Golden Cherry Blossoms - Capítulo 4

Feb 01, 2014 19:57


CAPÍTULO4 | Sol

-¿Qué voy a hacer, Lulu?

Luhan sonríe al oír el apodo y continúa fregando la espalda de Baekhyun. Es martes, y eso significa que verá a Sehun mañana, pero ahora mismo hay asuntos más apremiantes en los que debería enfocar su mente; más concretamente, quitar del cuerpo de Baekhyun todo rastro del vil hombre que se acaba de ir.

-¿A qué te refieres?

-Voy a volverme loco si me quedo más tiempo aquí, Luhan -dice en voz baja el joven y se gira en la tina para enfrentarlo-. Necesito irme.

Luhan presiona su dedo índice contra los labios del otro para silenciarlo.

-Hey, no hables de esas cosas tan a la ligera.

Baekhyun le lanza un mordisco a su dedo.

-Hablo en serio. Tenemos que hacer un pacto. Si uno de los dos se va, tiene que llevarse al otro consigo.

El mayor suspira.

-Hyun, estás siendo...

-Dijiste que me llevarías contigo.

Deja de limpiarle la espalda y mira al muchacho, quien le devuelve la mirada con ojos grandes y le rompe el corazón, porque luce aún peor que la última vez que lo limpió. Guía a Baekhyun para que se incline y le hunde la cabeza en el agua para quitarle del cabello la desagradable sustancia antes de que se seque completamente.

Él sale luego a la superficie y se frota los ojos, desparramando el resto de kohl por su cara.

-No deberíamos hablar de esto aquí. Pero que sepas que lo que dije va en serio.

La sonrisa de Baekhyun luce brillante y llena de esperanza ante las palabras de Luhan, y éste sólo espera poder mantener su promesa.

Tras aquella segunda tarde con Sehun, Luhan había dejado claro que no quería volver a ser el dominante; o más bien, no podía. Aquel tipo de control y poder sobre alguien era algo que jamás se debió haber permitido.

Sehun es más delicado que Luhan, mucho más que aquella vez en la que no había tomado el control. No lo embiste ni va tan rápido. Luhan se eleva ligeramente del colchón por la fuerza. Sehun le da a en su lugar un placer enteramente diferente con firmes pero increíblemente apasionados movimientos de cadera. Para sólo por una fracción de segundo cuando está completamente metido dentro del mayor para dejarle sentir cuán cerca están ahora conectados, y Luhan siente que es lo más hondo que alguien ha llegado dentro de él, tanto física como metafóricamente.

Sehun está aliviado de que el otro no quiera aquella clase de control nuevamente porque, si bien quiere que Luhan la pase bien, recostarse sobre su espalda y ser impulsado contra la pared implacablemente sólo le trae malos recuerdos. Por un momento vio el rostro de su mentor contorsionado de placer, con su cálido aliento cubriéndole el rostro y sus labios agrietados contra los suyos propios.

Sehun se mete más aún las manos en los bolsillos de su abrigo y se encoge contra la intensa y helada ráfaga de viento que corre en el callejón por el que dobla. Odia cuando su mentor lo llama los miércoles, porque el miércoles está reservado para Luhan y es el único día de la semana en el que se le permite ser feliz.

Pero pensándolo mejor, también significa que podrá obtener otra buena suma de dinero que, con suerte, le permitirá comprar cierto collar que le atrapó la atención antes de que otro se lo quite.

No está completamente feliz de llamar a aquel hombre su mentor, pero así es como se refiere a él frente a sus padres, y el hombre le prometió darle lecciones de negocios pronto.

Ve a su destino aparecer a la vista al cruzar el puente hacia la parte aristocrática de la ciudad, y una sensación horrible lo apuñala en el estómago y por las dudas también se lo retuerce.

Arriba, abajo. Arriba, abajo. Respira. Arriba, abajo. Arriba, abajo.

Sehun mantiene el ritmo y canturrea en su cabeza aquellas palabras como un mantra para mantenerse activo, porque todo en ese momento es horrible y necesita algo con qué distraerse.

-Bueno chico, Sehun -dice el hombre debajo de él, y las palabras y los recuerdos que conjuran le envían escalofríos por la espalda.

Sehun pone un gesto de dolor mientras el miembro del hombre le es extraído y hace su mejor esfuerzo por no mostrar una mueca en su rostro cuando lo besa otra vez. Hace su mejor esfuerzo por no pensar en la mujer detrás suyo, pero cuando se voltea a verla a ella y al dolor claramente escrito por todo su adorable rostro, su corazón se siente increíblemente pesado y todo lo que quiere hacer es salir de allí e ir a toda velocidad hacia la casa bermellón.

-Hana, ven aquí -dice bruscamente su mentor, y ella se endereza y camina arrastrando los pies hacia la cama, con los ojos pegados al piso con vergüenza. Toma el tazón con agua tibia de la mesita de luz y sumerge un trapo para limpiar el pene de su esposo. Sehun gime cuando una mano grande se cierra sobre su propio miembro flácido y lo masturba al ritmo del roce de la tela. Hana devuelve el trapo al bol y lo embadurna con aceite otra vez.

-Sehun.

El chico se aproxima al estómago del hombre y se inclina hacia abajo para permitirle a sus labios ser capturados y violados.

Lo único que quiere ahora es estar con Luhan, cuando los suaves siseos detrás suyo alcanzan sus oídos y el hombre sólo lo besa más babosa y duramente.

-¿Cómo fue tu primera vez?

Luhan luce pensativo por un momento. Están teniendo una tarde tranquila, conociéndose poco a poco en vez de hacer a la cama crujir porque Sehun acaba de llegar de lo de su mentor. Por supuesto que no le cuenta aquello a Luhan, y en vez de eso le dice que quiere que tenga un descanso de vez en cuando. El mayor se decepciona ligeramente de que Sehun no se muestre entusiasmado cuando su mano se escabulle debajo de sus calzoncillos y en vez de eso se la aparte.

Luhan encuentra cómico cuán enamorado de él quedó Sehun desde el primer momento, y cómo había permanecido indiferente hacia el chico hasta hace poco. Pero ahora es Luhan quien pasa la mayor parte de su tiempo libre pensando en aquel joven hombre de expresión holgazana y ojos oscuros, brillantes.

-Fue... agradable, dentro de todo -responde tras un largo silencio-. El hombre era mucho mayor y fue muy delicado conmigo. La madama llevó a cabo una subasta clandestina por mi virginidad. -Una mirada petulante cruza su rostro. -Se vendió por un alto precio, aparentemente.

Sehun frunce el ceño.

-Pero... ¿cómo terminaste aquí? ¿Por qué quisiste vender tu virginidad?

Las cosas se están volviendo muy serias. En su mente, Luhan está sacando el cemento y reparando las grietas de su muro figurado.

-Esa historia es para otra ocasión -murmura, y los tapa a ambos con el edredón, apretado para mantener el calor de sus cuerpos dentro de su suave capullo-. ¿Qué hay de la tuya?

Sehun luce triste y algo trastornado, y Luhan se arrepiente al instante de haber preguntado.

-Fue mi mentor. No creo que lo haya hecho bien porque... sangré mucho.

Luhan posa una mano de forma protectora sobre el corazón del otro y se acurruca más cerca. Tiene la súbita urgencia de presionar sus labios contra los de Sehun.

El cemento fresco no es lo suficientemente fuerte para mantener aquellos pedazos en su lugar, y las paredes ya están agrietándose y desmoronándose otra vez.

Sehun no sabe con seguridad por qué la mayoría de sus sesiones con Luhan terminan con ellos teniendo sexo. Se conformaría perfectamente con sólo sentarse y hablarle todo el rato. Cree que Luhan podría describirle el proceso de teñido de la seda y él continuaría sentado, atendiendo embelesado y prestando atención a cada palabra que articula su lengua y que sale de sus suaves labios rosados.

Uno creería que con todo el abuso sexual que recibe de su mentor, Sehun se acobardaría ante cualquier tipo de interacción física con otros; pero allí está él, pasando sus dedos por el suave cabello de Luhan y observándolo a través de unos ojos medio cerrados mientras que el otro lame hambriento la punta de su pene, despojándolo de cualquier remanente de semen.

Luhan es muy convincente y Sehun simplemente no puede decirle que no.

Sehun tiene ahora el control total, ya que se ha acostumbrado a aquel ritual semanal, y en ese momento todo se trata de Luhan. Atender a las necesidades de Luhan primero. La comodidad de Luhan. Hacerlo acabar primero. Cubrirlo de amorosos roces de labios y palabras románticas en su oído. Hace que Luhan se sienta terrible acerca de su segunda tarde juntos porque aún puede escuchar los sonidos que Sehun había hecho como si fuera ayer. El casi llanto del chico y su tos por haber sido todo demasiado retumba en sus oídos, pero jamás vuelve a tocar el tema porque realmente espera que Sehun simplemente se olvide y lo perdone.

Sueña con aquellos sonidos a veces; no puede realmente descifrar si se supone que el sueño sea bueno o malo, y aquello sólo hace que su estómago se retuerza un poco.

Luhan sueña a menudo con el chico, de hecho. Más a menudo de lo que debería. Pero aquella noche el sueño es distinto y completamente nuevo.

Se despierta sobresaltado y se aferra a aquellas imágenes que estuvieron en su mente segundos atrás, desesperado por grabarlas en su memoria y no dejarlas ir. Las esquinas de sus labios se curvan hacia arriba y una sonrisa amplia se dibuja en ellos. Finalmente ha recordado su primer encuentro con el muchacho que se ha vuelto el centro de su universo.

Luhan agenda adrede las reuniones con Sehun los miércoles porque no le gusta la idea de mancillar al muchacho con los otros. Sehun es diferente de ellos: es especial. Especial de un modo que no puede exactamente describir con palabras ahora.

La madama es amable y le da a cada uno de sus empleados un día con pocos clientes para que puedan descansar, así que Luhan escoge el miércoles como su día. Reubica a todos sus clientes regulares y acomoda sus tiempos para hacer eso posible. Si aquello significa que tendrá que tener diez clientes los lunes, lo hará. Lo hará por Sehun.

Mira a través de la ventana y ve al sol lentamente dirigirse hacia el horizonte, y se tira la manta encima de la cabeza, inhalando lo que espera que sea la esencia de Sehun y murmurando acerca de cuánto odia los lunes hasta que escucha a su siguiente cliente llamar a la puerta.

-¿Cómo soy comparado con los otros? -pregunta Sehun un día, tras una sesión particularmente apasionada. Roza patrones delicados en la clavícula del otro y luego le aparta suavemente los mechones de sus ojos oscuros. Le ha hecho esa pregunta muchas veces antes, formulada de varias maneras, pero el mayor siempre le daba la misma respuesta:

-Sabes que soy sólo tuyo -decía mientras se acurrucaba más cerca del otro, con una delgada capa de sudor aún sobre su pálida piel. A veces le daba un fugaz beso en la mejilla pero eso sólo le recordaba a Sehun que Luhan no correspondía a su amor.

-Ambos sabemos que eso es mentira -suspiraba Sehun.

Pero aquella vez es diferente. Luhan dice algo que jamás le había dicho antes:

-Soy tuyo y sólo tuyo. Los otros no significan nada... tú lo eres todo para mí.

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