30vicios kanda x lenalee (d.gray-man)
Título: Conejo
Serie: D.Gray-Man
Personajes: Kanda Yuu x Lenalee Lee
Género: General
Advertencias: G, 710, continua en celos
Tabla: Aquí
19. Conejo
Allen soltó una silenciosa carcajada mientras que Lavi se acariciaba la zona morada de su cara. Sabía que su comportamiento con Lenalee estaba haciendo que él mismo se jugara la vida con tanto protector de la chica (si hubiera sido otro, él también hubiera hecho de todo para protegerla) pero no se hubiera imaginado de Kanda hubiera ido tan violentamente hacía él como lo había hecho ese día.
Esperaba un Komurin junto con un Komui con escopeta incluida, esperaba quizá un Reeves que, aunque no quisiera admitirlo públicamente, se sentía en el deber de proteger a la chica que era como su hermana y ángel del lugar y que pondría la excusa del que si lo estaba atacando era porque hasta que no acabaran con él Komui no volvería en sí y que Komurin lo destrozaría todo (no hacía mucho que se habían mudado y no podían tirar el dinero en comprar otro local). Se esperaba a un Allen, incluso podía esperar también a una Miranda y Krory. Vamos, todos hubieran ido a por él mientras que Kanda quizá solo lo hubiera insultado.
Lo que no esperaba es que solo Kanda lo hubiera destrozado físicamente antes de que nadie más se enterara.
Cuando Allen empezó a mover la cabeza mirándolo a él para después mirar la puerta y volver a mirarlo a él sucesivamente, se preocupó por lo preocupado que estaba su compañero y miró hacia la puerta para ver la entrada de un furioso, que si le quitabas la primera capa se podía notar satisfacción más que enfado, Kanda que se sentó en la misma mesa sin decir nada. Solo le sonrió maliciosamente a él.
Y el pelirrojo le devolvió la sonrisa.
“Allen” Kanda creía que había ganado el juego, pero aún no conocía a Lavi del todo. “¿Has tocado alguna vez las mejillas de Lenalee? ¡Son tan suaves! No soy capaz de tocarlas siempre que puedo y cuando las toco, no puedo parar.” Se calló justo un momento para que Kanda fuera recopilando la información y cuando creyó que ya era suficiente chasqueó los dedos para llamar más la atención. “¡Y sus piernas! ¡Esas piernas tan altas, delgadas, fuertes y tan deliciosas! Komui no quiere que la miremos, pero él sabe que más tarde o más pronto caeremos a la tentación… ¡por eso sus uniformes siempre son con falda (o por desgracia, pantalón) corto!” Golpeó con el codo al más joven. “Muchas mujeres matarían por tener unas piernas como las suyas, y te lo digo yo que he visto millones y millones de piernas de mujeres. Y he visto muchas mujeres desnudas y nunca podrá compararse nunca de la vida con el cuerpo de Lenalee.” Sin querer, estaba haciendo que su estúpido compañero de conversación se estuviera sonrojando por lo que había dicho, pero él continuó. “¿Te la puedes imaginar? Ese cuello que te invita a probarlo…”
“¡Ché!” No fue un paso de lo que estáis hablando, fue un aviso de que ya se estaba pasando de la ralla y que no estaba jugando con fuego, sino que se estaba quemando.
“¡No me dejas ni explicarle como deben ser sus pechos!” Se quejó Lavi mientras Allen aún se sonrojaba más con solo imaginarse lo que el pelirrojo podía decir a continuación. Kanda solo cogió la espada diciéndole que ya no le daba ni otro aviso, que solo rezara por una muerte rápida. El primer golpe le dio en todo costado y el segundo golpe no existió porque se escondió detrás de la chica que acababa de aparecer y que lo frenó con un golpetazo con la carpeta en toda la cara.
“Lenalee~~ Kanda quería matarme... Suerte que estás tú aquí para frenar a esta bestia sin corazón.” La chica sonrió y le ordenó, dulcemente, a que fuera la enfermería a mirarse las heridas, que ella seguramente no le habría curado muy bien las heridas. Lavi le comenta que le acompañe, que las enfermeras hacen miedo pero que si ella está a su lado él iría a cualquier sitio y ella, siendo tan buena como es, solo ríe y le acompaña.
Allen traga saliva y cree que, por momentos, se queda sin aire cuando escucha la fría voz de Kanda.
“Cuenta los últimos días de tu vida estúpido conejo.”
Serie: D.Gray-Man
Personajes: Kanda Yuu x Lenalee Lee
Género: General
Advertencias: G, 710, continua en celos
Tabla: Aquí
19. Conejo
Allen soltó una silenciosa carcajada mientras que Lavi se acariciaba la zona morada de su cara. Sabía que su comportamiento con Lenalee estaba haciendo que él mismo se jugara la vida con tanto protector de la chica (si hubiera sido otro, él también hubiera hecho de todo para protegerla) pero no se hubiera imaginado de Kanda hubiera ido tan violentamente hacía él como lo había hecho ese día.
Esperaba un Komurin junto con un Komui con escopeta incluida, esperaba quizá un Reeves que, aunque no quisiera admitirlo públicamente, se sentía en el deber de proteger a la chica que era como su hermana y ángel del lugar y que pondría la excusa del que si lo estaba atacando era porque hasta que no acabaran con él Komui no volvería en sí y que Komurin lo destrozaría todo (no hacía mucho que se habían mudado y no podían tirar el dinero en comprar otro local). Se esperaba a un Allen, incluso podía esperar también a una Miranda y Krory. Vamos, todos hubieran ido a por él mientras que Kanda quizá solo lo hubiera insultado.
Lo que no esperaba es que solo Kanda lo hubiera destrozado físicamente antes de que nadie más se enterara.
Cuando Allen empezó a mover la cabeza mirándolo a él para después mirar la puerta y volver a mirarlo a él sucesivamente, se preocupó por lo preocupado que estaba su compañero y miró hacia la puerta para ver la entrada de un furioso, que si le quitabas la primera capa se podía notar satisfacción más que enfado, Kanda que se sentó en la misma mesa sin decir nada. Solo le sonrió maliciosamente a él.
Y el pelirrojo le devolvió la sonrisa.
“Allen” Kanda creía que había ganado el juego, pero aún no conocía a Lavi del todo. “¿Has tocado alguna vez las mejillas de Lenalee? ¡Son tan suaves! No soy capaz de tocarlas siempre que puedo y cuando las toco, no puedo parar.” Se calló justo un momento para que Kanda fuera recopilando la información y cuando creyó que ya era suficiente chasqueó los dedos para llamar más la atención. “¡Y sus piernas! ¡Esas piernas tan altas, delgadas, fuertes y tan deliciosas! Komui no quiere que la miremos, pero él sabe que más tarde o más pronto caeremos a la tentación… ¡por eso sus uniformes siempre son con falda (o por desgracia, pantalón) corto!” Golpeó con el codo al más joven. “Muchas mujeres matarían por tener unas piernas como las suyas, y te lo digo yo que he visto millones y millones de piernas de mujeres. Y he visto muchas mujeres desnudas y nunca podrá compararse nunca de la vida con el cuerpo de Lenalee.” Sin querer, estaba haciendo que su estúpido compañero de conversación se estuviera sonrojando por lo que había dicho, pero él continuó. “¿Te la puedes imaginar? Ese cuello que te invita a probarlo…”
“¡Ché!” No fue un paso de lo que estáis hablando, fue un aviso de que ya se estaba pasando de la ralla y que no estaba jugando con fuego, sino que se estaba quemando.
“¡No me dejas ni explicarle como deben ser sus pechos!” Se quejó Lavi mientras Allen aún se sonrojaba más con solo imaginarse lo que el pelirrojo podía decir a continuación. Kanda solo cogió la espada diciéndole que ya no le daba ni otro aviso, que solo rezara por una muerte rápida. El primer golpe le dio en todo costado y el segundo golpe no existió porque se escondió detrás de la chica que acababa de aparecer y que lo frenó con un golpetazo con la carpeta en toda la cara.
“Lenalee~~ Kanda quería matarme... Suerte que estás tú aquí para frenar a esta bestia sin corazón.” La chica sonrió y le ordenó, dulcemente, a que fuera la enfermería a mirarse las heridas, que ella seguramente no le habría curado muy bien las heridas. Lavi le comenta que le acompañe, que las enfermeras hacen miedo pero que si ella está a su lado él iría a cualquier sitio y ella, siendo tan buena como es, solo ríe y le acompaña.
Allen traga saliva y cree que, por momentos, se queda sin aire cuando escucha la fría voz de Kanda.
“Cuenta los últimos días de tu vida estúpido conejo.”