Golden Cherry Blossoms - Capítulo 5

[drake15]

CAPÍTULO5 | Florecimiento

Luhan tiene problemas poniendo en palabras lo que siente cuando Sehun, cada miércoles, se le aproxima fuera de la casa bermellón (porque está muy impaciente y excitado para esperarlo en su habitación).

Es como si todo a su alrededor se derritiera y sólo él y Sehun quedaran. El hombre vistiendo un bien confeccionado traje que le tira sin mucha sutileza del nudo en su vestidura de seda queda olvidado al instante, despedido con el giro de un pequeño pedazo de papel con la dirección y el nombre de Luhan. Éste entra en un trance al ver al muchacho aproximarse.

Es lo mismo cada vez que posa sus ojos en el joven: aquella indescriptible sensación de querer estar con alguien con tanta fuerza que daría lo que fuese. Haría lo que fuese para poder quedarse a su lado por siempre.

Luhan desea que pudiera contarle a alguien sobre eso, pero sabe que no puede fiarse de la única persona en que quiere hacerlo. Confía en Baekhyun más que en nadie, pero éste no tiene filtro a veces y ha revelado antes cosas por accidente. Aquella bocaza suya le costó una vez una semana entera de paga y latigazos en el patio.

Luhan tiembla por el fresco del aire y sujeta la muñeca de Sehun, llevándoselo con rapidez hacia el interior de la casa bermellón. Está ansioso por llegar arriba porque hoy el día está bastante frío, lo cual le da una razón para envolver sus cuerpos desnudos en su cálido capullo.

A pesar de su falta de ropa, es en ese momento cuando Sehun y Luhan se sienten más cercanos y aprenden más sobre sus respectivos pasados y personalidades. La dicha le extiende a este último un abundante rubor por sus mejillas, y la tibieza que el otro desprende sólo sirve para que se acurruquen más juntos y se envuelvan con la manta tan ajustada que no queda casi lugar para moverse.

Luhan pretende haberse dormido, estabilizando su respiración y quedándose flojo en brazos de Sehun.

El jadeo atrapado en su garganta casi lo delata cuando él le besa la frente y le susurra al oído:

-Te amo.

Sehun acepta a Luhan y su retorcido mundo con los brazos abiertos.

Es una neblinosa tarde de miércoles cuando Sehun le muestra su verdadera personalidad y tiene a Luhan prácticamente desmoronando y rompiendo los huecos y grietas de su pared figurada para dejar que el otro entre.

Luhan presiona su mejilla contra la pared junto a su cama y se deleita con el modo en que Sehun le agarra la cadera y lo hace sentir entero por completo. Con su oreja contra el muro que separa su cuarto del de Baekhyun puede escuchar gimoteos ahogados, y no piensa nada al respecto porque Baekhyun no es precisamente bueno para esconder sus emociones de sus clientes.

Sehun roza el pecho de Luhan con sus dedos y por poco no escucha los débiles gritos.

El inconfundible sonido de una bofetada saca de inmediato a Luhan de su ensoñación producida por el más joven. El fuerte golpe que le sigue lo tiene gritando el nombre de Baekhyun con preocupación y luego el de Sehun, suplicante. Éste saca su miembro y se pone los pantalones apresuradamente, sin molestarse en abotonarlos, mientras que Luhan se coloca temblorosamente la bata, que había sido tirada descuidadamente a un lado en su ansiedad anterior por estar con Sehun.

Es él quien arremete contra la puerta y la abre, y se aproxima en ayuda de Baekhyun. Su cliente lo tiene atado, amordazado y presionado contra la pared. Parece confundido y no está seguro de por qué fue interrumpido.

-¡Vete! -La voz de Sehun resuena por la pequeña habitación y el señor recoge torpemente su ropa. Su cabello está despeinado pero luce como si previamente hubiese estado prolijamente arreglado, y el traje que levanta del suelo aparenta ser costoso. El hombre debe ser importante, porque el modo en que se va corriendo del cuarto da a entender que no quiere ser visto allí. A Luhan le gustaría que Baekhyun no terminara con tan horribles clientes con horribles fetiches.

Nota que la mano de Sehun está apretada en un puño, sacudiéndose ligeramente, y estira un brazo para acercarla hacia sí en caso de que el más joven decida tratar de darle un puñetazo al hombre que se va. Luhan no puede permitirse perder a Sehun por una mala decisión.

Se precipitan junto a Baekhyun, que está ovillado en la cama en posición fetal. El lazo de su atavío de seda está amarrado caprichosamente alrededor de sus delgadas muñecas, y un trapo fue colocado de forma apretada alrededor de su boca, como una mordaza. Una vez que desatan dicho trapo, Baekhyun escupe otro rollo de tela y jadea en busca de aire. Se aferra a Luhan, quien lo guía hacia su propia habitación.

-Dijo que me pagaría extra. -Baekhyun solloza y se frota los ojos, desparramando el oscuro kohl por su rostro. -Sólo estaba tratando de ganar tanto dinero como los demás, pero no creí que fuera a lastimarme así. -Se toca cuidadosamente la espalda, que se ha vuelto de un tono rojo oscuro, y Luhan no quiere pensar lo que debió haber estado pasando en el cuarto vecino.

-Sabes que las cosas como esa van contra las reglas de la madama, Hyun. No deberías haber aceptado. Sabes eso.

Luhan acerca al muchacho, y su corazón se le desploma cuando se da cuenta de que Baekhyun y él debían haber estado presionados juntos contra la pared, con sólo unos pocos centímetros separándolos, y mientras que Luhan era llevado de ida y vuelta hacia el cielo, Baekhyun lloraba por él. Por su ayuda.

Se dice a sí mismo que no llorará, pero esa determinación se esfuma en cuanto Baekhyun se le pone más cerca, y se da cuenta de que es Sehun, quien se ha apoyado contra la espalda de Baekhyun y los está envolviendo cómodamente a ambos en un abrazo.

El chico en el medio se voltea hacia Sehun y le susurra palabras de gratitud. Si bien Luhan sabe que tienen casi la misma edad, en ese momento Sehun luce mucho mayor y más maduro, limpiándole el maquillaje corrido y frotando pequeños círculos en su espalda.

Luhan observa mientras una única grieta se forma en la base de su muro y va hacia arriba, arriba, zigzagueando hasta la cima, y de pronto todo está derrumbándose y queda en medio de una nube de polvo, contemplando enmudecido al hombre que ama.

Sehun guarda dinero para comprarle cosas lindas cada vez que puede. Los brazaletes dorados permanecen pulidos y relucientes debido a la limpieza obsesiva de Luhan, y pronto una gargantilla incrustada con un único ojo de gato brillante aparece en su cuello para unirse a los brazaletes.

Mientras Luhan desciende hacia el miembro de Sehun, el más joven se maravilla por el modo en que sus ojos parpadean y se cierran y una mirada de puro éxtasis se apodera de su rostro. Luhan inclina hacia atrás la cabeza, curvando el pálido cuello y consiguiendo que el ojo de gato capture la luz y resplandezca levemente. La gema está rodeada de oro y adherida a dos sogas que forman la gargantilla, del mismo color verde esmeralda que la piedra. Instantáneamente le había captado su interés en la joyería, y supo que le quedaría perfectamente bien a Luhan.

Éste atesora cada pieza con amor y las oculta en un compartimiento secreto en su caja de alhajas, y se emociona cada vez que puede ponerse los delicados accesorios cada semana. Los usa con orgullo, al no haber recibido en su vida ni un regalo antes.

Para Luhan simbolizan la esperanza. Esperanza por que lleguen mejores cosas.

Y amor.

Amor eterno por Sehun.

-¿Cuál es la petición más extraña que has recibido de un cliente?

Luhan lo mira divertido.

-Ese es un tema peligroso.

Sehun se encoge de hombros.

-Podría ser divertido.

El mayor pone los ojos en blanco y luce pensativo por un momento.

-A un hombre le gustaban mucho mis pies. -Baja la vista, avergonzado, pero el otro lo codea para que continúe. -No dejaba de tocarlos y... chuparme los dedos. -Dichos dedos se curvan con desagrado ante el recuerdo.

Sehun hace una mueca y mira los delicados pies de Luhan.

-Bueno, son muy lindos -dice riendo-. Pero no te preocupes, no comenzaré a ponerles atención.

Luhan le sonríe con gracia.

-Qué alivio. -Gruñe y se pone contra el respaldo de la cama antes de deslizarse para recostarse en el colchón. -Hasta lamió la planta de uno; y no creo que sepas esto, pero soy extremadamente cosquilludo. Lo pateé en medio de la cara por accidente.

Sehun estalla en carcajadas. El otro no puede evitar unirse a él.

-La madama no estaba contenta porque tuvo que pagar las cuentas médicas de su nariz rota. De más está decir que el hombre no regresó a una segunda cita.

Sehun lo acerca hacia él y descansa su mejilla contra su cuello.

-Y hubo otro. Es mi favorito. -Sehun se enfurece ligeramente y le envía a Luhan una mirada de soslayo que es mitad curiosidad y mitad celos. Él se pierde esa mirada y continúa: -Aquel hombre se me acercó en la calle y me dijo que buscaba un escape. Un escape de su realidad. Me dijo que buscaba enamorarse.

»Me reí en su cara y le dije que no es por eso que la gente viene a mí. Vienen para tener algo con qué fantasear cuando tengan que complacer a sus feas esposas. Pero fue terco y dijo que no le importaba, que quería todo lo que yo tuviera para ofrecer, incluso aunque no hubiese sentimientos. Que seguro sería mejor que lo que ya tenía en su vida.

Sehun se gira hacia el otro en el colchón, alzando una mano para rozarle ligeramente con el pulgar su pálida mejilla. Estudia sus facciones, el modo en que Luhan se muerde la comisura de sus labios levemente y luego la forma en que una expresión de serenidad se apodera de su rostro, como si aceptara algo. Este último vuelve a mirar los oscuros ojos de Sehun, con los suyos propios llenos de algo que este último no puede definir bien.

-Y quién lo diría, consiguió que me enamorara de él después de todo.

La emoción en los ojos de Luhan que Sehun no pudo determinar era dicha pura, genuina. Una euforia que sólo se obtiene a través del vínculo entre dos amantes con un mutuo entendimiento de que ninguno quiere ser separado del otro jamás.

Luhan le da al otro un apasionado beso, esperando que el modo en que sus labios se mueven contra los de él transmita todas las emociones que siente en ese momento.

Sehun derrama lágrimas de alegría aquella noche, cuando puede verdaderamente decir que hicieron el amor por primera vez.

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