tiqui tiqui tiqui. Hacía la niebla convirtiendose en nieve al tocar el suelo. Ahora cubría el suelo de un sabor fresco blandito. Se llevaba los colores pardos para dejar hacer volteretas. Corrí como una mariposa, dejando las huellas de los dedos en las piedras, sin pisar nada mas que el frío que se convertía en un mullido covertor. Recordé el frío
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