Y así acaba uno más...

Jun 10, 2012 01:09

Hoy mi novio resumió de una forma perfecta lo que ha sido para mí ese año de curso:
"¿No se te ha pasado el año volando, pero a la vez sientes que hace muchíííísimo que empezamos?".


Parece mentira que hace no mucho estuviera probándome por primera vez la chaquetilla de cocina. O que llegase el primer día con mi flamante set de cuchillos nuevo, o que me cambiase de habitación y tuviera durante unos meses la libertad de estar a mi aire... o de que llegase una nueva compañera a dar ese toque de compañía... parece que hayan pasado años desde los primero parciales, de las comandas en el Restaurante a la Carta, de los fríos días de invierno y de fiestas de carnavales.... y a la vez siento esa especie de sensación de vértigo, de que todo ha pasado demasiado deprisa, sin tiempo apenas para pararte en los detalles.
Me ha dado por releer   esta entrada y ver cuan diferentes han sido las cosas con respecto de un año a otro. Primero era la inocencia, el ver todo con la ilusión del primer día, los batacazos que te das al intentar adaptarte a un sistema por primera vez. Trajes con corbata, bandejas llenas de copas, miedo a hablar en público y un grado de compañerismo más abierto, más inocente. Es que te tiemblen las piernas nada más pensar en las prácticas de verano, en la distancia, en la responsabilidad y en mil cosas.
Por otro lado, segundo es el año de la madurez. De coger el toro por los cuernos y la sartén por el mango (literalmente! xD). Ha tenido mucha más tranquilidad en cuanto a juergas pero a la vez ha estado llena de excursiones, anécdotas y tardes enteras dedicadas a hacer mil cosas con la gente que quieres en ese momento. Ha sido un año de conocer más a fondo una ciudad que cada vez me tiene más enamorada, de paseos por el campo, de planes improvisados. Ha sido un año en el que he ganado más confianza (claro que también he estado mil veces más atacada de los nervios que el anterior...). Segundo es un año en el que vas más un poco a tu bola, disfrutas de la tranquilidad de una cocina para ti sola, ir a tu ritmo, no rendir cuentas a tanta gente... un mejor ambiente en un mejor grupo de prácticas y ya solo por las risas y la música mientras pelas patatas (o limpias pescado, o fileteas la carne que sea...) merece la pena. Segundo es el año en el que te llevas desilusiones con respecto a personas que no son como parecían hace un año.... y sin embargo otras te dan sorpresas con una actitud que el curso pasado no veías... (que me lo digan a mí y a la compañera con la que el año pasado me llevaba a matar y éste es de las personas con las que mejor me he llevado!). Son demasiados trabajos en grupos, aguantar a la misma gente todos los días, ver que ya no tienes tanta paciencia. Sentir que el ambiente en la residencia ya no es lo mismo, que te agobias, que te falta algo o alguien... y también es esas tardes a tu bola o en la habitación de una compi viendo una peli mientras cenamos. O ir a visitar a tu "vecina de enfrente" para que te haga un café en su nesspreso y estudiar juntas con buena música muchas muchas risas.

Segundo es un mechero que lleva tu nombre, un curso que ha pasado demasiado rápido y una habitación que ahora está tan vacía que no parece la tuya. Sin fotos ni postales, ni el póster de Amélie en esa pared. Sin mil botellitas en el baño junto a toda tu colección de pintauñas. Son despedidas a toda prisa y ayudar a una compañera a despegar 1400 (NO EXAGERO!) CORAZONES de post-it de las paredes y techo de su cuarto (decoración que le hizo su novio ("¡que no somos novios!") el día de San Valentín). Es escuchar música y vaciar el armario con la puerta abierta (y la de la vecina de enfrente igual, y hacernos highfive cuando nos vemos en el pasillo). Es un espejo que te devuelve una imagen de ti misma, más delgada que cuando entraste, algo pálida y cansada por culpa de estos agotadores examenes finales, el pelo más corto pero una nueva sonrisa en la cara. Más decisión, más confianza y eterno agradecimiento por este año -tanto lo bueno como lo malo, porque de todo se aprende-.

En definitiva, el segundo año no se ha parecido ni un ápice al anterior salvo lo que ya dije en su momento "que las cosas buenas nunca se van". Nuevamente, no sé cómo será el año que viene. Si las cosas que este año me parecen buenas lo seguirán siendo, o esas cosas que ahora no soporto terminarán por gustarme. Sólo sé que no puedes juzgar un libro por su portada ni aún habiéndolo tenido delante un año entero, y que en el fondo lo que importa es seguir adelante firmemente sin perder la sonrisa (ni la de quien te acompaña).
Y que el año pasado tenía la cabeza hecha un lío con respecto a las prácticas, que lo pasé mal - qué duda cabe!- pero también fui feliz, como una auténtica montaña rusa. Y que éste año, sin embargo y a pesar de todos los giros inesperados. Estoy tranquila, estoy contenta, ilusionada, con ganas de empezar. Quizás sea la confianza, quizás sea la compañía, quizás sea la experiencia....

El caso es que en breve cerraré la puerta de esta habitación en la que he estado dos años y será definitivo, será para volver contigo...
¿o quizás no? ¿quién sabe? ya se verá...

Hasta ahora, lo único que se me ocurre es decir "Gracias".

de la vida y otros temas

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