No. 6 Cap 5 - La Ciudad de Luz

Oct 28, 2012 22:26


Autora: Asano Atsuko
Traducción de japonés a inglés: 9 ave

Traducción al español: Azhreik

Lista de capítulos
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-Tú no entiendes, -dijo después de un momento, -Seguramente ni un montón de palabras logrará que entiendas. Ese día, hace cuatro años, casi me había dado por vencido. Darse por vencido significa tu final. Lo sabía, pero no había forma de que alguien me ayudara, o me tendiera la mano-honestamente eso era lo que pensaba. No podía pedir ayuda, no tenía ningún lugar al que huir… me escabullí dentro de Cronos, tan cansado que no podía moverme y pensaba que era cuestión de tiempo para que fuera capturado… -se detuvo y luego habló tranquilamente. -Me sentía tan- humillado. Me preguntaba si la única razón de haber nacido era para morir en tal humillación… no te rías.

Shion nunca sería capaz de reírse. Los sonidos de esa noche, de hace cuatro años, hacían eco en sus oídos. Los sonidos del viento, los árboles, y el azote de la lluvia aserrada y ondulante, se levantaron vívidamente y se clavaron en su mente. Y en medio del estruendo y la oscuridad, un chico totalmente empapado estaba acurrucado en el suelo.

Con Shion casi plenamente recuperado, es tiempo de intentar averiguar qué se esconde detrás de “la enfermedad”. Además, Nezumi comparte sus sentimientos de hace cuatro años.

[Capítulo 5 parte A]

Capítulo 5

La Ciudad de Luz

Después de comer, Nezumi puso una caja Petri y un par de tenazas enfrente de Shion.

-Extraje esto de la incisión. Intenta abrirlo, probablemente es justo tu especialidad.

-¿Mi especialidad?

En la caja Petri había algo negro y fibroso, de dos centímetros de largo. Shion lo levantó con la pinzas. El delgado objeto negro colgaba frente a ellos y parecía medio derretido. Ante un escrutinio más de cerca, Shion descubrió evidencia de algo filamentoso en un extremo.

-Esas son- ¿Alas?

-Eso parecen, no tengo idea. Hay otra cosa que también saque, -añadió Nezumi. -¿Qué dices de esto?

Era otro bulto negro. Éste era duro y acorazado como una semilla, tenía una perforación, como si algo se hubiera abierto paso desde dentro.

-Una pupa- creo, - dijo Shion lentamente.

-¿Pupa? ¿Cómo en lo que las polillas y mariposas se envuelven? Oh espera, las mariposas hacen capullos.

-Los capullos son la cubierta externa de la pupa, -explicó Shion. -Embrión, larva, pupa e imago- la mayoría de los insectos atraviesan sus etapas de desarrollo en este orden. Este… probablemente es alguna especie de abeja.

-¿Estás seguro?

-Hay signos de alas que empiezan a formarse. Sus cualidades membranosas, el hecho de que haya cuatro de ellas… y sobre todo- -Shion tragó. -Lo vi con mis propios ojos- una abeja negra saliendo del cuello de Yamase-san.

-¿Y esa abeja y esta cosa negra son lo mismo?

-Seguramente, si no estoy equivocado. Este no pudo completar su metamorfosis en la etapa de pupa. Se abre paso fuera de la coraza, pero éste no pudo convertirse en un imago totalmente desarrollado. Falló.

-¿Por qué?

¿Por qué?Tenía razón, ¿Por qué no? ¿Por qué la misma abeja que había eclosionado, pasado por una metamorfosis y convertido en un imago dentro de Yamase había sido incapaz de romper su forma de pupa en este caso? ¿Era una coincidencia, o-? Shion sacudió la cabeza.

-No lo sé. Todo lo que sé es que es un organismo parásito, y se alimenta de humanos.

Nezumi miró fijamente la caja Petri.

-Una abeja parásita… -murmuró. -Creía que las abejas sólo se alimentaban del néctar de las flores.

-Esas sólo son una especie de abeja, como la abeja mielera. La mayoría de las abejas-o avispas, en este caso- son cazadoras y solitarias por naturaleza.

-¿Y también hay avispas parásitas?

Shion asintió. Las preguntas de Nezumi eran simples y breves, y con el conocimiento de Shion eran fáciles de responder. Pero ninguna de las preguntas estaba fuera de contexto. Hilaban con cuidado, pero con firmeza, el punto de enfoque. Con cada pregunta que respondía, Shion sentía una creciente inquietud como si estuviera siendo acorralado en una esquina; sentía como si involuntariamente se precipitara y permitiera que algo horrible se escapara de sus labios. Pero no puedes estar asustado, se dijo a sí mismo. No podía cerrar los ojos y permitir que las cosas lo esquivaran. No podía pretender que nada había pasado y negarse a indagar, a tomar acción. Se puso en la posición de alguien que lo había experimentado; había hospedado al parásito, luchado con él y prevalecido. Y como un símbolo de esa batalla, había tatuado una serpiente roja en su cuerpo. Sí, esa era su huella. El rostro de Nezumi escudriñaba al suyo. Shion le sostuvo la mirada y habló.

-Se dice que hay aproximadamente 200 000 especies diferentes de avispas parásitas. Los Himenóptera, como las abejas y hormigas, son insectos altamente especializados, y aún existen decenas de miles de especies que no han sido documentadas. Esto es particularmente cierto para las avispas parásitas- o eso he oído.

-Lo que significa que no sabemos qué vamos a obtener.

-No podemos decir con certeza qué especie es.

-Pero aun así, lo podemos predecir.

-Si tenemos algún fundamento para basar la predicción,  -contestó Shion.

-¿Por qué? Tú eres el mejor fundamento aquí, -dijo Nezumi con entusiasmo. -¿Así que, cómo fue ser hospedero de una avispa parásita? ¿Podrías decir si es una nueva especie?

-En ocasiones eres realmente desagradable, ¿Lo sabías? -replicó Shion irritado.

-Bueno, tú me fastidias todo el tiempo. “No podemos decir con certeza qué especie es”, dice. No fastidies, ¿No tienes ningún sensor del peligro? Esas avispas están matando gente.

-La mayoría de las avispas parásitas lo hacen.

-¿Qué?

-Las avispas que se clasifican como parásitas son, de hecho, más parasitoides. Para alcanzar el máximo crecimiento, sólo necesitan aferrarse a una presa… su hospedero. Y al final, sin excepción, lo consumen y matan.

Y al final, sin excepción, consumen y matan al hospedero. Sonaba incluso más grotesco cuando se ponía en palabras.

-¿Hospedero? ¿De qué tipo?

-Hay de muchos tipos. Polillas, mariposas, larvas de hormiga, frutas… una especie de ichneumonoideae llamada Lisera aproximatollays ovula en la larva de otra especie, xiphydriida, y la hace su hospedero.

-Así que una avispa es sanguijuela de otra avispa.

-No sólo eso, además otra especie de la misma ichneumonoideae llamada Pseudorisa alpestorys deposita sus huevos en la misma xiphydriida justo después de la lisera, y su larva se come ambas larvas, la de lisera y la de xiphydriida.

-Así que se matan unas a otras aunque son de la misma especie… wow, creía que sólo los humanos mataban a los de su propia especie. ¿Entonces?

-¿Mm?

-¿Existen avispas parásitas que utilicen humanos como sus hospederos?

-Nunca había escuchado de ninguna, -contestó Shion. -Hay otros organismos que parasitan en los humanos- virus, bacterias, garrapatas, pulgas y semejantes. En una ocasión escuché de una mosca que depositó sus huevos en la cabeza de un niño y una de ellos invadió su cerebro, pero fue un caso inusual, creo… que nunca he escuchado de ninguna avispa que hiciera eso. La pregunta es,- dijo Shion pensativamente -¿En primer lugar, cómo fue capaz de depositar sus huevos en un cuerpo humano? ¿Cómo traspasó la piel con su ovopositor sin ser notado?

-¿No lo recuerdas?

-No. No sentí ningún dolor o comezón. Nunca se me ocurrió que hubiera sido picado por una avispa.

-Así que pueden dejar sus huevos sin que el hospedero lo note.

-No sólo eso, también crecen a una velocidad impresionante. Y cuando lo hacen deben excretar alguna clase de sustancia que acelera inmediatamente el envejecimiento del hospedero, e inevitablemente lo conduce a la muerte. Incluso el proceso del rigor mortis y la disipación se acelera. Y finalmente, como un imago completamente desarrollado, la avispa parásita se abre camino fuera del cuerpo y escapa.

Hubo un momento de silencio.

Shion y Nezumi se miraron uno al otro, y exhalaron al mismo tiempo.

-Me sorprende que pasaras por eso y sobrevivieras.

-Sí. Empiezo a sudar frío sólo de pensarlo.

-Hay demasiadas cosas que no sabemos, -dijo Nezumi. -¿De dónde vino este sujeto? ¿Qué es?

-Oye- - dijo Shion repentinamente. -¿Aquí ha habido algún incidente similar?

-No. Hice una pequeña investigación porque también me tenía intranquilo. Hay individuos a los que les dispararon o pelearon a muerte, o gente que se emborrachó y se ahogó en alguna zanja, pero nadie ha envejecido repentinamente y muerto. Aquí no hay control de medios o censura como en No. 6 -añadió Nezumi, -así que si algo fuera de lo ordinario sucede, debería extenderse como pólvora.

-Entonces si sucediera en otro Bloque- -sugirió Shion. -¿El Bloque Sureste, tal vez? Ese ambiente probablemente es el más adecuado para que aparezca una nueva especie de insecto.

Nezumi negó lentamente con la cabeza.

-No puedo imaginar que suceda. Si pasara, la ciudad debería cerrar todas las entradas. Pero no han mostrado signos de hacer eso. La producción aún es importada del Bloque Sureste, como normalmente. Con el Bloque Norte es lo mismo.

-Entonces la avispa debe venir definitivamente de No. 6… No puedo creerlo, -Shion murmuró entre dientes.

-Increíble- tienes razón en eso. -Los dedos de Nezumi se apretaron ligeramente alrededor de la caja Petri. Sus hombros se sacudieron ligeramente.

-¿Nezumi?

La cabeza de Nezumi estaba inclinada, y una silenciosa risita escapó de sus labios, pronto se convirtió en una estridente carcajada. Hizo eco en la habitación subterránea repleta de libros. Nezumi se colapsó en la cama, sosteniéndose el estómago y riendo aún más fuerte. Shion se abalanzó por una jarra de agua y se lo vació a Nezumi en la cabeza.

-¡Oye! -Nezumi brincó. -¿Qué demonios estás haciendo?

-¿Estás bien?



-¿Bien? Estoy empapado.

-Yo sólo- creí que tenías un ataque de histeria o algo, así que…

-¿Por qué tendría que tener un ataque de histeria?

-Bueno, empezaste a reírte de repente, pensé…

-Me reí porque es gracioso.

-¿Gracioso? ¿Qué?

Nezumi sacudió violentamente la cabeza. El rostro de Shion fue salpicado con gotas de agua.

-Es hilarante, ¿No? ¿Dónde se originó esta cosa? No. 6. Hay una misteriosa avispa come-hombres volando dentro del modelo de ciudad utópica, la Ciudad Sagrada, si te parece. Es la ciudad del futuro, el epítome de la ciencia moderna. Y está siendo devorada por abejas. Hilarante.

-No es algo por lo que reírse. Hay gente muriendo.

Nezumi se levantó. Se acercó a Shion, hasta quedar cara a cara. Nezumi tenía razón, pensó Shion. Era alto, fácilmente superaba en altura a Shion por varios centímetros.

-¿Qué? -Shion inconscientemente retrocedió un paso. Se restableció y enderezó los hombros lo mejor que pudo, a pesar del muro de libros que tenía tras él. Había visto algo destellar en los ojos grises de Nezumi con un brillo salvaje, penetrante. Fue sólo durante un fugaz instante, pero no se lo perdió.

-Perdona mi tonta pregunta, -dijo Nezumi con una voz inexpresiva. Al mismo tiempo, unos dedos se cerraron en torno a la garganta de Shion.

-¿Alguna vez has matado a alguien? -El pulgar de Nezumi se clavó con mayor profundidad en el cuello de Shion.

-Nunca… -dijo Shion débilmente. -Por supuesto que no he…

Los delgados labios de Nezumi se curvaron levemente en una fría sonrisa.

-Me lo imagine. Pero toma esto en cuenta: la avispa puede matar a su hospedero porque se ve obligado para mantenerse vivo, pero los humanos pueden matar a otros humanos por razones más insignificantes. Y tú casi fuiste asesinado por otra persona.

-Lo sé.

-Mentiroso. No sabes nada.

-¡Sí lo sé! -dijo Shion airadamente, apretando la muñeca de Nezumi. -Lo sé. Si hubiera sido llevado al Correccional, como estaba planeado, se me hubiera acusado de asesinato en lugar de la avispa. En el mejor de los casos, hubiera obtenido una sentencia de por vida. En el peor, habría sido ejecutado… -Se calló por un momento, luego continuó con determinación. -El Departamento quería comprar más tiempo, necesitaba tiempo para descifrar la verdadera causa de muerte de Yamase- y haciéndome sospechoso, querían archivarlo a ojos externos como un simple caso de asesinato. ¿Estoy en lo correcto?

Los dedos de Nezumi se retiraron. El punto donde Nezumi había enterrado su pulgar le quemaba.

-Buena respuesta, máxima puntuación, -dijo despreocupadamente. Luego su tono se convirtió en fingida seriedad. -“Parece que este joven desequilibrado, caído del rango de la élite, llevó a cabo este crimen por su resentimiento a la ciudad. Presuntamente creó un químico especial para usarlo repetidamente en múltiples actos criminales. Sin embargo, gracias a los esfuerzos del Departamento de Seguridad, este joven ha sido puesto bajo arresto. Queremos asegurar a los ciudadanos que ahora están a salvo.”- Probablemente el guion sería así más o menos, -se interrumpió. -Que ridícula farsa. Supongo que tu conocimiento e historia encajan perfectamente con el rol de “criminal peligroso”.

-La Ciudad tiene completo acceso a la información personal de todos los ciudadanos, -contestó Shion. -Probablemente fue fácil encontrar a alguien que encajara en el rol que querían.

-Más bien, tú fuiste marcado desde el principio.

-¿Eh?

-Desde ese día en que me ayudaste, la ciudad te habrá marcado como un posible sospechoso. Escrutaron con detalle cada minuto de tu vida diaria. Con quién te reunías, de qué hablabas, qué comías… así que creí que este caso de asesinato era algo que la ciudad había ideado para arrestarte. Aunque estaba equivocado, y ahora lo sabemos.

-¿Pero por qué? ¿Con qué propósito-?

-Porque no eras un ciudadano leal, -replicó Nezumi mientras se secaba el cabello. Su perfil estaba cincelado delicadamente, parecía casi como una creación artificial. Era muy diferente de un rostro que poseyera piel y sangre, y tuviera calor corporal, con protuberancias y hoyuelos de carne o grasa, los eczemas [1]ocasionales; un rostro que cambiaba con alegría, enojo, dolor o risa, brillante por el sudor, o manchado de lágrimas. No era un rostro humano- lucía como un muñeco que había sido confeccionado con la máxima precisión.

Aun así, pensó Shion, y apretó el puño. La muñeca que había sujetado unos minutos antes había estado caliente, y la recorría un pulso regular.

-De nuevo estás distraído. ¿Te estoy aburriendo?

-¿Eh? Oh, no- por supuesto que no. Sólo me preguntaba que querías decir con… no leal. -la cara de Shion enrojeció, aunque no sabía por qué. Nezumi bufó con desdén.

-Esa ciudad sólo acepta gente que le jure lealtad absoluta. No permiten gente que se resista, queje o tome represalias. Se aseguran de deshacerse completamente de cualquier objeto extraño; así es como han prosperado hasta ahora.

-Y en esta ocasión yo soy el objeto extraño.

-Para ellos eres más que extraño- piensa en ello. Hospedaste a un CV, tuviste sospechas contra la ciudad sobre manipulación de información, y viste la crueldad tras su fachada. Fallaste la prueba como ciudadano, eres un candidato indeseado. La ciudad sólo estaba esperando la oportunidad adecuada para deshacerse de ti.- Oye, -dijo Nezumi abruptamente. -Dime, ¿Qué hace el sistema inmunológico cuando un virus invade un cuerpo humano?

-¿Eh? -Shion estaba desprevenido. -Bueno, primero las células citolíticas naturales-que son un tipo de linfocito- encuentran las células que han sido infectadas con el virus, y las destruyen. Entonces la ribonucleasa se activa y detiene la extensión del virus. Luego-

-Es suficiente, -lo interrumpió Nezumi. -Caray, te permito explicar algo, y no sabes cuando detenerte; por eso la gente se molesta contigo.

-Eres el único que parece irritarse conmigo.

Nezumi lo ignoró y soltó una risa corta y burlona.

-Así que básicamente, para la ciudad, eres un virus. Y por eso intentaron eliminarte.

-Soy un humano. No me eliminarán tan fácilmente.

Nezumi suspiró profundamente con exasperación.

-Es fácil para los humanos matar a otros humanos, lo sabes.

Shion de nuevo apretó firmemente los puños.

-Pero también pueden salvar gente.

-¿Qué?

-Tú me salvaste, Nezumi, -dijo con seriedad, -las avispas parásitas no se ayudan entre ellas. Pero las personas pueden salvar a otras personas. ¿Estoy equivocado?

Nezumi sonrió brevemente, y su mirada se apartó de Shion.

-Eres tan estúpido como ellos creyeron; no tienes esperanza. ¿De dónde sacas ese repugnante cliché? Te lo dije, sólo estoy pagando mi deuda.

-Y yo te lo dije, ya me has pagado lo suficiente.

-Que generoso de tu parte tener mi deuda en tan baja estima, -dijo Nezumi sarcásticamente.

-Entonces tú debes tenerla en muy alta estima.

Nezumi dejó salir un largo suspiro, y miró hacia el techo. Mordió su labio en silencio como para buscar las palabras correctas. Los ratones se reunieron a sus pies.

-Tú no entiendes, -dijo después de un momento, -Seguramente ni un montón de palabras logrará que entiendas. Ese día, hace cuatro años, casi me había dado por vencido. Darse por vencido significa tu final. Lo sabía, pero no había forma de que alguien me ayudara, o me tendiera la mano-honestamente eso era lo que pensaba. No podía pedir ayuda, no tenía ningún lugar al que huir… me escabullí dentro de Cronos, tan cansado que no podía moverme y pensaba que era cuestión de tiempo para que fuera capturado… -se detuvo y luego habló tranquilamente. -Me sentía tan- humillado. Me preguntaba si la única razón de haber nacido era para morir en tal humillación… no te rías.



Shion nunca sería capaz de reírse. Los sonidos de esa noche, de hace cuatro años, hacían eco en sus oídos. Los sonidos del viento, los árboles, y el azote de la lluvia aserrada y ondulante, se levantaron vívidamente y se clavaron en su mente. Y en medio del estruendo y la oscuridad, un chico totalmente empapado estaba acurrucado en el suelo.

-Y entonces la ventana se abrió. La abriste totalmente, ¿Cierto? Y extendiste ampliamente los brazos.

-Sí, lo recuerdo. Me sentía inquieto y quise gritar.

-Para mí, pareció como si me estuvieras llamando, haciéndome señas para que entrara. Pensé “Esto es increíble, y está sucediendo en este mismo instante”, e incluso dejaste la ventana abierta cuando regresaste adentro.

-Estaba apagando el sistema de control ambiental.

-No me importa la razón. Esa ventana que imprudentemente dejaste abierta fue mi golpe de suerte. Y el hecho de que no llamaras al Departamento de Seguridad, sino que curaras mi herida e incluso me dieras comida fue otro milagro. Descubrí por primera vez que cosas como esa podían suceder. Que una mano auxiliadora pudiera extenderse así milagrosamente…  fuiste el primero que me enseñó eso. Igual que todas esas- -Nezumi miró lentamente la habitación.

--Esas miles de historias de aquí, me enseñaste que a veces encontramos las cosas más inesperadas. Y ese es por qué fui capaz de sobrevivir… -mantuvo un silencio momentáneo. -Así que tienes razón, existen ocasiones cuando personas son salvadas por otras personas; y eres el que me enseñó eso. Eres el único que me enseñó eso. La deuda que obtuve por ello, es alta- desafortunadamente para mí.

La voz de Nezumi era tan baja que era casi un murmullo, pero era profunda y clara y sonó placenteramente en los oídos de Shion. Entonces así es, pensó Shion, y estiró los dedos mientras miraba su palma. Esa noche, cuando abrió la ventana con esas manos, había dejado que junto con el viento entrara un milagro.

-No te entusiasmes, -dijo Nezumi, sus palabras volviéndose repentinamente bruscas. -Te doy el trato de un huésped porque te lo debo. Si te entusiasmas y empiezas a actuar presuntuoso, te sacaré a patadas.

-Por mí está bien, -dijo Shion suavemente. -No sé si me creerás, pero no soy del tipo que se entusiasma tan fácilmente. Pero ¿Cómo averiguaste que estaba en peligro? -preguntó con curiosidad. -No es como si me hubieras estado vigilando constantemente durante estos cuatro años, ¿Cierto?

Nezumi levantó un ratón gris y se lo tendió a Shion. Era el más pequeño de los ratones.

-Míralo más de cerca.

Shion sostuvo el ratón en su palma y se lo acercó a la cara.

-Es… ¿Un robot?

-Muy bien hecho, ¿No? Tiene incorporados un conjunto de sensores. Esta cosa es lo suficientemente pequeña para poder infiltrarse en la red de vigilancia de la ciudad y desplazarse bastante bien; aunque depende del área.

-¿Tú lo hiciste?

-Bueno, sí, -dijo casualmente. -Mientras estaba lejos de No. 6, este chico era el que me mandaba información sobre ti.

Shion apretó ligeramente al ratón en su mano. No tenía la calidez y suavidad características de las cosas vivas. Recogió uno de los ratones correteando a sus pies y también lo sostuvo en su palma. Este tenía un débil, pero definido, calor y pulso.

-No sabía cuando o cómo la ciudad planeaba deshacerse de ti, -continuó Nezumi. -Eres inteligente y joven. Aún tenías mucho valor utilitario; no podía imaginar que te echaran tan fácilmente. Me di cuenta que una vez que descubrieron lo útil que podías ser, tomaron total ventaja de ello. Tacharte de asesino probablemente fue pan comido para ellos. Eras su chivo expiatorio, -se burló. -Te tendrían encerrado en un corral hasta el día ceremonial, cuando te arrastrarían enfrente de todos y harían un brillante espectáculo cortándote la cabeza.

-Así que he pasado de ser un virus a ser una cabra, eh. No es una gran mejora.

-Oye, las cabras son lindas. Más adorables que tú, de todas formas.

-Aprecio el cumplido, -dijo Shion molesto. -Así que este pequeño chico percibió el cambio que sucedía a mí alrededor y vino a notificarte.

-Sip. Comenzó ese día cuando el hombre murió de causas no naturales en el parque donde trabajabas. Después de eso, el Departamento empezó a intensificar la vigilancia sobre ti. Y como la cereza del pastel, tu compañero de trabajo también fue asesinado. Era la oportunidad perfecta para arrestarte.

-Vigilancia- ni siquiera noté que estuviera siendo vigilado.

-Lo hicieron de tal forma que no te dieras cuenta. Una vez que te percatas, es demasiado tarde.

-Eso es espeluznante.

-¿Lo notas ahora? -Nezumi bufó en son de burla. Shion se acomodó el flequillo hacia arriba. Estaba confundido- sobre lo que había sucedido, lo que estaba a punto de suceder y qué era lo que se suponía que iba a hacer de ahora en adelante. No sabía casi nada; y era aterrador no saber, pero había una idea; aunque era una mera especulación; que se desató en la mente de Shion.

Parte B

[1] Afección inflamatoria aguda o crónica de la piel caracterizada por la aparición de placas rojas algo sobre elevadas y que producen picor; en ellas se suelen desarrollar pequeñas ampollas que al romperse fácilmente forman costras amarillentas. La causa del eczema se debe a una hipersensibilidad de la piel ante estímulos diversos, como algunos colorantes de tejidos oscuros, cosméticos, jabones, desodorantes, guantes de goma, metales como el cobalto, el cromo y el níquel, que se encuentran en bisutería, relojes, monturas de gafas, cremalleras, etcétera.

novela no. 6, no. 6, traducción

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