(EXOfic) Baekyeol

Jul 02, 2014 13:57

(Continuacion...)

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Chanyeol no conseguía llegar pronto a los sitios por mucho que se esforzase. Al final siempre le acababa pasando algo que le hacía retrasarse, como por ejemplo, el hecho de tener que pararse a pedir perdón cada vez que chocaba contra alguien. A pesar de todo, el día de la "cita" con Baekhyun, consiguió llegar con diez minutos de antelación, lo cual era un logro. Sin embargo, cuando pasaban cinco minutos de la hora acordada, Baek aún no había aparecido y la mente de Chanyeol ya llevaba al menos diez barajando posibilidades para explicar su retraso (como por ejemplo, que una mafia rusa lo hubiese secuestrado para venderlo en el mercado negro de esclavos, porque claro, ¿quién no querría tener a un Baekhyun para sí mismo?).

Pero Baekhyun llegó solo con seis minutos de retraso. Todo él era cazadora negra, pantalones ajustados y lápiz de ojos negro (y Chanyeol estaba seguro que el gobierno debía haber prohibido juntar "Baekhyun" y "lápiz de ojos" en un mismo espacio de tiempo y lugar porque aquella visión era, simplemente, demasiado).

-Siento el retraso -dijo, nada más estar lo suficientemente cerca, jadeando ligeramente -se me han complicado un poco las cosas, ya sabes.

Baek no dio más explicaciones, pero no hizo falta, porque Chanyeol supuso que el llevar una pierna mojada hasta la rodilla era explicación suficiente. En vez de preguntar, sonrió con toda su energía y le aseguró que no pasaba nada, descartando las ideas de las mafias rusas de su cabeza. Para cuando se pusieron en marcha, la sonrisa de Chanyeol ya se le había enganchado a Baekhyun en la cara.

A pesar de todo, cuando llegaron al acogedor café al que quería llevar a Baekhyun, el único que había hablado de los dos era Chanyeol. Baek se había limitado a caminar a su lado tranquilamente, escuchándole y asintiendo, pero sin llegar a abrir la boca. Por ello, cuando entraron al café, que tenía tintes europeos y era uno de los locales más bonitos y sencillos que Chanyeol había visto en aquella ciudad, y Baekhyun miró todo el sitio con admiración y aprobación, Chanyeol no pudo evitar ponerse a votar como si fuese un niño de goma.

Se sentaron en una mesa al lado de las ventanas y pidieron. A pesar de que todas y cada una de las células del cuerpo adicto de Chanyeol le gritaban exigiéndole una dosis más de cafeína, pidió un chocolate caliente porque se negaba a estar aun más nervioso de lo que ya estaba, y Baekhyun pidió lo mismo que él.

Mientras esperaban, Chanyeol decidió que tenía que hacer que Baekhyun hablase para que la conversación dejase de ser unidireccional, de modo que le preguntó por su carrera, y a juzgar por el brillo de sus ojos, había hecho la pregunta correcta.

El chico le habló de lo mucho que le gustaba cantar porque "en serio, Chanyeol, cuando canto es como si me saliesen alas en la espalda". Baekhyun hacía la misma carrera que él, la de música, solo que, mientras Chanyeol la hacía desde el enfoque instrumental y electrónico, él la hacía desde un enfoque más clásico y vocal, como Kyungsoo y Chen. Solo por la forma que tenía de hablar de ello, con los ojos brillantes de ilusión, llenos de posibilidades, Chanyeol comenzó a desear escucharle cantar.

Y entonces, una camarera que pasaba por al lado de su mesa, tropezó de una manera rara, como si se le hubiese roto un tacón o algo, con tan mala suerte que cayó de morros justo al lado de Chanyeol, comiéndose el suelo espectacularmente. La bandeja que ella había sujetado salió volando, haciendo una perfecta parábola casi a cámara lenta y el contenido de ella fue a parar directamente encima de un Baekhyun que dejó colgando, inacabada, la frase que estaba diciendo.

Todo el local se quedó en silencio, la camarera intentó levantarse sin conseguirlo y Chanyeol se quedó mirando como las gotas de café recorrían la cara de Baekhyun hasta caer por la barbilla o deslizarse idecentemente por su cuello hasta dentro de la camiseta. Baekhyun lo miró perplejo, respiró hondo, cerrando los ojos y murmuró algo parecido a "otra vez no".

De repente el local entero se revolucionó. El resto de personal intentó hacer algo por Baekhyun, secarle la cabeza, pagarle una muda de ropa, cualquier cosa. Y los clientes comenzaron a murmurar. Pero Baekhyun solo observaba a Chanyeol con algo de temor y angustia, y acabó comprendiendo que, quizás por cosas como esas, las anteriores citas del chico habían acabado huyendo, de modo que sonrió con calma y cogió uno de los paños que les tendía el personal, agarró con la misma mano la sudadera que reposaba en el respaldo de su silla y le tendió la mano al chico.

-Vamos a secarte -le dijo, con voz tranquila. Baekhyun, un poco perplejo, aceptó su mano y Chanyeol procedió a abrirse paso entre el gentío que los había rodeado, asegurando que no, no pasaba nada, que sí, que estaban bien, y que vale, aceptaban cualquier oferta que les ofreciesen como compensación, pero que les dejasen pasar para ir al baño, por favor.

Cerraron con pestillo la puerta del diminuto cuarto de baño del local y Chanyeol se dispuso a secarle la cabeza a Baekhyun con el paño. El chico le agarró del brazo para pararle.

-Así no, si simplemente nos limitamos a secarlo, seguiré apestando a café hasta que llegue a casa -dijo, y entonces torció el gesto-. Normalmente llevo un anti-olores encima pero no quería depender de mi salvavidas esta tarde...

-¿Entonces qué hacemos? -preguntó Chanyeol.

Baekhyun se encogió de hombros y, sin previo aviso, empezó a sacarse la camiseta manchada de café. Las mejillas de Chanyeol enrojecieron con fuerza, y de repente el cuarto de baño era a la vez demasiado pequeño y, definitivamente, demasiado grande para los dos, porque la piel que escondía el chico era blanca y delicada, salpicada con algunas pecas que le formaban constelaciones aquí y allá, y prometía ser tan suave y deliciosa que Chanyeol pudo imaginarse perdiéndose mientras le lamía el abdomen, aprendiéndose de memoria la ubicación de cada lunar, y le mordía aquellos pezones rosados. Y de golpe, Chanyeol deseaba con todas sus fuerzas tener algún motivo lógico para poder pegarse a él y...

Antes de perder su autocontrol (aquel que ya había comenzado a fallar en algunos puntos de su cuerpo), Baekhyun se giró y metió la cabeza debajo del grifo, restregándose el pelo con sus manos, intentando lavar el café que le había caído encima.

Chanyeol sacudió la cabeza, pensando "ahora no, Chanyeol, contrólate", y evitó por todos los medios mirarle el culo a Baekhyun, que se mantenía alzado y en pompa, rellenando perfectamente aquellos malditos pantalones de pitillo. Todo en general había acabado siendo una imagen extremadamente erótica y tentativa para alguien que se suponía que intentaba controlarse.

Chanyeol se deslizó hasta quedar al lado de Baekhyun, entre la pared y el grifo, y cuando este cerró el agua, le puso el paño encima de los hombros para que no se salpicase demasiado al incorporarse, y se llenó las manos del jabón líquido que había en el dispensador de la pared. Cuando Baekhyun se incorporó, le puso las manos en la cabeza, y empezó a masajearsela, lavándole el pelo con suavidad, mientras la espuma brotaba por entre sus dedos y los mechones del chico.

Baekhyun se dejó hacer, estando aún más callado de lo normal.

-¿Estás bien? -le preguntó Chanyeol, preocupado- Sabes que no pasa nada, ¿no? Solo es un café, podría haber sido peor.

-No lo digas demasiado alto que lo mismo, cuando salgamos, explota una cafetera o algo así -murmuró Baekhyun -como si no me hubiese pasado antes...

Chanyeol soltó una carcajada al imaginarse la situación.

-Parece que tú y el café no os acabáis de llevar bien -dijo, socarronamente -pero si pasase, nos llovería café y a lo mejor se ofrecen a comprarnos un coche o algo así, teniendo en cuenta todo lo que nos han ofrecido antes.

El chico levantó la cabeza, sonriendo pícaramente.

-Entonces no se le podría llamar “mala suerte”, ¿sabes? -dijo, y Chanyeol le quitó un poco de espuma que resbalaba peligrosamente por su frente, directa a los ojos. Baekhyun suspiró, visiblemente mejor que antes -Lo siento, Chanyeol.

-¿El qué sientes?

-Esto. Todo. Es mi culpa, ya sabes. Lo del otro día también fue mi culpa. De hecho, si fuese una persona normal, no habría pasado nada y ahora no me estarías lavando el pelo ni la camarera tendría una pierna rota.

-O sí -contestó Chanyeol-. Puede que esa chica sea nueva y torpe, como yo. No sabes la cantidad de cafés que le he derramado encima a la gente. Además, puede, y solo puede, que yo no desee estar ahora mismo en otro sitio que no sea aquí, lavándote el pelo en un lavabo de una cafetería.

-Pero...

-No te preocupes, Baekhyunnie~~ todo saldrá bien -canturreó Chanyeol, y el chico puso los ojos en blanco antes de inclinarse de nuevo para quitarse el jabón del pelo bajo el grifo.

Cuando la espuma se hubo escurrido por el desagüe, Chanyeol le secó un poco el pelo con el paño, dejándoselo despeinado, con cada mechón para un sitio distinto, y le dejó secarse los hombros y el torso (porque no se veía capaz de llegar a tanto sin hacer alguna locura). El chico seguía oliendo levemente a café, pero no tanto como antes.

En cuanto acabó de secarse, Chanyeol le tendió la sudadera negra que le había dejado la vez anterior y salió del cuarto de baño para serenarse y relajarse, porque tener a Baekhyun semidesnudo, mojado y precioso a menos de veinte centímetros de distancia, encerrado en un diminuto cuarto de baño junto a él, era algo que le costaba soportar.

El que parecía ser el encargado le preguntó sobre el estado de su amigo y le ofreció un vale de descuento para Baek y para él, de un año de duración, que dejaba las consumiciones en aquel local a un precio casi inexistente, cosa que aceptó totalmente feliz y sin dudarlo un solo instante. Era un cliente casi habitual de aquel lugar, aquel vale le iba de perlas.

El resto de la tarde se desarrolló son ningún otro incidente destacable (porque los constante deslices de Chanyeol al recordar la piel tersa, suave y pálida de Baek, dejándose en evidencia de la forma habitual ya no era algo a destacar. Y que una paloma o algo así se estampase en el cristal de la ventana justo donde Baekhyun estaba sentado, dándole un susto de muerte, tampoco), y cuando salieron de allí, casi sin haber gastado dinero, pero sintiéndose los dos muy llenos de comida, Chanyeol se ofreció a acompañarle hasta su casa (o, en todo caso, la residencia de estudiantes) para asegurarse de que no le pasaba nada por el camino.

Habían estado toda la tarde hablando, descubriendo que tenían muchos gustos en común, como por ejemplo, la pasión que sentían por el rock japonés. Y Chanyeol se dio cuenta de que Baekhyun realmente tenía un carácter muy diferente del que había pensado en un primer momento. De hecho, no era ni tímido, ni callado, ni tranquilo. Realmente era mucho más sociable que Chanyeol, pero normalmente no intentaba conocer a nadie porque habían pocas personas, aparte de Kai, que no hubiesen acabado huyendo de él.

La residencia de Baekhyun era la misma que la de Chen, una que estaba bastante cerca de la suya, pero también mucho más cerca de la ciudad que el resto de residencias.

-Hm... Gracias por... por todo -dijo Baekhyun, en un ramalazo de timidez, antes de meterse corriendo dentro de su apartamento como si fuese un niño pequeño, y la sonrisa que se le formó a Chanyeol le duró, al menos, toda la semana.

♦♦♦

Kyungsoo no le pidió más detalles que "por tu sonrisa diría que ha ido bien", y probablemente lo hizo porque sabía que Chen lo abordaría de la forma en que lo abordó al día siguiente. Porque nada más verle se le acercó a toda velocidad gritando "Yeollie~~~" de forma cursi por medio campus, y nada más llegar le exigió "cuéntamelo T-O-D-O" con voz imperiosa.

De modo que les intentó contar como había ido toda la tarde tratando de no sonar demasiado enamorado, porque aquello era ponerle un arma a Chen servida en bandeja de plata, y disfrutando de las caras que pusieron cuando sacó su "vale para todo un año a precio de risa".

A la hora de comer, Baekhyun llegó antes que Kai a la cafetería, y se sentó en su mesa con una sonrisa de verdad, de las que le había dedicado el día anterior, no aquellas cordiales y secas de la semana anterior. Cuando llegó Kai poco después (haciendo que Kyungsoo pegase el respingo de rigor al verle) y los miró sorprendidos, le confirmó a Chanyeol que había subido un nivel con Baekhyun, y que aquello era raro pero era bueno.

El comer todos juntos acabó siendo tradición y el que Kyungsoo perdiese los papeles con Kai cada dos por tres, también. Aunque llegó un momento en el que Kyungsoo decidió dejar de hacer el ridículo y comenzó a responder a las cada vez más constantes preguntas que le hacía Kai, saludándole al encontrarse y manteniendo conversaciones normales con el chico sin tirar nada al suelo. En las semanas siguientes incluso salieron alguna que otra noche a tomar una copa, y se condenaron en grupo a horas y horas en la biblioteca estudiando para la siguiente tanda de exámenes infernales, los penúltimos antes del final del curso.

En aquel mes, Chanyeol se dio cuenta de que la presencia de Baekhyun se había vuelto extrañamente relajante para él, sobretodo una vez que se acostumbró a estar con el chico. Las desgracias provocadas por su torpeza se redujeron considerablemente y solo se mantuvieron los sucesos periódicos debidos a la extrema mala suerte de Baekhyun.

No era de extrañar que Chanyeol se acostumbrase a ser alguien medianamente normal y se olvidase de lo que era realmente ser una persona torpe, y lo que aquello conllevaba. Así que no era algo raro que en el examen de Ritmos y Músicas Extranjeras, Chanyeol se pusiese tan nervioso que consiguiese arreglárselas para poner todas las respuestas en la pregunta de abajo. Para cuando se dio cuenta de aquello, apenas le quedaron diez minutos para arreglar el desastre. Cuando se acabó el tiempo, solo había conseguido arreglar menos de la mitad de preguntas, y nada, absolutamente nada de lo que le dijo a la profesora consiguió que esta fuese indulgente con él.

♦♦♦

-¿Un cuatro? -exclamó Kyungsoo -Park Chanyeol, ¿Cómo te lo has montado para sacar un cuatro en examen más fácil del curso de la asignatura más fácil de la carrera?

Chanyeol gimió ante el tono de voz de su amigo mientras Chen se desternillaba a su lado. Le habían dado la nota esa misma mañana y, después de más de una semana de infernales y constantes lluvias primaverales que le habían dejado malhumorado y débil, ni siquiera había tenido fuerzas para reclamar.

Para ser más exactos, la paciencia y el humor de Chanyeol funcionaba como un vaso: se iba llenando de cosas malas, de fracasos y de malos días en los que acababa con la ropa rota de tanto caerse, y llegaba un momento en el que el vaso desbordaba y entraba en bajón. En la época de lluvias, el proceso se aceleraba considerablemente, y antes de que le hubiesen dado aquel maldito cuatro, el vaso ya había desbordado.

Aquel día, Chanyeol solo quería darle patadas a cosas grandes, como por ejemplo a un camión, gritar hasta quedarse afónico y hacer que todo el mundo en aquella maldita cafetería, en especial Chen, que no paraba de reírse casi histéricamente, cerrase el pico de una vez. Pero claro, hacer aquellas cosas no lo iba a dejar en demasiado buen lugar delante de sus compañeros y amigos, y se suponía que debía mantener la relación con ellos con un mínimo de cordialidad, aunque a cada segundo recordase menos el por qué.

Cuando llegó Baekhyun, que salió más tarde de su clase, antes de que se pudiesen sentar en la mesa, Chanyeol ya se había levantado y les había dicho a sus amigos que se encontraba mal, a la vez que recogía sus cosas. Fue consciente de la mirada preocupada del chico, pero no quería pararse a hablar con él porque hacía días que Baekhyun no sonreía y no se veía con fuerzas de mirarle sin pensar en ponerse a llorar. De modo que salió de allí casi corriendo, con la guitarra a cuestas, sin mirarle (aunque estaba precioso, como siempre, a pesar de ir lleno de barro), golpeándose contra la puerta de salida, rompiendo el paraguas, sintiéndose muy miserable y muy deprimido porque le habían entrado ganas de acurrucarse en el regazo de Baekhyun y dejarse consolar, aunque aquello ya rozara el patetismo.

Con su paraguas roto y cargando una guitarra cara, no pudo entretenerse en el camino porque llovía como si fuese el fin del mundo. Acabó empapado antes de llegar a la mitad del campus, así que se dirigió a su residencia directamente, se quitó la ropa en el recibidor de su apartamento, y entró desnudo para meterse de cabeza en la ducha.

Decidió darse un capricho y llenar la bañera de agua caliente y humeante hasta los bordes, recordándose que tenía que recoger la ropa de la entrada antes de que Kyungsoo llegase y le entrasen ataques histéricos de aquellos suyos de maniático de la limpieza. Pero en el momento en el que el agua le cubrió todo el cuerpo, relajándole los músculos cálidamente, se olvidó de todo, abandonándose al placer de un baño con la mente totalmente en blanco.

Un rato más tarde tocaron al timbre, despertándolo. Se había quedado dormido y había pasado el rato suficiente como para que el agua se hubiese enfriado hasta quedar tibia. Desperezándose, salió de la bañera llamando a Kyungsoo en su cabeza de todo menos bonito, pensando en lo bien que saltarían sus enormes ojos si usase una cuchara para ello, porque "¿Qué cojones hace llamando al timbre si tiene llaves? ¿La sobrecarga emocional de estar cerca de Kai le ha dejado tonto o qué?".

Se enrolló una toalla a la cintura, sin preocuparse demasiado de secarse, y salió al recibidor intentando no resbalarse, a pesar de estar a punto de hacerlo más de dos y tres veces cada pocos metros, para recoger la ropa que había dejado antes allí y dejarla de cualquier manera en el canasto de la ropa sucia ((aunque sabía que tenía que tenderla para que se secase y luego no oliese mal).

El timbre volvió a sonar mientras preparaba su mejor cara de enfado para recibir a su amigo, pero no le hizo falta continuar, porque esta le salió sola. "O sea, ¿se deja las llaves el maldito enano cretino y encima me viene con exigencias? Lo mato".

Abrió la puerta de un tirón sin importarle el hecho de ir solo con una toalla y el cuerpo empapado, pero en vez de encontrarse con los enormes ojos de sorpresa constante de Kyungsoo, se encontró con los ojos oscuros y preocupados, con alguna que otra salpicadura de barro como adorno por la frente, de Baekhyun. A Chanyeol le cambió la cara de golpe y, por culpa de la mezcla de emociones que le invadió, acabó de olvidarse del hecho de ir semidesnudo. Pero Baekhyun si que pareció reparar en aquello, porque abrió mucho los ojos, mirándole el torso, mientras enrojecía violentamente.

-C...Creo que vengo en mal momento... -dijo, casi chillando, a toda velocidad -Mejor vuelvo dentro de un rato...

Chanyeol quería que se fuese porque seguía estando de un humor de perros y aquella no era forma de conquistar a alguien, pero se encontró agarrando a Baek antes de que se marchase y metiéndolo dentro de su apartamento, cerrando la puerta tras ellos.

-No, tranquilo. Si me das un momento para que me cambie... -dijo, inseguro, porque Baekhyun parecía muy vulnerable y muy dispuesto a abrir un agujero allí mismo y meterse dentro. Pero el chico asintió, visiblemente aliviado, y sonrió un poco, mordisqueándose el labio inferior, haciendo que el corazón de Chanyeol saltase dolorosamente en su cuerpo, como queriendo salir de su pecho para atrapar aquella sonrisa.

Le dijo a Baek que entrase y se pusiese cómodo, que su apartamento no era lo mejor y que estaba algo desordenado (por su culpa), pero que podía hacer como si estuviese en su propia casa, y él se metió en el cuarto de baño para ponerse decente de alguna manera, intentando evitar pensar en lo extraño del hecho que, de alguna manera, se las habían arreglado para, en menos de un mes y en ocasiones diferentes, estar semidesnudos delante del otro sin pretenderlo y sin siquiera tener claro que pudiese llegar a gustarle a Baekhyun.

Al poco rato salió del cuarto de baño vistiendo unos pantalones de chándal, una sudadera destrozada y unas gafas con la montura y un cristal rotos (porque se le habían caído de su pupitre hacía tan solo dos días), estaba de todo menos decente y atractivo, pero no tenía otra ropa de estar por casa que no fuese demasiado elegante, porque no era plan de parecer que se había vestido para la ocasión. No quería hacer más el ridículo delante de Baek, de modo que se resignó a ir como iba.

Como Baekhyun llevaba la ropa llena de barro, como si un coche le hubiese salpicado o algo parecido, le sacó una de sus muchas sudaderas para que se la pusiese por encima, algo que ya había acabado por ser una costumbre.

Era la primera vez que Baekhyun entraba allí y se lo encontró leyendo las estupideces que Chanyeol y Kyungsoo se habían escrito en los post-its y en los trozos de papel enganchados con imanes que estaban en la puerta de la nevera.

El chico aceptó el jersey que Chanyeol le tendía y se lo puso encima de la ropa que llevaba. Entonces lo miró seriamente y Chanyeol supo que, fuese lo que fuese que Baekhyun le dijese a continuación, de alguna manera acabaría cediendo ante él.

-Estoy preocupado por ti -dijo -de hecho todos lo estamos, pero me han dicho que esto es algo que te pasa regularmente y que volverías a estar bien pronto.

-¿Entonces? -preguntó Chanyeol, que no entendía a donde quería llegar.

-Que por algún motivo, creo que no es tan fácil. Tengo la sensación de que esto es más de lo que parece y, definitivamente, es más de lo que el resto cree.

Chanyeol soltó una carcajada sin alegría a la vez que se removía el pelo húmedo y se dejaba caer en el sillón. Baekhyun se acercó a él hasta quedar justo delante suyo, pero Chanyeol no podía mirarle porque tenía razón, y había sido el único en darse cuenta de que estaba realmente mal. Entonces suspiró y empezó a hablar porque, aunque no le gustase soltarle sus penas a la gente, por muy patético que fuese, necesitaba hablar con Baekhyun.

-Estoy cansado -dijo Chanyeol -realmente esa es la mejor definición a lo que me pasa. Estoy cansado de fastidiar siempre las cosas por ser torpe hasta el extremo. Por mucho que intente hacer algo bien siempre acabo rompiendo un cristal con mi cabeza o cayéndome encima de algo o de alguien. He llegado a huir de lo que me importa por miedo a destrozarlo y, después de mucho tiempo, me arriesgué a hacer algo que me gustaba. Pensé que esta carrera se me daría bien, que conseguiría sacarla. Pensé... Pensé que... Agh, no sé que pensé. Comienzo a pensar que ha sido un error.

-¿Hacer la carrera de música ha sido en lo único que te has arriesgado? -murmuró Baekhyun, agachándose justo delante suyo, agarrándose a las rodillas de Chanyeol. Este se atrevió a levantar la mirada y a enfrentar los oscuros ojos del chico.

-De hecho no, y es lo que más miedo me da. Hay... Algo más, y si la fastidio yo... No sé.... No sé lo que voy a hacer, de verdad. -la voz de Chanyeol acabó siendo un susurro, porque el hecho era que aquello tan importante, era Baekhyun. Nunca antes se había atrevido a dejar que alguien le gustase de aquella manera y, después de todo, estaba empezando a arrepentirse, porque el chico era demasiado bueno, y él demasiado torpe, y si por algún extraño motivo llegaba a corresponderle, estaba seguro de que la cagaría se alguna manera espectacular.

-¿Por qué...? ¿Por qué crees que eres tan torpe? -preguntó Baekhyun, algo inseguro, acercando aún más su cabeza a Chanyeol de forma involuntaria.

-¿Por qué? Supongo que por mi hiperactividad. Soy tan nervioso que no acabo de controlar mis actos y ha acabado derivando en torpeza -respondió, pensativamente-, creo recordar que de pequeño no era tan torpe...

-¿Nervioso? A mí no me parece que seas tan nervioso. -repuso Baekhyun, contrariado, arrugando el entrecejo.

-Eso es porque tú me relajas -dijo Chanyeol, pensando demasiado tarde en lo que estaba diciendo -¡Q...quiero decir! ¡Tu presencia! ¡Sí! Es relajante y... no hay manera de arreglar esto, ¿no? -gimió, antes de taparse la cara con las manos.

Baekhyun soltó una carcajada que sonó muy parecida a música en los oídos de Chanyeol.

-Osea, que yo te relajo, ¿no? -preguntó Baekhyun con voz seria, pero con un amago de sonrisa en la boca -y si te ayudase a estudiar, ¿crees que serviría de algo? Por lo que me ha dicho Kyungsoo, lo que peor llevas son los exámenes prácticos, y creo que si te ayudo con ellos, te servirá para el resto.

-No se... No sé como podrías ayudarme, la verdad. No estoy seguro de que entiendas lo que me pasa, sobretodo no creo que entiendas lo que me pasa al estar en clase.

-Bueno, si no me lo explicas sí que es complicado que lo pueda entender...

Chanyeol no había hablado de aquello con nadie, porque sus padres no le habían dado importancia y los psicólogos a los que fue siendo pequeño lo habían dado por sentado. Además, la gente no solía preguntarle por ello, y los que lo hacían, se enfrascaban en relatos mágicos defendiendo que el TDAH no existe, que es una manipulación de las farmacéuticas. Nadie antes le había pedido que le hablase sobre ello con una mirada totalmente concentrada en lo que pudiese decir.

-Es... Complicado... Y no me pasa siempre. Se supone que debería medicarme pero mis padres no creen en la medicina para el cerebro porque dicen que embota la mente, y a mí me gustaría poder salir adelante sin tener que empastillarme -Chanyeol suspiró, sin poder evitarlo, mientras ordenaba sus ideas-. Los días que me pasa, siento como si las paredes de clase me fuesen a engullir, como si necesitase salir de allí corriendo para poder respirar. Me es muy difícil concentrarme y a veces no soy capaz de conseguirlo. Es muy complicado entender lo que te están diciendo o lo que estás leyendo mientras tu cuerpo entero te está picando, exigiéndote que salgas de allí, como si hubiese algún peligro real. A veces siento demasiado, todo me abruma y no puedo con ello. En los exámenes, sobretodo me pasa en los exámenes. Son mi peor pesadilla. Mis manos se vuelven inútiles y soy incapaz de tocar bien la guitarra, entender las preguntas del examen, o de escribir una frase con sentido aunque me lo sepa todo al dedillo.

Baekhyun tragó saliva, aún mirándolo desde el suelo, con las manos apoyadas en las rodillas de Chanyeol y la cara muy cerca de la suya, tanto que podía notar el aire que expiraba. Chanyeol había acabado jadeando porque ni siquiera había cogido aire al comenzar, había dejado salir las palabras como si fuesen un torrente.

-¿Y por eso crees que no te puedo ayudar? -preguntó con escepticismo -Pues yo creo que sí puedo, y deberías dejar que te lo demuestre.

-¿Por qué? -preguntó Chanyeol, con temor a la típica perorata de "lo tuyo es curable porque no existe", no quería que Baekhyun le decepcionase de aquella manera.

-Porque eres tú. Te he visto estudiar en la biblioteca durante casi un mes, y Kyungsoo me ha dicho que estudias casi tanto como él. Se nota que eres muy inteligente y me parece injusto que suspendas solo porque los profesores no sepan ver tu talento y esfuerzo. Además, no quiero verte así. Normalmente eres tú el que mantiene alta la moral de la gente con tus enormes e incansables sonrisas, y no sé si lo has notado, pero desde hace días, nadie está animado y es solo porque tú no eres feliz.

A Chanyeol se le formó un nudo en la garganta y cuando le contestó, lo hizo con un hilo de voz.

-Entonces, ¿era por eso por lo que llevas días desanimado?

-¿De verdad te estás preocupando por mi cuando eres tú el que está mal? -le soltó el chico -Sabes, mis días también son duros, y yo no soy la positividad hecha persona, porque intento ser objetivo. Así que hay días en los que no soy capaz de pensar en otra cosa que en encerrarme en casa para que no me pase nada malo. Desde que te conozco, cada vez que te veo sonreír, se me pasan esas ganas. Digamos que, si yo te relajo, tú me calmas.

Chanyeol se había quedado oficialmente sin palabras, y de repente sentía algo maravilloso, como si alguien hubiese encendido fuegos artificiales en su interior o algo así. Antes de darse cuenta, se encontró sonriendo de verdad mientras dejaba que su frente reposase contra la de Baekhyun. No lo hizo con segundas, solo quería permanecer así un rato, porque su Baekhyun era más precioso de lo que creía, y era eso o abrazarlo y esconder su rostro en su cuello y hacer de ello su forma de vida.

Y Baekhyun, en vez de apartarse, le secó las mejillas, que de alguna manera habían acabado estando húmedas, y le devolvió la sonrisa.

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