De los muchos y malos films que he tenido que soportar a lo largo de mi vida, desde el infame Uwe Bol como máximo exponente del mal cine, llega este espantoso musical, directo al mal gusto, al bizarrismo mas bajo, con un apoteósico intento de parecer moralista o precisamente de lo contrario, querer ser amoral para quedar a bien con el público gay y
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