a poner serio delante de ellos.
-¿Qué pasa? No me miréis así, que yo también soy humano aunque no lo parezca. -protestó medio en broma.
-Guau, no sabía que era algo tan serio... Ni siquiera sé como burlarme ahora. Nuestro Yeol está creciendo, ya casi es todo un hombre. -bromeó Chen.
-Que yo sepa, siempre he sido más hombre que vosotros dos. Por lo menos dos palmos.
Y allí se acabó la seriedad por aquella tarde, con los cuatro teniendo estúpidas discusiones por autenticas tonterías, como siempre.
♦♦♦
Al día siguiente, nada más entrar en la cafetería acompañado por Chen y Kai, Baekhyun se acercó a Chanyeol y a Kyungsoo, abrazando la sudadera doblada de Chanyeol como si la estuviese protegiendo con su vida.
-He conseguido mantenerla limpia durante toda la mañana. -dijo al tendérsela a su dueño, que se había quedado embobado mirando los bajos rotos de la camiseta del chico.
-Cosa complicada, la verdad -dijo Chen -sobre todo por el esfuerzo que ha puesto aquel perro en intentar quitársela.
-¿Por eso llevas la camiseta rota? -preguntó Kyungsoo, preocupado.
-Entre otras cosas... Antes se me había enganchado en un clavo que sobresalía de la mesa del aula de música. -contestó Baekhyun, torciendo levemente el gesto, justo antes de tenderle la sudadera a Chanyeol.
Y Chanyeol quiso decirle algo como un "gracias" o preguntar algún detalle tipo "¿estás bien?", porque si quería gustarle, eso era lo primero que tenía que hacer, demostrarle que se preocupaba por su estado. Pero de su boca no salió nada parecido.
-¿Quieres salir conmigo? -fue lo que dijo, y podía jurar que todo aquel en un radio de cinco metros se había quedado paralizado, incluidos sus amigos.
-¿Yeol? -murmuró Chen entre dientes, con un tono de "Qué. Haces.", y Chanyeol se puso violentamente rojo porque no había pretendido decir aquello en absoluto, pero sus labios habían expresado sin su permiso lo que estaba pensando en aquel momento. Pero Baek se había puesto totalmente serio y parecía hasta un poco tenso y alicaído, y Yeol no quería verlo así, de modo que pensó todo lo rápido que pudo.
-Eh... Salir por ahí, a dar una vuelta, tomar algo... Ya sabes... -intentó arreglarlo, pero su voz fue perdiendo fuerzas y acabó recostándose en el respaldo de su silla, odiándose otra vez por ser tan torpe, mientras sus amigos se frotaban los ojos en un facepalm mal disimulado. Había metido la pata hasta el fondo.
Y a pesar de eso, Baek pareció relajarse un poco y, aún mirándolo de pie, delante suyo, tendiéndole la sudadera, suspiró levemente y alzó las comisuras de su boca en algo parecido a una sonrisa.
-Claro, ¿por qué no?-respondió, y Chanyeol, en medio de su alivio, se preguntó cuanta de esa alegría fingida sería real.
(Livejournal, es de muy sinverguenzas cortarme en dos un post de menos de 10.000 palabras, que lo sepas e.e)
Parte 1.5 >