Kai fue el primero en darse cuenta.
Conoció a Baekhyun y a Chanyeol en su primer día de secundaria. Se la pasaban prácticamente pegados el uno al otro, lo cual era bastante cómico, teniendo en cuenta la diferencia de alturas. Pronto aprendió que ambos venían en el mismo paquete, porque allí donde estuviera Baekhyun, Chanyeol lo seguía a corta distancia.
Los dos estaban en su clase de Inglés. Chanyeol se sentaba dos asientos por delante de Kai, mientras que Baekhyun estaba ubicado en el rincón frontal del aula. No le tomó mucho tiempo el darse cuenta.
Darse cuenta de que al muchacho alto le gustaba mucho, mucho Baekhyun.
Chanyeol siempre se quedaba contemplándole la nuca como si fuera lo más interesante del mundo. Y cada vez que a Baekhyun le pedían que leyera algo, a él se le dibujaba aquella sonrisa estúpida, algo loca, en el rostro. Al principio, Kai sonrió porque aquello era un caso de amor de cachorro, un amor de la forma más tierna imaginable. Pero luego frunció el ceño porque Baekhyun se mostraba más que ajeno a los sentimientos de Chanyeol.
Kai siempre había sido observador. Todo el tiempo notaba las pequeñas cosas en la relación de ambos, y eso era incluso antes de que se hicieran amigos de él. Notaba el modo en que Chanyeol agarraba la chaqueta de Baekhyun mientras caminaban por el corredor sobrepoblado, y el modo en que sonreía de manera radiante cada vez que Baekhyun siquiera miraba hacia donde se encontrara.
Era algo espeluznante, admitía Kai, pero ver a Baekhyun y a Chanyeol era lo mismo que ver algún drama tierno. No es que él viera dramas… ya no.
Luego, tras que lo cambiaran del grupo de Im Yoona en clase de Inglés (lo cual en ese entonces lo enfureció mucho, pero en retrospectiva supone que está agradecido), terminó con Baekhyun y Chanyeol. Se hicieron amigos en cuestión de semanas.
En realidad, era más amigo de Baekhyun, porque Chanyeol era… bueno, era raro. Ellos dos se sentaban con Kai y sus amigos durante el almuerzo, pero Chanyeol nunca les dirigía la palabra. Sólo hablaba con Baekhyun, y lo hacía juntando sus cabezas para que nadie más pudiera oírlos.
A Kai le resultaba extraño, pero por otra parte, muchas cosas sobre Chanyeol lo eran. Kai jamás había conocido a nadie con tantos tics como él.
Ahora que estaba allí, sin embargo, observando su relación de cerca, podía ver realmente cuán embobado estaba Chanyeol por su amigo, y cuán patético era Baekhyun por no notarlo.
Pero no podía enojarse con él. Aprendió enseguida que Baekhyun no era precisamente el chico más brillante. E incluso a pesar de que, para Kai, los sentimientos de Chanyeol eran más que evidentes, para los demás no. Además, aprendió que Baekhyun era muy popular con los… eh, ¿chicos? No es que Kai estuviera en contra de ello ni nada, pero la gente literalmente formaba fila para tener una cita con el muchacho bajito y despistado. En primer año, Baekhyun tuvo cuatro novios distintos, y ninguno le duró más de un mes.
Afortunadamente, sus citas constantes disminuyeron en el segundo año, pero Chanyeol estaba más desesperanzado que nunca. Ahora hablaba con Kai, más o menos. Siempre que Baekhyun se iba para agarrar algo o llegaba tarde a almorzar, estaban nada más que Chanyeol y él. Anteriormente, el muchacho de voz grave se ponía a juguetear con sus dedos o a hinchar las mejillas, y sus jueguitos constantes le crispaban los nervios.
Finalmente, Chanyeol intentó entablar una conversación con él, lo cual era a menudo incómodo, pero la verdad que Kai no esperaba otra cosa. «Hace buen tiempo», decía, a pesar de que estuviera lloviendo. O «pediré estas zapatillas para mi cumpleaños», aunque su cumpleaños ya hubiera pasado. Aun así, a Kai le caía bien por alguna razón desconocida. Tal vez porque sentía pena por él. No sabía.
Si bien al comienzo creyó que la relación entre Baekhyun y Chanyeol era puras sonrisas y arcoíris y un tierno amor no correspondido al que Baekhyun pronto cedería, no pudo estar más equivocado.
No fue hasta el final del segundo año que Kai se dio cuenta, y se sintió como un idiota por no haberlo visto antes. Chanyeol estaba bajo el control total de Baekhyun, y éste hacía su mejor esfuerzo por mantener a su mejor amigo bajo llave. Excepto que no lo hacía conscientemente. Al menos, Kai no lo creía.
Casi le enfermaba el ver a Baekhyun acercarse a Chanyeol y engatusarlo cada vez que se sentía amenazado. Y luego un chico cualquiera aparecía y Chanyeol se quedaba solo, con sus ojos ya no tan brillantes y la sonrisa no tan amplia.
El corazón de Kai estaba con él. Sabía lo que se sentía ser rechazado, pero ¿ser rechazado una y otra vez por la misma persona, tu mejor amigo? Ni se podía imaginar qué se sentiría.
Con cuidado y en silencio, se acercó a Chanyeol. Sabía que Baekhyun se pondría como loco si descubría que ahora eran amigos.
Durante el verano, Baekhyun obtuvo un trabajo en un café, y también estaba obsesionado con un estúpido barista, así que Chanyeol se encontraba a menudo libre de él. Kai y Chanyeol se reunían casi diariamente, y pronto aprendió que, conforme su amistad progresaba, el otro no se volvía menos raro, como creía que pasaría; solo se volvía más alocado, y Kai se comenzó a preguntar qué diablos estaría mal con Byun Baekhyun para tratar a alguien tan maravilloso de un modo tan terrible.
Y luego comenzaron el tercer año, y Baekhyun se fijó como objetivo al jodido Kim Jonghyun, y no hacía falta ser un genio para darse cuenta de que Chanyeol se estaba hartando. De todo. Hasta Sehun, Minseok y Jongdae lo notaban, así de mal estaba.
A esas alturas, Kai sabía que Chanyeol estaba realmente, en verdad enamorado de Baekhyun. Se había vuelto tan fácil de leer. El difícil era Baekhyun. Kai no sabía si amaba a Chanyeol y no se daba cuenta de sus sentimientos o si verdaderamente no sentía nada por él. Baekhyun se volvía la personificación de los celos cuando de Chanyeol se trataba, pero por otro lado, podía abandonarlo por otra persona en cuestión de segundos.
Kai medio deseaba que jamás se hubiese molestado en ponerle atención a Baekhyun y a Chanyeol hace tantos años, en clase de Inglés. Pero lo hizo, y ahora no podía descansar hasta que las cosas estuvieran resueltas. Sentía una responsabilidad como su amigo. Además se sentía como una puta Oprah, o algo.
Mientras iba transcurriendo el tercer año, no obstante, para Kai se hacía más y más aparente que tal vez Baekhyun no sintiera lo mismo por Chanyeol. Éste claramente estaba sufriendo, y su amigo se mostraba dolorosamente ajeno a ello. Kai simplemente… ya no podía soportarlo.
Se desquitó con Baekhyun. Ni siquiera pudo evitarlo. Después de verlo reír y mostrarse tan feliz junto a Kim Jonghyun en el almuerzo, no se pudo controlar. Las palabras se le salieron de la boca, y antes de darse cuenta, estaba agrediendo verbalmente al muchacho más bajo de camino hacia la parada de autobús.
Baekhyun se hizo el tonto, tal como suponía iba a hacer. Durante los próximos días, su amistad pasó de un extremo al otro. Kai tenía una migraña permanente. Estaba muy metido en toda esa mierda como para echarse atrás ahora, a pesar de que tenía ciertos deseos de hacerlo.
-Chanyeol. -Sujetó al chico alto del brazo justo cuando se estaba preparando para encaminarse hacia la parada de bus. Kai señaló con la cabeza en dirección opuesta-. Camina conmigo hoy.
Chanyeol parpadeó y miró alrededor por un instante. Kai sabía exactamente qué -o a quién- estaba buscando, pero no dijo nada.
-De acuerdo -respondió con lentitud-. Pero mi casa queda para el otro lado.
-Vente a la mía -ofreció Kai. Chanyeol se frotó la nuca.
-Pero en verdad quiero irme a casa -dijo, y el otro resopló. En serio, ese chico podía ser tan complicado.
-De acuerdo. -Suspiró-. Caminaré contigo, entonces. ¿Te parece bien?
Chanyeol se encogió de hombros y comenzó a andar. Resignado, Kai lo siguió.
-Chanyeol -volvió a decir-, Baekhyun y tú…
-Lo sé -interrumpió él, pateando una roca con el zapato-. Creo… bueno… Ya no sé ni qué hacer.
Kai asintió, dispuesto a dejar que Chanyeol hablara. Podía notar, por la forma en que sus manos agarraban las correas de su mochila, que algo estaba bullendo en su interior, justo bajo la superficie. Una parte extraña de él en verdad quería ver a Chanyeol gritándole a Baekhyun. Verlo perder aquella veneración y admiración que sentía por el más bajo, quien para nada se las merecía.
-Le gusta mucho Kim Jonghyun. Más de lo que nadie le ha gustado antes. Me doy cuenta.
Kai no podía negárselo. También había notado que el enamoramiento que Baekhyun sentía por su compañero de último año era un poco más serio de lo normal.
-Si no me va a… amar… de esa manera, entonces creo… que lo que debería hacer es rendirme. Me… me duele verlo con él. Y no sé cómo. No sé cómo decirle que no me gusta que esté con Kim Jonghyun todo el tiempo.
-Chanyeol -bisbiseó Kai, totalmente desconcertado. Se esperaba aquello, de verdad, pero el escuchar a las palabras salir de boca de Chanyeol tan angustiadas estaba haciendo más mella en él de lo que creía.
-Le dije que ya no me iba a poder juntar con él -prosiguió Chanyeol-. Creo que necesito… tomarme un tiempo. Sí. Eso necesito. Porque creo que estoy enloqueciendo. Y es tal como me dijiste: tengo que vivir mi propia vida.
-Yo realmente no… -Kai se mordió el labio, sin saber si lo que le dijo como lo que pensaba que sería un consejo útil iba a destrozarles la amistad.
-Pero no me daré por vencido con él -prosiguió de pronto Chanyeol, con una determinación nueva reflejada en el semblante-. Kim Jonghyun se habrá ido en un par de semanas, estoy seguro de ello. Y entonces será mi oportunidad. Haré lo que haga falta. Yo sólo… realmente…
Kai ya no podía ni siquiera articular palabra. Chanyeol avanzaba por el camino a pisotones, con la boca fruncida en una fina línea y su rostro la fiel imagen de alguien que no retrocedería sin dar pelea. Continuó alejándose más y más de su parada de autobús mientras observaba a Chanyeol fascinado, preguntándose sinceramente qué habría hecho Baekhyun en sus vidas pasadas para merecerse a alguien que lo amara de forma tan incondicional.
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