Capítulo dos, por finnnnnnnn. Lamento la demora.
Y repito, algunas cosas no pude traducirlas a la perfección con respecto a su inglés porque no quedaban. Lamento si quedó fail.
Cuando despertó, eran solo las nueve de la mañana, lo que significaba que, probablemente, tendría otra hora y media antes de ir a trabajar. Se dejó caer sobre las almohadas y miró el techo. Su teléfono sonó desde la cabecera de la mesa Hubo una breve batalla mental que se estaba llevando a cabo en su cabeza. Si cerraba sus ojos e ignoraba el teléfono, podría volver a dormir. Si veía quien le había mandado un mensaje y era importante, entonces no habría sido un gasto de energía y después de todo no tendría que volver a dormir.
Finalmente el último pensamiento ganó y tomó su celular para leer el mensaje de texto. Era de parte de Frank, preguntándole si estaba bien ya que todavía no había escuchado nada de él. Inmediatamente dejó que el teléfono deslizara de sus dedos y cayera debajo de la cama. Mierda, eso no era bueno. ¿Y si Frank continuaba mandándole mensajes? ¿Podría mantener esa postura por tanto tiempo? Obviamente, tendría que bloquear el número de Frank o ignorarlo. La idea de ser lo suficientemente grosero para bloquear su número hizo que su estómago ardiera en culpa, así que decidió que solo lo ignoraría. Le había funcionado bastante bien por ahora. Bueno, casi.
En vez de ignorarlo, pasó el resto del día mirando el mensaje y sonriendo. Bob hizo algunas bromas sobre Gerard teniendo una novia nueva, pero Gerard no lo escuchó. No podía evitarlo. ¿Y qué si estaba perdidamente enamorado de Frank Iero de Leathermouth? Además de él mismo, nadie necesitaba más necesitaba saberlo. Y su hermano. Pero eso no era su culpa. Su hermano era solo jodidamente intuitivo.
Finalmente, cuando pudo irse, comenzó a pensar una decena de posibles respuestas para enviarle a Frank. Era un poco triste porque sabía que nunca se las enviaría, pero era agradable pensar que por solo una vez él podría comenzar una conversación con Frank y podría entonces coquetearle y antes de darse cuenta Frank le pediría para salir, irían a vivir juntos, se casarían y serían felices para siempre. Pero él no era estúpido. Frank estaba intentando ser su amigo y Gerard no iba a morder el anzuelo. No quería una amistad solo por lástima.
Cuando despertó la mañana siguiente, tenía tres mensajes más de Frank y dos llamadas perdidas de Mikey. Suspiró y decidió que podía ir al grano y llamar a su hermano. No era que no quería, pero sentía que sabía exactamente de qué iba a tratar la conversación.
Mikey contestó después del primer tono y Gerard ni siquiera tuvo oportunidad para murmurar un saludo antes de que Mikey dijese:
-¿Por qué mierda estás ignorando a Frank?
Gerard farfulló e intentó encontrar algo para decir decir que no lo hiciera sonar como un idiota. Aunque todo lo que él decía hacía a Mikey pensar que lo era así que era casi un punto discutible.
-Bueno… ¿No lo sé?
Mikey rió con rudeza.
-¿No lo sabes? ¿Qué mierda, Gerard? Está intentando ser tu amigo y obtengo una llamada diciendo que está preocupado, ni siquiera sabe si estás vivo, porque no hablas con él. Es mi mejor amigo y uno de los mejores amigos de Ray. No nos obligues a elegir.
Gerard suspiró y miró fijamente sus pies.
-No sé qué decir, Mikes. Lo intentaré, ¿bien?
Mikey protestó y Gerard sabía que ese pequeño bastardo estaba rodando los ojos.
-Mejor que hagas más que intentar. Si escucho que lo estás lastimando, iré hasta allí y te golpearé -Mikey rió por un segundo-, bueno… Llevaré a Ray para hacerlo.
Gerard ni siquiera iba a intentar discutir con su hermano en aquel momento. Era jodidamente temprano.
-Bien, hare lo mejor de mi o lo que sea.
-Si eso es lo mejor que puedes hacer… Escucha, Ray y yo estaremos de vuelta en casa en una hora. Haremos una maratón de películas en tu casa esta noche, ¿bien?
-Es lindo saber que me das una justa advertencia y todo.
-¡Lo hice! Como sea, nos vemos luego de que termines de trabajar, hermano.
Gerard intentó poner en orden su departamento cuando colgó el teléfono luego de hablar con Mikey, pero estaba seguro que era inútil. Además, Mikey y Ray debían estar malditamente acostumbrados al desorden de su casa por ahora. Además, tampoco era como si fuesen fanáticos de la limpieza.
Cuando salió del trabajo, fue a la tienda de video y eligió algunas que no recordaba haber visto. Luego, tomó snacks y bebidas del supermercado y después pidió dos pizzas. Iba a ser una buena noche. Podía sentirlo.
Mikey y Ray se encontraban en su departamento cuando él llegó. Mikey le sonrió desde el sofá y Ray fue hacia él para ayudarle a cargar las cosas. Mikey estaba parado detrás de ellos y cuando vio lo que quería, lo tomó. Gerard no podía evitar amar a su hermano, sin importar que tan molesto fuese.
Estaban en medio de la primer película cuando golpearon la puerta. Gerard frunció el ceño y miró el reloj. Ya habían recibido la pizza y no estaba esperando a nadie más así que no tenía idea de quién se encontraba en la puerta. Miró a Mikey, pero él solo se encogió de hombros y sacudió su cabeza.
Gerard le dió un último vistazo al rostro de una chica que estaba siendo devorado antes de ir hacia la puerta y abrirla. Estuvo a punto de cerrarla antes de siquiera registrar totalmente qué estaba sucediendo. Frank Fucking Iero estaba parado frente a él.
Sabía que su boca estaba abierta, pero ni siquiera le importaba. ¿Desde cuándo su vida se convertía en una comedía de errores? Frank brincó sobre sus pies unos segundos más antes de golpear el marco de la puerta y sonreírle a Gerard.
-¿Vas a dejarme entrar? Mikey dijo que estaban teniendo un maratón de películas de terror y la mitad de mi banda tiene intoxicación por la comida así que conduje desde New York hasta aquí.
Gerard maldijo a todos los hermanos menores y sus maneras de entrometerse antes de darle a Frank una sonrisa nerviosa y hacerse a un lado para dejarlo entrar al departamento. Mikey sonrió de lado cuando estuvieron en el living, Gerard simplemente frunció el ceño y le robó su bolsa de gomitas de gusanos. Mikey hizo puchero, pero lo superó rápido cuando tuvo que moverse a un lado así que estaba apretado contra Ray e hizo muy obvio el hecho de que Frank y Gerard deberían hacer lo mismo para caber en el sofá.
Frank se sentó al lado de Mikey y finalmente Gerard pensó que él solo podría sentarse en el suelo, cuando Frank negó con la cabeza y lo tomó de la manga de su remera.
-Oh, no, no lo harás. Te sentarás a mi lado, Way.
Gerard ni siquiera pudo pensar una buena escusa para protestar, así que dejó que Frank lo arrastrara al sofá. Su muslo estaba presionado contra el de Frank y estaba seguro que si no estuviesen tocándose más de lo que ya estaban tocando, podrían convertirse en una persona. Podía sentir cada movimiento que Frank hacia y eso comenzaba a hacerlo sudar. Así no era como quería pasar la noche de películas con su hermano, pero pensó que podría sobrevivir y luego, cuando Frank se hubiera ido, podría intentar golpear a su hermano.
Cuando pusieron otra película, Frank le dio un codazo a su lado.
-Ey, esto está genial.
Gerard asintió con la cabeza evasivamente, viendo como los zombies se arrastraban hacia la casa de una pobre mujer.
-Ahá.
Frank le sonrió.
-Me recuerda a los viejos tiempos. Pasando el tiempo en tu sótano y mirando todas esas películas slasher o de zombies. Extrañaba esto.
Gerard miró a Frank de reojo.
-¿En serio?
Frank asintió con la cabeza.
-Duh. Tu, Mikey y Ray son unas de las mejores personas que conozco -Tomó otra porción de pizza de la caja sobre la mesa de café y volvió a codear a Gerard-. Gracias por dejarme pasar. Por un segundo tuve miedo que me fueras a cerrar la puerta en la cara.
Gerard rio y se relajó contra el sofá. Quizás, después de todo, esto no era tan malo.
Cuando llegó la medianoche, las películas fueron olvidadas y los cuatro entablaron una épica conversación sobre los viejos días.
Frank sonrió y palmeó a Mikey en la espalda.
-Tenemos que comenzar a tener fiestas D&D de nuevo. Nadie en mi banda sabe cómo jugar y estoy muy seguro que no les importa. Mierda, los extrañé chicos.
Se encontraban aún sentados sobre el sofá, juntos de manera casi imposible. Frank estaba de espaldas a Gerard y estaba usándolo como soporte. Gerard intentó hacer a un lado el deseo de envolver con sus brazos la cintura de Frank, así que intervino en la conversación de él vistiéndose como mujer para la escuela de arte y el éxito que había tenido.
Frank le sonrió por encima de su hombre, prácticamente mirándolo con lasciva.
-¿Por qué no lo hiciste más, Gee? Nunca pude verte ese día. Solo fotos.
Mikey rodó sus ojos y golpeó a Frank en la rodilla.
-No te perdiste mucho. Créeme.
Gerard fingió quedar sin aliento.
-¡Mikey! ¡Eres un idiota!
Eso los hizo volver a reír y, antes que se dieran cuenta, estaban uno contra otros, intentando no caerse dormidos. Finalmente, Mikey logró ponerse de pie y jaló a Ray fuera del sillón. Gerard le parpadeó de manera somnolienta a su hermano.
-Debemos irnos. Ray debe ir al trabajo en la mañana.
Gerard asintió con la cabeza y los vio irse. No fue hasta que regresó al living que recordó la presencia de un invitado en su departamento. Frank estaba dormido, acurrucado en el medio del sofá, con su rostro contra la tela áspera.
Gerard no sabía si despertarlo o solamente dejarlo. Al final decidió hacer lo correcto. Si Frank necesitaba estar en algún lugar, Gerard no quería que Frank se enojara con él por no haberlo despertado. Caminó rápido hacia el sofá y luego colocó su mano sobre el hombro de Frank. Éste murmuró algo, pero no estaba del todo despierto. Gerard sonrió y comenzó a sacudirlo.
Frank gimió y luego le dio un manotazo a la mano de Gerard.
-Estoy despierto, Mierda. Imbécil.
Gerard sonrió brillantemente cuando Frank finalmente lo miró.
-¿Hay algún lugar en el que debas estar?
Frank miró el reloj de la pared de Gerard y negó con la cabeza.
-No hasta esta tarde. ¿Puedo quedarme aquí?
-Sí, seguro. Solo iré a buscarte una manta y algunas almohadas.
Frank se sentó y lo miró.
-Ey, somos amigos.
Gerard no tenía idea de qué estaba hablando Frank. Pensó que estaba siendo agradable, ¿pero quizás Frank no quería una manta o almohadas? No estaba seguro hasta que Frank rodó los ojos y se puso de pie. Miró aturdido como Frank se estiró, bostezó y luego caminó por el pasillo que dirigía a la habitación de Gerard y su baño. ¿Quizás Frank tenía que hacer pis?
Cuando finalmente arrastró los pies por el pasillo, vio que la puerta del baño estaba entre abierta. Se asomó a la habitación y se sorprendió al ver que Frank no estaba allí. ¿Dónde mierda podía estar? Y allí fue cuando escuchó el inconfundible sonido de los resortes de su cama chirriando. Oh, mierda, ¿Frank quería dormir en la misma cama?
Cuando finalmente fue a su habitación, observó su cama unos momentos intentando hacerse una idea de qué había ocurrido. Frank oyó a Frank soltar un suspiro de frustración y luego se encontraba sentado y mirando a Gerard.
-Ven, Gee.
Palmeó sobre la cama su lado y Gerard realmente no pudo resistirse. Quizás por solo una noche podía pretender que estaban juntos en su cama por una razón completamente diferente. Probablemente no debería, principalmente porque tenía la fuerza emocional de un zoo de cristal* (a glass menagerie), pero una parte de él quería creer que Frank no lo dejaría caer y romperse sobre el suelo, en un millón de piezas.
Cuando estuvo seguro que no haría nada estúpido, caminó hacia la cama y se sentó al lado de Frank. Éste le sonrió y luego se hizo a un lado. Bien, podía hacerlo. Solo tenía que cerrar sus ojos, fingir que nada andaba mal y apagar su cerebro solo por esta vez.
Aparentemente no era tan fácil como pensó. Despertó al rededor de las cinco con los brazos de Frank alrededor de sus caderas y la respiración de éste sobre su cuelo. Gerard miró el techo y debatió si orar o no lo sacaría de esa situación.
Luego de media hora, fue capaz de ignorar el brazo de Frank y de lo cerca que estaba a otras partes de su anatomía. Cuando se dejó dormir de nuevo se estaba sintiendo un poco feliz y muy preocupado, pero eso podía esperar para después.
La siguiente vez que abrió sus ojos, eran las nueve y media. Le tomó un par de momentos darse cuenta que su posición con Frank era, probablemente, más que un poco comprometedora. Ahora, estaba de frente a la pared y Frank estaba presionándolo contra su espalda así que estaban durmiendo en cucharita. El brazo de Frank estaba alrededor de su cintura y Gerard podía sentir la rodilla de Frank metida entre sus piernas. Oh, mierda. Esto no podía ponerse peor.
Y luego, porque la estúpida suerte de Gerard era la peor, la mano de Frank vagó hacia abajo y sus dedos se deslizaron justo por debajo de la pretina de su pantalón. Gerard se congeló e intentó no moverse demasiado al respirar. La continua respiración en su nuca le dijo que Frank aún estaba durmiendo, así que no tenía que preocuparse por Frank poniéndose histérico con él. Pero, ¿cómo mierda salía de esa situación?
Tomó un profundo suspiro e hizo una mueca cuando la mano de Frank fue más allá en su pantalón. Mierda. Esto podía terminar siendo realmente gracioso o realmente catastrófico. Cuando supo qué iba a hacer, se mentalizó así mismo con una curva de estimulo recorriendo a través de su mente. Luego, de manera rápida se salió de debajo del brazo de Frank y se levantó de la cama. Miró a Frank para asegurarse de no haberlo despertado aún y se alivió al verlo volverse contra su estómago y presionar su rostro contra la almohada de Gerard. Okay, crisis evitada. Gerard lo hizo. Frank ni siquiera sabía que había molestado a Gerard mientras dormía así que probablemente ahora estaría menos resentido con Gerard.
Finalmente dejó de observar a Frank dormir tras un par de minutos y se fue a preparar café. Cuando el café estuvo listo y se encontraba vertiéndolo dentro de una jarra, Frank apareció arrastrando los pies hacia la cocina. Le sonrió a Gerard cuando éste le ofreció una taza de café y luego se sentó en la mesa de la cocina.
-Gran noche, ¿verdad?
Gerard le sonrió y asintió con la cabeza.
-Sí, no he tenido mucha diversión desde, mierda, ¿secundaria? -Rió nervioso y colocó un mechón de cabello detrás de su oreja.
Frank sonrió en su taza de café y luego tomó un sorbo. Miró a Gerard.
-Entonces, ¿la noche fue lo suficientemente buena para que ahora dejes de ignorarme?
Gerard casi se ahogó en su café pero logró tragar el trago que tenía y luego tomó otro. No pensó que Frank traería el tema de esa manera. Pero, si. No podía culparlo. Una mirada al rostro de Frank le dijo que éste estaba un poco molesto, probablemente enfadado y, actualmente, dolido. De repente, Gerard se sintió la persona más mierda en el mundo. Agitó su mano en el aire, sin estar seguro acerca del significado del gesto, hasta que fue capaz de hablar.
-Lo siento, ¿bien? Ni siquiera me di cuenta que te estaba ignorando.
Una completa y total mierda, pero Frank no necesitaba saberlo.
-Lamento si herí tus sentimientos.
Frank resopló pero no dijo nada por unos pocos momentos.
-¿Puedes prometerme que me devolverás los mensajes a partir de ahora? No quiero estar de camino a Canadá, pensando que jodí todo cuando ni siquiera he hecho nada.
Los ojos de Gerard se abrieron y asintió con su cabez. Mierda. No sabía que había hecho sentir tan mal a Frank solo por no hablarle. Bueno, estaba bien. No importaba.
-Juro devolverte los mensajes a partir de ahora y molestarte a cualquier hora de la noche.
Frank le sonrió.
-Gracias.
Gerard miró el reloj y sintió que iba a tener un ataque al corazón. Puso la tasa sobre el mostrador, probablemente con más fuerza de la que debería y luego salió corriendo al cuarto. Frank estaba pisándole los talones y se veía como si Gerard hubiera dejado zombies en la puerta o algo.
-¿Estás bien, Gee?
Gerard asintió con la cabeza.
-Si. Mierda. No. Llego tarde al trabajo.
Frank hizo una mueca.
-Mierda. Lo siento. ¿Hay alguna manera en la que pueda ayudar?
Gerard negó con la cabeza y luego se quitó la remera antes de si quiera preocuparse por el hecho de que Frank iba a obtener un striptease.
-Solo tengo que cambiarme y luego con suerte estaré allí antes de que algún cliente llegue.
. Ni siquiera sabía por qué se había ofrecido para abrir la tienda durante toda la semana. Era asesinato y ahora estaba reconsiderado volver a su tiempo con Bob, donde podían cambiar horarios.
Frank asintió con la cabeza, sin poder despegar sus ojos de Gerard por un segundo. Caminó despacio hacia la puerta.
-Por supuesto, solo estaré… hum, aquí afuera. Si. Por aquí.
Y luego abandonó la habitación a la vez que Gerard se quitaba el pantalón e intentaba buscar algún jean que no estuviese horriblemente sucio.
Cuando volvió al living, Frank estaba mirando a sus zapatos y sonrojándose. Gerard no tenía idea de porqué Frank podría estar sonrojándose, pero pensó que quizás estaría pensando sobre algo o alguien. Le sonrió.
-Ey, me tengo que ir, pero puedes quedarte hasta que debas irte. Solo asegúrate de cerrar la puerta cuando te vayas.
Frank le sonrió débilmente.
-Sí, eso sería genial. Gracias.
Gerard tomó su celular de la mesa de café y su abrigo del brazo del sofá.
-Puedes comer lo que quieras.
Frank hizo un sonido de asfixia y Gerard se volteó para asegurarse que no estuviera a punto de morir o algo. Se veía bien, pero ahora se estaba sonrojando más. Wow, ¿qué mierda había en la mente de Frank?
Le prometió a Frank mandarle un mensaje una vez que tuviera un descanso y luego salió por la puerta. Y tuvo un momento de total pánico que Frank recordara esa misma mañana donde accidentalmente lo había estado tocando. Quizás después de todo Frank no había estado dormido. Gerard negó con la cabeza y se rió de sí mismo. Era tan estúpido a veces.
En el momento que Bob fue a relevar su puesto, Gerard le había mandado, satisfactoriamente, cinco mensajes de texto a Frank. Estaba un tanto feliz con él mismo. Quizás podría mandarse mensajes amistosos con Frank y no lo afectaría en lo absoluto. Era un pensamiento estúpido, lo sabía, pero por ahora podría tener esperanzas. Además, Frank iba a estar en la carretera y si Gerard se las arreglaba para arruinarlo de nuevo, no iba a ser como si Frank volvería a Jersey por un buen mes.
No podía evitar pensar que era tiempo suficiente para tomar sus cosas e irse a la mierda del Estado. Tuvo que detenerse, porque sabía que estaba en aquel punto de propia locura mental, donde Mikey lo observaría, diciéndole que “Cierra la puta boca”.
Cuando volvió a su casa, estaba más que triste al ver que Frank ya no estaba allí. Sabía que Frank estaba en camino de tocar en algún lugar de Maine, pero no podía evitar desear que Frank fuese normal y estuviera con él para escuchar sobre el cliente imbécil con el que tuvo que lidiar temprano en la mañana.
En su lugar, se conformó con escribirle un mensaje largo sobre el cliente, diciendo al final que estaba aburrido.
Tomó media hora, pero finalmente Frank le respondió; Eso es una mierda. Desearía que pudieras venir al show ;).
Gerard sintió su pecho tensarse, pero rápidamente detuvo el sentimiento antes que comenzara. No era justo que Frank pudiera mandarle un guiño en emoticón y luego no esperara una consecuencia. Mierda. ¿Eso significaba que Gerard podía hacer lo mismo? ¿Frank se estaba burlando de él? Negó con la cabeza y se preguntó como en la secundaria los matones se las habían arreglado para cagarlo de tal manera que hasta dudaba de alguien que era su amigo.
Le respondió con algo que esperó que no lo hiciera sonar demasiado idiota y después apagó el celular, antes de involucrarse demasiado en la conversación con Frank. No era como si pudiera salirse de las manos, ¿verdad?
Estuvo equivocado. Se salió de las manos luego de una semana, cuando prácticamente estaba releyendo sus conversaciones con Frank para pasar el día. Frank estaba fuera tocando en un show de Califormia y Gerard estaba esperando para escuchar de él. Era patético y no tenia escusas además de que estaba enamorado de Frank y nada podía cambiar eso.
Estaba en la cima del mundo pensando que el cantante de una banda quien estaba viajando por el mundo quisiera hablar con él. Eso fue hasta que Gerard recibió un mensaje de Frank que hizo que su corazón cayera en la boca del estómago.
Es rídiculo tener todas esas gropies dando vueltas. Lo hace a uno un tanto nervioso.
Gerard dio vuelta su celular e intentó tener una imagen de miles de chicas y chicos intentando obtener una porción de Frank. Por supuesto que Frank tenía groupies. Por supuesto que Frank, probablemente, había estado con ellos. Él era una estrella de rock y Gerard era un perdedor. Se golpeó la frente con la palma de la mano un par de veces antes de, finalmente, levantarse y caminar hacia su habitación. Tal vez si se obligaba a dormir, podría sentirse mejor en la mañana.
Era un buen plan, excepto la parte donde éste falló. No podía, en lo absoluto, obligarse a dormir. Terminó dando vueltas en la cama por horas hasta que finalmente decidió que iba a condenarse mirando dibujitos por el resto de la noche. ¿A quién le importaba si tenía que trabajar en la mañana? Solo había un día hasta la apertura de la tienda, ya que Bob se había tomado un par de días. Ni siquiera le importaba si la gente sabía que estaba jodidamente cansado. Nada de eso importaba porque todavía no podía quitarse de la mente a Frank alrededor de groupies que querían estar con él.
Ignorar a Frank se convirtió en una tarea realmente difícil. Frank le mandaba mensajes, por lo menos, diez veces al día. Se preguntaba si Gerard estaba bien. Si estaba enojado con Frank. Si Frank había hecho algo malo. Y luego Frank involucró a Mikey y éste empezó a acosarlo por todo. Finalmente llegó el punto donde pensó que iba a comenzar a gritarle a su hermano menor. Así que antes de hacerlo, mantuvo el celular apagado y toda la interacción que obtuvo con el mundo exterior sucedió en el trabajo.
Solo lamentó su ya muerta amistad con Frank el primer par de días. No era como si hubiera mucho, pero sentía que en definitiva, estaban construyendo algo. Y ahora, porque Gerard era raro e inseguro, había tomado esa amistad y tirado dentro de un triturador de basura metafóricamente hablando.
Pero, se preguntaba si siquiera Frank lo extrañaba. Bien, Frank estaba mandándole mensajes como loco, pero eso era solo porque era un buen tipo. La verdad era que… que era un perdedor y él con su vida no iba a ir a ningún lado. Seguro, él trabajaba en una tienda de comics, pero no había ninguna garantía que fuese a salir de allí. Ahora Frank, tenía sus sueños volviéndose realidad. Era una reconocida estrella de rock con tres álbumes debajo del brazo. Iba a tours todo el tiempo y constantemente estaba hacienda entrevistas y tocando en shows. Frank era demasiado bueno para Gerard.
Una semana pasó antes de que Mikey, en un esfuerzo para hablar con él, prácticamente tirara la puerta abajo. Cuando Gerard abrió la puerta, su hermano entró al departamento y luego giró su rostro a Gerard, con sus brazos cruzados y el ceño fruncido. Gerard sabía que esto no iba a estar bueno.
-¿Qué mierda? ¿Ahora estás ignorando a tu hermano? ¿Cómo va esto?
Gerard suspiró y pasó una mano a través de su cabello.
-No. Yo solo, soy estúpido, ¿bien?
La ceja izquierda de Mikey se alzó y ladeó su cadera a un lado.
-No me digas.
Gerard rodó los ojos y fue hacia la cocina. Una vez que tuviera acerca de tres tazas de café en su sistema, podría ser capaz de lidiar con Mikey. Pero ahora, realmente no sabía si quería.
Mikey lo siguió y tomó asiento en una silla. Sabía que Mikey haría agujeros en su espada, pero no podía mirarlo ahora. Era demasiado y sabía que Mikey solo estaba esperando el momento correcto para tenerlo. No quería pelear, pero si eso era lo que debía hacer para que Mikey dejara de odiarlo, entonces él podía sufrir una pelea.
Tomó una hora media de gritos y Mikey arrojándole diferentes cosas antes de que la conversación de tornara normal. Mikey estaba preguntándole cómo estaba yendo el trabajo y Gerard estaba preguntándole como se sentía estar casado. Corrió a la tienda para tener con que hacer la cena y cuando volvió, Mikey estaba al teléfono.
-Ey, Má, Gerard volvió. ¿Quieres hablar con él?
Gerard rodó los ojos. Era casi una reacción de reflejo que tenía cuando debía hablar con su madre, pero todavía disfrutaba escuchar cómo se encontraba. No era un mal hijo.
Tomó el teléfono de su hermano y lo colocó en su oído.
-Hola, Má, ¿cómo estás?
-De verdad muy jodido porque mi amigo no habla conmigo.
Gerard cerró el teléfono al segundo de darse cuenta que Frank estaba al otro lado de la línea. Mikey lo miró y luego lo golpeó en el hombro.
-¿Por qué mierda no le hablas a Frank? No hizo nada.
Gerard suspiró.
-Lo sé. Solo estoy siendo raro de nuevo.
Mikey rodó los ojos.
-Imbécil es en realidad como es. Comamos ya así me puedo ir e ignorarte a cambio.
-Ow, gracias Mikey.
Luego de que Mikey se fuera, tomó tiempo a solas para trabajar en su comic. Cada vez que miraba el reloj, una hora pasaba. Cuando el reloj le estaba diciendo que eran las seis de la mañana, se forzó para ponerse de pie y tomar una ducha. Tenía que entrar a trabajar a las diez y luego el día siguiente no tendría que trabajar.
Apenas soportó el día en el trabajo. Parecía que cada imbécil en Jersey había decidido detenerse y hacer de su misión molestarlo. En el momento que Bob lo relevó del trabajo, estaba sosteniendo la bolsa del mensajero con tanta fuerza que sus nudillos estaban blancos.
Bob simplemente palmeó su espalda.
-Ve a dormir un poco. Te vez un tanto horrible.
-Gracias -Murmuró y salió de allí lo más rápido que pudo. Al momento que volvió del departamento, estaba demasiado casando para que le importara dónde caía dormido así que se arrastró hacia el living y colapsó en el sofá. Quizás si despertaba en medio de la noche, podría tener suficiente energía para arrastrarse hacia la cama.
Cuando Gerard despertó la mañana siguiente, su espalda estaba adolorida y su cuello duro. Además, parecía que alguien estaba intentando derribar la puerta.
-Estúpido Mikey, ¡déjame en paz!
Sabía que la persona del otro lado de la puerta probablemente no podría escucharlo, así que de mala gana se puso de pie y arrastró los pies hacia la puerta. Cuando la abrió, esperaba tener a Mikey empujándolo dentro del departamento y luego comenzar a gritarle por algo. Pero obtuvo una sorpresa diferente cuando sucedió lo mismo pero, en vez de Mikey, fue Frank quien apareció.
Rápidamente cerró la puerta y giró par a ver a Frank mirándolo.
-¿Qué mierda, Gerard?
Gerard empezó a mirar el suelo. El debería haber pensando que Frank volvería para patearle el trasero. Se encogió de hombros y mantuvo la mirada en sus pies. Retorció los dedos de sus pies sobre el piso de madera y se preguntó si Frank se daría cuenta si se deslizaba a la cocina por un poco de café. Quizás una porción de tostada. Dio, de casualidad, un vistazo a su espalda y tuvo que detenerse al momento de gritar cuando vio que Frank estaba a menos de un pie de distancia.
-Dije, qué carajos, Gerard. Estuve llamándote. Estuve mandándote mensajes, y mierda. -Alzó sus manos en el aire en frustración-, incluso intenté engañarte para tuvieras una conversación conmigo y tu colgaste el teléfono!
Gerard frunció el ceño mirando los dedos de su pie de Nuevo.
-¿Por qué estás aquí, Frank?
Frank resopló y dio un paso más cerca de Gerard.
-¡Estoy aquí para asegurarme que no jodí nuestra amistad! Pensé que estábamos bien hasta que comenzaste a ignorarme de nuevo.
Casi golpeó a Gerard en la cara, estaba agitando espasmódicamente sus brazos por todos lados ahora.
Gerard se sorprendió y dio un paso hacia atrás. Su espalda golpeó la puerta y maldijo su incapacidad para prestarle atención al entorno.
-Lo siento, solo estaba siendo estúpido.
Frank rió con dureza y empujó los hombros de Gerard.
-¿Estúpido? Pensé que estaba llegando a alguna parte y luego vienes tú y quemas cualquier esperanza que pude haber tenido.
La cabeza de Gerard se also ante eso.
-¿De qué estás hablando?
Frank dio un paso atrás e hizo un gesto al hacerlo.
-¡Estoy hablando sobre esto! ¡Estuve intentando cortejarte a través de los mensajes y las llamadas y no ha funcionado una mierda! ¿Por qué más debería preferir tener los ojos rojos durante todo el camino hacia aquí desde la costa oeste en mi día libre? He estado preocupado y tú no has estado hablándome por supuesto.
La cabeza de Gerard daba vueltas. ¿Qué mierda estaba pasando? ¿A Frank le gustaba Gerard de la misma manera que a él le gustaba Frank?
-¿Te gusto?
Frank rodó los ojos.
-Si, me gustas. ¿Qué carajos? ¿No lo sabías?
Gerard sacudió la cabeza.
-No. De verdad no.
Frank gimió.
-Genial. Mierda, pensé que si.
Gerard estaba seguro que Frank estaba a cinco segundos de arribar el tren de auto-odio, así que rápidamente lo tomó del frente de su remera.
-No entiendes. -Ahora era su tiempo de ser hombre. Si Frank podía hacerlo, entonces él también. Tan solo tenía que sacar las palabras-. También me gustas. O sea, de verdad me gustas.
Los ojos de Frank bajaron hacia los labios de Gerard y luego volvieron a encontrarse con sus ojos.
-Eso significa…
Gerard asintió con la cabeza rápidamente y atrajo a Frank más cerca de él.
-Si. Todo este tiempo.
-Oh, gracias -Frank sonrió y luego presionó los labios de Gerard.
Gerard se congeló un segundo, no muy seguro de si aquello estaba realmente pasando, antes corresponder el beso de Frank. Frank se apegó a él, tomando la cadera de Gerard lo suficientemente fuerte para dejar moretones y frotándose contra él. Gerard gimió, rompiendo el beso y golpeando su cabeza contra la puerta. Frank tomó la oportunidad para dar suaves besos en su mentón y bajar hacia su cuello. Mordisqueó la piel y recorrió con su lengua el lugar.
Gerard gimió y colocó sus brazos alrededor de la cintura de Frank, atrayéndolo aún más cerca. Frank deslizó su muslo entre las piernas de Gerard y continúo frotándose contra él. Gerard se movió contra Frank, consiguiendo finalmente un ritmo.
Frank jadeó con fuerza contra su cuello y le dio un beso justo detrás de su oreja. Gerard no estaba seguro cuánto más iba a aguantar, solo que vestir pantalones lo hacía de alguna manera peor, pero no tenía suficiente claridad en su mente en aquel momento para hacer algo al respecto. Así que continuó moviéndose contra Frank, sin sentirse demasiado horrible con respecto a la desesperación de los sonidos agudos y quejumbrosos que escapaban de su boca, con la erección de Frank rozando su muslo y gimiendo en su oído.
Solo tomó un embarazoso y corto momento antes que se corriera en sus pantalones, empujándose frenéticamente contra Frank, y tirando distraídamente su cabello con violencia.
Frank siseó y luego gimió en la oreja de Gerard, susurrando su nombre y luego sus caderas temblaron contra las de Gerard. Se alejó de Gerard luego de unos pocos minutos y arrugó su nariz.
-Me siento un tanto asqueroso. ¿Tienes algunos pantalones que puedas prestarme?
Gerard rió, tomándose unos segundos para alegrarse de que Frank no estuviera disgustado por él y después llevó a Frank a su dormitorio donde le dio un par de suaves pantalones que raramente vestía. Frank le sonrió agradecido y luego se colocó los pantalones rápidamente. Gerard se cambió mientras Frank estaba distraído y luego tuvo unos pocos segundos para pensar “¿Qué carajos?” antes de darse cuenta que Frank lo había empujado a la cama. Gerard sonrió de buena gana y dejó que Frank colocara sus brazos alrededor de él y pusiera su mentón sobre su pecho.
-Nunca pensé que yo sería capaz de hacer esto. Estaba seguro que tu no sentías lo mismo y solo estaba engañándome a mí mismo.
Gerard rió, un poco sorprendido de que todo aquello estuviera sucediendo.
-No pensé que alguna estrella de rock podría realmente estar interesado en algún perdedor que solía conocer de la secundaria y que ahora tiene un trabajo que no vale la pena y ni siquiera puede conseguir sus propios sueños.
Frank lo golpeó con suavidad en la pierna.
-No puedo creer que pensaras eso. Pensé que lo que sentía por ti en la secundaria era demasiado obvio. ¡Incluso Mikey sabía!
Gerard frunció el ceño. Ese imbécil. Había sabido durante todo este tiempo pero nunca le había dicho una palabra.
-Él sabía que yo estaba enamorado de ti-Gerard rió y besó a Frank rápidamente antes de alzar la vista el techo y suspirar nostálgicamente-. Somos tan estúpidos.
Frank asintió con la cabeza.
-Si. ¿Desde hace cuanto estás enamorado de mi?
Gerard sabía que estaba sonrojándose, pero pensó que, si alguna vez hubo tiempo para hablar de ello, era ahora.
-¿Desde la segunda vez que te vi?
Los ojos de Frank se abrieron al igual que su boca un tanto incrédulo.
-¿De verdad?
Gerard asintió con la cabeza.
-Aquella vuelta del último año cuando Mikey te declaró como su mejor amigo. Si… Pensé que estabas bueno, eras genial y un tanto punk, pero eras gracioso y te gustaba todo lo que a mí me gustaba. Así que… si, en cierto punto me estaba refiriendo a ti como mi alma gemela.
Frank rio con gusto y encontró la mano de Gerard a su lado. Apretó sus dedos y le sonrió.
-Yo pensaba que eras tan… jodidamente genial. Dibujabas cosas tan geniales y ¿recuerdas cuando, por mi cumpleaños, me dibujaste peleando contra esos zombies?
Gerard movió su cabeza, más que interesado al ver dónde Frank estaba yendo.
-Después de eso, estaba determinado en saber todo sobre ti. Mikey solía enojarse conmigo porque nunca dejaba de hablar de ti. Llegué al punto donde le rogaba a Mikey estar en el sótano contigo solo para tener una escusa y verte.
Gerard no podía creerlo, pero todo ese tiempo Frank había estado muy emocionado por pasar tiempo con Mikey y Gerard, parecía tener sentido que solo intentaba ser tolerante.
-Dios, ¡ambos somos unos perdedores!
Frank lo golpeó en el costado, pero se devolvió inmediatamente en un ataque de risa. Gerard no pudo evitar reír con él y antes de que pudiera dares cuenta, Frank estaba besándolo de nuevo. Cuando se retiró hacia atrás esta vez, Frank descansó su cabeza en el hombro de Gerard.
-Así que, ¿podemos seguir haciendo esto? O sea, sería una mierda descubrir que el chico del cual he estado enamorado por años en realidad estaba enamorado de mí también y no hacemos nada o lo que sea.
Gerard rodó los ojos.
-A veces hablas demasiado.
Colocó su mano sobre la nuca de Frank y lo empujó hacia él hasta que pudo acariciar con su lengua el labio inferior de Frank y jalarlo con sus dientes. Frank gimió y se colocó sobre él, apegándose más cerca y explorando con su lengua la boca de Gerard. Y realmente Gerard no iba a quejarse si Frank quería hacer eso por el resto de su vida.
Finalmente, cuando fueron capaces de dejar de besarse y buscarse (Gerard estaba, en un cinco por ciento, molesto de que cinco horas de su día libre se hubieran ido, pero noventa y cinco por ciento encantado de que ese tiempo lo había pasado con Frank), volvieron al living y se sentaron en el sofa para un maratón de películas de terror.
Gerard estaba recordando esa noche donde Frank se había quedado dormido en su cama y todo comenzó a tener más sentido.
Estaban riéndose de la reacción exagerada que una chica había tenido ante la revelación del asesino, como… wow, ¿sobreactuando demasiado? Pero cuando la risa se desvaneció, Gerard se dio cuenta que Frank lo estaba observando.
-¿Qué sucede?
Frank negó con la cabeza y se acercó más a Gerard.
-Solo desearía poder irme contigo.
Gerard rió, un poco sorprendido pero todavía confundido.
-¿Qué quieres decir, Frankie?
-Quiero decir, ¿por qué no vienes al tour conmigo? No creo poder hacer toda esta mierda si sólo te veo cuando estamos en Jersey. Nos vamos a ir a Europa. ¿Sabés cuánto tiempo va a pasar hasta que pueda verte?
Gerard sacudió su cabeza. Demasiados pensamientos estaban pasando por su cabeza ahora mismo. Mierda. ¿Podría ir al tour con Frank? ¿Y su trabajo? ¿Y su hermano y sus otros amigos? Solo tuvo que darle una mirada a Frank antes de saber cuál sería su decisión.
-Si todo esto va a funcionar, entonces me encantaría irme contigo.
Frank le sonrió, y mierda, lucía tan feliz que casi lo dejó sin aliento.
-Mierda. ¡Eso es tan genial!
Frank colocó sus brazos alrededor de la cintura de Gerard y luego lo besó con suavidad ants de volver su atención a la película, ahora tarareando algo en voz baja.
Gerard bajó la mirada hacia la mesa de café, atrapado en los pensamientos, en cómo su vida había cambiado en un solo día. Incluso si no funcionaba, y no podía ir al tour con Frank, él seguía estando feliz de tenerlo en ese momento.
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